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Discursos dados por Sai Baba

02. ../05/77 Dios no puede ser descripto con palabras

Dios no puede ser descripto con palabras

Dios no puede ser descripto con palabras

Mayo de 1977

No es posible para nadie decir lo que es Brahman,

el Eterno Absoluto. A lo sumo se puede decir "esto no es Brahman",

"aquello no es Brahman'; pero nadie puede decir lo que es.

La Verdad, que es permanente, y la Sabiduría, que es infinita,

se relacionan en cierta manera con Brahman.

Mas éstas u otras palabras no describen en absoluto a Brahman.

Asimismo, resulta imposible describir lo que es la Divinidad, lo que es Dios.

La historia de Rama, Avatar y héroe del poema Ramayana, es tan sagrada como sorprendente. Pese a que los Vedas (Escrituras Sagradas), los Códigos Morales, la Epica histórica y los libros mitológicos han tratado de describir las cualidades del Señor, no han logrado sino decir: esto no es Dios, aquello no es Dios, etc., pero nunca han podido fijar con precisión y declarar qué es Dios y describir sus atributos y cualidades por medio de declaraciones positivas. Por muy grande que pueda ser una persona en particular, no podrá decir cómo es Dios. Dios está más allá de toda descripción en término de las palabras que conocemos y empleamos.

Muchos poetas y muchos conferencistas podrían escribir y hablar de Dios, de Sus milagros, de Sus poderes y de Sus manifestaciones, pero muchos de ellos no han podido experimentar la verdadera grandeza de Dios. Hasta ahora, nadie ha podido encontrar un individuo o un texto, que haya descripto genuinamente la grandiosa forma de Dios. Hasta cierto punto, limitados por sus propias creencias y basados en sus propios credos, pueden decir cómo es Dios. Pero sólo pueden apuntar con un dedo, como apuntamos hacia la Luna a la que no podemos ver sino desde la distancia. Tal descripción será de validez limitada y quedará dentro del contexto de sus credos y creencias.

Los antiguos poetas y sabios eran omniscientes, de modo que sólo hablaban modestamente acerca del Señor y describían parte de su gloria. Estos relevantes hombres tenían grandes poderes, enorme fortaleza y eran personas desinteresadas que poseían cualidades divinas. Debido a estas características y a su omnisciencia, trataron de describir a Dios para el mundo, sólo hasta cierto punto.

Los poetas actuales también describen a Dios en sus escritos y en sus poemas, y lo hacen para el resto del mundo. Habría que preguntarse, si aunque sea una milésima parte de lo que expresan se basa en sus creencias y en su propia fe en Dios. En estos escritos leemos que Rama es la encarnación del Señor, que Rama es Dios en forma humana, etc. Pero no llegamos a lograr la fe y la confianza en la forma humana de Dios. Si se llevaran a la práctica las declaraciones contenidas en estos escritos, verdaderamente el mundo sería muy bueno.

Podemos percibir una gran diferencia entre los poetas de hoy y los de otros tiempos, los sabios de hoy y los de la tradición antigua. Los eruditos de antaño describían a Dios de manera usual en forma humana, tanto en sus escritos como en sus charlas. En sus mentes y en su fe, consideraban a la forma humana como una encarnación de Dios mismo. En esto deberíamos reflexionar con cuidado en cuanto a un aspecto del Ramayana. Rama entró a la selva de Dandakaranya acompañado de Sita y de Lakshmana. Los sabios de Dandakaranya sabían muy bien que Rama era una encarnación de Dios, de modo que se acercaron a El y le expusieron sus dificultades y problemas. También le contaron que muchos eruditos habían sido muertos por los demonios. Todo ello se le hizo notar a Rama, y éste se conmovió y su corazón se derritió. No pudo soportarlo, de modo que en ese momento hizo la promesa y dio su palabra a los hombres sabios respecto de que, desde ahí en adelante, emprendería la tarea de exterminar a los demonios.

En esta promesa, Sita notó aquello a lo que eventualmente se hace referencia como la promesa de Bhishma. Sita se acercó a Rama y le advirtió que fuera precavido, porque estaba haciendo una promesa que era muy difícil de cumplir. A lo cual Rama le contestó que los Himalayas podrían perder el hielo que los cubría, la Luna podría perder su resplandor y los océanos podrían salirse de sus márgenes, pero Rama jamás dejaría de cumplir su promesa.

