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Discursos dados por Sai Baba

27. ../05/74 Rama es un Avatar de la Rectitud

Rama es un Avatar de la Rectitud

Rama es un Avatar de la Rectitud

Mayo de 1974

Cuando la serpiente del tiempo corre tras de ustedes y se muestra incansable en su cacería, huyen aterrados, tratando de escaparle y sin saber dónde resguardarse. No les será posible encontrar ningún tipo de protección en parte alguna, aunque huyan hacia los cuatro rincones del mundo. No le pueden escapar a esta serpiente del tiempo que les persigue.

He andado buscando, estuve buscando antes y sigo buscando ahora, todo el tiempo he estado buscando poder encontrar a un verdadero ser humano. No he estado buscando sino a un ser humano dotado de verdaderas cualidades humanas, y no he encontrado ninguno. En cuanto a la forma y la apariencia exterior, hay cincuenta mil millones de personas, pero ¿de entre ellas, cuántos son verdaderos seres humanos y cuántos parecen monos?

¡Encarnaciones del Alma Sagrada! ¡Muchachos y muchachas estudiantes!: Las palabras que contiene nuestro Veda les parecen carentes de sentido a las personas ignorantes. Aunque, por otra parte, para los bien informados, nuestro Veda es como el Kamadhenu y entrega todo lo que se requiere saber. Debido a que el sagrado Veda posee una infinita fuerza vital y una infinita capacidad, le puede entregar a las personas aquello que necesitan y aquello que desean. Es por ello que se le llama Kamadhenu, por el hecho de que se ocupa de los aspectos tanto mundanos como espirituales y hasta de los económicos. En las Escrituras esto también ha sido descripto como aquello que no tiene ni flores ni frutos y que, por ende, es como el Kamadhenu. Si cuidamos con dedicación del árbol, no habrá obstáculos para que obtengamos de él las flores y los frutos deseados. Si no le prestamos al árbol los cuidados que requiere, existe la posibilidad de que perezca. De manera similar, el Veda es como un Kalpavriksha o un árbol que nos da todo lo que deseamos, pero para protegerlo debemos practicar o recitar de manera constante el Veda. Ese es el tipo de agua que debemos utilizar para que este árbol pueda florecer. También hemos de levantar alrededor de él una reja adecuada, la que será la disciplina con que se comporten, en tanto que vuestra práctica espiritual será el abono necesario para que e1 árbol crezca. Sólo cuando tengan esta disciplina y esta práctica espiritual el árbol védico podrá entregar las flores de la Rectitud y los frutos del Conocimiento Superior. De esta manera el Veda nos podrá ayudar erg nuestro anhelo de entregarle a la gente algo que se sitúe por encima de los órganos sensoriales. Ya sea que nos comprometamos con 1a acción o el trabájo, no podremos disfrutar de. los resultados si no ponemos el cuidado necesaria o no le prestamos la atención requerida. Los Vedas han llegado hasta nosotrca desde tiempos inmemoriales. Los hemos descuitado, pensando que se refieren a los antepasados o a gente remota, por lo que no estamos cosechando ni las flores ni los frutos que provienen de este árbol del Veda.

