.



 

Discursos dados por Sai Baba

02. 20/05/76 pm La hermandad del hombre y la paternidad de Dios

La hermandad del hombre y la paternidad de Dios

La hermandad del hombre y la paternidad de Dios

20 de Mayo de 1976

Los niños que no tengan buenas cualidades, la educación que no tenga el desarrollo del carácter como objetivo y la vida que no tenga moralidad, no tienen ningún propósito ni utilidad. Un individuo que no tenga paz mental y un mundo que no tenga Luna brillando son similares, y no tienen ningún propósito ni beneficio para este mundo.

Encarnaciones del Alma Pura: Todo en esta Creación tiene algún aspecto distintivo y un carácter que le es propio. Si alguna de las cosas creadas abandona este aspecto distintivo, queda destruida. Veamos algunos ejemplos de ello. El fuego tiene la habilidad y la cualidad de quemar, el agua tiene la habilidad de fluir, el hombre tiene la cualidad de la naturaleza humana y un animal tiene la cualidad de ser un bruto. Si desaparece la capacidad de quemar, ya no puede haber fuego. Si la habilidad de fluir desaparece, ya no se puede hablar de agua. Si en el hombre desaparece la visión interna o la naturaleza humana básica, ya no lo podrían llamar así. Si la visión externa o la naturaleza brutal desaparece, ya no podrán llamarlo un animal. Vemos, pues, que para cada cosa hay una cualidad inherente que constituye su propia vida. El tener visión interna es una cualidad natural del ser humano. Por definición propia, un animal puede ver sólo externamente. Se puede ser en forma un ser humano, pero si se tiene sólo visión externa y se es incapaz de ver dentro de sí, no se le puede llamar un ser humano: se le llamará un animal. Cada una de las cosas o seres exhibe, o lleva como un manto, una cualidad preestablecida; esta cualidad se llama también su Dharma. Este Dharma (los dictados de Dios) toma muchas formas diferentes. Cuando cualquier cosa o ser sobrepasa el Dharma o cualidad natural que le es característica y desarrolla algo en exceso de ello, entonces se dice que promueve el Dharma. Del mismo modo que con un poco de esfuerzo un estudiante de un grado puede ser promovido al grado superior, un individuo, al promover su propio Dharma (Acción Correcta para sí y para los otros) natural, y poner sus miras en algo más elevado y noble, puede ganarse la promoción a un nivel más alto.

Un trozo de metal sin vida, al ser sometido a sucesivos tratamientos térmicos, puede ser convertido en una serie de implementos útiles. De un trozo de hierro que no ha sido tratado y que, por lo tanto, sólo vale unos pocos centavos, al hacerle los cambios adecuados podemos producir un valioso reloj. Se debe observar aquí que es el cambio que le pueden dar a la sustancia lo que le añade valor, y no el valor inherente del material sin tratar. Como en esta analogía, un ser humano ordinario e inexperto, al buscar la compañia de seres elevados, obtiene una oportunidad de elevarse hasta la posición de un hombre que ha dominado todos sus sentidos. La mente del hombre aspira a obtener esa sabiduría sagrada por medio del uso de los órganos sensoriales. En tal situación, puesto que la mente no es capaz de distinguir entre lo bueno y lo malo, la inteligencia se impone y se coloca delante de aquélla con el fin de distinguir entre ambos. Y la inteligencia misma no puede por sí sola decidir entre lo bueno y lo malo, pero es capaz de hacer un juicio de todo lo que se le presenta. En el caso de un juez, sabemos que él decidirá entre el bien y el mal sólo en base a los hechos que se le presenten.

