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Discursos dados por Sai Baba

12. ../05/77 De nada le valió a Ravana su erudición sobre los Vedas

De nada le valió a Ravana su erudición sobre los Vedas

De nada le valió a Ravana su erudición sobre los Vedas

Mayo de 1977

POR SU PRACTICA ERRONEA

Cuando un pecador ve que la prosperidad le sale al paso,

se siente capaz de desafiar incluso al Señor.

Mas cuando desaparece su prosperidad,

se vuelve humilde y comienza a vislumbrar la verdad.

¡Encarnaciones del Amor!: Si un individuo desea llegar a ser una persona importante, habrá de contar con tres buenas cualidades. La primera será la de poseer una fe firme e inalterable en la necesidad de ser bueno. La segunda, la de estar libre de odios, envidias y ego. La tercera, la de ser capaz de apreciar y de gozar al ver a otro individuo o a la sociedad que le rodea hacer un buen trabajo. Es a través de estas cualidades que llegará a saberse de la grandeza de una persona.

Las antiguas tradiciones de Bharat (India) han reconocido y proclamado siempre la grandeza de estas cualidades en un individuo. No es solamente que se llegue a establecer la importancia de un individuo, sino que hasta la reputación del país se hará conocida a través de los ciudadanos individuales que posean estas cualidades. Si queremos que el país se haga grande y que esta grandeza sea reconocida fuera de él, es necesario que los gobernantes del país también las posean.

Lamentablemente, hoy en día ha estado señalando que tales virtudes no son esenciales, justamente la gente que es incapaz de reconocer la verdad en nuestra ancestral cultura. Tales personas, incapaces de reconocer los valores en nuestra cultura, andan diciendo que nuestras tradiciones representan grilletes para el progreso y que actúan como un obstáculo para la libertad de nuestra mente. Insisten en que las peregrinaciones no son necesarias y que visitar a grandes santos no es más que un signo de debilidad mental. Puede que no todos ustedes se hayan dado cuenta de que este tipo de declaraciones no representan sino discursos de plataforma que lanzan personas que ocupan posiciones de autoridad y de poder. A veces también son motivados políticamente. Estas palabras se emiten de manera muy superficial, sin profundidad alguna de investigación o de reflexión que las apoye.

Los jóvenes no deberán prestar mucha atención a este tipo de declaraciones tan superficiales, sino que procurarán reconocer el valor de la verdad que encierra nuestra cultura ancestral y atenerse a ella. La gente sabia no sé convierte en esclava de sus deseos ni acepta sin reflexionar la senda material que proveen la ciencia y la tecnología para satisfacér los deseos. Los individuos que han llegado a aprovechar el poder nuclear están comenzando a pensar que hasta , poder discriminatorio está siendo engullido por sus propios eventos. Son incapaces de reconocer la verdad sobre el hecho de que esas máquinas que han creado y las mismas armas que han construido van a engullir sus propias vidas. Piensan que dedicar sus vidas y recursos a la persecución de materias que no guardan relación alguna con su real bienestar es justo. No se dan cuenta de que al hacerlo están desperdiciando sus vidas.

¡Encarnaciones del Amor!: Para poder reconocer la Divinidad del hombre debemos aprender a respetar el Servicio. El deber del hombre es el de servir a la sociedad de la que forma parte. Se da el caso hoy en día que todas nuestras ideas y nuestros pensamientos los hemos tomado en préstamo de otros. Todos parecen transitorios. Pareciera que no hay en absoluto valores permanentes.