Desde aquel día se preocupó de desmantelar los bastiones de los demonios en la selva de Dandakaranya y protegió a los eruditos de ellos. Pasó diez años en la selva para cumplir con su promesa y la misión que había tomado sobre sus hombros. Se sintió cansado. Quiso descansar por un tiempo y retirarse al monasterio del sabio Agastya. Quiso ir a hablar con él para preguntarle dónde podría levantar una choza para vivir con Sita y Lakshmana. Agastya reflexionó por unos instantes y luego le indicó a Ramachandra que a dieciséis millas de su vivienda había un hermoso lugar a orillas del río Godavari, sugiriéndole a Rama que levantara allí una choza para vivir en ese bello entorno.

Esta respuesta no indica que Agastya no supiera que Ramachandra era una encarnación de Dios mismo. Hemos de reconocer el sentido interno del hecho que, sabiendo que el Señor había venido en forma humana y solicitara un lugar en su monasterio, le sugiriera emplazarlo a dieciséis millas de distancia. Lo que pasó por su mente fue que, si Rama se quedaba en el monasterio con Sita y Lakshmana, no sería posible que Sita fuese raptada (como sucedería más adelante). De acuerdo con esto, se habría hecho aún más dificil darle muerte a Ravana y ello no ocurriría. De modo que los sabios ya habían establecido un plan maestro para la destrucción de todos los demonios. Y fue ya cuando Rama había levantado su vivienda en ese punto alejado del monasterio, que llegara Surpanakha hasta allá y fuera luego humillada. De ahí en adelante se va desarrollando todo el resto del drama.

Agastya no sólo pensó en eso, sino que cuidó que el arco y las flechas que le diera Varuna a Ramachandra se le entregaran. Aquí se encierra una importante verdad. Estos sabios sabían muy bien cuándo se produciría la destrucción de los demonios, y guardaron con gran celo las armas de Ramachandra para entregárselas cuando llegara el momento.

El segundo punto que hemos de notar aquí es que Viswamitra se llevó a Ramachandra para proteger su sacrificio en su ermita. Después que fuera muerta Taataki en el monasterio quedaron sus dos hijos con vida. Ellos eran Maricha y Subahu. Subahu fue muerto y se le perdonó la vida a Maricha. Hemos de reconocer que esto tiene un significado. La razón para ello fue que Maricha jugaría en el futuro un papel en la destrucción de Ravana. Maricha siguió con vida para que Rama pudiera completar su misión, que de acuerdo al plan previsto, era la destrucción de los demonios.

Surpanakha, después de haber sido desfigurada, fue hasta donde estaba Ravana y le entregó la descripción de Rama. Entonces, Ravana se dirigió a Maricha y le pidió ayuda para darle muerte a Rama. Conociendo los poderes y la fuerza de Rama, Maricha le describió fielmente a Ravana. Dejó muy claro que Rama no era una persona común, sino que era Dios mismo, con todos sus poderes y fuerza, y que podía lograrlo todo. Como resultado de una descripción así, es bastante natural que, por muy bravo y valiente que sea un individuo, algo de temor penetre en su mente. Por ende, Ravana volvió atrás y retornó a Lanka. Mientras Ravana se encontraba sumido en estas vacilaciones, llegó nuevamente hasta él Surpanakha para envenenar su mente diciéndole que resultaba difícil entender que, siendo tan valiente y apuesto, teniéndolo todo a su favor, no fuera capaz de conquistar a Sita para sí.

Al escuchar estas palabras, Ravana se sintió débil, sucumbió a la tentación y retornó de nuevo en busca del consejo de Maricha. Esta le repitió a Ravana todo lo que ya le había dicho. Mas como Ravana no hacía más que recordar lo que le había dicho su hermana Surpanakha, no escuchaba ni prestaba atención a lo que exponía Maricha. Durante esta conversación, Ravana montó en cólera y amenazó con matar a Maricha. Este pensó que, como de todos modos moriría, prefería morir a manos de Ramachandra que de Ravana. De modo que aceptó las órdenes de Ravana, tomó la forma de un ciervo y se acercó a la ermita en donde vivían Rama y Sita.

