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Discursos dados por Sai Baba

23. ../05/77 El conocimiento libresco es inútil

El conocimiento libresco es inútil

El conocimiento libresco es inútil

Mayo de 1977

ÚTIL ES EL CONOCIMIENTO PRÁCTICO

¡Hombre! Así como no puedes ver las estrellas durante el día, tampoco puedes ver a Dios en medio de tu ignorancia. Y por eso, no digas que EL izo existe.

Con fe puedes ganar Su Gracia y ser próspero.

Si carecen de la paciencia y el control necesarios, ¿qué podrá resultar de cualquier acción que realicen? ¿Qué puede resultar del Yoga que emprenden? ¿Qué puede resultar incluso de la repetición del Nombre de Dios si no tienen paz mental cuando se dedican a él? ¿Qué podría resultar de un salar, aunque lo cultiven y planten semillas en él?

¡Encarnaciones del Amor!: Existe una conexión inextricable entre Dios y las palabras de Dios. Dios y lo que pronuncia no son cosas diferentes. Son una sola y misma cosa. Si tienen Fe en Dios y creen en El, se desprende que aceptan las palabras de Dios y las ponen en sus mentes. Si creen que personas como Rama y Krishna son Avatares en este mundo, es una muestra de irrespetuosidad hacia ellos. el que no le presten atención alguna a los mandamientos que nos entregaron.

En vuestra relación con Dios, como asimismo en la repetición de los mantras (fórmulas místicas de alto contenido vibratorio) y en el asistir a lugares de peregrinación, los resultados que obtengan estarán determinados por la intensidad de vuestra fe, al igual que en el caso del médico que les trate. El grado de confianza que tengan en la persona que les enseñe, determinará el punto hasta donde se les grabe lo que aprendan. Respecto del intento de absorber los aspectos esenciales de una senda espiritual, el cuerpo que los absorba habrá de estar limpio.

Cuando la mente se siente atraída por tantos asuntos mundanos diferentes y se enreda en ellos, entonces no entran libremente en ella las buenas cosas que puedan escuchar. En este sentido, se hace necesario que, ante todo, aparten la mente de los asuntos mundanos y la vuelvan hacia los asuntos espirituales y Divinos. En todo momento en la vida diaria se ven atraídos hacia asuntos y temas mundanos. Puede que a veces tengan la oportunidad de escuchar cosas sagradas, pero ellas no les entrarán en la mente ocupada por las cuestiones mundanas ya instaladas en ella. En el mundo de hoy hay muchos que son creyentes en Dios y que han estudiado textos como el Bhagavad Gita, los Puranas, los Itihasas, los Vedas y los Sastras. Pero, ¿cuántos de ellos son capaces de practicar lo que predican? ¿Cómo podría uno experimentar la dicha a través de la simple prédica y sin practicar aquello que está predicando?

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: Practicantes de esta clase no se encuentran. No hay siquiera uno en un millón. Muchos individuos que practican continuamente la oración y la meditación y que leen textos espirituales, no parecen tener ninguna experiencia práctica de todo ello. En verdad, cuando sólo escuchamos hablar de los textos sagrados o si meramente los leemos, sin ninguna experiencia práctica, no hacemos sino perder el tiempo. No nos es posible purificarnos con la mera lectura de libros. Hoy en día, parecen haberse convertido en una sola cosa el libro y la cabeza. Están aprendiendo a convertir sus cabezas en libros, pero no están aprendiendo a convertir las estrechas ideas que llevan en la cabeza en un conocimiento práctico útil. Sucede que las palabras que uno pronuncia suenan muy pacíficas, pero las acciones a las que uno se deja llevar, son muy violentas. Gente como ésta que engaña a los demás, ha llegado a ser muy numerosa y es por su causa que nuestra patria ha estado sufriendo.

El decir una cosa y hacer otra es un engaño a nuestra propia Alma. Este tipo de acciones le significan deshonra y vergüenza a los seres humanos. No obtendremos beneficio alguno simplemente oyendo cosas. Todo lo que se oye habrá de ser cuidadosamente recapitulado. Aquello que se haya recapitulado habremos de digerirlo y absorberlo. El escuchar tan sólo viene a ser como el proceso de cocinar en la cocina. Nuestra hambre no se calmará simplemente mirando lo que se haya cocinado. Tendremos que comer esos alimentos. Pero simplemente por comerlos, las sustancias que contienen los alimentos no van a fortalecer el cuerpo. Habrá que digerir el alimento ingerido. El prestar oídos viene a ser como el cocinar. Recapitular viene a ser como servirse la comida y meditar en ello viene a ser como digerir y absorber el alimento. Sólo cuando coordinamos estos tres procesos sacamos lo mejor de la situación y logramos los beneficios.