Cierto es que los occidentales han hecho progresos considerables en la ciencia y que han adquirido el dominio sobre el mundo material. Pese a todo eso, no son capaces de dar ninguna respuesta a los desafíos que plantean los textos sagrados como las Upanishads. Debido a que hemos puesto tanta fe en la experiencia mundana y en las cosas que se basan en dicha experiencia, somos incapaces de conocernos a nosotros mismos. Cada individuo imagina que ha logrado grandes cosas y tales logros son utilizados con el propósito de proclamar su propia grandeza y de ensalzar su reputación. En verdad, sin hacer uso de nuestra fuerza y nuestra inteligencia en la senda correcta, queremos emplearlas con el propósito de proclamar interesadamente nuestra propia grandeza. Deberíamos dedicarnos a promover el bien total, el bien de la comunidad, de manera desinteresada, con Amor puro e inegoísta.

Las personas que hoy en día le dan su apoyo a diferentes cosas producidas por la ciencia, se sienten ellas mismas confundidas con respecto a si estas cosas servirán para el bien del pueblo o si lo perjudicarán o dañarán. Sólo cuando alguien haya logrado un completo control sobre su mente y su inteligencia y crea en la verdad de que la Divinidad está presente en cada ser humano, le será de alguna utilidad este conocimiento científico. Aunque uno pueda poseer una considerable cantidad de fuerza en el sentido material de la palabra, existe la probabilidad de que pueda perder todo lo que tenga, si carece del poder espiritual. Ravana poseía considerable poder mundano, e incluso poder moral, y era un devoto de Dios. Sin embargo, cayó hasta lo más profundo por causa de sus cualidades negativas como la envidia y la ira.

Para cualquiera es una virtud sagrada ser capaz de gozar y de apreciar lo bueno en otras personas. Mayor que ella es la cualidad por la que nos libramos del egoísmo y aplicamos todos nuestros recursos al propósito de hacer el bien a otros. Es cierto que personas como Hiranyaksha, Hiranyakasapa y Ravana poseían muchas grandes cualidades y un considerable coraje, pero había algo que le faltaba al tipo de devoción y de fe que tenían. Por eso tuvieron que sufrir.

Sea cual fuere el saber y la instrucción que uno logre adquirir, la educación se transforma en algo útil sólo cuando uno puede reconocer que todo aprendizaje no debe tender si no a capacitarle para hacerse digno de la Gracia de Dios. ¿De qué sirve ser docto en varias ramas del conocimiento? ¿Le es posible a uno cambiar por este medio el destino que se le ha dado? Cuando vuestra cabeza está llena de malas ideas, se vuelven romos vuestra inteligencia y pensamientos. Se debió a que Rayana tenía las tres malas cualidades de la envidia, la ira y el ego que fuera despojado de toda oportunidad de éxito, pese a contar con varios poderes. En aquel que sufra de ego, faltará el poder para discernir entre lo que es transitorio y lo que es permanente. Aquel que desarrolle la envidia perderá la bondad y la habilidad de dar libremente. Aquel que desarrolle la ira, perderá toda oportunidad de aspirar a las alturas de la gloria e incluso desaparecerán las posesiones que tenga. Desaparecerán, asimismo, su reputación y su fuerza, justo en el momento en que más las necesite. Aquellos que estaban a de él, se distanciarán. Para aquel que desarrolle etodo se volverá malo. Los que sufren de ira no "orn obtener resultados, y sentirán vergüenza en los momeñ't~s crueíales.

Rayana gobernaba su reino y su capital podía compararse con el cielo, pero a causa de sus cualidades negativas perdió su propia felicidad, su reino y todo lo que poseía. De hecho, destruyó a su propia familia y dinastía. Conocía todos los códigos de conducta que le corresponden a un rey, sus conocimientos eran vastos y, sin embargo, se comportaba como un mono. Sabía muchas cosas, pero por no poner sus conocimientos en práctica, era peor que aquel que carece en absoluto de conocimientos.

