.



 

Discursos dados por Sai Baba

18. ../05/77 La comida limpia le ayuda a uno

La comida limpia le ayuda a uno

La comida limpia le ayuda a uno

Mayo de 1977

A DESARROLLAR BUENAS CUALIDADES

¿Cómo podría un perro darse cuenta del calor de un día de ayuno?

¿Cómo podría un buey darse cuenta del sabor del arroz reseco?

¿Cómo podría alguien que carezca de olfato apreciar alguna fragancia?

¿Cómo podría un ciego darse cuenta de la belleza de la luz de la Luna?

Estudiantes: Los grandes eruditos de antaño nos han legado sagrados ideales. Hemos de entresacar de la cultura y las tradiciones de la India algunos aspectos que resulten aplicables a nuestra vida diaria. Los testimonios de estos grandes sabios fueron resultado de sus propias experiencias personales en una vida llena de felicidad y de dicha. La senda que ellos tomaron puede ser descripta como una senda dorada. Las palabras que nos dejaron son palabras de verdad. Cualquier cosa que hicieran, no era sino para promover la prosperidad del mundo y la felicidad de la gente. Podemos observar que, hoy en día, lamentablemente, el hombre ha tomado por una senda diametralmente opuesta. Pensamos que todos los mandamientos que nos legaron nuestros ancestros están plagados de supersticiones y que se basan en ideas débiles y necias. Si hubiera en verdad algún tipo de fe ciega o de superstición, y alguien lo puede establecer mediante un razonamiento apropiado, todos concordarán con eso. En cambio, si se le da el nombre de superstición o de fe ciega a todo lo que no le guste a la gente o que no puede comprender, ello habrá que atribuirlo simplemente a la agitación que reina en sus mentes. Tales declaraciones no podrán ser sino palabras pronunciadas con una motivación egoísta.

Estudiantes: Hoy les voy a hablar respecto de lo que debe ser la conducta correcta en sus vidas diarias y sobre cómo deberá ser regulada vuestra manera de comer y de vivir. Hay mucha gente, en particular los que son creyentes en Dios, que piensan que a la hora de comer deben repetir el capítulo quince del Gita y que al hacerlo así le estarán ofreciendo la comida al Señor, para participar luego de la misma comida ofrendada. Los estudiantes que han venido a participar en las clases de verano saben que en nuestro albergue, los estudiantes habitualmente repiten algunos versos antes de comer y hacen una ofrenda de esos alimentos al Señor, para servirse luego el resto. No hemos de menospreciar estos actos como manifestación de una fe necia. Debemos esforzarnos por experimentar el sentido y el contenido de los versos.

En tiempos de antaño, uno de los reyes llevó a cabo una ofrenda y reunió para ello a un cierto número de eruditos filósofos. Entre ellos había dos que estaban habituados a observar ciertas tradiciones. Las tradiciones de aquel entonces indicaban que no debían aceptar alimento en cualquier casa. Salían a recolectar algunos alimentos en distintas casas y los llevaban en un atado para comerlo durante el camino. A1 llegar el mediodía, llegaron hasta un río y encontraron un árbol que ofrecía un lugar sombreado, bajo el cual se sentaron para servirse la comida. Era un hábito en ellos ofrecerle primero los alimentos a Dios y recién entonces comer ellos. También ese día comenzaron por leer el verso vigésimocuarto del cuarto capítulo del Gita que comienza diciendo: "Le ofrezco este alimento a Brahman". Mientras oraban y repetían el verso, oyeron un ruido que provenía de la copa del árbol bajo el que estaban sentados. Pensaron que no se debía sino a la brisa que hacía golpear una rama contra otra y no dejaron que el ruido les interrumpiera. Siguieron con sus plegarias y comenzaron con el verso décimocuarto del capítulo quince del Gita. Mientras lo repetían, quedaron totalmente absortos y perdidos en el pensamiento en Dios. De pronto se dieron cuenta de que un gran santo había llegado hasta allí y estaba de pie ante ellos. Se levantaron y le honraron, preguntándole quién era. El les reveló su identidad y les confió que había sufrido la maldición de un sabio tiempo atrás y se veía obligado a vivir en ese árbol. Había sido liberado ahora de aquella maldición, gracias a las plegarias que ellos habían pronunciado bajo el mismo.

El hombre santo rindió homenaje entonces a ambos filósofos y dijo: "Sé hacia dónde se dirigen y tengo plena conciencia de vuestra misión. Van a participar en una reunión a la que convocó el rey. Debo retribuirles la deuda que he contraído con ustedes por haberme liberado de la maldición. Entraré en la mente del rey y me preocuparé de que sean beneficiados de muchas maneras". Ambos eruditos llegaron a la reunión de personalidades que el rey había congregado, pero era tanta la gente que se encontraba allí que no pudieron acercarse al monarca. De modo que se sentaron en un rincón y le veían desde allí. Las palabras pronunciadas por un gran santo nunca pueden tornarse en falsedad. Debido a la promesa hecha por él, el rey dirigió su mirada hacia ambos estudiosos, se levantó yendo hacia ellos y, después de honrarles, les pidió que pasaran hacia la primera fila y se sentaran allí. También les pidió que expusieran ante todos su sabiduría. La congregación terminó aquel día y el rey se sintió profundamente complacido por la erudición de que habían hecho gala, de modo que los puso a cargo de varias aldeas y se preocupó para que vivieran felices por el resto de sus días. Podemos observar en esta historia que este gran santo le enseñó a nuestros personajes la forma de sobreponerse a los muchos problemas y obstáculos mundanos que encontraran y a lograr bendiciones espirituales. Se puede observar aquí que, cuando uno toma por la senda de la espiritualidad, se encontrará con muchos problemas y obstáculos mundanales que le salen al paso. Sólo cuando podemos superarlos, podemos alcanzar la oportunidad de beneficiarnos con la senda espiritual. Fue debido a esto que los filósofos pudieron vencer los obstáculos y seguir por la senda espiritual, logrando la felicidad gracias a los favores que recibieron.