En este contexto se hace necesario que inquiramos en detalle en cuanto a dos aspectos. Uno de ellos es el aspecto viviente llamado "Pindanda" y el otro es el aspecto referente a los materiales inmóviles e inanimados que es llamado "Brahmanda". Aquellos que tienen un cuerpo y que tienen vida en ese cuerpo se llaman Pindandas y la deidad para ellos es "Nara". El es la deidad que supervisa a los individuos. En este se.aid 1, Dios, que también es la deidad que preside a todo el iJniverso consistente de cosas móviles e inmóviles, también es llamado Nara. Toda la Vida en este mundo es creada a través de la Divinidad en la forma de Nara y es por eso que se ha hecho referencia a toda la Creación como Nara. La base responsable por la difusión de este aspecto en el mundo ha sido llamada "Ayana". Y de aquí entendemos que esta base en conjunto con la deidad supervisora se han convertido en Narayana. En este contexto se hace referencia al concepto básico de Dios, el Uno Sin Atributos y Sin Forma, también como Nara. Hay un aspecto común implícito en estos tres nombres de Nara, Narayana y Ayana. De entre los materiales inanimados y los seres vivientes, siempre se ha considerado a estos últimos como algo más distintivo e importante que los primeros. Así también, se ha considerado siempre como algo superior el aspecto de Narayana al de nara o el individuo. El Veda ha descripto a este aspecto superior como Satyam, Jnanam y Anantam, al que se hace referencia también como Narottama o el Nara superior. Estos tres niveles en la jerarquía del Universo, Nara, Narayana y Narottama, se vivencian y experiínentan en épocas y circunstancias diferentes. También se hace referencia a ellos como Ida, Saraswati y Bharati. Para los tres, Saraswati ocupa el lugar de la madre. Saraswati es la diosa del lenguaje y asume la forma de la madre para Nara, Narayana y Narottama, y ha sido descripta en esta capacidad debido al amor de una madre. Cuando hacemos referencia aquí a Saraswati como a una mujer, estamos implicando que hace que el niño juegue, se divierta y participe en todas las actividades, ya que la madre es la que le enseña estas cosas a un niño. Pero, en este contexto, Saraswati no ha de ser entendida como la consorte de Brahma, como lo hacemos en la mitología tradicional, sino ha de ser considerada como la Diosa del lenguaje. Es desde este lenguaje que surgen los aspectos de Andanda, Pindanda y Brahmanda. Y es éste el motivo por el cual se le ha dado a Saraswati un lugar importante en los Vedas. Para aprender el significado de tales palabras hemos de tener a un maestro y el maestro mismo ha de ser un seguidor del Sendero del Conocimiento.

Desde tiempos inmemoriales este Veda le ha sido transmitido a diferentes personas, no bajo la forma de libros de texto impresos, sino desde la memoria de un maestro al discípulo. Todo lo que se haya aprendido mientras se está sentado a los pies del maestro ha recibido el nombre de Jñana o Sabiduría. Por otra parte, si aquello que han escuchado es absorbido al repetirlo y al reflexionar sobre ello y luego contemplarlo, se ha considerado como un tipo superior de Sabiduría llamado "Vignana". Debemos diferenciar entre estos términos y entender la diferencia que existe entre "Jñana" y "Vignana". Aquello a lo que le han prestado oídos a través de escuchar llegará únicamente a entrar en vuestra cabeza y le seguirán después sólo ciertas experiencias limitadas. Por esta razón es que se le llama Jñana. Puede que más tarde, bajo ciertas circunstancias, se les escape de la cabeza. Sin embargo, si recapitulan, contemplan y absorben aquello que han escuchado, ello será como si lo grabaran en sus corazones. El tipo de conocimiento que no haya hecho sino entrar en vuestra cabeza vendrá a ser similar a una responsabilidad que asuman, en tanto que aquello que hayan contemplado y absorbido les pertenecerá por derecho. Por eso es necesario escuchar, reflexionar y luego absorber aquello que hayan escuchado.

