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Discursos dados por Sai Baba

19. ../05/77 La Divinidad es la misma en todos los seres humanos

La Divinidad es la misma en todos los seres humanos

La Divinidad es la misma en todos los seres humanos

Mayo de 1977

Cómo podremos encontrar algo especial en el curso de una vida en la que no haya nubarrones? En una vida plena de prosperidad no se podrá encontrar nada que resulte sorprendente o inesperado.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: Tanto los devotos que reconocen a Dios como los sabios que reconocen a la Sabiduría o los filósofos que reconocen la Verdad Eterna, son todos una misma y sola cosa. Esto es lo que han descripto las Upanishads al decir que la Verdad es una sola. Cuando nuestra mente observa una situación, la mente misma le da muchas formas diferentes. Así también, el poder primordial que constituye la base de este mundo asume muchas formas diferentes. Los Vedas, las Escrituras Sagradas, han descripto esta situación al decir que no es más que Uno lo que existe, y que ello ha sido reconocido por mucha gente de manera diversa.

Durante un sueño en la noche, sentimos que estamos atravesando una densa selva y que hemos dormido sobre una roca desnuda. En esos momentos, todo lo que ven les parece ser verdad. Despiertan del sueño y todo el mundo del sueño desaparece por completo. La experiencia que han vivido durante el sueño no es una verdad sino durante el desarrollo del mismo. La experiencia que viven durante el estado de vigilia es una verdad durante el estado de vigilia. En un sueño nos resulta imposible reconocer nada que se relacione con el estado de vigilia. En el estado de vigilia nos resulta imposible reconocer nada que se relacione con el estado de soñar. En el estado de vigilia no hay sueños. En el estado de soñar no hay conciencia del estado de vigilia. Pero en ambos estados, tanto en el de soñar como en el de vigilia, se encuentra presente esa fuerza vital en ustedes que describen como el "yo".

Durante el sueño ven muchas cosas, mansiones, árboles, rocas, frutas, etc. ¿De dónde han venido estas mansiones, árboles, rocas, frutas? Es la fuerza vital en nosotros lo que las crea y les da forma. De la misma manera, el Creador pone su fuerza creativa en todas las cosas que va creando. Este sagrado aspecto ha sido mencionado en los Vedas al decir que el aspecto de Dios está en todas partes, encontrándose presente tanto dentro como fuera de todo. Los cinco elementos y todos los materiales que provienen de los mismos dependen de esta fuerza primordial única. En todas las cosas que vemos alrededor nuestro en la Creación esta energía es una sola y única. De modo que en este contexto, si podemos sumirnos profundamente en meditación y pensar en algo, se conjugan la energía de aquella fuerza vital que es objeto de vuestra meditación y la energía de ustedes mismos, y se fusionan una en la otra. Los nombres y las formas de diferentes cosas pueden parecer como siendo dispares entre sí, pero la fuerza vital o la energía presente en todas ellas es en realidad una misma y única.

Veamos un pequeño ejemplo al respecto. Usando azúcar derretida preparamos distintos tipos de dulces. A estos dulces les podemos dar diferentes formas, ya sea de zorros, de caballos, de perros, de cajas, etc. Los nombres y formas nos parecerán diferentes, pero el contenido en todos ellos no es sino uno solo y el mismo, y este factor común es el azúcar. Si de cada una de estas formas sacamos un pedacito y nos lo llevamos a la boca, lo que experimentaremos será la dulzura del azúcar, la que nada tiene que ver con la forma de la cual hemos sacado este pedacito.

Todas las religiones enseñarán en último término este aspecto de la unicidad. Aunque las enseñanzas de todas las religiones no son sino una misma y una sola, aquellos que han enseñado y predicado los aspectos de las diversas religiones crearon diferencias debido a sus diferentes actitudes. Odiar a otra religión o menospreciarla es una grave equivocación. Crear diferencias al decir que una religión se encuentra a un nivel inferior o que otra está en un nivel superior, no es sino señal de vuestra ignorancia. La gente que mantenga tales ideas, va a ir fortaleciendo su fe en estas diferencias en lugar de fortalecer su fe en Dios.

