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Discursos dados por Sai Baba

28. ../05/74 Hay un significado interno

Hay un significado interno

Hay un significado interno

Mayo de 1974

PARA CADA HISTORIA

DE NUESTROS PURANAS

Una persona de buena naturaleza jamás debería sentirse orgullosa ni alardear de que conoce la verdad y que lo sabe todo. Uno de los distintivos de nuestra cultura es que uno ponga en práctica las pocas cosas buenas que haya aprendido y que no solamente hable de ellas.

Si alguien ocupa una posición de autoridad y asume las características de un demonio y le infunde terror a la gente, conduciéndose de manera inhumana y feroz, ¿tendrá derecho a que se le llame un hombre? He estado buscando, todo el tiempo he estado buscando, ya lo hacía antes y lo sigo haciendo ahora. Busco un hombre que sea realmente un ser humano y que exhiba una conducta recta y buenas cualidades.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada! ¡Estudiantes, niños y niñas!: Desde tiempos inmemoriales nuestros Vedas han venido prescribiendo ceremonias sacrificiales. Estos sacrificios contienen dos partes: los mantras y la recitación. Hay gente que piensa que mantra y recitación son lo mismo. Esto no es así. Es una práctica común recoger diferentes flores y armarlas en una guirnalda. Para ello, las flores no son algo nuevo, ya existen previamente. Lo nuevo es la guirnalda, la que es conformada por aquel que va juntando las flores. En esta analogía, los mantras vendrían a ser las flores y los recitados la guirnalda. Los mantras ya están allí, no son nuevos. El recitado es como una guirnalda y es conformada por el maestro de ceremonias, enlazando mantras. Este maestro de ceremonias está protegiendo los recitados. Este tipo de cántico que proviene de ambos Vedas ha sido llamado "Sruti". Y se invita al Dios Indra a asistir al sacrificio en su carro tirado por dos caballos que simbolizan a los Rig y Sama Vedas. Aquí, "Sama" significa "canto", aunque tiene una serie de otras significados en diferentes contextos. Con el objeto de invitar a Indra al recinto del sacrificio, se canta un cántico con un "rik" el que se denomina "Canto de un Rik". Hay veces en que el cántico invitación consiste de tres Riks. En ese caso los tres Riks se asocian con Agni, Vayu y Aditya. También se les ha denominado tierra, espacio y Sol. Una base común para los tres aspectos es el sonido o "Pranava". Este sonido de Pranava ha sido reconocido en el Sruthi como idéntico al "Aum", la única sílaba significativa. De tiempo en tiempo se ha indagado entre nuestra gente respecto a quién puede y quién no puede emitir este sagrado sonido. Nuestros Vedas, sin embargo, no han establecido tales distingos. Desde el momento en que este sonido del Pranava o Aum ha sido reconocido como universal y constituye la vida en todos los Vedas, se ha aceptado que cualquiera puede emitirlo en cualquier momento. Sin el sonido del sagrado Pranava, los Vedas se harían inanimados. Cualquier individuo que llegue a entonar este sagrado sonido del Aum en el momento final de su vida, se hará uno con Dios. Nuestro Bhagavad Gita ha declarado que este sonido Aum es sagrado para cualquier persona y constituye la base de toda la Creación.

Podemos reconocer que consiste de tres sonidos distintos: A, Uh y Ma. En el Bhagavata, el Bharata y en todos nuestros Puranas, este sagrado sonido del Aum pasa como la cuerda que enlaza la vida. Hay tres razones por las que nace el hombre. Una, es el pecado, la segunda es un deseo o experiencia insatisfechos, la tercera es la falta de conocimiento o ignorancia. La sensación de que no ha satisfecho un deseo y su anhelo de nacer nuevamente para cumplir con él, constituye una de las razones principales. El hombre lleva a cabo toda una serie de cosas negativas y comete pecados. Tendrá que nacer nuevamente para experimentar las consecuencias. La ignorancia, en estas circunstancias es lo que le lleva a buscar el renacimiento. Estos tres puntos son los que constituyen la base para nuestro renacer. Valmiki señaló en su Ramayana que el pronunciar el nombre de Rama nos permitirá liberarnos de estas tres cadenas que nos impelen a renacer. También entregó el significado de Rama, dividiendo el nombre en tres partes: Ra, Aa y Ma. "Ra" representa la letra básica para Agni o el fuego; "Aa" representa al Sol y "Ma", a la Luna. De modo que, respectivamente, las tres letras representan a Agni, el Sol y la Luna. El fuego incinera todos los pecados; el Sol irradia luz y elimina la ignorancia, y la Luna enfría las agitaciones de la mente. De este modo, la pronunciación del nombre de Rama elimina vuestros pecados, vuestra ignorancia y vuestra agitación, y remueve la posibilidad de que renazcan. En este contexto, también identifica el nombre de "Rama" con el sonido "Aum", y ambos producen el mismo resultado. Siendo que "Aum" constituye la base misma para todos los Vedas, "Rama" constituye la base para toda la Creación. Los tres importantes aspectos de Agni, Vayu y Aditya contenidos en el nombre de Rama, son sinónimos con Ida, Saraswati y Bharati, y representan la base para todo el mundo.

