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Discursos dados por Sai Baba

05. ../05/76 Krishna siempre fue amante de la paz y nunca un belicista

Krishna siempre fue amante de la paz y nunca un belicista

Krishna siempre fue amante de la paz y nunca un belicista

Mayo de 1976

¿Saben ustedes para qué les fueron dadas las piernas? ¿Son para pasear por calles y veredas sin propósito? No; les fueron dadas para que puedan visitar el templo de Dios.

¡Encarnaciones del Amor!: Aquellos que ven las cosas superficialmente no consideran a Krishna como una persona amante de la paz. La gente piensa generalmente de El como alguien que fomentaba batallas y conflictos. También piensan que el derramamiento de sangre que fue causado en la batalla del Mahabharata se debió a Su amor por la guerra. Esta no es una imagen correcta de Krishna. De hecho, El era un gran amante de la paz y los esfuerzos que hizo y los trabajos que pasó para impedir la guerra entre los Pandavas y los Kauravas y para establecer la seguridad y la paz en el país en esa época se vuelven evidentes con sólo leer el texto de Vyasa en sánscrito.

Krishna fue a Hastinapura a fin de negociar la paz. Cuando Duryodhana, Dusasana y los otros Kauravas se enteraron de que Krishna iba a negociar la paz, hicieron todos los preparativos para una recepción y bienvenida a Krishna en los aledaños mismos de la ciudad de Hastinapura. Cuando apareció el gran carro, fue llevado al centro de la ciudad de manera que se le pudiera dar la bienvenida apropiada. Lo invitaron a una cena especial ese día en el palacio. Krishna, que era la personificación misma de la Paz, informó a Duryodhana y Dusasana que había ido como embajador para negociar la paz y que no era correcto que alguien que había venido en el papel de embajador aceptara esa invitación antes de haber cumplido su misión. Dijo que aceptaría feliz su hospitalidad después de terminar su misión, como era lo apropiado. Con estas gratas palabras, fue a la casa de Vidura. Fue una gran sorpresa para Vidura ver a Krishna acercarse a su casa, pues él nunca había soñado que Krishna iría a su casa. Se alegró muchísimo y pensó que era una gran suerte para él e hizo todos los arreglos para la ocasión. Le dio una gran bienvenida a Krishna y ambos se sentaron a comer. Después de la comida, procedieron a conversar. Entonces Vidura le dijo que no parecía correcto que Krishna viniera a negociar la paz a la casa de gente malvada que podía hacerle daño. El pensaba que, siendo Omnisciente, Krishna no debía haber ido a negociar la paz. Krishna le dijo que no era que no supiera que los Kauravas eran personas de malas cualidades y malvadas intenciones, pero a pesar de esto sentía que, como gente inocente estaba siendo perturbada e iba a haber derramamiento de sangre; entonces, todos los que tenían alguna responsabilidad debían esforzarse al máximo para impedir la injusticia y el derramamiento de sangre y era en base a esta idea que El trataba de negociar.

Si atendemos al significado interno de lo que Krishna dijo entonces, encontraremos que El sí estaba preocupado por la paz y la seguridad del pueblo y comprenderemos que Krishna era verdaderamente amante de la paz y que no era un impulsor de la guerra. Todos estos rasgos y actos de Krishna en el plano humano deben ser comprendidos por nosotros como hechos por un ser humano en un plano humano y no por la Divinidad.

Vidura entonces expresó su duda y dijo que estas negociaciones de paz no iban a tener éxito porque él sabía que los Kauravas tenían todo listo para entrar en batalla. En estas circunstancias, él no esperaba la paz. Krishna le dijo entonces a Vidura que, de acuerdo con el Dharma (la Acción Correcta) que Vidura conocía muy bien, debían hacerse todos los esfuerzos para lograr la paz. El dijo que debemos cumplir con nuestro deber sin importar si tendremos éxito o no.