No han de trabarse en argumentaciones que apunten a la naturaleza de las diferentes religiones, sino que habrán de reconocer la esencia y lo común que hay en todas ellas, así como en las principales metas a las que apuntan. Todas las religiones confluyen para enseñar una cosa y esa cosa es positiva. ¿Si vuestra mente es buena, cómo podría ser mala alguna religión? Recuerden que todas no hacen sino enseñar cosas buenas.

Si hoy en día se enseña que la naturaleza humana es muy diferente de la Naturaleza Divina, el hombre no estará sino creando estas diferencias y, puesto que carece de poder de discriminación, cree que ambas son diferentes. El hombre es Dios, "nara" es Narayana, los seres humanos son Divinos. Es inevitable que algún día "nara" llegue a ser Narayana y Narayana venga como un Avatar y se convierta en "nara". En esta confluencia de "vara" y Narayana está 1a manifestación de toda la Creación. Es esta confluencia la que ha sido descripta por nosotros de tres maneras diferentes, vale decir, la filosofía dualista, la monista y la no dualista calificada. En ello, el dualismo reconoce dos cosas distintas y dice: "Yo estoy en la Luz", en tanto que el no dualismo calificado dice: "La Luz está en mí". El Uno sin Par, la más alta forma de no dualismo, dice: "Yo soy la Luz". Este Espíritu Divino que es Omnipresente es visto de diferente manera por distinta gente debido a los variados grados de apego a sus propios cuerpos humanos.

En verdad, cuando lo miramos desde el aspecto del cuerpo humano, sólo pensamos en un nombre y una forma para ese cuerpo. Dependiendo también de los propios antecedentes, decidimos qué está bien y qué está mal. Tanto para el bien como para el mal, el Alma no es sino un testigo. Es en este contexto que se ha dicho que ustedes no son una sola persona, sino tres personas diferentes, vale decir: la que ustedes creen que son, la que los demás piensan que son y la que realmente son. Estos son los tres diferentes aspectos. Una vez que reconozcamos la totalidad de la verdad y la totalidad de la Divinidad, podremos experimentar la identidad de estos tres aspectos de la personalidad humana.

La razón por la cual tenemos ideas y opiniones diferentes hoy en día, se debe a que no existe una coordinación entre nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestros actos. La prédica anda por un lado y nuestras acciones son muy diferentes. Enseñamos y creemos que las cualidades de la Verdad, del Amor y de la No Violencia son muy grandes y muy fuertes, pero en nuestra vida diaria nos comportamos de manera muy distinta a lo que decimos. Creemos que la Verdad es nuestra sacra religión, pero estamos prontos a hacer caso omiso de todo ello y pareciera que la misma verdad fuera algo que no necesitamos. El hombre ni siquiera hace el intento de encontrar lo bueno respecto de sí mismo. Pronuncia repetidamente la palabra "verdad", pero no es capaz de establecer la verdad con referencia a sí mismo. Es ésta la razón por la cual no llega a ser un ser humano integral. Pero si él mismo no es capaz de convertirse en un ser humano integral, ¿cómo podrá elevarse hasta el nivel de Dios?

Esta mañana uno de los conferencistas les dijo que el hombre es Dios y que el Señor está presente en todos los seres humanos. Mencionó que desde la posición de ser un gorila, uno podía elevarse hasta la posición de un ser humano. Hemos de pensar al respecto que el mundo dejó de existir en la forma de un mineral y que reapareció en la forma de un árbol. La Creación volvió a desaparecer en la forma del árbol y reapareció en la forma de un animal. Luego, desapareció nuevamente para reaparecer en cuanto ser humano. Siguiendo esta serie evolutiva, uno habría de desaparecer del estado de ser humano para reaparecer únicamente como Dios. La evolución ascendente va del mineral al árbol, del árbol al animal, del animal al ser humano y del ser humano al Ser Divino, en la que cada etapa va mejorando y aprendiendo de la anterior.

