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Discursos dados por Sai Baba

26. ../05/77 La buena compañía les permite mantener vuestra bondad

La buena compañía les permite mantener vuestra bondad

La buena compañía les permite mantener vuestra bondad

Mayo de 1977

Así como un ratón queda atrapado en la jaula

porque es incapaz de resistir la tentación del cebo que hay

en ella, el hombre pierde también la felicidad y la dicha

que provienen del conocimiento de Brahman,

al ser incapaz de renunciar a su deseo

por gozar de las múltiples atracciones sensuales de este inundo.

¡Encarnaciones del Amor!: Un ser humano es como una semilla. Al igual que una semilla brota para convertirse en un retoño y éste se convierte en un árbol cuando crece, también el ser humano nace, crece, cambia y se transforma, adquiere la plenitud de la naturaleza humana y, por último, a través de varias etapas, llegará a su destino.

El hombre posee dos tipos de conocimiento. Uno de ellos es aquel que se relaciona con el mundo de cada día. El segundo se relaciona con el mundo superior, el mundo del espíritu. El primero ha sido descripto como aquello que les ayuda a llevar vuestra vida cotidiana y a ganarse la vida. El segundo les lleva hasta vuestro destino último, el objetivo de toda vida. Haciendo uso del conocimiento que se refiere a la vida en el mundo pueden llevar su vida cotidiana. A través de este proceso, generalmente acrecientan su reputación y logran una posición en la sociedad en la que viven. También recurren a este conocimiento para cumplir con sus responsabilidades y deberes. Este conocimiento podría ser descripto, además, como el saber que les permite vivir apaciblemente en el mundo circundante. Por intermedio de él pueden adquirir la habilidad y la fuerza como para vivir bien.

El segundo tipo de conocimiento que se refiere al mundo superior, al del espíritu, les capacita para responder a interrogantes como: ¿Quién soy yo?, ¿por qué he venido acá?, ¿cuál es la base de la vida?, ¿cuál es el secreto de mi nacimiento?, etc. Hacemos uso de este segundo tipo de conocimiento para poder contestar a tales preguntas. Para darles respuesta habrán de ver la unicidad en toda la Creación. El conocimiento mundano y el conocimiento espiritual son, en realidad, un solo y mismo conocimiento y se encuentran inextricablemente conectados el uno con el otro. Son como las dos caras de una misma moneda. Son como las dos alas de un ave. Son como las dos ruedas de un carro y han de entender que no son distintos ni están separados. Habrán de coordinar estas dos ramas del conocimiento, ver la conexión entre ambas y adecuar vuestra vida en concordancia con ello.

Pese a que estamos profundamente comprometidos con asuntos relacionados con el mundo material de cada día, debemos recordar siempre nuestra conexión con el mundo del espíritu y llevar a cabo nuestro trabajo con la plena conciencia de él. A menudo vemos a alguna mujer que vuelve a su casa con un recipiente lleno de agua sobre su cabeza y que, sin embargo, mantiene un perfecto equilibrio. Así también el hombre, pese a estar cumpliendo con sus deberes y su trabajo diarios, deberá mantener su atención focalizada por completo en asuntos espirituales. Este tipo de atención se ha vuelto muy raro en estos días y no podemos encontrar ni siquiera un ejemplo que citar. Incluso un individuo dedicado a la meditación comienza a pensar en diferentes cosas y es incapaz de fijar la atención en su objetivo. Su atención oscila. Esto no es más que un indicador de debilidad de la propia devoción. Si la fe es fuerte, no cabe la menor duda de que uno será capaz de lograr esta concentración.

Los ciudadanos de Bharat han aprendido a adorar a la gente. Pero no han aprendido a entenderla. Adoran a Avatares como Rama y Krishna con la creencia de que Dios nace en forma humana en este mundo cuando tales Avatares aparecen. No han entendido que Rama y Krishna y otros Avatares como ellos no son sino ejemplos ideales de individuos humanos. Estos seres Divinos nacidos en la comunidad constituyen ejemplos ideales de seres humanos y, tan pronto como aprendemos a practicar lo que ellos demuestran, hemos aprendido lo que son y los hemos entendido. Una persona débil, que no es ni siquiera capaz de entender la naturaleza y los aspectos humanos, ¿cómo podría comprender los aspectos de la Naturaleza Divina? Será sólo cuando podamos entender a Rama, Krishna, etc., como ejemplos humanos ideales, que los estaremos elevando a la posición de Avatares Divinos.