Notamos aquí que si Maricha hubiera sido muerto antes, cuando Rama mató a Subahu, no habría podido desempeñar esta parte que le cabía en el drama. No solamente los sabios habían realizado la Divinidad de Rama, sino que éste también sabía que era Dios en forma humana. Para poder cumplir con la misión para la cual había venido, perdonó antes la vida de Maricha, así éste podría desempeñar su papel en el plan maestro de Rama.

Estos sabios sabían que ocultaban hasta cierto punto la verdad de Rama como encarnación de Dios, y proyectaban su imagen como un ser humano ideal. En esta forma servía de ejemplo para las personas comunes. Fue por ello que Viswamitra le hizo entregar las armas que guardaba, al pedirle protección para su sacrificio. Dios tomó la forma humana de Rama como Su Juego Divino. Los eruditos aprovecharon esta forma humana de Rama con el propósito de la destrucción de los demonios. Viswamitra había pedido que Rama le acompañara para la protección de su sacrificio y su deber era llevarlos a El y a Lakshmana de vuelta con Dasaratha. Pero no lo hizo. Después del sacrificio, Viswamitra los llevó a Mithilapura. Allí fue donde se quebró el Arco de Shiva y, luego, se llevó a cabo el matrimonio de Rama con Sita. De modo que cada paso que daba Viswamitra estaba, en verdad, planeado para la destrucción última de Ravana.

Los sabios de aquellos días trabajaban de manera desinteresada en pro de la prosperidad del género humano. Para esto empleaban sus disciplinas espirituales y su fuerza. El día que un ser humano pueda dejar de lado su egoísmo y su ego, se hará verdaderamente digno de someterse a las disciplinas espirituales. En una ocasión, cuando Hanuman entró a Lanka y observó la belleza y el esplendor de la ciudad construida por Ravana, pensó que no podía haber nadie más en el mundo que igualara a Ravana en cuanto fuerza, esplendor y habilidad. Ravana hubo de ser sometido a estas dificultades, simplemente debido a algunas malas cualidades en él. Algo de su ego y egoísmo lo degradaron hasta tal punto.

Puede ser que el hombre sea muy rico y muy próspero, pero cuando sufre de egoísmo, no cabe duda de que habrá de padecer dolores y dificultades. En este contexto hemos de darnos cuenta de que es deber de cada ser humano renunciar a su egoísmo y ser capaz de servir a otros de manera desinteresada. En la historia de Rama, en especial en sus primeros años, aprendemos una importante lección y extraemos un ejemplo para todos nosotros sobre el respeto a los mayores, el afecto y la obediencia a su madre y el modo en que trataba a los demás. Estas son cosas que los jóvenes estudiantes deberían conocer muy bien. En Rama podemos observar una gran humildad. En la selva había muchos sabios y Rama iba a presentarle sus respetos a todos, aunque proclamaran, aparentemente sólo como fachada frente al mundo, que ellos eran personas muy sabias, y que Rama no era más que el hijo de un rey. La verdad es que tras esta fachada tenían en sus mentes la más grande de las devociones y el mayor respeto por la Divinidad de Rama.

Cuando Parasurama se acercaba al fin de su vida, reconoció la Divinidad de Rama y se entregó a El. Por lo tanto, no fue sin una buena razón que estos sabios se refrenaron de proclamar los poderes, la fuerza y la Divinidad de Rama.

Los demonios de aquellos días excedían todos los límites de la conducta humana decente. Aterrorizaban a la gente y los sabios pensaron que si proclamaban la Divinidad de Rama de inmediato, no podría llevarse a cabo la destrucción de los demonios a manos de Rama. Fue en este contexto que, a lo largo de toda la historia del Ramayana, desde el nacimiento de Rama hasta la destrucción de Ravana, Valmiki no lo describió sino como una forma humana ideal.