Cuando Hanuman entró en Lanka como embajador de Rama y le habló a Sita, Rayana lo supo y ordenó castigar a Hanuman. Esto es absolutamente contrario al código de conducta de un rey. Matar a un embajador o castigar a quien ha venido como mensajero a nombre de un tercero, no responde al código de conducta del rey de un país. Vibhishana trató de explicarle este principio a Rayana e intentó que liberara a Hanuman. Pero, de hecho, Rayana albergaba tantas otras malas cualidades e ideas que a menudo se lanzaba a emprender cosas que no debían hacerse. Muchas veces incluso intentó darle muerte a Sita. Mandodari, la mujer de Rayana, trató de enseñarle que matar a una mujer representa un grave error y que estaba cometiendo un gran pecado. Estas cualidades negativas en él le hacían tomar siempre por el camino equivocado y le creaban grandes dificultades. En una ocasión Mandodari fue hasta su marido y le dijo: "Conoces todo el Dharma (la Rectitud) y todos los códigos de la Conducta Correcta. Con toda esta sabiduría, ¿cómo es que haces cosas equivocadas? ¿Qué es lo que pasa? ¿Cómo lo puedes explicar? ¿Qué sentido interno tiene tu comportamiento? Además, tienes toda la capacidad y el poder hasta para asumir la forma que quieras. El día que trajiste a Sita a Lanka, tomaste la forma de un renunciante y la engañaste. ¿Por qué te exigís todo este trabajo para conquistar a la sagrada Sita? Conque asumieras la forma de Ramachandra tan sólo, Sita sería tuya. ¿Por qué no tomaste ese camino?"

A ello, Rayana le contestó que la forma de Ramachandra era sagrada y Divina y si tomara esa forma, ¿le quedaría alguna cualidad negativa? Esto significa que Rayana sabía muy bien que las características que uno tenga serán las apropiadas a su forma. Como él tenía la forma de un demonio, eran las cualidades demoníacas las que se mostraban. La gente de hoy tiene forma humana. Las personas parecen humanas, pero se comportan como demonios. Existe una contradicción en esta situación. Desde el momento en que hemos tomado la forma humana deberían germinar en nosotros las cualidades apropiadas para un ser humano. Podemos expresar de palabra que somos seres humanos, que somos devotos, que Dios en la forma del Alma está presente en nosotros, pero se ha vuelto muy raro que estas declaraciones se lleven a la práctica. La primerísima cosa que deberíamos hacer en este contexto, es corregir nuestras prácticas. Por medio de nuestro esfuerzo podemos lograr cualquier cosa realmente grande. Nuestra vida reflejará el tipo de conducta que aceptemos y manifestemos en nuestra vida diaria.

Aquí va una pequeña historia. Había una vez un músico experto. Solía reunir a algunos niños y enseñarles música. En su casa se mantenía una buena costumbre: su mujer no comía hasta que él no llegara a casa; tan pronto llegaba, comían juntos. Mas cuando se acercaba la época de exámenes, empezó a pasar cada vez más tiempo con sus alumnos, haciéndolos practicar. De modo que un día, llegó a las cuatro de la tarde, siendo que siempre solía llegar a las dos. La mujer sentía hambre, pero no quiso romper con la tradición y le esperó. También estaba algo molesta. Hacia las cuatro, cuando llegó el marido, le indicó que había agua en un balde junto a una jofaina y al jabón. Le pidió que se lavara rápidamente para que pudieran sentarse a comer. Con la premura que su mujer mostraba, el marido sv » bonó la cara y sin ver lo que hacía, puso la jofaina en ja(boel pozo. Pero ésta cayó dentro del pozo. De alguna ma er sé limpió la cara y al abrir los ojos vio que tanto la vasij co o la cuerda habían caído dentro del pozo. Comenzó a c , tá y a apelar al Señor diciendo: "Oh Señor, la responsabilidad de velar por mí es Tuya". La mujer se asomó pararecdr arle que se apurara, pero sin prestarle atención, él continuó diciéndole al Señor: "Oh Señor, la responsabilidad de velar por mí es Tuya". Cuando la mujer se dio cuenta de que la vasija y la cuerda habían caído al pozo, le regañó diciendo: "Si sigues cantando así, sin hacer ningún esfuerzo por sacar la vasija y la cuerda del pozo y dejando toda la responsabilidad en manos del Señor, ¿cómo crees que van a salir de ahí? Tienes que hacer tú mismo el esfuerzo para sacarlos". Aunque el hombre posee fuerza y habilidades, no ha de depender solamente del poder y la fuerza mundanos. Deberá esforzarse y buscar de fortalecer sus intentos ganándose la Gracia de Dios.

