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Discursos dados por Sai Baba

03. ../05/77 La ley del karma es invencible

La ley del karma es invencible

La ley del karma es invencible

Mayo de 1977

Si plantan las semillas de un limónero, no podrán esperar

cosechar mangos, ni pueden esperar cosechar limones

si plantan las semillas de un mango. De manera similar,

no pueden esperar obtener un buen resultado si llevan a cabo

una mala acción, y si llevan a cabo una buena acción no obtendrán

de ella una mala reacción. EL tipo de semillas que planten será

el que determine lo que vayan a cosechar.

No sigan imaginando simplemente que harán esto o aquello y que van a alcanzar esto o aquello, como para ir agotándose por el resto de sus vidas. No pueden plantar las semillas en un sitio y esperar que el árbol brote en otro lugar. No pueden plantar un tipo de semilla y esperar que brote un árbol diferente que no corresponda a ella. Sea cual fuere el nivel de vuestra inteligencia, habrán de continuar trabajando con los pensamientos puestos en el Señor. El resultado de todo buen trabajo no podrá ser sino bueno. Cualquiera haya sido el trabajo que realizaron en el pasado, Brahman, el Ser Supremo, unirá todo, lo bueno y lo malo, en una guirnalda que les colgará al cuello cuando nazcan. Nacerán con esta guirnalda de cosas buenas y malas y habrán de sufrir todas las consecuencias de ella.

¡Encarnaciones del Amor!: En este mundo, son nuestras propias acciones las responsables por todo lo bueno y lo malo que encontremos. La causa de vuestro nacimiento es vuestro propio karma . Ya sea que realicen buenas o malas acciones, todas ellas harán que nazcan de nuevo una y otra vez y experimenten las consecuencias de vuestro propio obrar. Nuestro deber, el código de conducta hindú, es el que pone su fe en las doctrinas de la ley de causa y efecto, del renacimiento y de las características de un Avatar. Entre todos los credos del mundo, el código de conducta hindú es el único que acepta estas tres doctrinas. En este contexto de la creencia en que la acción de uno determina que vuelva a nacer, puede que se pregunten qué conducta debería haber realizado Dios para llegar a nacer como ser humano. Así como para el nacimiento del hombre la responsabilidad recae en su accionar bueno o malo, deberá haber también buenas y malas circunstancias para que Dios asuma el nacimiento como ser humano. Hay aquí una importante diferencia que cabe subrayar. Si el hombre hace el bien o el mal, las consecuencias no se aplican sino a él mismo. Las causas para la llegada del Avatar son tanto las buenas obras realizadas por la gente buena, como las malas obras realizadas por la gente mala. Ambas se conjugan para el descenso de Dios en forma humana. Esto se evidencia en la historia del Avatar de Narasimha. Hay razones similares para cada Avatar. El Señor toma una forma humana debido al karma de otros. Asume esta forma por su propio libre albedrío, por voluntad propia.

Para el Avatar de Rama hay varias razones. Cuando se libraba la guerra entre los demonios y los dioses protectores, los demonios buscaban refugio junto a la mujer del profeta Bhrigu. Ella les sirvió de ayuda y hasta cierto punto debido a esta ayuda, se salvaron los demonios. Cuando Dios se enteró de esta situación, se enfureció y, yendo hasta donde estaba la mujer, la mató cortándole la cabeza. Bhrigu sufrió muchísimo con la muerte de su mujer y la separación de ella, y por ello, maldijo a Dios para que naciera como ser humano y sufriera la separación de su esposa en ese nacimiento. El sentido interno importante de esta situación, es que cada acción tendrá una reacción y un reflejo. Incluso tratándose del Dios Todopoderoso, los resultados de sus acciones lo seguirán inevitablemente cuando viene en forma humana. Esto vale, por cierto, para ilustrar esta verdad para todo el género humano.

No obstante y debido a maya, el ilusorio Poder Divino, en lugar de extraer una sagrada lección de este incidente, cuestionamos la Divinidad 'del Señor y no somos capaces de creer firmemente en que la forma humana es la del mismo Señor.