Al igual que en esta analogía, la naturaleza de la inteligencia es tal, que puede decidir entre lo bueno y lo malo sólo en base a los hechos que le son presentados y no puede salirse de ellos. La conducta, de acuerdo con el Dharma y la práctica del mismo, es una cualidad de la mente, y la decisión entre lo bueno y lo malo sobre la base de los hechos puestos delante de ella es cualidad de la inteligencia. Pero en el mundo de hoy, esta clase de inteligencia puede clasificarse en cuatro categorías diferentes: la primera, de un tipo egoísta; la segunda, del tipo egoísta desinteresado; la tercera, de un tipo puramente desinteresado, y la cuarta está basada en el Alma.

La primera categoría está siempre pensando en lo que es bueno para su propio ser y toma la decisión de ser bueno para su propio ser. Tiene la inteligencia de un cuervo; es muy común hoy en día y se encuentra en gran número en el mundo. La segunda categoría, parcialmente egoísta y parcialmente desinteresada, pensará en el bien de su propio ser junto con el bien de otros. Este parece ser el modo ordinario de vida. La tercera categoría, que puede ser descripta como la inteligencia generosa, siempre piensa en los demás y pensará en la clase de felicidad que desea para sí como también en la clase de felicidad que otros deben tener. La clase de pena de que él quiere librarse es la misma de la cual quiere que los demás se libren. Mientras ustedes alimenten y cuiden a un perro, éste los seguirá como a su amo. Mientras den un salario a un sirviente, él estará con ustedes y les servirá. Si no le muestran afecto y no le dan alimento y lo apalean, hasta un perro los morderá. Similarmente, si no se preocupan del sirviente y lo relegan, éste dejará de servirles. De la misma manera, si desean el bien para otros, obtendrán el bienestar para sí, y si desean un mal recibirán un mal ustedes mismos. En este orden de ideas, tomando conciencia de que el cuerpo humano les es dado para conferir beneficio a otros, esta tercera categoría de personas tratará siempre de hacer el bien a los demás. Esto ha sido descripto como la clase de inteligencia que está siempre haciendo o pensando en hacer el bien a los demás.

La cuarta categoría, o la inteligencia siempre inmersa en el Alma, está siempre preocupada por el estado del Dharma y la necesidad de salvaguardarlo. El siempre piensa que es un mensajero de Dios y, olvidando sus propios intereses egoístas, piensa siempre en el sacrificio y en hacer el bien al resto del mundo. En esta categoría se toma una decisión con respecto a lo que es bueno y lo que es malo sólo en base a la Verdad.

Otros no tienen ningún derecho a tomar tal decisión. Es en este contexto que en nuestra tradición oral se ha afirmado que 11 no hay otro Dharma que la Verdad". Es debido a la Verdad que el Sol y la Luna brillan; es debido a la Verdad que la Tierra está girando sobre sí misma; es debido a la Verdad que el mundo funciona como lo hace. La Verdad es la base de todo. Pero hoy en día el hombre no tiene fe en la Verdad y no la desea. Lo que el hombre de hoy realmente no quiere es la Verdad. Está siempre dando un paso hacia atrás aun en lo que respecta a investigar y averiguar la Verdad acerca de sí mismo. Tiene miedo de llegar al punto en que conozca tal Verdad.

¿Cómo puede entonces un hombre tal, que tiene miedo a la Verdad dentro de sí, encaminarse por el sendero de la Verdad? Desde el estrado, hablamos como loros repitiendo palabras tales como Verdad, Amor, No violencia, pero en nuestra vida diaria no tenemos fe en la Verdad, no practicamos la Noviolencia y no seguimos el camino del Amor. En este orden de ideas, los jóvenes de hoy deben aprender a poner en práctica estas palabras y no sólo a pronunciarlas sin sentido. La vida del hombre depende de tres cosas: sus palabras, sus pensamientos y sus acciones. Cualquier deseo que tenga, lo exhibe y lo lleva a la mente. La mente es la base de los pensamientos. El pensamiento que viene a la mente es expuesto ante el mundo como la palabra que sale de la boca. Una vez que haya pronunciado esta palabra y expuesto el pensamiento que le ha venido a la mente, para poder ponerlo en práctica debe venir la acción.