Rama tenía plena conciencia de todos los deberes del hombre. Tenía una inteligencia que podía abarcar todos los aspectos de la vida. Podía mostrar la necesidad de la humildad, del respeto y de la devoción, incluso en las condiciones más extremas. Fue un individuo superior, que se comportaba y llevaba su vida de manera consecuente con las condiciones que prevalecían en aquel entonces en el país.

Mirando el cuerpo de Ravana después de muerto, Vibhishana no se mostró dispuesto a llevar a cabo los últimos ritos que se realizan habitualmente. A sus ojos, Ravana era un gran pecador debido a que pensaba mal de Rama, la encarnación del Señor, y consideraba que no era justo que una persona así recibiera las honras fúnebres. Rama, como encarnación de la Rectitud, le llamó y le dijo: "Cualquier desagrado que se sienta por una persona no debe prolongarse más allá de su muerte. Que termine con su muerte. Todo odio deberá desaparecer con la muerte de la persona". Y le preguntó: "¿Vas a llevar a cabo las honras fúnebres como su hermano, o quieres que lo haga Yo?" Tan pronto como oyó estas palabras de Rama, Vibhishana se dio cuenta de su error y se dispuso a realizar los últimos ritos.

Debido a que Rama conocía todos los aspectos de la Acción Correcta se hace referencia a El como: "La encarnación misma de la Rectitud". De modo que el Señor asumió la forma humana en Rama y demostró, a través de su conducta y su fidelidad al deber, que éste forma parte integral de la vida diaria de un ser humano. ¿Cómo ha de conducirse uno en una familia? ¿Cómo ha de comportarse uno con un amigo? ¿Cómo ha de comportarse uno respecto de la comunidad? En estas cosas y en todo lo demás, Rama traducía cada momento de su vida en un ejemplo de la conducta ideal.

Al mostrar igual afecto por todas las personas, Rama las atraía. Durante su niñez hablaba muy poco. Se comportaba así para mostrarle al mundo el ideal que supone el lenguaje limitado, justo y necesario. La restricción en el hablar promoverá siempre en el hombre la Fuerza Divina y también la memoria. Logra crear respeto para uno en la comunidad. El hablar demasiado, en cierto sentido, le destruye a uno la memoria. También, cuando se habla demasiado, disminuye la fuerza que hay en los nervios y la persona tiende a debilitarse. Por este motivo es que todos los grandes santos han observado, cada vez que les era posible, la senda del silencio. Guardando silencio se puede lograr fuerza. Se debe a que la juventud de hoy habla demasiado, que se debilite su memoria y, cuando llegan a la sala de exámenes, han olvidado todo lo que han leído. Entre los muchos ideales que Rama le entrega a la juventud, el primerísimo es éste de hablar menos. El segundo es que muestren respeto frente a los mayores. El tercero es obedecer siempre alegres las órdenes de los padres.

Cuando Viswamitra fue a ver a Dasaratha, antes de llevar a Rama y a Lakshmana consigo para proteger su sacrificio, Dasaratha se sintió muy halagado, y mandó llamar a sus dos hijos. En la reunión se encontraban presentes Vasishta, Viswamitra, Kausalya y Dasaratha. Cuando entraron Rama y Lakshmana, fueron de inmediato a tocar los pies de la madre, luego los del padre y a continuación los de Vasishta y de Viswamitra. De acuerdo a nuestros conceptos tradicionales, a uno se le pide considerar a madre, padre, maestro y huéspedes como dioses, y ellos sentaron el ejemplo actuando de esta manera.

¡Estudiantes!: No es justo que se olviden de la cultura tradicional de nuestro país y acepten lo que nos es ajeno y extranjero. Lo primero en que hemos de empeñarnos es en respetar a nuestros padres en casa, y aceptar de buen grado cada una de las órdenes que den.

Cuando fueron completados los rituales en la selva, Rama y Lakshmana se acercaron a Viswamitra y le solicitaron les permitiera retornar a Ayodhya, ya que su misión había terminado. Viswamitra les dijo entonces que recién había recibido noticia de las celebraciones que tendrían lugar en Mithilapura y les sugirió que fueran a participar en ellas.

