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Discursos dados por Sai Baba

04. ../05/77 Lakshmana, el devoto hermano de Rama

Lakshmana, el devoto hermano de Rama

Lakshmana, el devoto hermano de Rama

Mayo de 1977

Aunque uno pueda repetir palabra por palabra el contenido de los Vedas, Escrituras Sagradas, aunque uno tenga la capacidad de componer hermosos poemas,

es seguro que se arruinará si carece de pureza mental.

¿Qué otra verdad mayor que ésta podría comunicarles?

¡Encarnaciones del Alma Divina!: Si uno quiere llevar en este mundo la vida de un animal, no le será necesario aprender a controlar los sentidos. Pero para que el hombre viva como un ser humano, le es muy necesario aprender el autocontrol. Al igual que el cochero tiene que hacer uso de las riendas para controlar a los caballos uncidos a un carro o un carruaje, para evitar que se salga del camino, también el hombre, para ir por el camino correcto, habrá de controlar sus sentidos haciendo uso de su poder de discriminación y de su habilidad para distinguir el bien del mal. Esas serán las riendas que llevará en sus manos.

Los animales, como el ganado y las aves, no pueden cambiar los rasgos característicos que adquieren con su nacimiento. El león, por ejemplo, nace como un animal cruel. Vive y muere como un animal cruel. El gato nace y vive con la característica de atrapar ratones y matarlos. A estos animales, hagan lo que hagan, les es imposible cambiar sus características. Pueden hacer que el gato se siente en una silla y darle un alimento armónico como leche y requesón para tratar de modificarlo, pero tan pronto como vea a un ratón, saltará tras él para matarlo. Es así que el animal que nace con características de crueldad no podrá cambiarlas, pese a todos los esfuerzos que hagamos. El hombre, en cambio, no es así.

Puede que el hombre nazca con rasgos de crueldad, pero una persona así podrá cambiarlos por medio del contacto con gente buena, viviendo entre gente buena y en un buen ambiente. Es en este contexto que se ha dicho que, entre todo lo que nace de un útero materno, lo más difícil es lograr el nacimiento humano. Aunque el hombre adquiera características malas por nacimiento, siempre habrá amplias oportunidades para que las deseche a través del contacto con gente buena. Quiso la buena fortuna de Lakshmana que tuviera buenas cualidades por nacimiento y que controlara de tal modo sus sentidos como para adquirir mayores características buenas. Era una persona de buena conducta y de buenos pensamientos y estaba siempre dispuesto a obedecer las órdenes de Rama, el Divino Avatar. Lakshmana era hijo de Sumitra. Nunca supo lo que era estar separado de Rama, desde su nacimiento mismo ni durante su niñez. Durante los dos primeros días después de nacer, no probó alimento y no cesó de llorar por causa de Rama. Para descubrir la razón de este llanto incesante, Dasaratha y Sumitra buscaron todo tipo de atención médica. Echaron mano a muchos cantos y palabras sagradas, pero el llanto de Lakshmana no cesaba.

Cuando el Maestro espiritual Vasishta supo lo que estaba ocurriendo, reflexionó por un momento y trató de entender la situación por medio de su Visión Divina. Captó que la causa estaba en la separación física de Rama y Lakshmana y aconsejó que pusieran a dormir a ambos en la misma cuna. Fue así que Sumitra tomó a Lakshmana, lo llevó a la mansión de Kausalya y lo puso en la misma cuna en que dormía Rama. El niño no sólo dejó de llorar, sino que comenzó a dejarse alimentar y a gozar de la dicha de la compañía de Rama. El estar separado de Rama era tan doloroso y difícil para Lakshmana, como era placentero el estar junto a su hermano.

Desde ese día, Lakshmana seguía a Rama como si hubiera sido su sombra. Ni siquiera podía dormir o comer si Rama no estaba presente. Adondequiera que Rama iba, Lakshmana lo seguía como su sombra. Su devoción por Rama era tan intensa, que su corazón estaba lleno del sentimiento que todo lo presente le pertenecía en realidad a Rama.

Cuando Rama fue exiliado a la selva, Kaikeyi pidió dos favores. El primero fue que su hijo Bharata se convirtiera en el rey y el segundo, que Rama fuera exiliado a la selva y viviera allí como renunciante por catorce años. Lakshmana no había sido mencionado en estos deseos de Kaikeyi, pero cuando Rama se preparaba para el viaje, él se aprontó para acompañarle. Observando el tipo de vestimenta de fibras de corteza que usaría Rama para vivir en la selva, decidió vestir de manera similar y adecuar su apariencia a la de Rama.

