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Discursos dados por Sai Baba

21. ../05/77 Cuando aparece la sabiduría

Cuando aparece la sabiduría

Cuando aparece la sabiduría

Mayo de 1977

La reputación de nuestra patria ha sido conocida en todo el mundo desde tiempos inmemoriales. Esa reputación está siendo aguzada ahora gracias a los ideales y a las enseñanzas de Sai.

Ustedes los jóvenes deberían darle ahora un mayor lustre por medio de nuestro cuidado y atención.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: Entre las cuatro metas de la vida humana: Rectitud, Prosperidad, Deseo y Liberación, esta última reviste el máximo de importancia. Las otras tres no asumen sino un lugar secundario. No son más que etapas para alcanzar la Liberación. La dicha a la que uno aspira llevando a cabo los variados tipos de rituales, no es sino transitoria y temporal. Cuando se agotan el bien y los méritos que haya ganado cualquier individuo, se hace inevitable que retorne a un nacimiento humano. Esta es la razón por la cual el hombre habrá de tratar de alcanzar aquello que es permanente y sustentador.

Nuestros Vedas, Escrituras Sagradas, nos han enseñado que únicamente los seres que conocen el Alma Suprema pueden alcanzarle. Unicamente aquellos que pueden entender a Brahman podrán llegar a ser idénticos a Brahman. El significado de esto es que sólo aquellos que logren familiarizarse y ser expertos en el Conocimiento de Brahma, podrán lograr la Liberación. Cuando la luz de la Luna es muy débil y uno no puede ver con claridad, no es sino natural que frente a una cuerda tirada en el camino tenga la ilusión de ver a una serpiente y se asuste. De manera similar, aunque el Alma no está atada por conexiones ni apegos con el mundo, resulta natural que se reflexione y se piense que hay algo de material y mundano en cuanto al Alrna. Nuestra ignorancia es responsable de que no seamos capaces de reconocer la verdad elemental que se encierra aquí. Esta ignorancia se describe con varios nombres. Pero todos esos nombres son palabras que se usan para describir un único estado de ignorancia, en cuyo contexto el hombre trata de crear una ilusíón dentro de su mente respecto de lo que no existe realmente. La creación de algo que no existe realmente implica olvidarse de lo que realmente existe. En ambas cosas el hombre experimenta la ilusión. En el caso de la cuerda que se ha confundido con una serpiente, la cuerda constituye la base y, de igual manera para toda la creación que vemos a nuestro alrededor, la base la constituye el Alma Suprema, el Señor. Un aspecto lo representa el encontrar que la realidad está cubierta por la superposición de lo transitorio sobre lo eterno.

Para este proceso, existen tres estados de nuestro cuerpo: uno es el cuerpo denso, el otro es el cuerpo sutil y el tercero es el cuerpo causal. Para la creación existen dos métodos: uno es el propósito individual y el otro es el propósito colectivo. Un árbol representa a la forma individual y un bosque indicará a la comunidad, la totalidad de los árboles. La casa vendría a ser una forma individual. La aldea consistente de numerosas casas es una forma total. Sin un árbol no podremos tener un bosque y sin una casa no podremos tener una aldea, En este sentido, un cuerpo humano sería la forma individual. La combinación de un conjunto de tales formas individuales será una comunidad total. Sin una forma individual no podemos tener una forma grupal total. La principal de las características de la forma humana es la sangre, la sangre de vida que fluye dentro de ella. desde la cabeza hasta los dedos de los pies. El total del flujo de vida contenido en todos los individuos que conforman la comunidad, les dará la forma grupal total.

El cuerpo causal es el tercer aspecto del cuerpo. La totalidad de estas formas constituye el Ser. La totalidad de las formas sutiles es llamada el Principio Inmanente. La forma individual de lo sutil es llamada "taijasa". La totalidad del cuerpo denso es llamado “virata", en tanto que el cuerpo denso individual es "viswa". Hemos indicado aquí al cuerpo denso individual como "viswa", al cuerpo sutil individual como "taijasa" y el cuerpo causal individual es el Alma.