Pese a que Ida, Saraswati y Bharati son aparentemente diferentes y se las describe como distintas, están, sin embargo, inseparablemente conectadas entre sí. Al igual que el Aum, el sonido del Pranava, es una manifestación total de tres letras diferentes y distintas y de tres aspectos, la palabra Brihaspati o Prajapati representa una manifestación total de los tres aspectos de Ida, Saraswati y Bharati. Este aspecto de Brihaspati es conocido también como Vachaspati o la palabra Veda, y se ha hecho referencia a la misma cosa en cuanto Brahmana o un maestro de ceremonias bien versado en mantras. Bharata es una palabra védica y no tiene nada que ver con Bharata el hijo de Sakuntala. Hay un dicho que reza que aquello que deriva placer del pensamiento en Dios es Bharata, y el nombre de Bharata tiene alguna conexión con esto.

Se ha mencionado antes que Hamsa o el Cisne representa el vehículo de Saraswati. Hamsa es sinónimo con el sonido de "Soham" que representa la inhalación y exhalación del aliento. Al pronunciar "Soham" se crea la palabra y Saraswati representa a la palabra. Y es por ello que decimos que Saraswati monta sobre el cisne. Esto es lo que constituye el sentido interno. Al olvidarse del sentido interno, se ha descripto en nuestra tradición a diferentes Dioses montados en diferentes tipos de vehículos, haciendo que todo ello parezca absurdo, pero nuestra cultura está llena de descripciones simbólicas, todas las cuales transmiten un sagrado y significativo sentido interno.

Al igual que nos vemos obligados a apuntar hacia la Luna inalcanzable con un dedo, se han descripto los contenidos indescriptibles de nuestros sacros Vedas y de la Divinidad invisible, hasta cierto punto, en términos de objetos de comprensión común como vehículos, carros, etc. Esto no representa sino un método de comunicarle nociones abstractas a la gente, en términos de cosas que conocen en su vida diaria. Pero hay ocasiones en que el proceso del estudio produce confusión y lleva a error. Aquí va un pequeño ejemplo al respecto. Había una vez un erudito filósofo que ocupaba su tiempo en explicarle nuestros Puranas a un grupo de gente. Participaba en el grupo un devoto iletrado que tenía una fe plena en Dios. Escuchaba al filósofo decir que el Dios Vishnu viene montado en el blanco Garuda, le da su Divina Visión a los devotos que rezan sinceramente y responde invariablemente a estas oraciones. Con absoluta fe en lo que había oído, se fue un día al bosque con su ganado y comenzó a rezarle al Señor, para verle venir montado en el blanco Garuda y para que compartiera el arroz que había traído consigo. Dado que el Señor no apareció ante él, se negó a comer y a beber, y prometió no tocar su comida hasta que Dios no viniera a compartirla. Pasaron los días y el devoto fue enflaqueciendo y languideciendo de inanición. El Señor se sintió conmovido por esta aflicción y vino disfrazado de viejo brahmín. El devoto vio a este viejo brahmín y, puesto que su apariencia no concordaba con el concepto de Dios que tenía en su mente, es decir, un individuo de piel oscura montado en el blanco Garuda, no quiso reconocerle y, cerrando los ojos, comenzó a rezar. Después de unos momentos abrió los ojos y le preguntó al brahmín quién era. Este le respondió que era el Señor que había venido con esta forma, pero el iletrado devoto se negó a creerle, debido a la firme idea que tenía grabada en la mente. Y fue así que, por adherir a una historia simbólica, destinada únicamente a ayudarle a la gente ignorante y por no saber nada del sagrado sentido interno, perdió su oportunidad de servirle al Señor.