Lakshmana, que era muy despierto, reaccionó frente a esto diciendo que sus padres los habían enviado para la protección del sacrificio, pero no para ir hasta Mithilapura. Rama se volvió hacia él para decirle que sus padres les habían pedido seguir a Viswamitra y hacer todo lo que éste les pidiera, por lo que le sugería que fueran con él. Hemos de notar aquí cuánto respeto y atención le presta Rama a las palabras de Viswamitra. Más tarde, incluso cuando Rama parte al exilio de la selva, no fue tampoco Dasaratha quien daba las órdenes. Cuando el rey vio a Rama, se sumió en el dolor y ¿cómo podía haberle enviado a la selva en este estado? ¿Cómo podía hablar siquiera, agobiado como estaba por el dolor? Reconociendo la situación, Kaikeyi expresó lo que creía que estaba en la mente de Dasaratha y, aceptando la decisión y las órdenes de Kaikeyi, Rama y Lakshmana partieron. En ello hemos de reconocer a Rama como una persona que obedece implícitamente las órdenes del padre, ya sea que provengan directamente de él o, indirectamente, a través de otro. Debemos considerar cuidadosamente lo sagrado que conlleva la obediencia a las órdenes de los padres y los resultados beneficiosos que provienen de ello. Viéndolo desde una óptica mundana podríamos preguntarnos, "¿por qué habría de respetar continuamente a mis padres? Ya me he hecho mayor, me he convertido en una persona importante y soy fuerte. ¿Por qué tendría que seguir respetando a mis padres?"

¡Estudiantes!: Para cada una de vuestras acciones habrá siempre una reacción, un eco, un reflejo. Si en el futuro ansían tener una vida de paz y de felicidad, ello dependerá sólo de las acciones que realicen en el presente. Si respetan hoy a sus padres, serán respetados por sus propios hijos en el futuro. El tipo de semilla que se plante hoy, determinará el tipo de árbol que va a crecer. De modo que si quieren estar cerca de Dios, vean el bien, hagan el bien y sean buenos: éste es el ancho camino que les llevará hasta El. Ser bueno, hacer el bien y ver el bien constituye el primer deber de todo ser humano.

Jóvenes: Las riquezas que podamos ganar, la prosperidad que podamos adquirir o las mansiones que podamos construir, son todas cosas transitorias y temporales. Lo más importante en nuestra vida es nuestra conducta. Ella es la que asienta los cimientos para nuestra vida futura. Sólo cuando podemos configurar nuestra conducta por una senda correcta, podemos esperar que nuestro futuro sea tranquilo y feliz. En este contexto podemos tomar como ejemplo un pequeño incidente del Ramayana. Sita, deseosa de estar cerca de Rama, estaba dispuesta a sacrificar todas sus joyas, toda su fortuna y todas sus posesiones. Debido a este sacrificio total, le fue posible estar junto a Rama. Pero cuando en la selva de Panchavati se sintió atraída por el ciervo dorado, Rama se alejó de ella. Cuando se hacen más fuertes nuestros deseos y apegos mundanos, nos vamos alejando de Dios. En la medida en que vamos recortando cada vez más los deseos mundanos, vamos acercándonos también más y más al Ser Supremo.

Ahora, no estamos ni aquí ni allá. Estamos en el medio. Estamos viviendo en el mundo juntamente con los seres humanos. A un lado se encuentra el mundo Divino y al otro, el mundo de abajo, el mundo inferior. Si desarrollamos cualidades como la lujuria y la ira, nos estaremos acercando al mundo inferior y nos estaremos distanciando del mundo Divino. Pero si emprendemos el camino hacia el mundo Divino, nos distanciaremos cada vez más del mundo inferior. Darle importancia a los placeres transitorios viene a ser lo mismo que alejarse de la Divinidad.

¡Encarnaciones del Alma Divina!: Toda vida es algo tan efímero que puede desaparecer en un instante al igual que una burbuja. Todo lo que ven en este mundo es transitorio y no es verdadero. Todo lo que vemos durante el día desaparece cuando dormimos. Todo lo que vemos en nuestros sueños se desvanece al despertar. Lo que vemos y experimentamos durante el día es como una ensoñación y lo que vemos y experimentamos al dormir, no es más que un sueño. Durante la ensoñación del día no se encuentran presentes los sueños de la noche. En nuestros. sueños no encontramos nada del día. Sin embargo, cada uno de ustedes está presente tanto durante la ensoñación del día como en el sueño de la noche. Están presentes en ambos sueños. Sólo ustedes están presentes en ambos lugares y deberían reconocerlo.