Este aspecto del Alma nos ha sido enseñado presentándonos al mismo individuo bajo tres formas diferentes: la densa, la sutil y la causal. Se ha hecho común que ocultemos la conexión que existe entre los cinco elementos que constituyen la base de la Creación y del Alma. La realidad está así cubierta por la ignorancia. Este cubrimiento es de dos tipos: uno se refiere a la falsedad y el otro a las ideas equivocadas. A la idea que brota del sentimiento de que una cosa en particular no existe, se hace referencia en este segundo aspecto. Este tipo de ideas es responsable del interminable ciclo de nacimientos y muertes. La senda principal para la liberación está signada por el esfuerzo constante para alejarse de la atracción de las impresiones sensoriales. La reflexión y la concentración representan los otros procesos por medio de los cuales se puede eliminar la ignorancia. Reflexionar sobre lo que se ha escuchado y concentrarse y meditar en ello implica que no podremos conseguir el resultado anhelado escuchando simplemente. Este proceso le permite a uno entender la naturaleza de un aspecto en particular. Aceptar que nuestra ignorancia nos conduce a superponer lo transitorio sobre lo eterno, nos permite reconocer la falsedad de este entorno mundano. Aquello que surge de la falsedad puede ser desechado prestándole oídos a la verdad. La mejor manera en que podemos eliminar una duda es oír hablar a personas que sepan la verdad. Cuando estas personas vienen y nos hablan de la existencia de esa verdad podemos liberarnos de nuestra ignorancia. Poniendo atención a lo que dicen los que conocen la realidad se nos abre la posibilidad de poder librarnos de esta ignorancia.

Los procesos de reflexionar y meditar sobre lo que se ha escuchado, ayudan a eliminar las ideas erróneas. Esto implica que no hemos de lograr un resultado simplemente escuchando. Cuando sólo se escucha uno puede llegar a entender solamente hasta un cierto límite la naturaleza del tema. Pero para experimentarlo plenamente, se requiere de las dos etapas mencionadas: contemplar el tema que se ha escuchado y absorberlo. Sólo a través de estos tres pasos de escuchar, reflexionar al respecto y meditar sobre el tema, podrá uno eliminar esta ignorancia.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: Debido a la ilusión creamos en nuestras mentes cosas que no existen. Por falta de confianza y de fe estamos olvidando la existencia incluso de aquello que existe. Lo que realmente existía era la cuerda, pero nuestra imaginación nos llevó a creer que se trataba de una serpiente. ¿Cuál es la razón para ello? La razón está en la oscuridad que surge en ustedes debido a vuestra ignorancia. Por este pensamiento de que la cuerda es una serpiente, surge una serie de consecuencias. Un miedo que no está en ustedes les invade y también huyen de la situación. No hay serpiente alguna allí. El miedo que les entra es simplemente ilusorio y el que huyan también es resultado de la ilusión. En verdad, si con ayuda de una linterna eliminaran esta ilusión y esta ignorancia, descubrirían que no hay serpiente alguna y, al acercarse, el miedo desaparecería. De hecho, levantarán la cuerda con la mano y la arrojarán lejos. En todo el mundo lo que realmente existe no es más que el aspecto de Brahman. Debido a que no creemos en este aspecto de Brahman, se nos aparece como real la creación que no es más que una proyección sobre el sustrato de Brahman. Mediante una experiencia correcta podemos hacer el intento de entender este mito. En verdad, una vez que entendamos la naturaleza de Brahman y una vez que captemos el significado de esa palabra, estaremos en posición de recurrir a la palabra justa para describir una situación en particular. En una situación dada, comenzaremos con dar tergiversaciones cuando no conocemos el significado correcto de las palabras o cuando ignoremos el aspecto de Brahman.

Analicemos un pequeño ejemplo para esto. Una persona sin educación ni sofisticación se une a un ejército. Gracias a entrar al ejército aprendió algunas cosas por la práctica y siguió adelante. Un día, llega al campo el general que comandaba este ejército, en visita de inspección. Ese día el oficial al mando del grupo le dio ciertas instrucciones a su grupo. Esta persona en particular, no entendía el inglés, pero el idioma que hablan los cadetes en el campo tampoco le era conocido al general. Nadie sabe qué tipo de preguntas le haría el general a cada uno. Por eso el oficial a cargo trató de explicárselo a los cadetes, para entrenarlos de manera general. Cuando el jefe de grupo llega hasta nuestro hombre, trata de explicarle que durante su visita puede que el general le pregunte: "¿Cuántos años ha estado usted en esta unidad?" Le pide que le conteste que ha estado allí por dos años. Podría ser que la segunda pregunta se refiera a su edad y le instruye para que responda veintidós años. La tercera pregunta podría referirse a si se sentiría mejor en su hogar o prefiere su unidad. A este muchacho sin educación se le instruye para que conteste que se siente tan bien en el campo como en su hogar. Lamentablemente, el general se acerca en primer lugar a este muchacho y su primera pregunta fue: "¿Qué edad tienes?", a lo que él le contestó que tenía dos años. La segunda pregunta fue: "¿Hace cuántos años estás en esta unidad?" y la respuesta fue que estaba hacía veintidós años. El general pensó que se sentía confundido, de modo que preguntó qué era lo que le pasaba: "¿Estás loco tú o estoy loco yo?" El cadete le contestó: "Ambos, ambos son lo mismo". La lección que hemos de extraer de esta conversación es que, en presencia de una persona educada, una que carezca de educación no podrá sino seguir sus signos y símbolos. A menos que la segunda persona sea también instruida, no habrá comunicación entre ellas. Sólo habrá confusión y cualquier pregunta no conducirá sino a una respuesta equivocada y confusa.