Amaneció y Krishna subió a su carro y entró a la ciudad de Hastinapura. Ese día la ciudad se veía alegre, y las calles estaban decoradas con arcos y tenían un agradable aspecto. En Hastinapura, la gente se adelantó para saludarlo como las olas del océano saludan a la Luna. Avanzó sonriendo y mirando al pueblo de Hastinapura. Tan pronto como se acercó al palacio, Duryodhana y Karna se adelantaron para saludarlo. Las mujeres traían flores para echarlas sobre Krishna. De los balcones caían fragantes flores. A Krishna le parecía que todo esto había sido arreglado de antemano por los Kauravas para agradarle. Sin embargo, todas estas manifestaciones externas no lo alentaron ni lo inquietaron y así, entró al palacio. Karna y Duryodhana le guiaron hacia el salón de asambleas; todos los reyes principales y los subordinados se levantaron y le rindieron homenaje. Tan pronto como Krishna entró, Dritarashtra, con la ayuda de Bhishma y Drona, se acercó a saludarlo, lo abrazó y le pidió que ocupara el sitio de honor. Krishna lo rechazó, diciéndole a Drona que, como él bien sabía, había eruditos y eminentes profetas y yoguis reunidos en esa asamblea para observar lo que iba a suceder con la paz y la prosperidad del país y que no era correcto ofrecerle a El el sitio de honor. De acuerdo con las instrucciones de Krishna, Bhishma llamó a varias personas e hizo arreglos para sentarlas de acuerdo con su importancia. Tan pronto como todas estas personas estuvieron sentadas, Krishna se inclinó ante los miembros de la asamblea y entonces ocupó Su asiento. Después de esto, Duryodhana, Karna, Bhishma y Drona ocuparon sus respectivos asientos. Una vez que todos estos mayores se hubieron sentado, los demás reyes subordinados también se sentaron después de rendir homenaje a la asamblea.

Todos estaban ansiosos de oír lo que Krishna iba a decir y de conocer el mensaje que había traído. En su ansiedad por escucharlo y no perder un detalle, todos mantenían un completo silencio. Cada individuo en esa asamblea había visto a Krishna muchas veces antes, pero todos lo miraban ahora con ansiedad, con los ojos bien abiertos, esperando algo muy especial de El. Con su pelo negro y dientes blancos que lo hacían atractivo para todos, Krishna se volvió hacia Dritarashtra, y sus primeras palabras fueron que debía haber paz entre los Kauravas y los Pandavas. Luego dijo: "Deja que las dos familias de los Kauravas y los Pandavas permanezcan en amistad para siempre y establezcan la paz y la prosperidad del mundo. El mundo entero desea paz y ésta es la única palabra que está esperando". Luego dijo que había ido como mensajero y embajador con el fin de lograr la paz. Pero esto no fue todo. Se acercó a Dritarashtra y le dijo que lo que se iba a decidir en esa asamblea era un asunto de gran importancia para él y que Dritarashtra debía pensar cuidadosamente antes de llegar a una decisión. Los Pandavas habían perdido a su padre cuando aún eran pequeños. Estos inocentes niños habían sido criados por Dritarashtra y él era responsable por su bienestar. Los Pandavas eran felices de que, aunque su padre natural hubiera muerto, había habido alguien que fuera afectuoso con ellos. Krishna siguió diciendo: "Al igual que a tus propios hijos, tú has velado por estos hijos adoptivos y los has criado. No es correcto que ahora muestres odio hacia esos hijos que tú mismo has criado. Por obediencia hacia ti estuvieron en una selva durante doce años y vivieron de incógnito por un año, y como tú les dijiste que les devolverías su reino si venían después de doce años, ahora han regresado. Ahora voy a decirte lo que Dharmaraja me dijo antes de venir aquí. Me pidió que te hiciera saber que si ellos habían cometido algún error, a sabiendas o no, debías perdonarles, y que estaban buscando tu afecto. Dijo que tu Amor y afecto eran más importantes para ellos que ningún reino que se les pudiera dar. Dharmaraja dijo que no había razones para ningún odio por parte de ti hacia los Pandavas, y si lo hubiera, estaban dispuestos a venir y suplicarte el perdón".

Al oír estas palabras de los Pandavas nos damos cuenta de lo buenos y santos que eran. También nos damos cuenta de que Krishna, el negociador de la paz, no estaba en modo alguno interesado en promover la guerra. La gente, particularmente ustedes los estudiantes, deben comprender cuánto trabajo se tomó Krishna y hasta qué punto trató de promover la paz. Todos los reyes y dignatarios reunidos en el salón escucharon todo esto y, mientras reflexionaban sobre las circunstancias de las negociaciones, sus ojos se llenaban de lágrimas de dolor. Todos los que estaban sentados en la asamblea se sintieron profundamente conmovidos ante las nobles cualidades de Krishna, quien mostraba gran respeto por los mayores y gran Amor Divino por todos. Pero, ¿qué podían hacer en presencia de los malhechores, los Kauravas? Nadie podía objetar lo que los Kauravas estaban haciendo. Cada individuo en esa asamblea sintió afecto hacia los Pandavas. De esta manera, Krishna, además de negociar la paz, le estaba diciendo a Dritarashtra varias cosas que ayudaban a la causa de los Pandavas. No era que Dritarashtra no supiera la Verdad y la fuerza de lo que Krishna estaba diciendo y que no comprendiera lo santos que eran ellos. El también sabía que sus hijos estaban haciendo algo malo. Pero no tenía ninguna alternativa. El se había vuelto débil y tuvo que someterse a la maldad de sus hijos. Aunque Krishna le dijo que aceptara la paz, no podía hacerlo porque estaba asediado por sus malvados hijos.