Es solamente cuando hay armonía entre ese pensamiento, esa palabra y esa acción que el hombre estará en posición de reconocer su propia naturaleza. Cuando el hombre es capaz de dirigir pensamiento, palabra y acción por el buen camino, gana méritos; pero si, por el contrario, los pone por el camino erróneo, obtiene solamente pecado. Entonces llegamos a la clara conclusión de que tanto para el bien como para el mal, las tres cosas básicas requeridas son pensamiento, palabra y acción. Por lo tanto, para purificar nuestro pensamiento, nuestra palabra y nuestra acción, debemos emprender alguna clase de práctica espiritual. Debemos hacer el intento correcto por lograr la armonía entre estos tres. Esto es lo que se quería decir cuando se dijo que el estudio apropiado para el hombre es la humanidad. Hay una gran necesidad de investigar si existe o no ahora esta clase de naturaleza humana.

El costo de todo en este mundo va a seguir aumentando, pero el valor del hombre va a continuar disminuyendo. Puesto que el hombre no tiene la buena fortuna de comprender el valor real de la naturaleza humana, él mismo está actuando en tal forma que el valor del ser humano está disminuyendo día tras día. Primero que todo, debemos hacer un intento por purificar y ennoblecer los pensamientos que vienen a nuestra mente. Cuando los pensamientos surgen, debemos dedicar por lo menos algunos minutos a indagar si son buenos o malos y si son para el bien del país y si van a ser útiles o no para la comunidad en que vivimos.

Estudiantes: Tan pronto como un pensamiento llegue a su mente, deben procurar dedicarle algún tiempo y decidir si ese pensamiento es bueno o malo. Si es malo deben inmediatamente desecharlo, y si es bueno, deben hacer el intento de fomentarlo. Si brota una planta espinosa, se arrancará en el momento en que sea reconocida como tal, pero cuando sale un árbol frutal, tratamos de cuidarlo y hacerlo crecer. De la misma manera, en el campo de su corazón, tan pronto como germinen malas ideas, deben sacarlas y desecharlas. Al igual que la semilla que puede crecer y volverse un gran árbol, ustedes deben tratar de crecer y, finalmente, volverse Dios. Para estos dos caminos, sus propias cualidades serán los factores básicos. Así sea en la materia inerte o en la materia viva, el desarrollo de buenas cualidades dependerá de la manera como ustedes promuevan y nutran esas cualidades. Todo lo que nace en este mundo debe cambiar. El cambio es una cualidad natural de todas las cosas que nacen. ¿Cómo pueden cosas que cambian de un momento a otro dar felicidad permanente a la gente?

La felicidad y bienaventuranza permanentes pueden obtenerse sólo de cosas permanentes y no de cosas cambiantes. Hoy, como primer paso, debemos hacer el esfuerzo necesario para que los pensamientos que vengan a nuestra mente se vuelvan sagrados. Los jóvenes de hoy dejan que surjan en su mente toda clase de ideas y pensamientos sin sentido. Para aquellos que tienen estas ideas y pensamientos, las ideas sagradas les serán de mucha ayuda. El hombre no tiene descanso ni paz. Ese hombre que está sufriendo tal angustia puede recibir una gran ayuda al abrigar tales ideas sagradas. Por medio de nuestros pensamientos sagrados prescribiremos un sendero de trabajo cuya práctica nos permitirá generar buenas ideas y pensamientos sagrados. El cuerpo no nos ha sido dado solamente para comer en la mañana, al mediodía y en la noche. Este cuerpo nuestro debe ser santificado, haciendo buenas obras en los momentos prescriptos. El tiempo, la acción y el deber deben considerarse como una responsabilidad primaria del hombre.