De este modo, si hoy en día el hombre puede elevarse a mayores alturas se podrá convertir en un Ser Divino, pero si resbala hacia abajo, se convertirá en un animal. Hemos de empeñarnos por tomar el camino de la superación y no el de la degradación. En cada ser humano está presente el aspecto de la Divinidad. El aspecto del Alma está mucho más cercano a nosotros que todos nuestros amigos y relaciones. Este tipo de conciencia respecto de la relación del Alma con nosotros es la que debe ser promovida. Todas nuestras ideas habrán de llegar a refinarse hasta el punto en que dejen de ser estrechas y se expandan lo suficiente. No hemos de adoptar el criterio según el cual no deberíamos preocuparnos sino de nuestra familia, de nuestro hogar y nuestro "sí mismo". Esto representa un enfoque demasiado estrecho de la vida. Nuestras ideas deberán ser lo suficientemente amplias como para que podamos avanzar del punto de que abarquen el hogar y se extiendan a una aldea, de ahí a un distrito, del distrito a una provincia, de la provincia hacia el país entero y desde el país al mundo.

De igual manera, en lo que concierne a nuestra meditación, deberemos ampliarla como para que veamos la Eterna Luz presente en nosotros en cuanto la misma que está presente en todo lugar del Universo. Con este sentimiento podremos ser capaces de expandir nuestras ideas y tomar conciencia del significado de la declaración respecto a que no existe sino una Verdad y que ésta es vista por mucha gente en diferentes formas. Siempre estamos viendo cosas que cambian continuamente. Estamos viendo una creación que no es permanente, y caemos en el error de identificar a esta creación con la Divinidad. No tomamos conciencia de la Verdad.

El mundo no es más que una proyección ilusoria y Dios es la base. Pero para entender esta situación uno ha de realizar el intento. Este auditorio es visible para nosotros ahora, con todos sus bellos ventanales, todas las buenas alfombras y nos muestra una grata apariencia. El techo descansa sobre estos muros que lo sostienen. Mirando el techo y los muros, pensamos que son componentes importantes del auditorio. Pero eso no es lo correcto. Debemos darnos cuenta de que los cimientos que no vemos, representan en realidad el soporte para este gran auditorio. Así también, para todo lo que vemos, debe haber alguna base que no visualizamos. Para llegar a tomar conciencia y para entender a esa base que no es visible externamente, tendríamos que adoptar la senda del Espíritu Supremo. Todos aquellos que no reconocen la existencia de la base misma y que no hacen sino confundir la apariencia externa con la Verdad, desconociendo que ésta es producto de la base, no son en realidad más que ignorantes.

La gente no ve hoy en día más que la consecuencia de la existencia de la Energía Divina. Arguye que esta Energía no existe y que no hay una base para lo que vemos. Tal declaración equivale a decir que en el océano hay olas porque las veo, pero que no hay agua. Son incapaces de reconocerla Verdad básica que encierran nuestras antiguas declaraciones védicas. Si lo examinamos cuidadosamente, se nos hará posible y, en verdad bastante fácil, llegar a ver la unicidad de la Divinidad.

Lo que hemos de establecer hoy en día no es una nueva sociedad ni una nueva religión o una nueva organización. Lo que hemos de hacer es reconocer los contenidos de lo que ya habíamos tenido desde nuestros tiempos antiguos y hacerlos valer en el presente. Jóvenes capaces de hacer sacrificios son algo esencial hoy en día. Necesitamos, con mucha urgencia, gente joven y llena de coraje que pueda proclamar al mundo la Omnipresencia de la Divinidad. Se hace necesario contar con jóvenes que puedan hacerle frente y oponerse con valentía a las situaciones que surgen de la injusticia, la rudeza y la crueldad. Se requiere gente joven que no dependa tan sólo de beneficios mundanos y materiales, sino que le dé importancia suficiente a los aspectos éticos y espirituales. Jóvenes que estén preparados para renunciar a la imitación, para desechar las ideas egoístas y que se muestren dispuestos a servir a la comunidad de manera desinteresada. Jóvenes que puedan proclamar por experiencia propia la existencia del Alma y comunicarla a los demás. Eso es lo más importante y necesario.