Como en esta analogía, si alguien quiere aprender el Brahma Vidya (el Conocimiento de Brahma), habrá de ser movido por un profundo deseo por ello. Será equivocado que pensemos que el Brahma Vidya es un estudio mundano común. Desde un punto de vista, el Brahma Vidya es en realidad más fácil de aprender que algunas de las cosas que aprendemos en la esfera mundana. Si podemos reconocer esto correctamente, ello nos abrirá una senda fácil para aprenderlo. Por otra parte, si tomamos el aspecto superficial, nos creará las mayores dificultades.

Hoy en día se ha acrecentado la tendencia a establecer comparaciones entre varias cosas. Un defecto muy malo, según el cual hacen presentes las faltas de otros, se ha difundido mucho. Si podemos librarnos de estas dos cosas, nos será posible entender este aspecto del Brahma Vidya. Lo que vivenciamos, usualmente se refiere tan sólo al mundo material a nuestro alrededor. Se hace necesario que interpretemos y veamos cuál es la sutileza que encierra nuestra experiencia. En la ilusión debido a la cual llamamos serpiente a una cuerda, lo que realmente sucedió fue que desapareció la cuerda existente y que apareció en nuestra mente una serpiente que no existía. En este caso sucedieron dos cosas. La cuerda que existía no fue vista por ustedes. La serpiente que no existía, vino a vuestra mente. Cada ser humano de hoy se ve en problemas por la presencia de estas dos ilusiones. Son incapaces de reconocer la verdad sobre el hecho de que en el mismo ser humano individual hay también un aspecto de comunidad. En cambio, este aspecto individual del ser humano se ha fijado de manera permanente en sus mentes.

Recordemos una pequeña historia. Un gran devoto que era también una persona muy rica, tomó una cierta cantidad de oro e hizo que de ese oro le fabricaran varias cosas que pesaran cada una 200 gramos de oro. Mandó hacer un bello ídolo de Krishna, una base para instalar al ídolo, un capón, un quitasol y también una vaca para instalarla junto a Krishna. Como cada ítem pesaba 200 gramos de oro, el conjunto totalizaba un kilo de oro. De este modo experimentaba la Divinidad de Dios en las formas hechas de oro. El tiempo es tal que las cosas cambian continuamente con su paso, y fue así que la mala fortuna llegó hasta él y había pobreza en su casa. Llegó un momento en que no tenía nada para comer. Se vio obligado a vender las cosas de oro que adoraba. Fue a venderlas y quiso que las pesaran una por una para saber el precio que recibiría por ellas. El rico comprador pesó el ídolo de Krishna y, constatado el peso, indicó que pagaría diez mil rupias por él. Luego fue pesando cada una de las demás piezas y por cada una ofreció otras diez mil rupias. El devoto le preguntó, acongojado, cómo podía pagar lo mismo por Krishna que por las demás figuras. Pero el comprador obviamente no estaba dispuesto a pagar más dinero por tratarse de la figura de Krishna. No pagaría sino el precio del peso del oro en cada una de ellas y no haría una diferencia entre el ídolo de Krishna y la figura de la vaca. Así también, en el caso del individuo, su valor dependerá de la Divinidad que haya en él y no de su fortuna, su apariencia o sus posesiones materiales. El capón, el pedestal, la vaca, el quitasol y la figura de Krishna son diferentes tan sólo en cuanto a sus formas y sus nombres. El hombre que los tasó, lo hizo en base al valor del oro en cada uno de ellos, y esta cantidad era igual en todos. El contenido básico de todas estas figuras era el mismo oro. De igual manera, en este mundo muchas cosas parecen tener diferentes nombres y distintas formas y pueden crear impresiones diferentes en distintas personas. Pero lo que existe como base común en todas estas cosas es el aspecto de Brabman. ¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: Se ha hecho común reconocer cada cuerpo y su forma de manera separada, en tanto que el contenido Divino común no es visto por nadie. No hacemos sino mirar a esos diferentes cuerpos y formas de manera externa, siendo que la conexión real entre ellos y la comparación entre ellos reside en el Alma.