Desde tiempos inmemoriales hemos escuchado sentencias sagradas de nuestros antiguos textos y es conveniente que no las olvidemos y les pongamos atención. Si tratamos de que nuestros pensamientos, palabras y acciones sean sagrados, ése es el mejor camino para la emancipación del hombre. Si cada estudiante se hace la pregunta de por qué está pasando por ese proceso de educación, recibirá la respuesta de que es para obtener tal y cual título o para obtener tal o cual puesto o empleo y estará pensando todo el tiempo en lo que obtendrá en recompensa como resultado de la educación y los títulos que está buscando. Esta no puede ser la actitud correcta para un estudiante. Para él, lo correcto debe ser preguntarse cómo su título será de utilidad para la comunidad y el país en el cual vive, o cómo puede ser benéfico para otros. La vida debería ser un proceso de dar y recibir y no un camino de una sola vía, donde uno siempre recibirá. Las diferentes ramas de la educación, desgraciadamente, parecen no tener ninguna esencia en ellas. Parecen ser cosas que sólo nos permiten vivir en este mundo. La buena educación debe ser tal que abarque tanto las cosas mundanas como las espirituales. De la educación viene la humildad, y de esta humildad viene el derecho de adquirir buenas cualidades, y por éste, podrán adquirir riquezas. Una vez que adquieran riquezas, serán capaces de seguir el sendero del Dharma y así estarán felices, tanto en este mundo como en el mundo espiritual.

Estudiantes: No tengan la impresión y la ilusión de que su educación es con el solo fin de mendigar medios de subsistencia. Recuerden que la educación que reciban debe permitirles hacer algún bien a la comunidad en la que viven y en el mundo en que han nacido. Del mismo modo que hay relámpagos en el cielo siempre que se reúnen las nubes, así, donde hay educación debe también haber un rayo de sabiduría, y cuando esa sagrada sabiduría brille en las nubes de su corazón, sólo entonces es que su educación les permitirá hacer algún bien y servicio a otras personas.

Hoy en día vemos a la educación sólo como algo que aprendemos en una escuela, en una universidad. Esto no es correcto. Todo el Universo es un lugar de educación para nosotros. Así seamos un obrero, un agricultor o un hombre de negocios, son muchísimas las cosas que debemos aprender en este mundo. En verdad, en cada momento, en este mundo estamos aprendiendo muchas cosas sin importar cuál sea nuestra profesión y, en nuestras vidas, la clase de educación que se incluye en el término "conocimientos generales" es muy esencial. He aquí un pequeño ejemplo. Tomemos el caso de un estudiante que haya obtenido una maestría en letras y se casa con una muchacha que haya obtenido la licenciatura. Con el paso del tiempo, tienen un hijo, y si un día este hijo se resfría o tiene fiebre, caen en una terrible confusión y no saben qué hacer. Agarrarán al niño y correrán a un hospital. Si no tienen el valor y la capacidad requeridos para afrontar una situación de enfermedad de su hijo, ¿de qué les sirve el grado de licenciado o maestro que han adquirido? El significado de esto es que si quieren hacer frente a cualquier situación en su vida diaria, no tienen que tener sólo un título académico, sino que además del conocimiento relativo a su propia carrera, deben adquirir conocimientos generales. Lo primerísimo que el estudiante debe comprender es lo que es esencial para él en su vida diaria.

Hagámonos la siguiente pregunta. Si quieren adquirir un grado de licenciado en letras, pueden comprar libros, leerlos en su casa y pasar el examen; para esto no tienen que ir a una universidad. Pero al ir a la universidad tendrán la compañía de estudiantes de diferentes tipos, con diferentes actitudes, y al convivir con ellos adquirirán la necesaria disciplina con la cual pueden encarar y solucionar las situaciones a que pueden llegar a enfrentarse. Al mismo tiempo que avanzan en temas como física, química, zoología o botánica, hay algo más que constituye la base de todos estos temas, y esa base es la disciplina. Si no adquieren la capacidad necesaria en este amplio tema, es inútil obtener buenas notas en un tema especializado. Nuestros estudiantes deben tener mucho cuidado en este aspecto. No importa siquiera si no llegan a obtener buenas notas; más bien deben tener la disciplina apropiada y velar por que no se hagan observaciones sobre su conducta. Deben respetar a sus maestros y satisfacerlos con su buen comportamiento y conducta.