Si consideramos en detalle el momento en que Rama, Sita y Lakshmana van caminando a través de la selva, vemos que lo hacen en una fila, uno detrás del otro. Podemos tomar los tres dedos centrales de nuestra mano para ilustrar a los tres miembros del grupo. El primero, el índice, representará a Ramachandra. Rama abre el camino, Sita va tras de El y Lakshmana cierra la fila. Aquí, Rama es el Señor, la Realidad; Sita es la ilusión y Lakshmana tipifica al individuo. En esta situación cuando Lakshmana, el hombre, ansía mirar el Absoluto, Rama, Sita se interpone en la forma de maya (irrealidad). ¿Qué habría de hacer Lakshmana en esta situación? ¿Ha de mostrarse arrogante con Sita y pedirle que se vaya? Eso es imposible. Si lo hiciera, Rama no lo toleraría. De modo que debe implorarle a Sita: "¡Oh Madre, ansío la visión del Divino Ser! Por favor, apártate por un momento para permitir que lo vea". En cambio, si comenzara a discutir con el maya (la ilusión) y a ordenarle que se aparte, el resultado sería que no tendría la oportunidad de mirar a Ramachandra ni tener una visión de lo Divino. El Alma Suprema está siempre rodeada por maya, la imagen ilusoria o irreal. Lleva a esta ilusión atrayente como su cuerpo. Nadie aceptará eliminar o cortarse una parte de su cuerpo. Han de considerar a Sita como maya y, rezándole a ella, uno podrá lograr, a través de ella, una visión de Rama, el Ser Supremo.

En este contexto, Sita es la responsable de nuestra incapacidad para realizar la verdadera forma del Absoluto. También será Sita la razón para llegar a entenderle. Como ya lo dijéramos, por sí sola la mente del hombre es responsable de su liberación o de su esclavitud. Aquí, el aspecto de maya es similar al aspecto de la mente. La mente posee una forma especial que le es propia. Es nuestra propia ilusión, la que toma la forma de nuestra mente.

Aquí hay un trozo de tela. En realidad no es un trozo de tela, es en verdad, un atado de hilos. Si lo miran más de cerca, no es siquiera un atado de hilos, sino que no es nada más que algodón. Si sacamos uno por uno todos estos hilos, desaparecerá la forma de la tela y ya no la veremos. De igual manera, la mente es simplemente un conglomerado de deseos. Estos deseos se juntan como los hilos y constituyen lo que se podría llamar la tela, que es la mente. Así como desaparece la tela cuando le van sacando los hilos, no quedará mente alguna si sacan todos los deseos. La mente no tiene una forma que le sea propia. El resultado de esta operación se llama liberación. También se hace referencia a este proceso como el disminuir y eliminar nuestras responsabilidades y deseos. Nuestra vida representa un largo viaje. Este largo viaje se nos hará placentero si llevamos con nosotros sólo un equipaje ligero. Muchos estudiantes, que hacen un uso frecuente de los ferrocarriles, habrán visto un letrero que dice: "Menos equipaje y mayor confort convierten el viaje en un placer". En esta vida, que viene a ser un, largo viaje en tren, los deseos constituyen el equipaje. Con el objeto de minimizar el equipaje, deberíamos minimizar los deseos. Se debe a estos deseos que nos esclavicemos. Esta esclavitud es la que nos acarrea sufrimientos y dificultades.

Como lo mencionáramos el otro día, Rama estaba junto a Sita porque ella lo había sacrificado todo, y había renunciado a todo. Lo único que ansiaba era servir a Rama. Pero tan pronto como comenzó a desear y a pedir el ciervo dorado en Dandakaranya junto al Panchavati, Rama se distanció de ella. Es en este sentido que decimos que cuando aparece el deseo, no puede estar Rama, y en donde está Rama, no están los deseos. La luz y la oscuridad no pueden coexistir en un mismo lugar. En el caso de cada ser humano, son los resultados de su propio accionar pasado los que le producen felicidad o pesares.