Cuando las circunstancias tomaron un cariz más grave, Krishna le dijo a Dritarashtra que cuando una persona que no tiene ningún derecho sobre un reino desea tenerlo siempre, debe considerársele como un ladrón. El significado de la palabra Dritarashtra es "aquel que piensa que un reino que no le pertenece es suyo y lo disfruta". Le dijo además: "Como consecuencia de lo que están haciendo tus hijos, el país entero va a quedar en la anarquía y habrá derramamiento de sangre. Se está gestando una situación en la cual mujeres y niños inocentes perecerán. La batalla no se limitará a los Kauravas y los Pandavas solamente. Cada individuo del reino se verá involucrado en la batalla. El incendio forestal, cuando empieza a arder, no piensa que los árboles de mango deben salvarse porque dan frutos. Este fuego de la guerra se extenderá hacia la población entera y toda la gente se quemará". En vista de esto, Krishna le aconsejó a Dritarashtra que no emprendiera esa guerra. Dritarashtra no sabía cómo hacerle frente a la situación y qué respuesta dar y pidió algún tiempo para descansar. Krishna, que comprendió el significado interno del deseo de descansar de Dritarashtra, lo vio aparte y le explicó los antecedentes de la situación. Krishna lo consoló y Dritarashtra dijo que él era consciente de que sus hijos eran malos y que tenían malas intenciones pero que, siendo su padre, él no podía ir en contra de sus deseos.

Krishna pensó entonces que era el momento oportuno y estaba dispuesto a usar palabras duras. Le preguntó: "Si salen cosas malas de nuestro cuerpo, ¿las protegemos y mantenemos simplemente porque vienen de nuestro propio cuerpo? Las heces y orines salen de nuestro propio cuerpo y ¿no las desechamos y lavamos nuestro cuerpo? ¿Simplemente porque han venido de tu cuerpo las proteges y mantienes contigo?" A lo cual Dritarashtra respondió que las heces y orines carecían de vida, pero que sus hijos eran seres vivientes. Entonces Krishna preguntó: "Si de nuestros cuerpos nacen malos cuerpos vivientes, ¿vamos a mantenerlos y protegerlos? Del mismo modo, tus hijos vivientes que han nacido de tu cuerpo son como sabandijas". Debido a estas palabras de Krishna, Dritarashtra cambió un poco de pensar. Los Kauravas adivinaron que Krishna estaba tratando de cambiar la mente de su padre y planearon atraparlo y atarlo de manera que no lo pudiera influenciar. Vidura tuvo miedo de que se le hiciera algún daño físico a Krishna y trató de sacarlo de la asamblea, pero el objeto principal de Krishna era lograr la paz y la prosperidad para el pueblo, y para esto El estaba preparado incluso a sacrificar su vida.

Si no reconocemos la base esencial de todas estas negociaciones, podemos pensar que Krishna estaba promoviendo más la guerra que la paz, al leer lo que la gente escribe en los distintos libros. Esto es totalmente erróneo. Desgraciadamente, como en nuestro país no hay nadie dispuesto a presentar los hechos históricos en su perspectiva correcta, estamos dispuestos a considerar a Krishna, la personificación de la Paz, como un incitador de la guerra. La generalidad de la gente, desafortunadamente, no conoce el sánscrito y, por lo tanto, no está apta para leer el texto original del Mahabharata escrito por Vyasa.