La Divinidad que está presente en todos y en cada uno es una misma y una sola. La Divinidad no está presente tan sólo en Sathya Sai Baba. Todos ustedes son Divinos. La Divinidad está presente en cada uno. El hecho de que la Divinidad está presente en millones de seres nos ha sido comunicado por nuestros Vedas de manera ligeramente diferente, al declarar que Dios tiene mil ojos, miles de piernas y miles de cabezas. También se ha dicho que le encontrarán en dondequiera que le busquen. Esto corresponde también a que digamos que Dios siempre está a vuestro alcance, que está detrás de ustedes, que está con ustedes cada vez que estén en problemas o sufran algún dolor. Para librarles de las dificultades, El está con ustedes, tras de ustedes, en ustedes y preocupado por ustedes.

Un individuo al que se le dijo que Dios estaba con él y detrás de él, miró hacia atrás y buscó a Dios a sus espaldas y, no encontrando a nadie, se sintió muy desilusionado. ¡Esta persona ignorante y necia, se volvió para ver a Dios! No obstante, al volverse hacia atrás, no entendió que mirando hacia allá, lo que estaba detrás, estará entonces delante de él. Al volverse por completo, Dios siempre estará tras él.

Es en este sentido que habrán de comenzar por fortalecer la fe en cuanto a que Dios está detrás de todo. Hay varios pasos para dar en este contexto. Lo primero será la confianza en uno mismo, a continuación viene la autosatisfacción, luego sigue el autosacrificio y entonces, la autorrealización. En cada uno es autorresplandeciente el principio del "yo". El se encuentra en la forma del Alma autorresplandeciente en cada ser humano. Puede haber millones de personas en un lugar y en todas ellas el Ser Supremo es solamente uno. En esta aparente diversidad debemos hacer el intento de ver la unidad.

Hay un pequeño ejemplo aritmético para esto. 1 + 1 + 1 + 1 y + 1 vienen a ser 5. Esta es la respuesta correcta en el lenguaje común. Mas si ponen un número de "yo", como "yo" + "yo" + "yo" + "yo" + "yo", el resultado foral no será sino un "yo". En esta divina forma de pensar deberán intentar de buscar el "yo" en cada corazón.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: Un hombre no es capaz de promover en sí mismo el tipo de ideas amplias que podemos encontrar hasta en los insectos y los animales. Hay un pequeño ejemplo al respecto. Si una hormiga ubica algo de azúcar en algún lugar, no va a comérsela de inmediato y a llenarse el estómago de manera egoísta. Esa hormiga partirá a reunir otras diez hormigas e irán todas juntas a comer el azúcar. Pueden observar el amplio criterio que caracteriza incluso a una criatura tan pequeña como una hormiga. Observen lo desinteresada que es y cómo trata de ayudar a otras hormigas. Por otra parte, generalmente cuando vemos un cuervo, nos produce disgusto. Tomamos una piedra y se la lanzamos. Pero este cuervo, cuando encuentra alimento en cualquier parte, comienza de inmediato a llamar a otros cuervos y todos se reunirán para comer lo que haya encontrado. Incluso el cuervo desea compartir ese alimento con otros cuervos, sus amigos y parientes. El hombre, sin embargo, al encontrar cualquier cosa que le sea de utilidad, desea dejar afuera a los demás. Un marido deja a un lado a su mujer y piensa que su propio placer es lo más importante. Una madre deja de lado a su hijo y se comporta de manera egoísta actuando para sí misma. Se debe a esta amplitud de ideas que las hormigas y los cuervos estén renaciendo como seres humanos y que la población humana se incremente día a día.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: No deben entender equivocadamente ni malinterpretar lo que digo. Es mi deber hacerles ver la verdad tal como existe. Hoy en día, la razón por la cual se está incrementando tanto la población humana, reside en la actitud de los seres humanos. Dios ha creado muchas cosas en el mundo para que el hombre se gane la vida con economía, como para llenar su pequeño vientre. Dios ha creado grandes cantidades de arroz, grandes cantidades de frutas, grandes cantidades de trigo. Pero aunque Dios ha creado con generosidad estos buenos alimentos, nosotros vamos y comemos carne y pescado. Todos los peces que nos comemos renacen como seres humanos.