En el Ramayana, poema épico, cuando Rama persigue al ciervo dorado, se hacen escuchar los engañosos llamados de "¡Ah Sita! ¡Ah Lakshmana!" Lakshmana sabe muy bien que estos llamados provienen de Maricha y, sabiéndolo, no les presta atención. Estaba cuidando a Sita y cumpliendo con su deber al protegerla. Mas cuando Sita escuchó estos llamados, quedó aterrada y confusa. Comenzó a presionar a Lakshmana, urgiéndole porque Rama estaba en peligro. Le pidió que fuera de inmediato para proteger a Rama, pero él, que sabía muy bien de las tretas y argucias de los poderes maléficos, le dijo: "No, no debes creer en estas cosas; no son más que tretas. Ningún daño le sucederá a mi hermano Rama". Parecía que Sita en esos momentos no podía pensar con claridad, y sus palabras no atendían razones. Comenzó a hablar con dureza y Lakshmana no pudo soportar esta dureza. De ese modo, y no teniendo otra alternativa, se alejó de ahí en contra de su voluntad. Todo lo que Sita le dijo urgiéndolo para partir en ayuda de Rama, fueron palabras que una persona tan inocente como Lakshmana no merecía. Sita no era una mujer común. Era la consorte de Narayana mismo. Era la encarnación de Lakshmi Devi. No obstante y pese a ello, en esta situación había de ser demostrada la ley inevitable debido a la cual uno ha de experimentar los resultados de su propio karma.

Después de la muerte de Ravana, al exigirle Rama a Sita que caminara por el medio del fuego para comprobar su pureza, también pronunció una serie de palabras duras, porque quería probarla y sentar un ejemplo para el mundo. Por diez meses Sita había estado esperando la visión de Rama y cuando Rama apareció, no le mostró compasión alguna e incluso se dirigía duramente a ella. Ni siquiera cuando Sita estalló en lágrimas, le mostró Rama compasión o bondad. Incluso fue tan duro como para decirle: "Sita, no te mostraré gracia alguna. Puedes elegir entre quedarte y vivir con Lakshmana o con Bharata". Sita no era una persona común. Tan pronto escuchó las duras expresiones de Rama, se dio cuenta de que ello no era más que el resultado de las duras palabras que ella había usado al hablarle a Lakshmana. Los resultados de la acción son tan invencibles que uno no puede escapar a ellos. Esta situación en el Ramayana ilustra muy bien la ley del karma y se erige como ejemplo para los seres humanos. Les enseña a ser buenos siempre, a no hacer sino el bien y a no ver sino el bien.

Encontramos también importantes ilustraciones en otras situaciones. En otra ocasión, Sita estaba en avanzado estado de gravidez. En esa época Rama era el monarca y en Ramarajya el gobernante le daba una gran importancia a las palabras del pueblo. Se produce aquí un conflicto entre los deberes de Rama como marido y sus deberes como rey. Rama reflexionó y sopesó para sí mismo: "¿Qué es más importante, mi deber como marido o como rey?..." Llegó a la conclusión de que su deber como rey era el más importante. El deber como marido es un deber individual, en tanto que el deber como rey tiene que ver con la comunidad entera. Después de llegar a la decisión de que era más importante su deber de rey, decidió enviar a Sita a la selva. Pese a que el pueblo pensó que era una acción de gran dureza, Rama no se desvió ni por un momento de la senda del deber, incluso en las circunstancias más penosas.

Si tomamos otro evento de la historia, nos encontramos con que Rama, junto a Sita y Lakshmana iban en un carro rumbo a la selva. Dasaratha, agobiado por el dolor, corría tras el carro gritando: "¡Deténganse, deténganse!" Sumanta, que conducía el carro, volvió sus ojos hacia Ramachandra con una muda interrogación, como si estuviera preguntando: "¿Detengo el carro según las órdenes de Dasaratha, o sigo adelante?" Pero Ramachandra le indicó: "¡Sigue, sigue!" Después de haber recorrido una cierta distancia, Sumanta se volvió hacia Ramachandra para decirle: "Sería bueno que yo hubiera de quedarme también contigo por años en la selva. Pero tendré que volver a la ciudad y entonces Dasaratha me preguntará por qué no detuve el carro cuando me lo pidió. ¿Qué respuesta puedo darle?" Ramachandra le contestó: "Oh, dile que no podías escuchar sus palabras". ¿No es esto una mentira? No, no hay mentira alguna en estas palabras. Hay muchas razones para ellas. Ramachandra había de ir a la selva y mientras antes lo hiciera, mejor. Si hubiera demorado su partida, le habría infligido un terrible sufrimiento y dolor a sus padres. Hay otra razón también. En la batalla entre los demonios y los dioses del bien, Dasaratha le había concedido un favor a Kaikeyi en su capacidad de rey y quería cumplir con él. Para satisfacer y cumplir con esta merced concedida, había exiliado a Ramachandra a la selva. El día en que le ordenaba detener el carro para poder ver una vez más a Ramachandra, lo hacía en cuanto padre. No estaba dando estas órdenes en cuanto rey. Este pedido se refería a la relación que existe entre un padre y un hijo, la cual no tiene nada que ver con el rey.