Aquí hay otro pequeño ejemplo. Había un padre que tenía un solo hijo. El hijo se preocupaba con mucho cariño por su padre y le servía con gran afecto. El padre murió a los sesenta y un años. Este hijo se sentó junto al cuerpo de su padre, lamentándose: "¡Oh padre! Me has dejado y te has ido. ¿Quién más cuidará de mí en este mundo?" Hemos de examinar cuidadosamente estas palabras. Cuando dice: "Padre, me has dejado y te has ido", implica que por sesenta años ha estado llamando padre a ese cuerpo. El cuerpo, al que ha descripto como su padre, sigue estando allí. ¿Qué es lo que se ha ido? En verdad, si ese cuerpo era su padre y está aún allí, podría retenerlo en cuanto padre. Pero no, eso no es lo correcto. Lo que ha partido y lo que él consideraba como su padre, es la fuerza vital que estaba en el cuerpo, y es esta fuerza vital la que ha abandonado el cuerpo y se ha ido. Lo que ha abandonado el cuerpo es su padre y no el cadáver que ha quedado allí. Es la fuerza vital que entra en el cuerpo la que le dio el ilusorio sentimiento de que el cuerpo era su padre.

Vemos aquí que en tanto haya vida en un cuerpo, impulsamos las conexiones y las relaciones con ese cuerpo, pero en el momento en que esa vida lo abandona, vacilaremos en seguir teniéndolo en nuestra casa. No sentiremos vinculación ni afecto por aquel cuerpo una vez que la fuerza vital se ha ido. Este cuerpo ha tomado forma gracias a la aglomeración de los cinco elementos. No representa sino una apariencia casual y artificial. Existe una clara diferencia entre este cuerpo compuesto por los cinco elementos y el Alma que hay en él. Hemos de lograr ese conocimiento que nos permita reconocer esta diferencia distintiva entre el cuerpo y el Alma.

El nacimiento humano ha recaído en nosotros con el propósito de establecer ante el mundo la unicidad que existe en toda la Creación. La naturaleza de esta unicidad puede ser reconocida si se promueven las cualidades de control de los sentidos y el control de la mente. Al llegar a controlar a la mente y a los sentidos nos es posible reconocer la Divinidad en los diferentes chakras o centros energéticos que existen en el cuerpo humano. Una vez que entendamos la naturaleza de estos centros y la importancia de las cualidades mencionadas, llegaremos a conocer la naturaleza de Brahman.

Estudiantes: Este aspecto tan difícil que no pueden entender fácilmente, puede crearles un cierto grado de impaciencia. Pero si le prestan atención y tratan de entender su significado, llegarán al éxito. Se les ha concedido un nacimiento humano para permitirles entender vuestra propia naturaleza. Si no llegaran a conocer vuestra propia naturaleza, ¿cómo pretenderían conocer la naturaleza del mundo? El aspecto de la Creación Divina está presente y se extiende por todo el mundo. La fuerza vital en este mundo y la fuerza vital que existe en ustedes mismos constituyen aspectos inseparables de un mismo y único aspecto Divino. Aunque el aire se encuentra presente en todas partes a vuestro alrededor, no se le ve. Así también, aunque esta fuerza vital se encuentra presente en todo el mundo, se la puede reconocer sólo en algunos lugares y lo hacen sólo algunos seres humanos.

Es en este contexto que el Bhagavad Gita proclama que la Divinidad se encuentra en todas partes, en el lenguaje, en la acción, en las palabras y en todo lugar. Ante un individuo que esté rezando y que le pregunte a Dios: "¡Oh Dios! ¿estás escuchando mi plegaria?", Dios existirá junto a él y le escuchará con su oído. Para el que rece: "¡Oh Dios!, ¿estás siempre conmigo y acompañándome?", Dios estará siempre a su lado y el devoto podrá escuchar sus pisadas. Para el que rece: "¡Oh Dios!, ¿me estás viendo?", los ojos de Dios estarán siempre con él. Todo no hace sino responder a vuestra propia devoción y fe. Pero desde el punto de vista de Dios, no hay diferencia entre un devoto y otro. "Cualesquiera sean vuestras ideas, serán meramente reflejadas". Todas las culpas o imperfecciones están en ustedes y en sus ideas. No es justo achacarle culpa o imperfección alguna a Dios. A ningún insecto le es posible sobrevivir en el fuego. Siendo que las culpas, las imperfecciones y todas las ideas contradictorias se encuentran realmente en ustedes, representa una debilidad el atribuírselas a Dios. Cuando se debilita la capacidad para experimentar estas cosas, entonces recurren a la alternativa de echarle la culpa a Dios y comienzan a encontrarle defectos.

Hay algunos proverbios apropiados para tal situación y que son de uso común. Por ejemplo, si alguien no puede cantar bien, le echa la culpa al tamborilero. Así también, para perdonar y justificar los defectos y debilidades que hay en ustedes, le echan la culpa a Dios. Esta es la modalidad del mundo. Eso no es Justo. Es deber del hombre empeñarse en encontrar las imperfecciones en sí mismo, eliminarlas y acrecentar lo sagrado en él.