Aquí hay una guirnalda, una sarta de flores. La hago colgar de mi mano y la comienzo a hacer pasar sobre ella. Vamos a representarnos que el lado derecho de la guirnalda es el futuro y el lado opuesto el pasado. Mientras va pasando sobre mi mano, lo que simbolizaba el futuro ha llegado a la posición del presente. En el momento en que avance un poco más, lo que era presente se convertirá en pasado. Toda esta sarta de flores va convirtiéndose en pasado, presente y futuro, pero la mano permanece en la misma posición todo el tiempo. La mano es omnipresente. Aquello que sigue adelante y cambia con el tiempo se convierte en futuro, presente y pasado. La vida en el futuro, en el presente y en el pasado es una sola. El tiempo es uno solo y se encuentra presente en estas tres situaciones. El tiempo lo es todo, no lo desperdicien. Es en este contexto que el tiempo ha sido descripto como lo más importante. El tiempo lo es todo y ha de ser tratado en este sentido. Es el cambio del tiempo lo que hace que aparezcan el bien y el mal. Si no existiera el tiempo, tampoco existirían ellos.

En la esfera espiritual se ha dicho que lo que en realidad existe es sólo Uno, no hay un segundo paralelo. Todas las cosas que vemos en este mundo son manifestaciones que surgen debido a los cambios del tiempo. El hombre es uno solo, pero se producen cambios en él a través del tiempo. Cuando tiene diez años de edad, lo llamamos niño; cuando tiene treinta, lo llamamos hombre; cuando tiene setenta y cinco, lo llamamos abuelo. Estas diferentes etapas de niño, hombre y abuelo se han producido por los cambios en el tiempo. En todos estos momentos hay un aspecto en el individuo que es común a todas las etapas. También se debe a los cambios en el tiempo que aparezcan el bien y el mal. No existen dos cosas separadas que se llamen así. El bien no es más que lo opuesto del mal, la ausencia del bien puede aparecer como mal.

¡Estudiantes!: Les voy a dar un ejemplo que encuentran comúnmente en la vida cotidiana. Esta noche nos serviremos una comida sabrosa y algo de fruta fresca. Cuando vemos esta fruta nos parece atractiva y sabrosa, y decimos que es muy buena. Esto vale para esta noche, pero a la mañana siguiente, la misma fruta habrá sido digerida y se habrá transformado en materia que debe ser excretada, y entonces la llamamos mala. Aquello que consideramos bueno en la noche, lo llamamos malo a la mañana siguiente. No hay sino una diferencia de tiempo. La comida y los dulces que preparamos hoy, estarán rancios y serán tóxicos en tres días. Vemos aquí también algo que es bueno, y que se vuelve malo con el paso del tiempo. No hay nada que sea intrínsecamente malo. Ya que el tiempo es el responsable de todos estos cambios, deberíamos tomar la decisión de usar el tiempo de manera sagrada.

¡Encarnaciones del Alma Divina!: Hay una razón para que les hable hoy sobre un ejemplo como éste. Este es el tercer día de nuestras clases de verano. Por veintisiete días más hemos de recoger una cantidad suficiente de placer y felicidad en estas clases. Dentro de vuestro corazón, en el recipiente de vuestro corazón, deberán crear un espacio suficiente como para recoger todo este buen material durante los próximos veintisiete días. Al hablarles más extensamente hoy, puedo eliminar todo lo que hayan usado antes para llenar vuestro corazón y abrir espacios para que puedan completarlos con las buenas cosas que irán recibiendo. Así también, si la cabeza está vacía, podrán poner en ella todo tipo de cosas, pero si estuviera ya llena ¿les quedaría lugar para poner algo más? Si no quedara sitio disponible en la cabeza, nada más podrían poner en ella. No será posible establecer qué hay de bueno en nuestro cumplimiento del deber. Para restablecer y resucitar nuestra antigua virtud, los estudiantes habrán de hacer la promesa de producir los cambios que sean necesarios en su conducta. Si hay malas ideas que ya han llenado sus cabezas, si tienen orejas que no quieren escuchar sino cosas malas, si usan los ojos sólo para ver cosas obscenas e inadecuadas, si tienen una mente torcida, si quieren engañar a otros con sus ideas, si tienen un corazón que no puede amar sino a una persona, ¿cómo podrían prosperar las cosas buenas en vuestra presencia? Han de ser establecidas la Verdad y la Justicia. Deben ser expulsadas la falsedad y la injusticia.