Entonces le dijo a Sumanta: "Has obedecido las órdenes de tu rey. Aunque no obedeciste las órdenes dadas por mi padre". Deberíamos observar la importante distinción que hace Rama aquí entre rey y padre. Supongamos que una persona llamada Yellaya que tiene cuatro hijos, llega a ser ministro. En los tiempos de antaño, habría pensado que el ministro no tiene hijos, sino que todo el pueblo del país eran sus hijos y se habría preocupado de cada habitante. Pero en la actualidad, tan pronto Yellaya llega a ser ministro, sus cuatro hijos se vuelven importantes. No se reconoce que junto con un cargo de posición, hay una responsabilidad para el que lo asume. De modo que veríamos una gran diferencia entre la situación existente en la actualidad y la de los tiempos de Ramarajya.

Los sabios son los líderes del mundo. Vale decir, ellos son los pioneros que marcan la ruta. Pueden encontrar en la historia variadas cualidades humanas adscriptas a los grandes eruditos. Todas estas cualidades han sido siempre utilizadas por ellos en pro de la prosperidad de la gente. Los individuos que no pueden entender esta verdad se dedican a comentar y a discutir la conducta de estos grandes sabios. Estos eran absolutamente desinteresados. Todas sus acciones se dirigían hacia el objetivo de la prosperidad de todas las personas. Los eventos importantes que se encuentran en la sagrada historia del Ramayana son ejemplos que proclaman estos ideales. Cada una de las palabras del Ramayana tiene la potencia de una fórmula sagrada. Rama mismo se mostró como un ser humano ideal.

¡Estudiantes!: En ustedes recae la responsabilidad del bien del país y es necesario que entiendan el importante significado interno del Ramayana. No es correcto que piensen que no son sino historias que han sido creadas por alguien y que no guardan relación con el contexto de sus vidas. Todos éstos son incidentes que han sido narrados por profetas y que les ofrecen un ideal para que lo sigan en cada una de las etapas de sus vidas, cualesquiera sean las posiciones que ocupen o cualesquiera sean las circunstancias. Hoy en día no hacemos siquiera el intento de mantener nuestro pensamiento y nuestra inteligencia en la senda correcta. La inteligencia que se les ha dado para que puedan entender quiénes son, es utilizada para entender al resto del mundo y no para conocerse a sí mismos.

Si la inteligencia que se les ha dado con el propósito de la introspección y la búsqueda de vuestra Alma se emplea en procurarse alimento, vuestra vida pierde sentido. Eso de buscar y procurarse alimento lo hacen también las aves y los animales. Es una vergüenza el nacer como ser humano sólo para buscar alimento para comer. Si se les da un espejo para mirarse en él y sólo lo usan para ver el reflejo de otros, ¿cómo podrían llegar a conocer sus rostros? Dios les ha otorgado esta inteligencia para que sean capaces de entenderse a sí mismos y realizar vuestra propia naturaleza. Hagan, en primera instancia, el intento de descubrir quiénes son. Esta es la indagación que automáticamente se convertirá en la indagación del "sí mismo" y que conducirá a interrogantes como: ¿Quién soy yo?, ¿soy este cuerpo?, ¿soy esta mente?, ¿soy esta inteligencia?, etcétera.

Cuando examinen cada uno de estos interrogantes, se darán cuenta de que no son ninguna de estas cosas. Por ejemplo dicen: "Es mi cuerpo". Al decirlo, implican que son algo separado; el cuerpo es algo separado y ustedes no son el cuerpo. Deben entender esta verdad. Si tomo esto como pañuelo, el pañuelo es algo que puede ser desechado en cualquier momento y me puedo separar por completo del pañuelo. Cuando dicen que esto es mi cuerpo, mi mente, mi inteligencia, etc., ello significa simplemente que son diferentes del cuerpo, de la mente y de la inteligencia. Ustedes están en el cuerpo, están en la mente, están en todas partes, pero nada de ello está en ustedes. Todo eso les pertenece, pero no es lo mismo que ustedes.