Ravana conocía todo sobre la Rectitud, pero al no llevarla a la práctica, ¿para qué sirve simplemente conocerla a través de los textos? Todo Dharma que no se pone en práctica viene a ser tan malo como la iniquidad, y así también todo conocimiento que no se pone en práctica es tan malo como la ignorancia. Son muchos los jóvenes de hoy que saben lo que son las buenas obras y podrían hacer un esfuerzo y participar en ellas. Pero no hacen esfuerzo alguno. Lo primero que hemos de hacer es llevar a la práctica las cosas buenas que creemos que son buenas. El simple creer en que algo es bueno, la simple fe en que se es bueno es insuficiente. ¡Cómo podríamos obtener resultados sin practicar la Rectitud!

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: Ravana era experto en todas las ramas del saber. Conocía cabalmente los cuatro Vedas. Tenía pleno conocimiento del contenido de los seis Sastras o Códigos Morales. Su conocimiento de los seis Sastras y los cuatro Vedas (que suman diez en total) representa la creencia de que Ravana tenía diez cabezas. Es una manera simbólica de decir que era un experto en las diez ramas del conocimiento. Ignorando este sentido interno, seguiremos diciendo simplemente que Ravana tenía diez cabezas, pero habríamos de preguntarnos ¿cómo podía dormir siquiera con diez cabezas? ¿Cómo podía llevar adelante sus deberes diarios con esas diez cabezas? Esto no es más que un atajo para hacer que las cosas parezcan ridículas. Puede que los escritores e historiadores le hayan simplemente descripto como una persona dotada de diez cabezas, pero el sentido interno de tal descripción es que Ravana poseía amplio conocimiento y profunda sabiduría. Pero con todo su poder y conocimiento, no se preocupaba en absoluto por la seguridad o la felicidad de la gente. Todo lo que le importaba era su propio goce, su propia seguridad y su propio placer. Hemos de notar que, pese a todas sus grandes y buenas cualidades, se comportaba muy mal. Hacia el final de su vida se dio cuenta de que todo lo que había hecho era pecado y que todos los caminos que había tomado habían sido erróneos. Todo lo que le había dicho Vibhishana era justo y no había podido seguir los consejos que le diera su mujer Mandodari.

Por mucho que nos arrepintamos hacia el fin de nuestra vida, resulta muy difícil que tal arrepentimiento se produzca en nosotros de una manera en que nos pueda compensar por nuestros pecados. Después de dejarse llevar por el pecado durante toda la vida y no hacer sino cosas malas, incluso aunque uno se arrepienta hacia el fin de la vida, este arrepentimiento no es de mucho valor. No es correcto el pasar arrepintiéndose, y pensar que este arrepentimiento nos redimirá de todos nuestros pecados. Lamentablemente, siempre el arrepentimiento llega mucho después del hecho y ya es demasiado tarde para hacer algo bueno por nadie. En el mundo de hoy es mucha la gente que está en esta situación. Cometen pecados e injusticias y piden perdón. Luego vuelven a cometer pecados e injusticias y nuevamente piden perdón.

De esta manera, si suman y restan durante toda su vida, ¿cómo podrían llegar a su destino con algún saldo de crédito a su favor?

Jóvenes de sagrada mente: Una vez que entiendan y reconozcan que alguna o_sá está mal, que ella representa un pecado, nunca más w élvá a cometerla a sabiendas por se gunda vez. Solamen, cuando puedan llevar sus vidas por senda en que haya discernimiento entre lo correcto y lo equivocado, harán que sus vi s tomen un curso lleno de propósito.