Hay otro ejemplo que puede citarse para ilustrar la naturaleza pacifista de Krishna. Los Pandavas prepararon una asamblea dispuestos a dar su reconocimiento a alguien que fuera universalmente respetado y a considerarlo el personaje principal en esa asamblea. Muchos de los mayores en la asamblea, como Bhishma, Droria y otros, indicaban que este honor debía recaer en Krishna y así, Dharmaraja se acercó a Krishna con el propósito de hacerle los honores. En ese instante, Shishupala, que estaba sentado allí, se levantó para censurar a Krishna y con ello quitarle mérito, y se preparaba a hablar de manera muy irresponsable e irreverente. La gente sentada en la asamblea ni siquiera pudo oír las duras palabras expresadas por Shishupala. En pocos momentos, esas insensatas palabras se difundieron por toda la asamblea. Sin embargo, Krishna no se mostró afectado por esa diatriba y permaneció de pie, sonriente. Shishupala no se detuvo. Se levantó y gritó: "¿Por qué gran acto Tuyo es que te van a honrar? ¿Será por robarles la ropa a las pastoras cuando ellas se bañaban; será por robar la mantequilla de los pastores?" Inmediatamente se acercó a Bhishma y le pidió que cesara su alabanza de Krishna. En ese punto, Bhishma trató de decir algo y Shishupala respondió: "No seas arrogante. Cállate". Ante esta terrible e irrespetuosa situación, todos los sentados en la asamblea temieron que algo serio sucediera y mostraban gran congoja. Pero Krishna siguió imperturbable y se vio que sonreía. No había ninguna ansiedad en su cara, ni odio ni temor. El miraba lo que estaba sucediendo como producto de la ignorancia de Shishupala. Entre los Pandavas, Arjuna y Bhima, por su parte, estaban muy enojados. Krishna, notando que se inquietaban, les indicó que se calmaran y permanecieran tranquilos. En ese momento, el venerable anciano Shantanu, el padre de Bhishma, se levantó y dijo que la única persona en la asamblea merecedora de honor era Krishna, y que Shishupala estaba tan alterado debido a los celos personales causados en la ocasión del matrimonio de Rukmini, y retó a Shishupala a que mostrara siquiera una persona en la asamblea que mereciera el honor más que Krishna. Cada uno de los reyes sentados en esa asamblea ya había sido sometido por Krishna.

Hablando de buenas cualidades, nadie que no fuera Krishna las tenía mejores. Tratárase de conocer los Vedas, o los Sastras o aun las sesenta y cuatro artes, nadie igualaba a Krishna. Si hablamos de la práctica del Dharma (los dictados de Dios), era Krishna su propia personificación. Si hablamos de servicio desinteresado, Krishna estaba en la cumbre. Si hablamos de Amor, la sangre toda que fluía en el cuerpo de Krishna exhibía Paz y Amor en todo momento. Krishna, que poseía todas estas buenas cualidades, era el único en toda la asamblea que merecía ese honor. Shantanu retó de nuevo a Shishupala a que le mostrara otro individuo que mereciera ese honor más que Krishna. A estas palabras, todos los reyes sentados en la asamblea aprobaron con la cabeza y Drona y Bhishma también dijeron que no había nadie que mereciera más este honor que Krishna. Shishupala estaba muy perturbado y se comportaba insensatamente, porque su fin se estaba acercando; como un demente, quería hablar. Puesto que su fin se acercaba, aun retó a Krishna a un duelo y lo tomó de una mano. Aun entonces Krishna permaneció imperturbable y sonriente. Pero el tiempo pasaba y la conducta de Shishupala se estaba volviendo cada vez más inaceptable. Notando esto, Arjuna empezó a acercarse a Krishna, quien le dijo a Arjuna que no se alterara y que no debía preocuparse por lo que Shishupala decía, sobre todo porque ésa era una asamblea y no un campo de batalla. Su reputación no iba a ser menoscabada sólo por lo que dijera Shishupala. Pero si leemos el texto moderno y su descripción de este hecho, vemos que dice que Krishna estaba muy enojado y que simplemente le lanzó Su disco a Shishupala y lo mató. Esto no es cierto. En verdad, la naturaleza y la compostura que Krishna demostró fueron en realidad una sorpresa para muchas personas en la asamblea. Aquí, de nuevo, la serena actitud exhibida por Krishna bajo esas tensas condiciones, como ser humano, es un ejemplo ideal para el mundo.