Hemos de inquirir aquí en un pequeño detalle. Todo esto es ustedes, pero ustedes no son eso. ¿Cuál es la implicancia? Es correcto cuando dicen que son esas cosas y también es correcto cuando dicen que no son esas cosas. ¿Cómo es posible esto? Hay un pequeño recipiente con agua. Miran el agua y encuentran su imagen reflejada en el agua. Entonces dicen que son ustedes. Aquello que ven como imagen son ustedes mismos. Entonces digo: No, ustedes no son eso. Si sostienen que ustedes son esa imagen y yo tomo una vara y golpeo la imagen, no van a sentir ningún dolor. ¿Cómo pueden decir, entonces, que son ustedes? Es vuestra imagen, no ustedes. Sin embargo, son esa imagen. Si yo insultara a la imagen, ustedes se enojarían. Si la golpeo no sienten el dolor, pero si la insulto, se sienten heridos. Esto significa que están en ella, pero que no son idénticos con ella. De igual manera ustedes están presentes en todas partes. Están presentes en la imagen, son omnipresentes y son divinos. En este contexto y en este aspecto de esta verdad es que digo que no son una sino tres personas: aquella que ustedes creen que son, aquella que otros piensan que son y aquella que realmente son. El cuerpo, la mente y el Alma son los que representan estos tres aspectos diferentes.

Esta mañana, uno de los participantes habló sobre el significado de la letra "M". Muy inteligentemente señaló que la "M" representa a la mujer. En base a esta conclusión, resulta que, ya sea para la prosperidad o la decadencia del mundo, sólo las mujeres son responsables. Ya sea para mejorar al mundo y convertirlo en un grato lugar para vivir y llevarlo a las alturas de la gloria, sólo las mujeres son responsables. En el Bhagavad Gita se dice que las mujeres poseen una cualidad distintiva y que habrían de tener el primer lugar en todo. Nuestro país es descrito como "la madre". La Naturaleza, la Creación, se comparan a una madre. Si nos caemos y sentimos dolor, gritamos "¡mamá!" y no "¡papá!" En todas estas situaciones, al simbolizar a la madre, se manifiesta una posición distintiva especial para la mujer. Una mujer puede llevar a una persona hasta las alturas de la gloria como también puede arrastrarla a los más profundos abismos de la degradación.

Hay tres palabras que son sagradas: trabajo, adoración y sabiduría. Y hay otras tres palabras que pueden sumirles en la destrucción: vino, mujer y riqueza. En el mundo podrán encontrar personas que detentan posiciones de la mayor autoridad, como por ejemplo, un general que comanda a miles de soldados, un juez de la corte suprema que puede impartir castigos a quien sea; en los grandes colegios en los que hay miles de estudiantes, el director tendrá tal poder que la mera mención de su nombre despertará temor entre los alumnos. No obstante, ¿puede este general que comanda a tantos soldados, este juez revestido de tanta autoridad o este director que aterroriza a miles de estudiantes, hacer valer de esta manera una sola fracción de la misma frente a su mujer? Hemos de concluir que existe alguna fuerza divina en las mujeres. Debido a esta fuerza divina fue que Sita pudo conseguir a Rama, que no resulta fácilmente asequible para cualquiera.

Cuando escuchamos el nombre de un tipo de mango que se llama "Rasam", el mismo nombre nos hace sentir que se trata de un fruto agradable. Nos hace pensar en un fruto muy dulce. Pero al verlo realmente y querer probarlo, puede que dudemos acerca de si es dulce o ácido. De manera similar, al oír el nombre de Dios sentimos ciertamente una gran atracción hacia El. Pero cuando el mismo Dios toma forma humana, comenzamos a sentir dudas. Los cambios que se producen en una forma, característica natural de toda la Creación, son los responsables para que surjan estas dudas.

Todo lo que vemos alrededor nuestro es la creación de la Naturaleza. Ella no es más que una manifestación de la Creación que se denomina Naturaleza. Hay una gran medida de debilidad en esta creación y la fuente para esta debilidad se encuentra en la creación misma. Cada vez que hay debilidades o flaquezas en un individuo, se lo asocia con la acción de una mujer. En este mundo que es como un escenario, tanto el hombre como la mujer no son sino actores y están desempeñando sus roles. Sin embargo, el mero hecho de que uno desempeñe el papel de un hombre y el otro el de una mujer en la obra, no nos puede llevar a concluir que algunos son hombres y otros, mujeres.