Durante los últimos q~ince días han estado prestándole oídos a todas las cosas buenas que contienen los personajes individuales de la historia del Rainayana. Hemos de creer que Rama significa a la Divinidad que está establecida dentro de nuestro propio corazón. Hemos de pensar que nuestra propia mente simboliza a Lakshmana. Nuestra inteligencia y nuestro corazón han de ser identificados con Sita. Las malas cualidades que nos conduzcan a cometer pecado han de identificarse con Ravana. La ira, la envidia y el odio son los atributos de los que parte el pecado. Ellos constituyen el lugar de nacimiento del pecado. Hemos de hacer el intento de hacer uso de la Verdad, la Acción Correcta, la Paz y el Amor para destruir al Ravana dentro nuestro, representado por las malas cualidades.

Cuando le damos lugar a la envidia, a la ira y al ego, nos convertimos en Ravana. Cuando seguimos la senda de la Verdad y del Dharma, nos convertimos en Ramachandra. El bien y el mal no son sino el resultado de la manera en que nos conducimos. Rama y Ravana no son dos personas separadas. Ambos están en nosotros y hacen que nos veamos como el uno o el otro de acuerdo a cómo actuamos. Es en este contexto que se ha dicho que, ya sea para el bien o para el mal, sólo nuestra mente es responsable. Si nos comportamos mal, seremos como animales. Si nuestra conducta es buena, seremos como un Ser Divino. Por eso es que los jóvenes han de guiar su conducta y su comportamiento diario por la senda correcta.

Estudiantes: Ustedes son los fúturos ciudadanos de Bharat (India). Ya sea que busquen un ejemplo que valga la pena para la vida diaria o que estén en busca de un ideal dentro de sus corazones y mentes, con que sólo puedan introducir en ello algo de santidad, podríamos decir que están buscando la felicidad aquí y en el más allá. No es gran cosa adquirir buenas cualidades; la grandeza reside en mantener y en preservar las buenas cualidades que hayan adquirido. El llevar a cabo un esfuerzo consciente por adquirir lo que anhelan, vale decir, buenos ideales y buenos pensamientos, es lo que se ha dado en llamar Yoga y luego, hacer un esfuerzo consciente por retener y por usar lo que se haya adquirido es lo que se llama Kshema. Eso es el Yogakshema, la felicidad aquí y en el más allá. Pero hoy en día le atribuimos demasiada importancia a nuestro cuerpo. Este cuerpo que es transitorio, que es incierto, que se va a derrumbar uno u otro día, se destaca inmenso ante nuestra vista y pensamos que lo bueno para este cuerpo es la felicidad. Pueden protegerlo tanto como quieran, pero, llegado el momento, va a derrumbarse y morir. Es mejor vivir por tres años, o incluso por tres días, como una buena persona, que vivir cien años como una persona malvada. No ansíen ser un cuervo longevo, sino un cisne que vive por un corto período.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: Han de adquirir cualidades buenas y sátvicas (puras). También habrán de controlar y regular el tipo de alimentos que consuman. Las malas cualidades y la naturaleza negativa que Ravana tenía puede ser atribuida en gran medida, al tipo de alimentos que consumía. En este sentido, nuestra vida diaria y nuestra conducta están determinadas por lo que uno come. Deberíamos hacer el esfuerzo por consumir solamente comida sátvica. ¿Qué es la comida sátvica? ¿La fruta y la leche lo son? No; si toman demasiada leche o demasiado requesón o si comen demasiada fruta, se acrecentará el tamoguna (la ignorancia) y eso no se puede describir como sátvico (armonioso y ecuánime).