Hoy, no hacemos sino adorar a estos Avatares en la forma de ídolos y fotografías, pero no seguimos los ideales que nos entregaron. Hemos aprendido a aceptar que el Avatar y la Divinidad son idénticos y así también deberíamos aceptar que los ideales que sentaron para nosotros han de ser practicados. En la actualidad, lamentablemente, nos dirigimos a un Avatar como a Dios. No hacemos sino repetir la palabra "Dios" y le adoramos, pero no aceptamos sus mandamientos, ni sus declaraciones. Simplemente los dejamos de lado. Este tipo de adoración que no va acompañada de la práctica, debería considerarse como mero exhibicionismo y no como devoción.

En este mundo hay un gran porcentaje de gente que quiere encontrar un camino fácil. Desean gozar de la felicidad sin ningún esfuerzo de su parte. Sin hacer ningún esfuerzo y sin realizar una verdadera disciplina espiritual, nada se puede lograr. Pero son incapaces de reconocer este hecho fundamental. Al igual que los perros que compiten entre sí y huyen luego con alguna piltrafa, estos oportunistas compiten entre ellos y hacen todo por obtener una oportunidad y avanzar con ella.

El hombre ha perdido la facultad de discernir entre las cosas permanentes y las impermanentes. Debido a la ausencia de este poder de discernimiento, el hombre no hace sino inquietarse y vivir en estado de excitación. Ni siquiera es capaz de reconocer que esto no constituye sino una debilidad suya. Si sus deseos y sus ambiciones se cumplen, está feliz y contento, pero si no es así, se excita. Ni siquiera trata de descubrir la razón por la que sus deseos no se han cumplido.

Como primera cosa habrá de inquirirse respecto de si las ambiciones y los deseos corresponden a lo que se necesita y es bueno para uno. Pero en la incapacidad de tener un poder de discernimiento, los hombres desarrollan deseos que no deberían alimentar. Cuando éstos no se cumplen, comienzan a acusar a Dios y a echarle la culpa. Tales personas se sienten muy felices cuando obtienen lo que quieren y están constantemente perjudicando y causándole problemas a otros. Siempre desprecian y nunca aprecian. Sin empeñarse y sin esfuerzo alguno desean conseguir cosas que no les corresponden. ¿Cómo podrían personas con tan malas cualidades tomar alguna vez por una senda que sea beneficiosa y saludable? En verdad, los jóvenes como ustedes han de reconocer las dos grandes cualidades de la moralidad y el sacrificio. Mientras vayamos detrás de las cosas materiales que estén en torno nuestro, nuestras condiciones seguirán siendo lo que son. Debemos hacer el intento por inquirir y entender interrogantes como: ¿Quién es el hombre?, ¿cuál es el propósito para el cual ha venido a este mundo? No hacemos sino hablar de sacrificio. Repetimos las palabras Amor y No Violencia, pero no las practicamos realmente. Pretendemos tener fe en Dios. No hacemos sino expresar y anunciar que tenemos fe en Dios. Si realmente tuvieran fe en Dios no harían estas cosas. Todo lo que uno haga, parece hacerse únicamente con el propósito de promover los propios intereses egoístas o los de la familia de uno. Se mantiene una mentalidad estrecha y no se tiene en la mente el aspecto del trabajo desinteresado y el anhelo de hacer algo útil por otros.

Hay muchos desafortunados que no son capaces de aprovechar las sagradas oportunidades que les salen al paso. Para alguien que no pueda gozar de felicidad y de dicha, ¿qué más da la oportunidad que se le presente? Para un perro que no puede sino beber agua a lengüetazos, ¿de qué le vale tener un ancho río con mucha agua corriente? De vez en cuando se nos presentan realmente oportunidades sagradas durante nuestra vida. Dejando de hacer uso de ellas y sin pararnos a considerar sus valores, no hacemos sino perder nuestro tiempo y nuestra vida.