Durante todos esos catorce años en la selva, Lakshmana se comportó como si fuera uno con Rama. Todo su tiempo y energía los ocupaba en cuidar y servir a Rama y a Sita. Y, en verdad, ¿si no hubiera estado Lakshmana allí, cómo habrían vivido Rama y Sita? El importante papel desempeñado por Lakshmana fue bellamente descripto por Tulsidas en su narración del Ramayana. Tulsidas cuenta que cuando Rama retornó victorioso a Ayodhya, llevando en, alto sus pendones, el pueblo de Ayodhya saludaba reverente los pendones y las astas en los que flameaban. Esta descripción tiene un sentido interno significativo. Aquí el asta representa a Lakshmana. El asta es tan importante como el pendón. De hecho, de no existir el asta, el pendón no podría flamear. De modo que Lakshmana se convirtió en el firme soporte para Sita y Rama. En la historia del Ramayana, así como el Señor en la forma humana de Rama tenía un importante papel que desempeñar, también le cupo un importante papel a Lakshmana. Toda su vida estaba dedicada a obedecer las órdenes de Rama. No obstante y sabiendo que estaba mal lo que hacía, en dos oportunidades hubo de desobedecer las órdenes de Rama. La primera ocasión se refiere al incidente en que Maricha apareció como un ciervo y que, cuando era perseguido por Rama, se escuchó la voz de Maricha imitando a Rama y pidiendo la ayuda de Lakshmana y llamando a Sita. ¿Cuáles eran las órdenes que había dado Rama en esa oportunidad? Lakshmana había de quedarse junto a Sita y protegerla.

Pero Sita le habló con mucha dureza a Lakshmana e incluso lo amenazó con suicidarse quemándose, si él no iba en ayuda de Rama. Entonces, después de escucharla y temiendo que le sucediera algo malo si no partía, desobedeció a Rama para no dañar a Sita.

En otra oportunidad fue cuando se produjo una situación difícil, estando Sita en avanzado estado de gravidez y siendo necesario que Lakshmana la llevara a la selva. No quería hacerlo, pero la llevó de todos modos y lo hizo únicamente por obedecer a Rama. También, en la oportunidad en que Sita retornó de Lanka y se aprontaba para saltar al fuego para probar su inocencia, se le pidió a Lakshmana que preparara el fuego. Aunque Lakshmana no sentía disposición alguna por acomodar los leños y hacer el fuego para la prueba, lo hizo sólo por obedecer las órdenes de Rama. Por muy difíciles que fueran las situaciones a las que debía enfrentarse, siempre acató las órdenes de Rama.

Otra ocasión en que tuvo que desobedecer las órdenes de Rama fue hacia el final de la vida mortal de éste. Rudra, el dios del tiempo, vino a encontrar a Rama. Antes de comenzar a hablar con El, indicó que nadie más podía entrar en la habitación mientras conversaran. De modo que Rama llamó a Lakshmana y le pidió que guardara la puerta para que nadie los molestara. Rama se dio cuenta de que era una misión difícil y que sólo Lakshmana podría cumplirla con eficacia. Mientras estaba montando guardia, llegó Durvasa y quiso entrar en la habitación. Lakshmana le indicó con gran humildad que había alguien más con Rama y que esperara por unos momentos. Durvasa, sin embargo, montó en cólera y amenazó con destruir a Rama, a Lakshmana y a toda la ciudad de Ayodhya en un instante. Lakshmana pensó entonces que era mejor dejar pasar a Durvasa que seguir provocando su ira, como para que terminara creándole problemas a toda la ciudad. Fue así que Lakshmana pasó toda su vida al servicio de Rama y rara vez desobedeció sus órdenes e incluso, al desobedecerle, no fue sino por el bien de otros. Todo lo que hizo en su vida fue por el bien de otros.

Durante la batalla en contra de Ravana, la lucha entre Lakshmana e Indrajit duró tres días completos, después de lo cual Indrajit finalmente fue muerto. Rama vino y abrazó a Lakshmana, diciéndole que se sentía tan feliz como iba a sentirse cuando encontrara a Sita. En toda esta batalla, la más difícil de las empresas era derrotar a Indrajit. En verdad, fue mucho más fácil matar a Ravana. Por eso, cuando Rama vio victorioso a Lakshmana, no cabía en sí de alegría.