Tomemos un pequeño ejemplo para esto. Hay un gran océano y, supongamos, que sacamos agua de este océano y la traemos a casa. Esta agua que hayan sacado directamente del océano tendrá un gusto salobre. Cuando esta misma agua es convertida en vapor por los rayos del Sol y luego cae desde las nubes que el vapor ha formado en forma de lluvia, tendrá el sabor dulzón que se asocia con el agua. El conocimiento que consigamos ya sea leyendo o escuchando los Sastras podremos compararlo con el agua que hayamos sacado directamente del océano y representará el Conocimiento. En tanto que el Conocimiento Superior, el Conocimiento de Dios, puede ser comparado con el agua del océano que cae convertida en lluvia desde las nubes y sabe más dulce que el agua original. En este ejemplo podemos reconocer claramente la diferencia entre el conocimiento que podemos adquirir de sólo leer o escuchar sobre lo que contienen los libros y el conocimiento que adquiramos por experiencia propia. Hoy en día, toda nuestra educación y nuestros estudios no parecen ser sino el mero trato con un gran número de textos impresos. Este tipo de conocimiento a través de libros no les dará ninguna satisfacción. A través de esta clase de educación no sólo no conseguimos satisfacción alguna, sino que nos lleva a desarrollar un ego y orgullo considerables. Debido a esta pequeña cantidad de conocimiento que adquirimos sobre un pequeño aspecto de la Creación, llegamos a olvidarnos del país y a comportarnos de manera absurda. El hombre no debería permitir que se desarrolle su ego. Debería mirar precavidamente detrás y delante de sí mismo. Cuando les importune el ego, abran los ojos y miren hacia arriba. Cuando les abrume el pesar, abran los ojos y miren hacia abajo. Si continúan la búsqueda y descubren quiénes son, desarrollarán el equilibrio mental. Han de empeñarse en lograr la paz y el contento, y con ello serán felices todos los días. No hemos de dejarle espacio al ego para entrar en nosotros. En este gran mundo, nuestro país se ve bastante pequeño. En este pequeño mapa de Bharat encontrarán que el Estado de Mysore ocupa un espacio pequeñito. Si tratan de localizar Brindavan en este Estado de Mysore, verán que no es más que un punto en él. Y si, entre el gran número de personas que se han reunido aquí hay un individuo que desee localizarse y evaluar sus dimensiones, en verdad resultará ser una persona muy pequeña. Y si son esa persona infinitamente pequeña dentro del amplio Universo en torno vuestro, no tiene sentido alguno que se sientan orgullosos de sus capacidades individuales. Por otra parte, si se identifican y sienten que no son más que uno con este inmenso y magno Universo, no quedará lugar para que se sientan orgullosos ni para que le permitan a su ego crecer y convertirse en una cosa grande. No queda lugar para el ego cuando se identifican con el Universo. En cambio, si quieren considerarse un individuo separado, son tan ínfimamente pequeños que no quedaría lugar para un ego. Lamentablemente, la educación actual no hace sino ponerles en contacto con libros y promoverles el ego, y no tiene posibilidad alguna de proporcionarles felicidad.