Los jóvenes deberán tratar de no descuidar la esencia de ninguna de las etapas del proceso, como para que les sirva lo que hacen. Hoy en día se ha convertido en una verdadera enfermedad el sólo prestar oídos a las cosas. El hombre se ha vuelto soberbio y piensa que lo sabe todo tan pronto escucha algo. Esto es algo muy erróneo y mientras exista este orgullo y este ego en ustedes serán incompetentes para aprender cuestiones espirituales. El corazón de aquel individuo que se empeñe en llevar a la práctica las buenas cosas que haya escuchado, se convierte en el templo de Dios.

Krishna y Arjuna vivían juntos, jugaban y conversaban el uno con el otro desde que nacieron. Este proceso continuó por casi ochenta años. Sin embargo, el sagrado Bhagavad Gita le fue enseñado a Arjuna justo en el momento de la batalla del Mahabharatha y no antes. No se trata de que no haya habido ocasiones antes de esto, mientras estaban juntos. Tenemos que entender la razón que hubo para ello. La mente de Arjuna no estaba preparada aún y él mismo no era muy digno de recibir antes tal enseñanza. Durante la batalla del Mahabharatha, Arjuna indicó que no estaba interesado en los placeres del reino y cayó a los pies de Krishna. Y fue sólo en este instante en que Arjuna buscó la rendición total a la voluntad de Dios, se entregó incondicionalmente, lo que mereció se le enseñara el Bhagavad Gita. Fue sólo entonces que Krishna se sintió dispuesto para enseñárselo. Es necesario que adquiramos el derecho para recibir algo en particular, antes de aspirar a recibirlo. Hoy en día, en cambio, tanto en la esfera moral como en la ética y la política, la gente ansía gozar de posiciones aun no teniendo el derecho a aspirar a ellas. Sólo buscan gozar de la autoridad y el poder correspondientes a la posición, pero no reflexionan respecto a si merecen ocuparla o si tienen el derecho a ello.

Estudiantes: Con respecto a cualquier cosa que deseen hacer, ante todo habrán de estar preparados a plantearse la pregunta si tienen el derecho a ello. Unicamente cuando hayan limpiado la mente y se hayan preparado para aceptar cosas sagradas, pueden proceder a ponerlas en su mente. Puede que hayan leído muchos textos, pero en tanto no lleven a la práctica lo que hayan aprendido de ellos, todo vuestro saber resultará inútil. Ya sea se trate de palabras que pronuncien o de acciones que emprendan, todas parecerán sólo cosas que salen de un disco grabado o de una máquina automática.

Es deber de los jóvenes estudiantes el cuidar de poner en práctica al menos una o dos de las cosas que hayan aprendido, y de convertirse en ejemplo para los demás al practicar lo que predican. Las cosas buenas que no lleven a la práctica después de conocerlas se volverán inútiles. ¿Por qué habrían de sentirse orgullosos de haber leído libros, de haber pasado por los Sastras y de haber adquirido una educación? ¿Cuál sería el valor de todo esto si no pueden llevar su esencia a la práctica? ¿Si no son capaces de unir las manos y rendirle homenaje a Dios, qué valor tendría el haber nacido en este mundo como seres humanos? Puesto que han nacido en este mundo habrían de preocuparse de ver que resulte alguna utilidad de este nacimiento vuestro.

Desde el momento en que se levantan hasta el momento en que se duermen nuevamente, emplean todo su tiempo y todos sus recursos sólo para ganarse míseramente la vida. Actuando así, olvidándolo todo respecto de Dios, olvidando todo lo más importante, ¡qué es lo que han logrado!

Como se señala en la historia del Ramayana, uno habría de convertirse en un ser humano ideal, un rey ideal, un padre ideal, un marido ideal, etc. Sólo cuando pueden llegar a mostrar una vida ideal pueden decir que han justificado el haber nacido como seres humanos. En cambio, si se convierten en esclavos de sus sentidos, se convertirán en esclavos de todo el mundo que les rodea. Incluso si vivieran una corta vida, hagan que ella sea una vida buena e ideal. De nada vale una larga vida que sea contaminada por pensamientos impuros. Por ende, se hace muy necesario que reconozcan que la real educación implica desarrollo del carácter.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: Durante este mes, han adquirido de labios de muchas y doctas personas la educación necesaria para entender las tradiciones espirituales de este país. Habrán de hacer el intento por experimentar la alegría y dicha que encierra lo que han aprendido. Nuestra riqueza la constituye el saber. Nuestra prosperidad reside en las buenas cualidades y virtudes que haya en nosotros. Nuestra fortuna es nuestra Rectitud. Un individuo que tenga fe en Dios ha de poner en práctica esta fe. A1 creer en Dios, pero ignorando al mismo tiempo sus palabras y mandamientos, se contradicen a sí mismos. La fe no constituye una capa que se lleve para engañar a otros. Los que lo hagan no estarán sino engañándose a sí mismos.