El propósito de pensar en este verso del capítulo quince del Gita es el de lograr el éxito en asuntos mundanos y superar los obstáculos que impidan seguir por la senda espiritual. Para ello, son determinantes de muchas maneras los alimentos que ingiramos en cuanto a lo que logremos para nosotros en el futuro. El alimento determinará el tipo de ideas que surjan en nosotros. Si mientras comemos, empleamos palabras estimulantes, surgirán también en nosotros ideas excitantes relacionadas con estas mismas palabras. La lección que hemos de extraer es que cuando nos estemos bañando, cuando nos sentemos para meditar o cuando comamos, no debemos pensar en otras actividades ni darle vueltas a otras ideas. Mientras estemos comiendo, también será perjudicial para nosotros el hablar demasiado. No hemos de dar lugar a ningún tipo de conversación mientras comamos. Debemos dedicarnos a enunciar el verso que se ha mencionado, con un corazón feliz y con palabras sagradas, y luego proceder a comer. De este modo, todo lo que le haya sido ofrecido a Brahman se convertirá en la comida bendita que recibimos como un regalo de Brahman.

El significado de este verso es que Dios mismo, que está en una forma humana dentro de ustedes, está sirviéndose el alimento. Por ende, ello convierte nuestro alimento en alimento para Dios. Mientras estemos sirviéndonos el alimento, no hemos de estar excitados ni dejarnos apasionar por nada, sino que debemos comer en paz. Aun cuando no podamos llevar a cabo ni la repetición del Nombre de Dios, ni una disciplina ascética y sacrificada, desarrollaremos buenas ideas si al menos podemos comer de esta manera. La naturaleza del fuego determinará el humo que provenga de él. El tipo de humo que salga del fuego determinará la clase de nube que se forme. El tipo de nube que se forme determinará la clase de lluvia que caerá desde ella. El tipo de lluvia que caiga determinará las cosechas que se obtengan. El tipo de cosechas que se obtengan determinarán los alimentos que logremos. El tipo de alimentos que ingiramos determinará nuestras ideas. Para todas nuestras ideas, el responsable no será sino nuestro alimento. Si comemos alimento purificado, sentados en un lugar aseado, tendremos ideas limpias gracias a esta comida. Y, por ende, habrá buenas oportunidades de lograr ideas espirituales.

En lo que concierne al alimento hay tres aspectos relativos a su limpieza por los que debemos velar. Uno es la limpieza del material que usemos para cocinar el alimento. El segundo es la limpieza de los utensilios en los que vayamos a cocinar. Ciertamente que nos será fácil limpiar los materiales que han de constituir nuestro alimento y también limpiar los utensilios que se vayan a emplear para prepararlos. El tercer aspecto se refiere a la limpieza del proceso de preparación. Esto no siempre resulta fácil de lograr. Hemos de albergar buenas ideas hasta la fase final de cocimiento de los alimentos. Así es como lograremos la plena limpieza en su elaboración.

Sin embargo, aunque surjan dificultades en estos aspectos de la limpieza, ya sea en los utensilios, los materiales o el proceso mismo de preparación, si le ofrecemos los alimentos a Dios antes de comer, todos los alimentos se volverán limpios. A1 ofrecerle de este modo nuestra comida al Señor, la sometemos a los tres aspectos de limpieza y es por ello que nuestros ancestros nos han señalado que son éstos los pasos que hemos de observar en cuanto a nuestro alimento. Lamentablemente, hoy en día, cuando uno siente hambre, no se preocupa de lo que come, en qué lugar come ni qué tipo de alimentos ingiere. Simplemente, come cualquier cosa.

Ya no podemos ver a los sabios de antaño. Vemos a personas que sólo pretenden ser santas. Esta es la razón por la cual su condición se rebaja día a día hasta las profundidades de la degradación. Sólo cuando podamos seguir por la senda señalada por los ancestros y aceptar la Rectitud védica, podremos elevarnos. Todos los dones de aldeas que el rey le otorgara a las personas en retribución por los servicios específicos que le prestaran, están desapareciendo en la actualidad. ¿Cuál es la razón? La razón reside en el cambio operado en el modo de vida. La civilización y las tradiciones prestadas que hemos aceptado están mostrando sus consecuencias y resultados. El egoísmo se ha ido incrementando, en tanto que el interés por la ayuda hacia los demás ha ido disminuyendo. El corazón se ha estado volviendo cada vez más duro. La inteligencia ha ido aumentando, pero las buenas cualidades van decreciendo. Es así que la agitación y la falta de paz en el mundo puede serle atribuida a nuestros propios hábitos alimentarios.

Puede que sientan hambre. Pese al hambre que sientan, habrán de hacer el intento de encontrar un lugar y comida limpios. Cuando los encuentren, primero habrán de ofrecérsela a Dios y luego comer. No se trata únicamsente que lo hagan aquí, sino que adondequiera que vayan, cuando estén por comer, habrán de recordar estos tres versos, habrán de enunciarlos y ofrecerle la comida a Dios y luego comer. Si hubiera algunos entre ustedes que no conozcan estos versos, habrán de anotarlos como para poderlos recitar y convertirse así en ciudadanos dignos de Bharat.