¡Estudiantes!: Durante todo este mes han aprendido muchas cosas que le son necesarias al hombre para vivir felizmente. Las cosas que han escuchado durante este mes y las situaciones que han vivido y visto deberían grabarse de manera permanente en sus mentes. Sólo entonces serán capaces de seguir por la senda sagrada y hacer que sus vidas se conviertan en un ejemplo ideal para otros.

Hay un pequeño ejemplo para esto. Es muy común que, ya sea llevadas por la excitación o por un estado temporal de felicidad, las personas lleguen a distintos puntos de vista en un momento dado. Esto podría llamarse un tipo transitorio o temporal de desapego. Había una persona en el norte de la India que administraba un molino de harina. En una oportunidad fue hasta un lugar en que se relataba un encantador cuento sobre Dios. El autor de esta historia sobre la devoción a Dios, señaló desde un comienzo que no había mayor don que el del alimento. Preguntó también: ¿Hay algún Dios superior a la madre y al padre? ¿Hay alguna conducta moral más noble que seguir la Verdad? ¿Hay alguna Acción Correcta superior a la de mostrar bondad en donde se necesite? ¿Hay algo más beneficioso que mantener la compañía de la buena gente? ¿Hay algún enemigo peor que la ira? ¿Hay alguna enfermedad peor para un ser humano que el tener deudas? ¿Hay alguna riqueza que sea mejor que la reputación sostenida? Declaró, además, que las consecuencias del darle alimento a un hombre hambriento no traerán consigo sino bienes mayores.

El molinero, después de escuchar todas estas declaraciones, retornó a su casa pensando que, si le daba alimento a los menesterosos iba a beneficiarse de buenas consecuencias y decidió comenzar a hacerlo ese mismo día. Al hacerlo, le asaltó una mezquina y siniestra idea. Tenía una cantidad de harina de trigo que se estaba pudriendo en su almacén por algunos meses. Comenzó a usar esa harina para hacer pan para distribuir entre los pobres. La harina podrida estaba en tan mal estado que ni las hormigas ni los insectos se acercaban a ella. La mujer del molinero era muy buena persona. También era muy devota. De muchas maneras trató de hacer cambiar de idea a su marido. Le decía: "¿De qué sirve y con qué propósito vas a distribuir esta harina en mal estado? Tenemos tanta harina almacenada, ¿por qué no sacas de la harina buena y alimentas con ella aunque no sea sino a unos pocos? ¿Por qué darle la harina podrida a muchos?" Pero sus palabras no hacían mella en el molinero.

Ella esperaba una oportunidad para darle una buena lección a su marido. Esta se le presentó un día en que tomó de la harina podrida y le preparó pan a su marido, poniéndoselo en el plato cuando llegó a comer. Este se enojó y se excitó mucho.

Haciendo uso de palabras buenas y suaves, la mujer le dijo que cualquiera sea el trabajo que se haga, las consecuencias de este trabajo habrán de ser aceptadas ya sea en el cielo o el infierno. El tipo de semilla que se plante determinará la naturaleza de la planta que brote. Le señaló: "El tipo de regalo que estás haciendo ahora es muy malo y las consecuencias de esta maldad te llevarán al infierno y allí te van a servir este tipo de pan. Cuando se dé esta situación, vas a tener que comer este pan podrido por primera vez. Te será difícil hacerlo, de modo que es mejor que te acostumbres desde ahora a comer pan podrido. Te va a ser imposible conseguir un buen pan en ese momento. Para que vayas practicando, te voy a dar solamente de este pan de ahora en adelante".

El trabajo que realicemos hoy día determinará las consecuencias que enfrentemos en el futuro. Habrán de hacer un buen trabajo y recibir un bien de él. ¿Podríamos plantar semillas de limonero y esperar que obtengamos mangos? ¿Podríamos plantar las semillas de un mango y esperar conseguir limones de ese árbol? Representa una buena conducta para el ser humano reconocer este hecho y promover ideas y pensamientos sagrados y llevar a cabo un trabajo también sagrado ahora, para que pueda cosechar frutos sagrados en e1 futuro.

¡Estudiantes!: Mañana todos nuestros programas habrán terminado y han de retorna a sus respectivos hogares. Antes de retornar, y para que puedan mo.,trar sus vidas como sagrados ejemplos ideales, tendrán qLie recoger y adquirir aquí la energía. Si vuestros pensamientos no se mantuvieran sagrados más que estando aquí, pero al voh erse a casa y dependiendo del ambiente, cambiaran, no habrán adquirido, en verdad, nada de naturaleza perdurable.