Aquí va un pequeño ejemplo. Hay un colegio de niñas en Anantapur. Anualmente, las niñas ponen en escena varias obras de teatro. En cualquiera de ellas, los roles del rey o de cualquier otro personaje masculino son desempeñados por niñas. Se trate del rey o de la reina, de hombres o de mujeres, son sólo niñas las que actúan en los diferentes papeles. Sólo para ese día de festividad se disfrazan con la apariencia de un hombre o un rey sobre el escenario, pero en verdad, no son más que niñas, son mujeres. Sólo actúan sobre el escenario y no desempeñan sino un papel; en la realidad no son hombres ni son reyes. De manera similar sucede en toda la Creación. El mundo es como un colegio de niñas. En el escenario del mundo nos imaginamos que algunos individuos son hombres y otros, mujeres. Esto no es más que una apariencia, pero no es verdad. Todas las personas sufren debilidades como el hambre, la ira, la envidia, el cansancio, etc. Todas estas debilidades se encuentran presentes en cada uno y ello indica que todas son femeninas. Hay solamente una que no muestra ninguno de estos rasgos distintivos y se hace referencia a esa persona como el Ser que es el Alma Suprema.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: Para ser dignos de lograr una visión del Ser Supremo, deberían deshacerse de todas estas flaquezas humanas, como tener mal genio, andar hambrientos y enojarse. Los jóvenes en particular deberían ser capaces de controlar su ira, su odio, su envidia y su lujuria. Son estas cosas las que deben controlar. Si no hacen el intento y no tienen éxito en controlarlas mientras son jóvenes, les será imposible lograrlo cuando sean mayores. Para llegar a controlar los sentidos, ésta es la edad justa. Son estos impulsos sensuales los que llegan a destruir vuestra ecuanimidad y a ustedes mismos.

Cuando lleguen a ser capaces de controlar sus deseos, tendrán al mundo entero en la palma de la mano. Si se convierten en esclavos de sus deseos y sus ambiciones, se convierten en esclavos de todo lo que les rodea. A1 ser esclavos de sus deseos se hacen esclavos del mundo, mas si llegan a conquistar sus deseos y a controlarlos, pueden conquistar al mundo entero. Si desean llegar a controlarlos sólo en apariencia, no conseguirán resultados duraderos. Si fueran a golpear por fuera el montículo de un hormiguero, ¿morirá la serpiente que se esconde en su interior? Controlar sólo superficialmente los deseos no será la manera correcta de actuar. Habrán de ser controlados los malos pensamientos y las malas ideas que surjan dentro de sus cuerpos. La mente es como el montículo de un hormiguero. De este montículo de vuestra mente saldrán varios pensamientos ponzoñosos, como otras tantas serpientes venenosas: Haciendo uso de los sagrados pensamientos en Dios, y de las serenas y calmas ideas de Dios, podrán hacer que estas serpientes se duerman. Vuestra edad es una edad sagrada. Sería deplorable desperdiciarla y no obtener resultados de ella. No han de pensar en imitar o copiar a otros en sus acciones. Si a partir de hoy, son capaces de deshacerse de estas malas cualidades y controlar sus pensamientos, serán capaces en el futuro de adquirir la fuerza que les puede llevar cerca de Dios.

Si estos buenos resultados no se produjeran gracias a la asistencia a estas clases, ¿qué objeto tendría llevar a cabo estos cursos y seminarios de verano? Si un automóvil que ha sido llevado a un taller por problemas mecánicos sale de éste y sigue presentando problemas, ¿de qué sirvió haberlo llevado a reparar? De manera similar, muchos coches en mal estado, sin pernos y sin tuercas, en la forma de jóvenes estudiantes han sido enviados a este taller del seminario sobre el Ramayana, desde todos los puntos de nuestro país. Cuando estos vehículos vuelvan a sus lugares de origen tendrán algún valor, sólo si han sido reparados como para que estén en buenas condiciones. De lo contrario, no tendría sentido venir a este taller.

Estos estudiantes que han venido acá no han de volver en las mismas condiciones en que llegaron. Habrán de transformarse en hombres y en mujeres ideales. Espero que de esta manera serán capaces de sentar un ejemplo para otros que puedan seguirlos en los años venideros.