En otra ocasión un rey quería imitar a Krishna de muchas maneras. Su nombre era Pundarika Vasudeva. El pensó que, después de todo, Krishna no era el único Vasudeva (Dios) y que él también era Vasudeva, y en esa creencia, solía comportarse y vestirse exactamente como Krishna. Iba a todas partes donde iba Krishna diciendo que él era Krishna. Se estaba comportando como un exacto prototipo de Krishna. No se detuvo allí y creó mucha confusión. Decía que él era el verdadero Krishna y que el otro Krishna estaba haciendo una imitación. Tal era la confusión que estaba creando. Ya estaba sobrepasando todos los límites, y muchas personas fueron a ver a Krishna para preguntarle sobre el significado y objeto de todo ello. Krishna les dio una respuesta perfectamente serena, y sin mostrar la menor perturbación. "¿Quién tiene el derecho de decir que no debo usar la clase de ropa que llevo, y quién tiene el derecho de decir que Yo no debo hacer tal o cual cosa? Así, si alguien está llevando exactamente la misma ropa que Yo y tiene la misma apariencia que Yo, no tengo ningún derecho de decirle que no lo haga. Cada uno está en libertad de llevar sobre su cuerpo la ropa que desea". Les dijo a esas personas que en un asunto como ése no era bueno emprender acción alguna. Era la persona que hacía tal imitación quien debía darse cuenta de que no debía hacerlo y dar entonces los pasos apropiados. Pero esa situación estaba rebasando todos los límites, hasta el punto de que el imitador llegó a decir que Sathyabhama y Rukmini le pertenecían. Aun entonces, Krishna siguió tranquilo e imperturbable. Sólo dijo que no era correcto que alguien interfiriera en los asuntos de la familia de otro. Afirmó que uno puede hacer lo que quiera con respecto a su propio ser y su propia familia, pero no es correcto interferir en la familia de otro, particularmente con respecto a los miembros femeninos.

Krishna le advirtió así que debía tener gran cuidado al respecto. Sólo en una situación extrema Krishna interfería. De esta manera, mostraba siempre una perfecta compostura y una actitud pacifista. Sólo cuando comprendamos la naturaleza y las cualidades ideales de Krishna en la perspectiva apropiada, estaremos en posición de hacer una evaluación correcta de los ideales de nuestro país en tales asuntos. Ustedes, jóvenes como son, sobre quienes descansa el futuro de nuestro país, es muy importante que comprendan estos aspectos de Krishna. El vivía una vida altruista y deseando sólo el bienestar del país y cuidando de la gente entre reyes que aterrorizaban al pueblo, quería entregar el reino a gente buena y honesta y así, nunca llevó la corona; El era el rey sin corona que hacía todo este bien.

Jóvenes estudiantes: Si quieren realmente entender la verdadera naturaleza de Krishna, pueden hacerlo sólo viajando hacia atrás en el tiempo hasta la situación en que Krishna vivía y actuaba, a las condiciones existentes en esa época. El tratar de comprender los aspectos de Krishna desde nuestra posición actual no es posible. Lo que les estoy diciendo está contenido en lo que he dicho a menudo, en estas palabras: "Pueden adorar una imagen como Dios pero no pueden adorar a Dios como una imagen". Lo que deben hacer es elevar todo lo que ven al nivel de Dios. Así, pueden adorar este vaso, esta mesa o este mantel como Dios, pero no intenten rebajar a Dios a la posición de esta mesa o este vaso. Deben elevar todas las cosas a la alta posición de Dios. Si comprenden los ideales que Krishna defendía, lo que deben hacer es remontar el tiempo y situarse en el contexto en que Krishna vivía. Si quieren entender permaneciendo donde están, esto no es correcto. Si quieren comprender un ideal, será posible solamente cuando hagan un viaje, mentalmente, a un período en el cual vivía la persona que demostraba esos ideales. He aquí un pequeño ejemplo: Un niño de once años estaba casado con una niña de nueve, pero el niño murió en un accidente. La niña tenía una fotografía del muchacho. Con el tiempo, la muchacha creció y llegó a la edad de setenta años. Esta mujer de setenta años miraba la fotografía del muchacho y decía que era su esposo. Esto les parecerá ridículo si miran la forma de la mujer de setenta años. Cuando ella dice que el niño de once años es su esposo, esta afirmación tiene sentido solamente si se la considera como la niña de nueve años. No es que la mujer de setenta años estuviera casada con un muchacho de once años. La niña de nueve años estaba casada con un niño de once años. En el mismo contexto, la afirmación tiene significado únicamente si se le sitúa en el tiempo, en la posición de una niña de nueve años. De la misma manera, nosotros, que vivimos ahora, si queremos comprender los ideales de Krishna, podremos hacerlo sólo si nos trasladamos hacia atrás en el tiempo, a la época de Krishna.