Prahlada dijo que aquel que nos enseña la base misma de la educación es el verdadero maestro y aquel que nos dice todo lo que tenemos que hacer para alcanzar la Divinidad es el verdadero padre. Ese es el maestro y el padre que tienen que buscar. Pero, desgraciadamente, hoy en día no disponen ni de tales maestros ni de tales padres. Los maestros de hoy no siguen el camino correcto y, en consecuencia, los estudiantes que aprenden de ellos, tampoco lo siguen. En realidad, ambos están engañando a la comunidad en que viven. La clase de pensamientos sagrados que generen en su mente y las experiencias sagradas que ustedes tengan ahora, en esta temprana edad, determinarán su futuro. Un muchacho de nombre Mohandas Karamchand asistió a una representación de la obra "Harischandra", mediante la cual aprendió la importancia de la Verdad. Cuando volvió con su madre le dijo que a partir de ese día él se apegaría a la Verdad y, ciñéndose a la Verdad, Mohandas Karamchand evolucionó y llegó a ser Mahatma Gandhi.

Ya en esos días, había maestros que querían llevar a Gandhi por el camino equivocado, pero cuando el maestro trató de hacer esto, Gandhi no cedió. Se atuvo a la Verdad y, debido a esto, logró el éxito, aun cuando esto significó desobedecer a sus maestros. Quizá hoy en día algunos maestros traten de enseñarles el camino erróneo, pero si su conciencia les dice que ese camino es incorrecto, entonces es mejor que desobedezcan las órdenes del maestro y sigan el camino recto.

Las películas, obras teatrales y carteles que vemos hoy en día son de tal clase que causan distorsiones en sus mentes y destruyen su naturaleza humana misma y la dulzura de sus corazones. Debido a la naturaleza destructiva de lo que ven, adquieren malas ideas. Las mentes puras, firmes y limpias de la gente están siendo cambiadas y dañadas por la atmósfera que nos rodea. Esa clase de atracción es totalmente transitoria y nunca puede ser verdadera. Pueden causarnos mucho daño esas atracciones artificiales. Son responsables de muchos de los accidentes que han ocurrido. Es necesario que les mencione estos incidentes comunes porque ya han ocurrido varias cosas de esta clase. Por ejemplo, algunas personas, para ir a una biblioteca o a la escuela o para cumplir con algún otro deber, se transportan en motocicleta. La persona que maneja la motocicleta debe mantener su atención en el manejo y asegurarse de llegar a su meta sana y salva, pero la persona en cuestión no acepta ni sigue este deber. Va en su motocicleta a una gran velocidad y no pone atención a lo que hace. Su atención está dirigida a los carteles en las vallas y choca contra otra motocicleta o un automóvil. El único resultado de ese atractivo cartel es un "accidente".

Debo relatar aquí un incidente verídico. En Kerala, los accidentes de autobús solían ser muy numerosos. Este asunto fue discutido en la Asamblea y varias personas señalaron las razones de esta gran incidencia de accidentes y, de acuerdo con los consejos de la gente, el gobierno implementó varias medidas, pero los accidentes seguían. Cuando visité Trivandrum y fui a la casa de una persona importante, ésta me preguntó por qué, a pesar de todo lo que habían hecho, los accidentes no se habían reducido. Yo di un consejo aparentemente trivial, e inmediatamente que este consejo fue seguido, los accidentes cesaron. En el Estado de Kerala, las mujeres habían hecho una petición especial a las autoridades para que se les reservaran asientos en el área delantera de los autobuses, justo detrás del chofer, para que pudieran viajar cómodamente y evitar las sacudidas que se sienten en los asientos traseros. Debido a esto, el chofer miraba constantemente el espejo retrovisor para ver a las damas, de ahí que los accidentes ocurrieran en gran número. Pueden ver cómo una tonta atracción para el chofer puede causar tanto daño. El hombre de hoy está concediendo mucho lugar y promoviendo tales pensamientos tontos. Los jóvenes de hoy, que serán los ciudadanos de este país, tienen tales pensamientos y así, llegan hasta a traicionar a su propio país. Hoy se llaman estudiantes, pero en verdad no están buscando sabiduría; están buscando placer sensual.