De esta historia debemos aprender que los Puranas siempre describieron al Señor bajo muchas formas diferentes, de acuerdo a las concepciones que desarrollaban de tiempo en tiempo los autores. En realidad, nadie puede sostener con alguna exactitud que el Señor tenga una u otra forma. El Señor es Omnipresente y tiene muchas formas. Lo mejor para nosotros es que comprendamos esto y aceptemos la Divinidad en todos los seres vivientes. Aquel que venga a nosotros y en cualquier forma que llegue, buscando nuestro amor y atención, habrá de recibir de nosotros el amor y la atención que le prestaríamos a Dios Mismo.

Dios está presente en todos los seres vivientes. Cuando vean a cualquiera de ellos, deberán respetarlo tal como respetarían a Dios. Si pueden respetar a un ser humano que está justamente ante ustedes, cómo podrían respetar a Dios que les resulta invisible e inalcanzable. Los primeros seres a los que habrán de considerar como a Dios, son vuestra madre y vuestro padre. Descuidándolos, se hace vano e inerte incluso el que pasen todo el tiempo adorando a Dios. Habrán de adorar a Dios como una fuerza de vida y no como una imagen inanimada.

Un devoto comenzó a adorar a Rama como imagen o retrato. Aun habiendo iniciado su adoración, fue tropezando con diferentes dificultades. Pensó que el culto a Rama bien podía no ser para él. Guardó la imagen y se compró una de Iswara. Pero sus problemas no sólo no desaparecieron, sino que empeoraron. Se sintió muy desilusionado y guardó la imagen de Iswara en el mismo lugar donde había puesto la anterior. Adquirió entonces una imagen de Gayatri. Ese día le rezó a Gayatri en la forma tradicional y encendió incienso para ella. Se dio cuenta de que el humo del incienso flotaba hacia el cajón cerrado donde había guardado las otras imágenes. Se alteró mucho al ver que la ofrenda que presentaba se dirigía hacia las imágenes de Rama e Iswara, quienes no habían respondido nunca a sus plegarias. En su enojo, tomó un trozo de tela y cubrió la boca y las narices de las imágenes, creyendo que con ello evitaría que recibieran su ofrenda y la fragancia de su incienso. De inmediato los Dioses aparecieron ante él y, preguntándose por qué habían respondido ahora y no antes a sus plegarias, decidió castigarles. Sin embargo, quería aclarar su duda antes y se atrevió a preguntarles por qué no habían respondido a sus rezos y respondían ahora que había cubierto sus bocas y narices. Los Dioses le contestaron que antes, todas sus oraciones habían sido dirigidas a imágenes sin vida, pero tan pronto les había tapado las bocas y narices con el paño, las había visto como llenas de vida, por lo cual habían respondido apareciendo ante él. La lección que hemos de aprender de esta historia, es que Dios responderá únicamente si nos hacemos de El la idea de estar pleno de vida y no en cuanto a una imagen inanimada. Tenemos que creer que todos aquellos que reciben nuestra devoción y respeto, poseen esa misma fuerza vital. Y esto debe ser sin sentimiento compulsivo. Todo el respeto habrá de provenir del fondo de nuestro corazón, para que también los frutos que provengan de él estén llenos de vida. Adorar la forma e ignorar los mandamientos que provienen de Dios, no implica más que convertirnos en no creyentes. Y es así que muchos devotos se están convirtiendo en hipócritas. Aunque ni siquiera adoren a Dios, pero lleven a la práctica las órdenes que emanen de El y las tengan siempre presentes, ello hará que no haya mayores devotos que ustedes.

El respeto por la madre, el padre, el gurú o Dios serán reales y tendrán sentido sólo si provienen de lo profundo de vuestro corazón. Si no fuera sino algo superficial, puede que el mundo sea engañado, pero no pueden engañar a Dios. ¡Estudiantes!: Recuerden que no sólo en la esfera espiritual, sino también en la terrenal, todo lo que hagamos producirá una reacción y todo lo que digamos producirá un eco. Por ende, hagan lo bueno, vean lo bueno y gocen de lo bueno que llegue a ustedes como efecto de la reacción.

Si ahora les ocasionan problemas a sus padres, aunque sea sonriendo, mañana habrán de sufrir con pesar un tratamiento similar por parte de vuestros hijos. En tanto que si respetan con alegría a sus padres, mañana podrán gozar con placer de un tratamiento similar por parte de vuestros hijos.