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Discursos dados por Sai Baba

07. ../05/77 Todos los personajes del Ramayana son ejemplos ideales

Todos los personajes del Ramayana son ejemplos ideales

Todos los personajes del Ramayana son ejemplos ideales

Mayo de 1977

Para el Alma no hay ni nacimiento ni muerte.

No hay ni principio ni fin, ni hay un. intervalo

que separe el principio del fin para este Espíritu Eterno.

El Alma no muere ni nace, ni es muerta por nadie.

Se mantiene y se mantendrá como conciencia testigo,

.siendo testigo de todo lo que sucede en este mundo.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: E1 hombre debe aprender a encarar los altibajos de la vida con ecuanimidad y serenidad mental. Sólo así cobrará sentido la vida para él. La paciencia y la paz estarán a su alcance sólo en la marcha común de la vida. Es muy necesaria la senda del Espiritu Supremo o el camino espiritual para que se promuevan estas cualidades de la paciencia y la paz. Nos hemos olvidado de las antiguas tradiciones y escrituras que han trazado la senda espiritual, por eso la vida se ha vuelto carente de carácter. Al sostener que lo sabemos todo, en verdad estamos empañando nuestra propia vida. No es posible encontrar personas que lo sepan todo sobre la vida. El mismo hombre que ahora proclama que puede volar por los cielos, carece de felicidad. ¿Cuál es la razón para esto?

Ello se debe a que no se conoce a sí mismo y no sabe quién es realmente. Puede que salte hacia las estrellas y que vuele por los cielos, pero si ese individuo no entiende su propia naturaleza, jamás podrá ser feliz. Si queremos realmente estar contentos y ser felices, deberemos conocer nuestra verdadera naturaleza y el significado de la esclavitud. Sólo cuando sabemos qué esclavitud nos sujeta, podemos intentar encontrar una vía de cortar con esas amarras. La mayor de las amarras que esclavizan al hombre es la ignorancia, debido a la cual desconoce su propia naturaleza. Mientras se mantenga en esta ignorancia no podrá liberarse del sufrimiento. Y mientras esté sumido en el sufrimiento no logrará la felicidad en la vida. Es importante liberarse del sufrimiento y ser feliz. Este proceso se ha descripto como Sadhana o disciplina espiritual.

Buscando la dicha, Bharata, en el Ramayana, poema épico, buscaba la senda de la Verdad. En nada era inferior a Rama, el Avatar. Bharata era igual a Rama en cuanto a proteger la Verdad, a seguir el tipo correcto de Acción o en cuanto a hacer sacrificios cuando era necesario. En una secuencia normal, Bharata ocupa el tercer lugar. Consideramos primero la parte de Rama, luego a Lakshmana, luego a Bharata y por último a Satrughna. Pero si miramos con cuidado el tipo de fe que cada uno mantenía, nos daremos cuenta de que Bharata ocupa el segundo lugar en esta serie. En los cuatro hermanos encontramos algunos cambios aparentes en el momento de nacer. No nos es posible determinar que éste sea más grande o que el otro sea inferior. Estas pequeñas diferencias no han sido creadas sino para satisfacción del hombre. No somos capaces de reconocer la Divinidad presente en los tres hermanos: Bharata, Lakshmana y Satrughna.

Cuando Bharata estaba junto a su abuelo, su Maestro espiritual Vasishta le envió una carta pidiéndole volver a Ayodhya. Tan pronto vio la carta, Bharata se sintió feliz de que se le pidiera volver para la coronación de Rama. Pero de inmediato le asaltaron las dudas, porque si Rama iba a ser coronado, también habría sido invitado su abuelo. Comenzó a preocuparse por qué sólo a él se le pedía volver. Fue en este estado de intranquilidad mental que él y Satrughna emprendieron el viaje a Ayodhya. Bharata era muy inteligente y un agudo observador. Al llegar a las puertas de la ciudad, notó que los arcos florales de bienvenida no eran frescos. Las hojas de mango estaban secas y esto era más bien un signo de una atmósfera de tristeza, que una proclamación de prosperidad. Siguió encontrando malos augurios y comenzó a preguntarse qué estaba sucediendo. Las calles estaban llenas de suciedad y también las casas lucían descuidadas. Toda esta situación inusual le hizo pensar que las cosas se veían claramente malas, y que alguna tragedia había caído sobre la ciudad.