Cuando sus padres les vean, deberán ver la transformación en ustedes y sentirse felices. Ya tendrían que haber abandonado todos los pensamientos viejos y las malas ideas. Si se llevan a un taller los coches averiados y deteriorados y vuelven del taller en las mismas condiciones, ¿de qué ha servido llevarlos allá? Al menos a partir de hoy, todos los pasadores, tuercas y tornillos que habían dejado de funcionar en ustedes, habrán de ser dejados en Brindavan y deberán aparecer fuera de aquí con pasadores, tuercas y tornillos nuevos. Con este cambio de ideas en vuestro corazón podrán sentar un ejemplo, para que la gente que entre en contacto con ustedes pueda también ser capaz de cambiar sus hábitos.

¡Estudiantes!: Aquello de lo que hablamos como el mundo de hoy no es permanente. No es más que una mezcla de verdad y falsedad. No sabemos cuándo, ni en qué momento ni en qué forma llegará nuestro fin. Estamos dedicando todos nuestros recursos y nuestras energías para la satisfacción de un cuerpo tan transitorio. Todo lo que podamos adquirir, todas esas posesiones habrán de ser abandonadas cualquier día. Ya sea que vivamos o que muramos, hemos de llevar un nombre que conlleve una reputación. Lo que queda de manera permanente en este mundo es únicamente vuestro nombre y vuestra reputación. No se dejen dominar por los pensamientos de: "Voy a hacer esto. Voy a hacer aquello. Voy a adquirir esto o voy a adquirir aquello". Estas no son sino palabras imaginarias lanzadas al aire. Deberán hacer un buen uso del tiempo que se les ha dado, viviendo en esta sociedad y prestándole servicio a la gente en este país.

Por haberse unido a los cursos de verano y por haber pasado vuestro tiempo en este ambiente sagrado, esta sagrada calidad debería imprimirse de manera permanente en vuestras mentes.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: No hay necesidad de establecer una nueva sociedad. Nuestro deber es reconocer lo bueno que ya existe en nosotros. Las Organizaciones de Sai no tienen intereses egoístas. Quieren ayudar a todas las religiones y a todos los hombres. Resultan aceptables para todos. No han sido establecidas con miras a promover un nombre. Esto no quiere decir que no haya individuos que no sean egoístas en la Organización. Pero no deben preocuparse por esta gente ni por tales ideas. Deben hacerse desinteresados y unirse a la Organización con un espíritu desinteresado. Mientras se encuentren en este ambiente de aquí, puede que sientan que éstas son ideas muy sagradas y buenas. Pero tan pronto salgan y entren al mundo exterior, las cosas son diferentes. Es seguro que vuestras ideas van a cambiar cuando salgan. Pero cuando también afuera la compañía es buena, les será posible retener estos sa%rados ideales por períodos más largos.

Hay un pequeño ejemplo. Si tienen un jarro de greda que contenga agua y lo guardan por algún tiempo, se encontrarán con que algo del agua se habrá evaporado. La razón para ello es que el jarro de greda exudará algo de agua, porque el medio exterior al jarro es muy seco. Por otra parte, si este jarro se guarda en un medio que tenga agua, no exudará el agua que contiene dentro. De manera similar, cuando hayan llenado el jarro de su corazón con esencia espiritual, incluso aunque hayan sido no creyentes en un comienzo, debido a esta esencia espiritual en el jarro de vuestro corazón, habrán gozado de un medio que está lleno de espiritualidad. Si entonces salen hacia un medio que esté lleno de esencia espiritual, vuestra fe y vuestra creencia no se evaporarán. Si esto se puede hacer continuamente por algunos años, ya no habrá peligro más adelante de que la esencia en vuestro corazón se vaya a diluir.

Todavía son jóvenes. En vuestras jóvenes mentes existe la tendencia a fluctuar un poco. Si uno quisiera explicar la naturaleza de un joven, se la puede comparar con el comportamiento de cien monos. Tomando esto en consideración cuando regresen a sus hogares, han de unirse a la Organización Sai y, en esa buena compañía, deberán hacer el bien para el resto del mundo.