La esencia de la educación la constituye el reconocer la verdad. Todas las ramas del saber vienen a ser como otros tantos ríos. El saber espiritual es como el océano. Todos los ríos fluyen para unirse al océano. Cuando se funden con él, pierden por completo su individualidad.

Bajo ninguna circunstancia hemos de dar lugar a la excitación, ni al ego, ni a la ira. Hay un pequeño ejemplo para esto. En una aldea, a uno de los notables no le gustaba Buda. Tan pronto oía alguna de las palabras que Buda pronunciaba, se enfurecía. Siempre sufría de esta ira incontrolable. Un día recibió noticias de que Buda venía hacia esa aldea con sus discípulos. Como era el encargado de la aldea, impartió ciertas órdenes. Ellas mandaban que, cuando Buda llegara a pedir limosna, nadie había de darle nada y todos debían cerrar sus puertas. Obedeciendo sus órdenes, todos los aldeanos cerraron las puertas de sus casas cuando Buda llegó. Este individuo también cerró la puerta de su casa y se sentó fuera de ella en la veranda.

Buda era Omnisciente y sabía muy bien lo que pasaba. Se dirigió con sus discípulos hasta la casa en que vivía el jefe de la aldea. Las grandes personas nunca se sentirán afectadas ni por las alabanzas ni los desprecios. Habiendo desarrollado la serenidad mental, irán derechamente hacia los que sufren de envidia y de ego. Como el jefe de la aldea sufría de esta ignorancia y este orgullo, Buda se dirigió directamente a él y le pidió limosna. Como nuestro hombre estaba esperando justamente una oportunidad así, se excitó más aún. Una persona que está enferma, siempre querrá varios medicamentos. Algunos pájaros desean ver siempre la fresca luz de la Luna. La gente buena siempre querrá ayudarle a la gente mala y ver que se purifique y que la maldad sea eliminada. Sólo alguien enfermo querrá un médico, un hombre sano no lo querrá. De manera similar, la gente que sufre de la enfermedad del descreimiento podrá ser curada por la gente buena.

Con estas nobles ideas, Buda se dirigió a la casa del jefe de la aldea, seguido de sus discípulos, y le dijo: "He venido a pedir limosna". Al verlos, nuestro hombre se irritó mucho. Se dirigió a Buda en los siguientes términos: "Hombre perezoso, has reunido a todos estos hombres en tu compañía y ellos también se han vuelto holgazanes. Los llevas de un lugar a otro, porque no quieren trabajar. No solamente estás arruinando tu propia vida, sino también la de tus discípulos. Eso es un error." De esta manera insultó a Buda y a los discípulos que le acompañaban.

Buda sonrió ante estos insultos y, siempre sonriendo, le preguntó al jefe de la aldea si podía aclararle una duda. Con voz estentórea, éste le preguntó: "¿Cuál es tu duda? Dímelo". Buda le respondió: "He venido a pedirte limosna. Tú has producido algo para darme. Si yo no aceptara lo que me das, ¿adónde iría eso?" El hombre le replicó riendo: "¡Qué tremenda pregunta me has hecho! Si no quisieras tomar lo que trajera para ti, me lo dejaría para mí mismo". Buda indicó que se sentía muy feliz. "He venido hasta aquí con mis discípulos para pedirte limosna. Tú nos has insultado y deseas dármelo como limosna. Pero yo no he aceptado de ti esta limosna en forma de insulto. ¿Hacia quién retornará?" Ante estas palabras, el ego del jefe de la aldea se desinfló. Como se ve, las grandes personas y los grandes santos se dirigen a distintas personas y, con miras a iluminarlas, adoptan diferentes métodos. Ante estos ejemplos, no debemos dejar que nuestra mente se vuelva impura. En todo momento deberemos estar empeñados en limpiarla y hacerla pura. Día tras día nos dedicamos a mantener limpia la casa en que vivimos. Así también, debemos limpiar a menudo esta mente que usamos a cada momento, para que no resulte un gran perjuicio.

Nuestra mente es como un recipiente de cobre. Este recipiente se oxidará rápidamente si lo usamos seguido. Debemos usar el agua del arrepentimiento para limpiar el recipiente de nuestra mente de vez en cuando.