Hoy en día se hace difícil definir el verdadero significado del alimento sátvico. Hablamos de ingerir alimento. ¿Cómo ingerimos alimento? De los cinco órganos sensoriales, la lengua es aquel por medio del cual saboreamos e ingerimos nuestro alimento. No basta que ingiramos alimento sólo por uno de los cinco órganos, vale decir, solamente la lengua. Por medio de nuestra boca podemos tomar pequeñas cantidades de leche o de frutas. Pero también hay otros órganos. Lo que vean con sus ojos también habrá de ser sátvico (puro). No h de mirar las cosas malas. Lo malo que se vea sean~€ará en una mala ingestión a través de los ojos. ñay' un erc`er órgano, las orejas. Lo que entre por ellas tamb 'n rá alimento. Deberemos prestar oídos sólo a cosas bue s.e tipo de alimento habrá de transformarse en puro restt ' _~ndo el oído para que no escuche sino buenos sonidos. Tamb#én está la nariz. A través de ella no habrán de aceptar sino aire bueno y limpio, y no aire viciado. Este constituye un mal alimento. También está la piel con la que tocamos las cosas. No se le ha de permitir a la piel que toque a cualquier ser o cosa que se le ocurra. Todos estos sentidos, el del oído, del tacto, del gusto, del olfato y de la visión habrán de ingerir buen alimento. Sólo cuando todo lo que llevan a su interior a través de estos cinco órganos sea bueno, podrán decir que consumen alimento sátvico. Si ingirieran sólo con la boca un buen alimento sátvico como la leche y el requesón, pero vieran cosas malas con los ojos, escucharan cosas malas con el oído y tocaran cosas desrgradables con la piel, ¿cómo podrían tildarse de .personas sátvicas (ecuánimes)? Si cuidan de todas sus ingest ones e' lo no solamente podrá tildarse de pureza, sino que también redundará en una buena salud. Aquí va un ejemplo. Un buen rasgo de alimento sátvico (puro) podrá ser descripto en la manera liviana en que vayamos y nos sentemos para sez vimos el alimento. Después de comer, deberíamos ser capaces de levantarnos con la misma liviandad. Hoy, sin embargo, hablamos de alimentos sátvicos (equilibrados), vamos livianos a sentarnos a la mesa a comer, pero al terminar, nos sentimos tan pesados que casi no podemos levantarnos. Esto habría de llamarse alimento impuro.

No habrán de ingerir sino una cantidad limitada de alimento. Eso también obrará en favor de vuestra salud. Una cantidad limitada de alimento nos da liviandad. En tanto que una cantidad ilimitada nos causa problemas. En este mundo son muchos los que están cargando y descargando de continuo su sistema físico. No dedican ni un solo pensamiento a indagar en el propósito de sus vidas. Ravana pertenecía a esta clase de personas. Incluso llegó al extremo, hacia el final de su vida, de amenazar a Sita. Le dijo que le daba dos meses para cambiar de idea y que si en ese plazo no lo hacía, le cortaría la cabeza, la cocinaría y se comería la carne. Ravana era alguien que no entendía en absoluto lo que significa el alimento. Su alimento consistía en carne no sacra y bebida.

¡Encarnaciones del Alma Divina!: Puesto que han de convertirse en líderes y en personas importantes, es necesario que mantengan su salud en buenas condiciones mediante la regulación de vuestros hábitos alimentarios. Se requiere que, para que podamos hacer un buen trabajo, nuestro cuerpo esté saludable.

Es ésta la razón por la que se ha dicho que si quieren aceptar las cuatro metas de la vida humana: Rectitud, Prosperidad, Deseo y Liberación, se requiere de un cuerpo saludable. Cuando cuidan lo que entra en el cuerpo a través de los cinco órganos sensoriales, velando porque sea bueno y sátvico, no quedará lugar en ustedes para malas ideas. Si desean liberarse de todas ellas, habrán de controlar en gran medida sus alimentos. Esta es una buena lección que la historia de la vida de Ravana habría de enseñar a toda la gente del mundo.