A otros, como a Vibhishana, Rama le comentaba frecuentemente que era muy difícil encontrar a un hermano como Lakshmana. A Sugriva le comentó que la misión que había completado había sido manejada gracias a la presencia de Lakshmana y que no habría podido terminar con ella por sí solo. Si deseamos entender hoy en día el tipo de relación que ha de existir entre hermanos, deberíamos tomar el ejemplo de Lakshmana del Ramayana. En estos días, en cambio, es perniciosa la actitud de enemistad entre hermanos. Un hermano no soporta la prosperidad del otro y llegan a envidiarse, de tal manera, que llegan a matarse. Las sagradas y buenas características de Lakshmana, por su parte, exceden cualquier descripción.

Durante todos los años que sirvió a Sita y a Rama, Lakshmana se sentaba a sus pies y nunca osó mirar de cerca el rostro de Sita. Cuando Sita fue raptada por Ravana y transportada a través de la montaña de Chitrakoota, dejó caer varias de sus joyas para que la gente las encontrara y pudiera darle aviso a Rama. Cuando Rama y Lakshmana trabaron amistad con Sugriva, éste les trajo las joyas que habían reunido sus seguidores y se las mostró a Rama. Entonces Rama le preguntó a Lakshmana si las podía reconocer y éste le contestó que sí podía reconocer las que Sita llevaba en sus pies, aunque no las demás. Cuando Rama le preguntó por qué, le dijo que cada mañana iba a tocar los pies de Sita, de modo que esas joyas le eran familiares.

Lakshmana consideraba a la esposa de su hermano como a su madre, de modo que no miraba sino sus pies y nunca su rostro. Siempre bajaba la cabeza cuando se le acercaba alguna otra mujer. Era una persona de carácter ejemplar. En tanto que la mirada y los ojos de los jóvenes de hoy no se bajan, ni aunque les forcemos a ello. Sin embargo, si emplean su visión con propósitos profanos, es seguro que a ello le seguirá la perturbación de la mente. La más importante disciplina espiritual es el control de nuestra vista. Lakshmana tenia este pensamiento y mente sagrados. Si se le toma como ejemplo y se le sigue, no cabe duda alguna que también nosotros no s elevaremos.

Hay otro ejemplo. Una noche en que se discutían asuntos de E atado, las conversaciones se demoraron y Lakshmana volvió muy tarde. Lakshmana, Bharata y Satrughna vivían en la mansión de Rama y, por error, Lakshmana entró a las habitaciones de éste. Cuando vio durmiendo a Sita, se dio cuenta de su equivocación y volvió apresuradamente sobre sus pasospara ir a caer a los pies del Maestro Vasishta, implorándole que le dijera cómo podía enmendar y pagar su error. Lakshmana tenía un corazón tan puro que consideró que entrar en la habitación en donde dormía la mujer de su hermano era el mayor de los pecados que podía cometer. Este tipo de ideal no se vería en la actualidad sino como un raro ejemplo. Si el hermano mayor sale de excursión, es seguro que el menor invitará a su cuñada para ir al cine. Lakshmana, en tanto era un gran individuo que seguía un código de conducta que podría servir de ejemplo a otros. Aunque Lakshmana tenía una chispa de Divinidad en él, ella surgía y se hacía visible sólo en la presencia de Rama. En todo otro momento, cuando estaba solo, era una persona común y, de hecho, más débil que una persona común.

Aquí hay un pequeño ejemplo al respecto. Hay un tipo de piedra con la que pueden producir fuego. Incluso aunque esta piedra esté mucho tiempo bajo el agua, puede producir fuego tan pronto entra en contacto con otra piedra del mismo tipo. Del mismo modo, la Fuerza Divina presente en Lakshmana y en Hanuman se manifestaba sólo cuando estaban juntos p cuando estaban en compañía de Rama.

Cuando Indrajit y Lakshmana estaban luchando, Lakshmana e oyó en un desmayo. Indrajit hizo todo lo que pudo para llev gr a Lakshmana consigo a Lanka, pero aun teniendo toda la, fuerza, no pudo moverlo ni un centímetro. Entonces entró Y lanuman en escena, pronunciando el nombre de Rama. Al oír elnombre de Rama, Lakshmana recobró su fuerza normax y pudo ser llevado hasta el campo de Rama sobre los hombros de Hanuman. Era tal el apego que Lakshmana sentía por el nombre de Rama que su sola mención hacía que reaparecieran sus fuerzas.

Lakshmana exhibía su fuerza sólo en presencia de seres humanos o de demonios pero jamás mostraba ni una fracción de sus fuerzas en presencia de Rama. Tales eran las nobles y buenas cualidades de Lakshmana.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: Durante estos pocos días hemos podido reconocer y entender, en base a la historia del Ramayana, las grandes cualidades de Rama. También hemos podido reconocer los ideales de Rama en cuanto ejemplo para nosotros. Y sólo cuando lo hayamos entendido, nuestras vidas serán provechosas.