Estudiantes: Deben dejar a un lado esa imitación y desarrollar su propia fortaleza interna. Así sea en conducta y comportamiento o en la manera como visten y hablan, todo parece depender de la imitación. Tienen su vida propia, tienen deseos propios y tienen una mente propia, pero al imitar y seguir las ideas y las acciones de otras personas, simplemente se vuelven esclavos. Ustedes son personas independientes. ¿De dónde viene esto y cuál es el significado de independencia? Que tienen libertad de pensamiento. Sigan los dictados de sus propios deseos y nunca intenten seguir los deseos de otros. Reflexionen bien sobre sus deseos; piensen cuidadosamente y, si consideran que son buenos, síganlos, pero si piensan que son malos, abandónenlos. Los hombres de hoy no actúan así; están siempre prestos a imitar a otros.

Lo que ustedes ven con su propia vista no puede representar la última Verdad. Su vista está mirando a la Creación entera. Cuando la Creación entera constituye lo que ustedes ven, entonces ustedes se convierten en el que ve. Si el ojo mismo se vuelve lo que es visto, entonces su inteligencia se vuelve aquello que ve. Veamos un ejemplo. Todos ustedes están sentados en esta asamblea. Sus oídos están aquí; sus ojos también, pero si en este instante en el tiempo, su mente está pensando en algo allá, en su pueblo, entonces, aun cuando ustedes estén aquí y sus oídos también, no podrán escuchar lo que Swami está diciendo. Aun cuando tengan sus ojos aquí, no podrán ver lo que está delante de ustedes. De esta manera, mientras la mente se encuentra en otra parte, aun cuando los órganos sensoriales estén presentes, no pueden funcionar como los de uno que ve o de uno que oye. Pero a veces hasta la mente puede verse y la inteligencia se vuelve lo que ve; en algunos casos hasta la inteligencia se vuelve lo visto y el Alma se vuelve lo que ve. De modo que el que lo presencia todo es el Alma y nada es superior a ésta. La inteligencia les es útil a ustedes como lo que ve sólo con respecto a los asuntos mundanos; en verdad la inteligencia es muy superior a los órganos sensoriales.

Hay una pequeña historia que ilustra esto. En un pueblo, un ciego y un paralítico se hicieron amigos. El ciego tenía piernas y el paralítico tenía ojos. El paralítico se sentaba en los hombros del ciego, y le servía para ver por dónde caminar y lo guiaba. El ciego tenía piernas y las usaba para moverse. De esta manera andaban y mendigaban. Iban así de pueblo en pueblo. Una vez el paralítico vio una gran cantidad de pepinos muy grandes, y dijo: "Querido hermano, si nos desviamos un poco y vamos a la izquierda, hay muchos pepinos grandes allí y podemos recoger algunos y seguir nuestro camino". El ciego dijo que si había allí tantos pepinos era poco probable que estuvieran sin protección. Que viera bien antes de que se acercaran a la planta. El paralítico dijo entonces que no parecía haber ninguna cerca de protección. El ciego sugirió la posibilidad de que estuviera un guardia vigilando la planta, y el paralítico dijo entonces que no había ni cerca ni guardia, e insistía en ir y comerse los pepinos. El ciego entonces dijo que si eran en verdad buenos pepinos, no estarían así en tal cantidad sin vigilancia. Seguramente serían pepinos amargos. Aquí, en verdad, fue la inteligencia la que trabajó y no los órganos sensoriales. Cuando probaron los pepinos, los encontraron amargos. Es obvio en esta historia que la inteligencia es superior a los órganos sensoriales, y que el Alma es superior aun a la inteligencia. El seguir los dictados del Alma se llama sua ¡cha (propia voluntad), pero hemos cambiado esta palabra por la de libertad, una clase de libertad que es disfrutada por un animal.