Mientras son jóvenes, poseerán fuerza física, fuerza espiritual y la capacidad para establecer cosas buenas. Si desperdician esta etapa de sus vidas no podrán volver a recuperar ya esta fuerza y este tiempo. Si dejan que se les escape esta oportunidad, nunca retornará. Tanto la juventud que se ha ido, como el agua que ha corrido río abajo, nunca volverán. Esta época de vuestras vidas es sagrada para ustedes. Deberán llevar a cabo un intento muy sincero por sacralizar este período de sus vidas. Todo el Ramayana, cada uno de los incidentes de la historia que se refiere a Rama y a Lakshmana tiene el valor de poderle ofrecer a la juventud, incluso en estos días, ideales válidos. Empéñense en considerarlos como ejemplos ideales, e intenten seguirlos. Es más importante considerar a Dios en cuanto ideal de un ser humano perfecto que adorarle. No podría llamarse devoción adorar a Dios por un lado y causarle sufrimiento a los seres humanos. Si ansían proclamar al mundo que son verdaderos devotos, deberán demostrarlo en la conducta y en la vida diarias.

Hay mucha gente educada en el mundo, pero esta educación no nos otorga la felicidad necesaria. Salir en busca de verdadera paz mental representa una pérdida de tiempo. Todo lo que deseen adquirir está dentro de ustedes mismos. Ustedes son Dios. Es por ello que a menudo les digo que no son una sola persona, sino tres: aquella que piensan que son, aquella que otros piensan que son y aquella que son realmente. Es por eso que decimos que llevan tres facetas de su personalidad en los aspectos del cuerpo, de la mente y del Alma. En el aspecto del cuerpo llevan a cabo el trabajo físico: tomen la determinación de realizar un buen trabajo. Rama fue siempre devoto del trabajo. La felicidad la derivarán del trabajo bien realizado. En cuanto al aspecto de la mente, promuevan en ella las buenas ideas y los buenos pensamientos. Si tomamos el camino correcto en estos dos aspectos del trabajo y de la adoración, vendrá luego el importante papel que desempeñe vuestro corazón, el que implica la sabiduría. Esta sabiduría representa el tercer aspecto.

El trabajo es como una flor. Si podemos proteger el botón, éste se transformará y florecerá. Esta misma flor llegará a madurar con el paso del tiempo y se convertirá en un fruto. Mas sin cuidar del botón, no conseguiremos ni la flor ni el fruto. Es por esta razón que no hemos de considerar como tres cosas diferentes entre sí al trabajo, la adoración y la sabiduría. Ellas se encuentran inseparablemente conexas. Cualquier trabajo que realicen, háganlo en el nombre de Dios. Llévenlo a cabo como una tarea de Dios y con ello, el trabajo se traducirá en adoración. Así espero que eliminarán las malas ideas, las ideas profanas que llenaron sus corazones en el pasado. Deséchenlas y llenen sus corazones con ideas buenas y sagradas. No estamos recibiendo una educación con el fin de ganar dinero. La finalidad de la educación es el carácter y la finalidad del conocimiento es el Amor. Es por esta razón que debemos desarrollar nuestro carácter con ayuda de nuestra educación. El dinero es algo que llega y se va; la moralidad es algo que viene y se desarrolla.

Jóvenes: Tienen ahora una oportunidad para entender el significado de estas cosas sagradas. Espero que, al entender este significado, se harán capaces de cambiar sus ideas y desarrollar otras buenas, al igual que una buena conducta. Saquen ejemplos de Rama y de su vida, y mejoren sus vidas con ellos.