Deseo darles otro ejemplo. Hasta una dura piedra puede derretirse, fluir y tomar, por último, la forma de un ser humano. Aquí va un ejemplo. Hay una gran roca. Si pudieran horadar un agujero en ella y plantar allí una semilla, esa semilla no va a brotar para convertirse en un árbol. Con el tiempo, esa roca se resecará al Sol y se empapará con el agua de la lluvia y, gradualmente, se va a ir desmenuzando hasta convertirse en polvo. Si en ese polvo en que se ha convertido la roca ponemos una semilla, ésta va a brotar y se convertirá en una planta. La planta se convertirá en un gran árbol. De ese árbol obtendremos fruta. El hombre comerá esa fruta. Ese alimento que ha entrado así en él, se tornará también en una fuente para un nuevo nacimiento humano. Observamos aquí que una dura roca se puede convertir en suave polvo. De ese polvo brota una planta, la planta se convierte en un árbol y éste da frutas. Las frutas son comidas por el hombre y de esta coordinación surge un nuevo ser humano.

De modo que, inquiriendo con alguna profundidad en estas cosas, nos daremos cuenta de que cualquiera sea la naturaleza del material, la Divinidad que encierra el hombre puede transformar ese material en otro ser humano. Como lo expresara el Bhagavad Gita, además de reconocer a aquel Dios único que no tiene paralelo y que se manifiesta de diferentes maneras, El mismo ha declarado que constituye la simiente para toda la Creación. Todas las ramas, las hojas, los frutos y todo lo que vemos en un árbol han provenido de una semilla única. De igual manera, todas las formas que vemos en la Creación han provenido de la semilla única de la Divinidad. El individuo que reconoce esta verdad se hace sabio y se vuelve uno con la Divinidad. El individuo que es ignorante y no reconoce esta verdad, se hunde hasta las profundidades de la ignorancia.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: El hombre ansía lograr la felicidad, la paz y la dicha, pero no lleva a cabo esfuerzos consistentes y continuos. ¿Cómo alcanzamos la dicha y la felicidad? Ello es posible tan sólo cuando sabemos y entendemos lo que hemos de saber y entender. Obtendremos dicha sólo cuando renunciamos a lo que debemos renunciar.

Obtendremos felicidad y dicha sólo cuando alcancemos el destino final que hemos de alcanzar. ¿Qué es lo que deberíamos saber? Deberíamos saber la verdad respecto de la Creación alrededor nuestro. ¿Qué es aquello a lo que debemos renunciar?: el sentimiento de que el cuerpo humano es real y permanente. ¿Cuál es el destino final que hemos de alcanzar?: hemos de alcanzar la Divinidad que representa el estado permanente del Alma. Solamente entonces experimentaremos la verdadera dicha. Es ésta la razón por la cual dice la plegaria de la Upanishad:

"De este mundo que es falso, guíame hacia la Verdad. De esta oscuridad de la ignorancia, guíame hacia la (Luz. De la muerte, guíame hacia la Inmortalidad."

¿Qué es lo que significa esto? La muerte aquí significa seguir hacia el renacimiento, y la inmortalidad connota la liberación del renacer. ¿Cuál es el camino hacia la inmortalidad? El único camino hacia la inmortalidad lo constituye la eliminación de la mortalidad. Han de dejarse de lado todas las ideas estrechas e inmorales, como mostrarse injustos y duros, o causarle daño a otros. ¿Cuál e9 la razón para ello? Uno ha de aceptar que todo lo que existe en otra persona no es más que el mismo Espíritu Diviao que está en uno. ¿Cómo podríamos sentir envidia u odio por otro?

Cuando a veces haya algunos que se comporten mal, habrán de pedirle a Dios que sean purificados y que dejen de comportarse así. Pero no por ello habrán de dejarse llevar por la envidia y una conducta mala. Estoy esperando que reconozcan el Divino Aspecto del Alma, aquel aspecto único para el que no hay par, y que promuevan sus sagradas ideas.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: Todos deben tratar de empeñarse con determinación tratando de coordinar vuestros pensamientos, palabras y actos. Se ha dicho que el estudio correcto de la humanidad está en el estudio del hombre. Sólo cuando lo hagan y sólo cuando reconozcan la naturaleza humana, llegarán a ser capaces de entender la verdadera Divinidad. Pero hoy en día no existe un estudio adecuado del género humano. Esta es la razón por la cual la naturaleza humana ha llegado tan bajo, hundiéndose en la más profunda abyección y el hombre no es capaz de vivir como un ser humano.