Su carro fue llevado directamente hacia la mansión de Kaikeyi y, tan pronto la vio, lo desconcertó la expresión perpleja de su rostro. Después de unos minutos comprendió que su padre había muerto y que Rama había sido desterrado a la selva. Sin poder controlar el dolor que le producían estos eventos, corrió a ver a su Maestro Vasishta, el cual le describió en detalle todo lo sucedido. Tan pronto lo supo todo, Bharata se indignó. Sus ojos enrojecieron y le habló con gran dureza a su madre. No pudo quedarse ni un instante más y se fue directamente adonde estaba Kausalya. La encontró sumida en el más profundo de los pesares, incapaz de sobreponerse a la muerte de su marido y a la separación de su hijo. Bharata corrió hacia ella y se postró a sus pies, pidiéndole que le perdonara, diciéndole que era inocente y que no tenía responsabilidad alguna en lo que había sucedido. De muchas maneras suplicó su perdón. Para entonces, tanto Kausalya como Vasishta le recordaron que, ante todo, debía llevar a cabo los últimos ritos por su padre.

Ya hacía catorce días que el rey había fallecido. El cuerpo había sido cuidadosamente preservado. Tienen que pensar que los métodos con lo s que se preservaban los cuerpos en aquellos días, no tienen nada que ver con los que se usan en la actualidad. Bharata sostuvo que no era él quien merecía celebrar los últimos ritos, sino que lo debía hacer solamente Rama, el hijo mayor. Agregó luego que él no podía vivir en una Ayodhya en donde no viviera Rama.

Deberíamos observar aquí que Bharata incluso olvidó el dolor que sentía por la muerte de su padre. Era mucho mayor para él el dolor causado por la separación de su hermano Rama. No obstante, de alguna forma se acomodó a las órdenes de Kausalya y de Vasishta y celebró los últimos ritos por su padre. Al día siguiente se iniciaron los preparativos para la coronación de Bharata, pero éste no quiso aceptarla. Indicó que todos los preparativos que se hubieran hecho, habrían de ser llevados a la selva. Proclamó que en la dinastía Ikshvaku, había sido solamente el hijo mayor el heredero por derecho al trono y que, siendo él menor, no tenía derecho alguno. Reconoció que era ésta la manera correcta de actuar y le solicitó a Vasishta y a otros que le permitieran ir a la selva. Pensó que la coronación de Rama bien podría llevarse a cabo allá. Como siempre había prestado oídos a las ideas del pueblo y quería seguirlas, llevó a algunas personas de Ayodhya consigo y emprendió el viaje.

Ya desde la distancia vio que Rama tenía su ermita en la montaña Chitrakoota. Su corazón se partió con la visión y casi no pudo soportar el dolor que sentía. Vio que Ramachandra tenía los cabellos despeinados. Se conmocionó al observar que Ramachandra, acostumbrado a dormir en camas de seda, dormía sobre un lecho de hojas y cortezas en el suelo. Rama observó la pena que afligía a Bharata y trató de consolarlo de varias maneras. Pero nada de lo que decía Rama podía consolarle. Cayó a los pies de Rama y le dijo que no se movería de ahí hasta que no accediera a retornar a Ayodhya y aceptara ser rey.

Incluso en esta situación tan triste, Rama le hacía serenas preguntas. ¿Están todos bien en casa? ¿Va bien el reino? ¿Están bien los habitantes del reino? Todo lo preguntaba con una paz mental sin igual.

Durante la conversación, Bharata le contó a Rama que su padre había muerto. Pese a ser Rama la encarnación de Dios, debido a que estaba en forma humana y para demostrar cómo debía comportarse uno en la forma humana en esta situación, pareció también como que sufría mucho con la noticia de la muerte de su progenitor. Rama y Bharata se consolaron mutuamente.

Un alfarero no puede hacer vasijas con greda seca. La greda ha de mojarse y usarse como una pasta suave. De manera similar, después de crear un cuerpo, Dios le ha de insuflar vida. Para darle vida al cuerpo se echa mano de la responsabilidad de los padres. Padre y madre son responsables por el nacimiento de un ser humano. La función de Dios se limita a ser testigo de ello. A estos padres, a este padre y esta madre, uno habrá de pagar una deuda de gratitud. Esta es la razón por la que se nos enseña que la madre ha de ser vista como Dios, que el padre ha de ser visto como Dios y también el Maestro y el huésped han de ser vistos como Dios.