Si alguien les insulta o les acusa, no deberán agitarse. Con ecuanimidad deberán estar preparados para aceptar lo que les den. A esta edad vuestra, la agitación es algo muy perjudicial. Si piensan por cinco minutos en el Señor, toda excitación desaparecerá. Estos estados son transitorios y temporales, no permanentes. Si cualquiera de ustedes acusa a otros con sentimientos de enemistad, deberá estar preparado para arrepentirse. Se puede pensar también en otro método para entender esta situación. Supongamos que algún amigo les envía una carta certificada por correo. De acuerdo a los reglamentos del servicio postal, si quieren retirarla, habrán de firmar un recibo. Si no quieren firmarlo, ¿adónde irá la carta? Será devuelta a la dirección de donde provino. De este modo, sea lo que fuera que digan otros, si sintieran que lo dicho no les atañe y se mantienen como un mero testigo, nada llegará hasta ustedes.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: En verdad, no son sino personas testigos. No sólo en lo que respecta a asuntos mundanos, sino también en lo que concierne a los asuntos espirituales, deberían mantenerse tan sólo como testigos. Más aún, los que nos mantengamos como meros testigos, hemos de preguntarnos: ¿De dónde hemos venido? ¿Hacia dónde vamos? Si no pudieran obtener respuesta para estas preguntas, ¿cuál sería entonces el propósito de la vida? Echamos un sobre al correo. En ese sobre habrá de estar indicada ya sea una dirección a la que esté dirigido o una dirección de la que provenga. Si no las llevara, ¿adónde iría a parar ese sobre? Será simplemente retirado del correo y quemado. Como en esta analogía, si no sabemos de dónde hemos venido ni hacia dónde hemos de ir, seremos descartados como inútiles y seremos desechados. Si cualquier profesor del grupo se acerca a ustedes y les pregunta de dónde han venido y no estuvieran en posición de contestar, les preguntará hacia dónde van a ir. Si tampoco pudieran contestar a eso, ¿qué les pasará entonces? Hemos venido a este mundo que es realidad temporal. Todo en este mundo les pregunta: "¿De dónde has venido?" Todos las Upanishads les preguntan: "¿Hacia dónde vas? ¿Cuál es tu destino final?" Las Upanishads les dicen que son hijos de la inmortalidad. Han de tener plena fe en que han venido del aspecto del Alma y que van a retornar hacia la inmortalidad.

Estudiantes: Para poder limpiar sus mentes habrán de promover en ustedes el sagrado Amor. Hablar simplemente de la devoción no cumple con el propósito de la devoción. Constituye una equivocación pensar que pueden controlar vuestro futuro y seguir preciándose de que poseen devoción. El Amor de Dios es el síntoma principal de la devoción.

Existe el amor entre madre e hijo, entre los amigos, entre marido y mujer, el apego por las posesiones materiales y el Amor a Dios. Lo que hay de común en todos estos aspectos es el amor, pero no todos ellos pueden denominarse Amor Devocional. Puede haber amor por el hijo, por el marido, por los amigos y por Dios. Si pueden ampliar el Amor por Dios y expandirlo hacia todos los seres humanos, esto les permitirá desarrollar una mentalidad equilibrada respecto de todos ellos. Esto es lo que ha sido descripto al decir que toda la Creación que ven alrededor suyo habría de ser abarcada por los anhelos. Este anhelo por medio del cual pueden expandir vuestro Amor hacia cada individuo, es el que deben desarrollar. Si siguieran hablando de Amor y de devoción y los dirigieran hacia objetos profanos, estarían engañando a Dios. Los estudiantes deberían darse cuenta de esto.

¡Estudiantes!: Ustedes deben conocer la situación en que se encuentra hoy en día nuestro país. El tren de nuestra comunidad se ha hecho muy largo y se mueve con rapidez. Hay gente muy variada en este tren: ancianos, jóvenes y todos forman parte de él. La gente mayor se bajará en la próxima estación debido a su edad. Los jóvenes emprenden un largo viaje. Todos los dolores y placeres que se dan en un viaje tan largo serán experimentados sólo por los jóvenes. Por lo tanto, habrán de reconocer los problemas que se suscitarán en este tren y resolverlos por sí mismos. Sólo así podrán viajar con cierta comodidad en él.

¡Estudiantes!: En verdad, son ustedes los futuros ciudadanos de este país. Así fueran veinte o diez, entre los que han participado en este curso de verano, los que puedan adquirir las buenas ideas y ponerlas en práctica, no cabrá duda de que esta patria nuestra gozará de gran gloria. Las grandes cosas que están escuchando y los sagrados ideales que están absorbiendo, no habrán de ser olvidados cuando salgan de esta sala. Grábenlos de manera permanente en sus mentes y espero que al hacerlo, le servirán al pueblo y considerarán el Servicio que le presten al mismo como Servicio prestado a Dios.