Estudiantes: todos tenemos forma de seres humanos. Tenemos una inteligencia superior, pero, aun después de usar tal inteligencia, todavía conducimos nuestras vidas de manera inferior, de una manera que no puede ser la verdadera naturaleza de los seres humanos. Sus deseos y pensamientos deben llegar al nivel de lo sagrado y de lo bueno. Deben mirar a todo el mundo como un conglomerado de hermanos y hermanas. En la familia humana deben comprender y experimentar esta hermandad del hombre y esta paternidad de Dios. Este debería ser el espíritu de todos los seres humanos. Sólo el día en que sean capaces de practicar y proclamar estos ideales al mundo se podrá decir que han restablecido la gloria de este país.

Nuestros Vedas (Escrituras) y Sastras (Códigos de Moral) nos han dado las respuestas a preguntas como la de cómo debe vivir un hombre, cómo debe comportarse, cómo debe morir.

El nacimiento no es lo importante para el hombre. El debe desarrollar una buena mente y buenos pensamientos durante toda su vida y debe tenerlos presentes en el momento de su muerte. Para el hombre, la muerte es más importante que el nacimiento. Su renacimiento será determinado por el tipo de muerte que tenga. Si quieren un buen renacimiento y una buena vida en el siguiente nacimiento, deben también desear una buena muerte. No debemos tener una muerte en el desamparo y abandono, como la de un perro. No debemos dedicar nuestra vida a deseos sensoriales y sin sentido. Nuestros órganos sensoriales deben volverse nuestros esclavos; no debemos nosotros ser sus esclavos. El día que nos volvamos esclavos de nuestros órganos sensoriales, seremos esclavos del mundo entero. Si nos volvemos esclavos de nuestros sentidos, ¿qué fuerza podemos pretender tener? Debemos ser amos de nuestros sirvientes, pero no volvernos sirvientes de nuestros sirvientes. Hoy, debemos preguntarnos si estamos viviendo en nuestra casa como amos o como sirvientes. El sirviente de la casa puede saber y podrá decirles dónde se encuentran ciertas cosas externas, pero el amo de la casa sabrá dónde se encuentran las cosas valiosas además de los artículos de uso diario. El sabe dónde está guardada cada cosa de valor. Hoy, hablamos de muchas cosas que son externas pero somos incapaces de hablar o reconocer el valioso espíritu que está presente dentro de nuestros corazones. En este orden de ideas, estamos viviendo como sirvientes de la casa del cuerpo más bien que como sus amos.

Si fuéramos realmente amos de la casa en la cual estamos viviendo, ¿por qué razón no somos conscientes de las buenas ideas y de los buenos pensamientos que están presentes en nosotros? Dios no es algo que está presente fuera de nosotros, El está dentro de nosotros. Similarmente, el pecado no es algo externo. Está determinado por nuestra propia acción. En el momento en que se den cuenta de estas dos verdades, ya no serán sirvientes de sus órganos sensoriales. Ellos serán sus sirvientes.

Estudiantes: Las cosas que ustedes escuchan aquí deben ser proclamadas a la comunidad y deben ustedes estar preparados para ponerlas en práctica. Si quieren que la lámpara derrame luz en todos los lugares, deben mantenerla a una cierta altura. Si la ponen en un hueco, ¿cómo podrá derramar luz alrededor? Así también, las ideas sagradas dentro de ustedes deben ponerse en alto, en un lugar elevado para que el mundo entero pueda verlas. No deben ponerlas dentro del pozo de su corazón y dejar que se queden estancadas.