Inmediatamente después, Rama y Bharata se dirigieron hasta el río y llevaron a cabo los ritos tradicionales que corresponden a la muerte del padre. Regresaron luego a la cabaña de Rama y hablaron sobre diferentes cosas. Al día siguiente, Bharata llamó a congregarse a mucha gente y le pidió a todos que oraran. La intención de las oraciones era que Rama retornara a Ayodhya para hacerse cargo del reino, o que, como todos los hijos tenían el mismo derecho, se le permitiera a Bharata quedarse también en la selva junto con Rama. Bharata estaba determinado a llevar a Rama, por uno u otro medio de vuelta a Ayodhya. Por otra parte, repetía que él no era responsable por cualquier pecado que hubiese cometido su madre. Rama le indicó a Bharata que su madre Kaikeyi no era responsable de la situación. Se había propuesto instalar a Rama en el trono al día siguiente mismo, pero esta decisión fue cambiada durante la noche. El cambio repentino en la decisión debía haberse producido por voluntad Divina y no se trataba de una decisión humana. Rama le dio todo tipo de explicaciones a Bharata, pero éste no renunció a su determinación. Cuando Bharata había partido a Ayodhya seguido de tan numeroso séquito, Guha le preguntó si tenía intenciones de causarle algún daño a Rama. Bharata no se sintió en posición de responder y acusó a su madre Kaikeyi, diciendo que debido a haber nacido de ella tenía que someterse a estas humillaciones.

Cuando llegó al ashram de Bharadwaja, éste también mostró algunas sospechas respecto a la motivación de Bharata. Queriendo someterlo a prueba, hizo que se preparara un sillón de trono y un festín. Se pudo notar con claridad la gran devoción de Bharata por Rama. No mostró interés alguno en el festín preparado por Bharadwaja. No pensaba participar en él mientras su hermano Ramachandra se alimentaba de raíces en la selva. Debemos reconocer la estrecha relación y el afecto que existía en esos días entre los hermanos.

Viendo el vínculo existente entre Rama y Lakshmana, Bharata se sentía apesadumbrado por el hecho de que sólo Lakshmana era digno de estar cerca de Rama, en tanto que él no había tenido esa oportunidad. El ideal de Bharata era el de servir en todo momento a Rama y alcanzar por esta vía la Gracia del Señor. Esta es la forma en que podemos describir la fe y la devoción de Bharata y llegar a la conclusión de que ellas eran incluso superiores a las de Lakshmana. Son muy escasos en este mundo los hermanos entre los que exista esta relación tan estrecha de fe, devoción y afecto. Los hermanos servían a Rama en todo momento y a través de este servicio estaban sentando un ejemplo para todo el género humano. ¿Cómo han de comportarse los hermanos en cada familia? ¿Cómo han de tratarse entre ellos? Las respuestas a estos interrogantes eran las que entregaban estos hermanos.

Estudiantes: Es necesario que reconozcan el tipo de genuino afecto que existía entre los hermanos en la familia de Rama. Han de extraer una enseñanza de esto y llevar a la práctica esta lección y este ideal. Hemos de entender la clase de ideales que han de unir a una familia. En este sentido hemos de hacer el intento de eliminar nuestro egoísmo y de practicar el sentido de sacrificio. La principal de las enseñanzas del Ramayana es la de desechar el egoísmo y de promover en nosotros el sacrificio desinteresado y las virtudes. Cada uno de los personajes individuales en el Ramayana proclama este tipo de ideal de vida. Y este ideal de vida se hace muy necesario hoy en día. Con este ideal de vida hemos de mostrar algún respeto por las medidas disciplinarias. Sean cuales fueren los ejemplos ideales que integren a sus vidas, ellos carecerán de valor sin disciplina.

Bharata no estaba en posición de objetar las órdenes de Rama. Bharata no deseaba convertirse en rey y gobernar el reino. Rama trataba de consolarle en este conflicto. Entonces, Vasishta dio un consejo intentando satisfacer a Bharata. Vasishta dijo: "Toma las sandalias de Rama y considerándolas como símbolo suyo, lleva a cabo la coronación para las sandalias y hazte cargo del gobierno de Ayodhya". No podía desoír las órdenes y sugerencias del Maestro y tampoco podía contradecir las órdenes de Rama, de modo que con el corazón apesadumbrado, consintió en recibir las sandalias.