Cualesquiera que fueran los ideales que él demostrara al mundo, así fuera en lo político, lo económico o lo social, éstos se apreciarán solamente si retrocedemos al ambiente y época políticos, sociales y económicos en que vivía Krishna. Por lo tanto, los jóvenes como ustedes deben hacer un esfuerzo por leer y comprender el sagrado texto del Mahabharata en la perspectiva apropiada. Como resultado de nuestra necedad y falta de comprensión, consideramos al Mahabharata un texto muy insignificante y lo comparamos con el alimento ordinario como los uadais (especie de rosca frita hecha de harina de lentejas), que comemos. Hay un proverbio que dice: "Si escuchas un texto debes escuchar el texto del Mahabharata y si comes algo, debes comer un uadai". Esta comparación es ridícula. Si quieren realmente comprender el nivel al cual el Mahabharata ha sido escrito, deben reconocer su contenido sagrado. El que no puede comprender el valor del Mahabharata y de su sagrado contenido es un ignorante y un tonto.

Tomemos un pequeño ejemplo de esto. Un pastor llevó a sus ovejas y cabras a la selva. Un día que estaba cuidando su ganado, se desató una fuerte lluvia, con la cual algunas piedras de la colina se soltaron y empezaron a rodar hacia abajo. El pastor encontró que una piedra en particular brillaba mucho. Ese lugar era conocido porque allí se encontraban diamantes; pero el pastor nada sabía de diamantes. El tomó aquella refulgente piedra y amarró un hilo a su alrededor y puso ese brillante diamante alrededor del cuello de una cabra negra. Sobre el fondo oscuro del pelaje del animal la joya brillaba aún más y esto la hacia muy atractiva para él y él se le acercaba frecuentemente y la miraba con afecto. Un día, estaba sentado debajo de un árbol y mirando amorosamente a su cabra, cuando un grupo de personas pasaron por allí. Entre aquéllas había una que conocía el valor de los diamantes; era un negociante en diamantes y rápidamente se dio cuenta del valor de la joya amarrada al cuello de la cabra. Reconoció que el valor de la piedra era de varios centenares de miles de rupias. Pensó que el pobre pastorcillo no sabría el valor de la piedra y le ofreció diez rupias por ella. El pastor respondió que esa piedra brillante era muy bella en el cuello de la cabra y que no iba a desprenderse de ella. El mercader lo tentó y le ofreció cien rupias. El pastor pensó que con cien rupias podría comprar cientos de piedras iguales y amarrar una al cuello de cada una de sus cabras y convino en desprenderse de la piedra. Podemos ver que en manos del pastor que no conocía su valor, el diamante era feliz, estaba seguro y a salvo. En el momento en que la piedra pasó a manos del mercader de diamantes, éste pensó que había obtenido una cosa valiosa y tan pronto como este pensamiento le vino a la mente la piedra se rompió en pedazos, para sorpresa del marchante. Este diamante, con una voz Divina, dijo que mientras estuvo en las manos de una persona que no conocía su valor, estaba satisfecho, pero que cuando una persona que conocía su valor pagó solamente cien rupias, se le rompió el corazón en pedazos ante el injusto acto. Como en esta analogía, las cosas que tienen que ver con una persona que no comprende a la Divinidad, no importan, pero si conociendo la naturaleza de la Divinidad, empieza a tratar y regatear con ella de una manera mezquina, entonces ¿cómo puede venir a un individuo tal la Gracia de Dios, que sabe si no nos portamos bien? Así, si después de conocer la grandeza y el valor de los ideales de Krishna no los ponemos en práctica, estaremos en realidad cometiendo un error. Cuando alguien se está moviendo entre ustedes, lo miran como un hombre ordinario y sólo cuando ven algo extraordinario, le adscriben Divinidad. Si reconocen a la Divinidad, deben hacer esfuerzos para seguir los preceptos Divinos. Cuando leemos acerca de la vida de los Avatares y se nos cuentan tales historias, debemos aprender de sus ideales y ponerlos en práctica. Sólo entonces responderemos a la Divinidad. Pero el mero hecho de leer cualquier texto que se nos presenta y no ponerlo en práctica no es lo correcto para personas educadas. En el Mahabharata debemos comprender los aspectos humanos de Krishna. Espero que al comprender esta verdadera forma de Krishna, ustedes también seguirán los ideales de Krishna.