Nuestro cuerpo es como una máquina. Tenemos una máquina, por ejemplo, un receptor de radio y por él escuchamos distintos programas. ¿De dónde vienen los programas? ¿Es el receptor el que los genera o son generados en otra parte? Estos programas son generados en alguna estación de radiodifusión y nos son transmitidos por el receptor. El no genera los programas. Del mismo modo, cuando escuchen los pensamientos o ideas de otras personas, deben comprender que no están saliendo de su propia boca. Están siendo transmitidos por medio de él después de haber sido generados en su corazón. El sólo transmite como un radio. Hay un origen, una fuente donde se generan estos sonidos. El receptor es sólo un instrumento por medio del cual se nos transmiten estas ondas de sonido. El cuerpo humano es como este receptor. La fuente es el Alma y todas las ideas y pensamientos están siendo generados en esta fuente, el Alma. Pueden hacer la pregunta de cuáles son buenos pensamientos y cuáles son malos, si todos vienen del Alma Sagrada. Pero, ¿por qué deben ustedes clasificarlos como buenos y malos pensamientos? En el proceso, el pensamiento que deseamos escuchar es una cosa y la estación que queremos sintonizar es otra cosa diferente. No sólo esto; a fin de permitirnos escuchar lo correcto, la manera en que efectuemos la sintonización y el ajuste debe también ser la apropiada. Puesto que nuestro deseo es una cosa, si nuestra acción no está a tono con ese deseo, tendremos una dificultad. Queremos escuchar cierta estación y nos sintonizamos con una estación diferente. Esto significa que las ideas sagradas que deseamos promover y que deseamos tener en la mente deben guiarnos en nuestras acciones. Esto es, todo lo que hagan debe ser para promover tales ideas sagradas. Las ideas y pensamientos no se llamarán buenos si son buenos sólo para ustedes. Serán defectos de cuatro clases. Un aspecto es el de mirar las fallas de los demás y las propias como en un mismo nivel y hablar sobre esta base. Otro aspecto es el de hablar acerca de lo bueno que hay en uno y de las fallas de los demás. El tercer aspecto es el de hablar acerca de lo bueno de uno así como de lo bueno de los demás. El cuarto aspecto es pretender tener lo bueno que no está en uno y hablar acerca de las faltas que no están en los demás. Este es el peor de todos. Hoy, debemos hacer un esfuerzo concienzudo por desarraigar este cuarto aspecto. Debemos estar preparados para poner en práctica las ideas que queremos proclamar al mundo.

Encarnaciones de la Divinidad: Cuando Shankaracharya quiso propagar su filosofía en todo el país, lo hizo con solamente cuatro discípulos. Si en cada escuela o colegio encontramos diez estudiantes que estén dispuestos a practicar y proclamar estos ideales al resto del mundo, esto será suficiente. Cada estudiante debe hacer el intento de tomar esta determinación. Tan pronto como vienen las vacaciones de verano es costumbre que los estudiantes planeen hacer otras cosas y tengan muchas ideas. Quieren disfrutar de los placeres de la vida en estas vacaciones. Dejarse llevar por estos deseos y malgastar el tiempo es un aspecto. Hay amplias oportunidades durante las vacaciones de verano para que los estudiantes usen equivocadamente las facilidades que tienen. Malgastar el tiempo es como malgastar la vida. A fin de asegurar que no desperdicien su tiempo, estamos haciendo esfuerzos para convertir estos días festivos en días sagrados en este lugar sagrado. En esta época sagrada deben adquirir ideas santas y buenas y deben estar preparados para comunicarlas a aquellos con quienes entren en contacto. A partir de mañana, tomaremos algún tema específico como el Bharata, el Bhagavata o el Ramayana y haremos lo posible para que ustedes desarrollen estas sagradas ideas y pensamientos. Hoy es su primer día y les he dado lo necesario para que tengan una base sólida para lo que van a recibir durante estos días.