La gente de aquellos tiempos era de una índole tal que obedecía de inmediato las órdenes justas. Fue así que todos reconocieron el sagrado corazón de Bharata y aceptaron estas sugerencias. Bharata tomó las sandalias de Rama y las colocó sobre el trono y partió hacia la aldea de Nandigram arrastrando su pesar. Allí anunció que permanecería sin alimentos y sin descanso hasta el momento en que Rama retornara a Ayodhya. De este modo y una vez tomada su decisión, comenzó una vida de austeridades en la aldea de Nandigram, similar a la que Rama llevaba en la selva. Por esta vía es que los sabios y los antepasados nos han estado diciendo que los atributos y los aspectos de Rama y de Bharata se habían convertido en una sola y la misma cosa. Esta conducta ejemplar de Bharata, al aceptar plenamente las órdenes de su hermano y seguir con el gobierno del país, nos demuestra su grandeza.

Si examinamos cuidadosamente a los personajes principales del Ramayana, llegaremos a la conclusión de que Dios fue el que montó este drama en el escenario del mundo. Todos pueden aprender mucho de los numerosos ejemplos que Dios ha entregado a través del Ramayana. Dios también consiente en inclinarse para ayudarle a sus devotos. Para la felicidad de los devotos, Dios está preparado a asumir cualquier tipo de dificultad. Aunque lo culpemos a El, no lo sentirá tanto como cuando culpamos a sus devotos. Dios está por encima de los gunas (cualidades humanas). De modo que no le asigna importancia alguna a los reproches. Dios es Omnipresente. Creemos que tiene una forma en particular por el hecho de que asume alguna forma. El que Dios es Omnipresente es la Verdad. ¿Cómo podemos demostrar esta Verdad? Aquí va un pequeño ejemplo para ello. Sabemos que la tierra, el agua, el fuego, el aire y el espacio son los cinco elementos. Hay atributos para estos elementos. Entre los cinco, el más importante es la tierra. Esta tiene los cinco atributos: las cualidades de sonido, forma, tacto, gusto y olor. Debido a estas cinco cualidades la tierra se vuelve inmóvil, estacionaria y pesada. Si pasamos al segundo elemento, el agua, constatamos algo de movilidad. En el agua ha desaparecido una de las calidades: la del olor. Quedan sólo cuatro atributos y es por ello que posee algo de movilidad. Si pasamos al tercer elemento, el fuego, vemos que sólo conserva los atributos de sonido, tacto y forma. Por haber desaparecido dos de las calidades, el fuego se ha hecho más liviano y puede moverse con mayor ligereza que el agua o la tierra. Al pasar al aire, vemos que ha perdido tres de los atributos. No le quedan sino dos: el sonido y el tacto. Carece de forma. Esto lo hace mucho más liviano, haciendo que pueda moverse rápida y libremente y que ocupe todo el espacio. El último y quinto elemento, es el espacio, el éter. Este ha perdido todas las calidades. Ninguna de ellas está presente en el éter. De modo que se ha vuelto omnipresente. Es tan liviano que está en todas partes, porque no le queda sino el sonido.

Dios carece de todo atributo o guna (cualidad humana) y, por ende, puede estar presente en todas partes. Si el espacio, que tiene sólo la calidad del sonido, está presente por doquier, entonces Dios, que no tiene atributo alguno, puede estar presente, con mayor razón, en todas partes. En cuanto a un punto puede que a uno le asalten las dudas. ¿Si Dios es Omnipresente y está por encima de las cualidades humanas, cómo es que éstas no están en El, pero El sí está en ellas?

Desde el momento en que decimos que Dios está presente en todas partes, es obvio que también está en las características humanas. El está en esos atributos, mas ellos no están en El. ¿Cómo esto es posible? La arcilla, por ejemplo, se encuentra presente en la vasija, pero la vasija no está presente en la greda. La vasija es creada. La vasija tiene una forma. La forma le ha sido dada de manera artificial. Cuando Dios está en su aspecto sin forma, no es fácilmente posible a los seres humanos el reconocerle en este aspecto. De modo que Dios toma una forma humana y viene al mundo. De esta manera quiere demostrarle al hombre la senda ideal que ha de seguir.

Estudiantes: Espero que tomen al menos uno o dos de los grandes ideales que contiene la historia del Ramayana, que se embeban de ellos y los lleven a la práctica en su vida diaria.