Cualquier cosa buena que hayan escuchado (sravana), deberá ser recapitulada (manana) y contemplada (nididhyasana) con miras a absorberla. Estos tres aspectos se identifican respectivamente con Ida, Saraswati y Bharati y hay un tipo de armonía que existe entre ellos. Debemos hacer el intento de experimentar esta armonía o unicidad. La Divinidad no es algo que puedan encontrar en algún lugar externo a ustedes mismos. Ha de ser encontrada en el propio corazón de uno. Mucha gente siente que los Vedas y los Sastras tienen el propósito de darnos mandamientos y de restringir nuestra libertad, y así reducir nuestra estatura. Estas personas sostienen que los Vedas y Sastras sólo nos rebajan. Este tipo de declaraciones y de actitudes carecen de sentido. En verdad, tanto los Vedas como los Sastras constituyen implementos que nos permiten ascender cada vez más alto. En nada nos disminuyen. El Veda nos ha estado enseñando cómo el hombre ha de vivir como un ser humano y cómo uno ha de conducirse y elevarse para entender el aspecto de Dios. Si no llegan a reconocer esta verdad y simplemente siguen hablando de la naturaleza humana, nunca serán capaces de realizar el aspecto Divino. Un árbol que no carga frutos, una vaca que no da leche o un hombre que carezca de inteligencia son cosas sin utilidad alguna. ¿De qué sirve que hayan nacido como seres humanos si no conocen la verdad acerca de sí mismos? La verdad a la que aspiramos es la paz conexa al aspecto de Dios. La fragante flor que se abre en el árbol de nuestra vida es nuestra conducta ética. El corazón puro es la sagrada leche que obtendremos de ella. Nosotros carecemos de un corazón puro y de las flores de la conducta ética. Nos falta la dicha y la felicidad que podemos obtener del aspecto de Dios, de modo que ha desaparecido por completo la naturaleza humana y no somos hombres más que de nombre. Las características esenciales que se conjugan para conformar a un hombre han desaparecido de él. No es correcto que pensemos que sólo por tener la forma de un ser humano ello nos hace dignos del respeto que se le debe a un ser humano. La cabeza de un búfalo está adornada por dos cuernos, pero no podemos valorarlos de la misma manera en que lo hacemos con los colmillos de un elefante. Las cualidades que han de estar presentes en un ser humano son las del Conocimiento Superior, y no es justo concederle el mismo valor a una persona que lo posee que a una que carece de él. Se encuentran ahora en plena juventud y a esta edad vuestras fuerzas físicas y mentales se encuentran en óptimas condiciones. Tienen toda la fuerza posible. Dado esto y mientras cuenten con ella, no deberían hacer nada profano, sino que deberían hacer uso de vuestro tiempo y energía para llevar a cabo sólo cosas sagradas y hacer el mejor uso posible de estos recursos. Si profanaran ahora la sagrada fuerza que poseen ya no tendrán la posibilidad de recuperarla con el paso del tiempo. Deberían reconocer la grandeza de la cultura de nuestro país y desarrollarse de manera que puedan convertirse en personas útiles para el país, la sociedad y la gente que vive en vuestra patria. Tomar conciencia de que esta palabra Bharata proviene de algo que se refiere al mundo entero y, sin embargo, profanarla, representa un gran pecado. Deberán entender que el nombre de Bharata tiene origen védico. No se trata de que alguien le haya dado este nombre a nuestro país extrayéndolo de una fuente que no sea védica. Del Veda se han sacado muchos nombres que se les ha dado tanto a individuos como a países. Así también la palabra Bharata con que se designó a este país ha sido extraída del mismo.

Ya se les ha dicho que Agni está en el lugar de Ida, Vayu en el de Saraswati y Aditya en el de Bharata. Esta palabra Bharata representa el aspecto sagrado de Aditya. Agni y Aditya son sagrados e importantes para todo el mundo y, por ende, esta palabra Bharata también adquiere significancia en el contexto del mundo entero. Bharata simboliza aquí a Brihaspati, Prajapati, Virata y también a Hiranyagarbha. Pensar que esta grandiosa palabra Bharata, que tiene tantos significados sagrados en el contexto del Veda, se refiere a algún rey o al hijo de algún rey, es incorrecto. Espero que hayan entendido el ennoblecedor significado de la palabra Bharata que se le aplica a nuestro país. También espero que no solamente habrán de entenderlo, sino que le comunicarán este significado ennoblecedor y sagrado a los futuros ciudadanos de este país. Para ello se hace necesario en primerísimo término que realicen los aspectos distintivos de vuestro país y de vuestro lenguaje, de vuestro nacimiento y de vuestra vida. La autoridad que extraemos de los Vedas es mucho más importante que la autoridad proveniente de cualquier otra fuente. Bharata no pudo soportar la separación de su divino hermano y quedó muy dolido con la muerte de su padre. En estas condiciones salió en busca de Rama, con la esperanza de sentirse más feliz sólo con su Visión Divina. Cuando Rama vio a Bharata en el bosque, su primera pregunta fue respecto de si era feliz la gente en el país y si Bharata realizaba regularmente las ceremonias religiosas como las ofrendas rituales. ¿Qué significado tienen estas preguntas planteadas por Rama? Esto es algo que deberían preguntarse.

Los cuerpos humanos habrán de perecer en uno u otro momento y serán cremados. Entonces desaparecerán, pero mientras perdure el cuerpo, ¿cuál sería el propósito de este cuerpo sagrado si no son capaces de hacerlo llevar a cabo las sagradas cosas que le han sido asignadas? Permanezca o no este cuerpo, constituye una importante tarea que llevemos una vida que represente un ideal en este mundo y que siente un ejemplo para los demás. En el caso de que hayan propagado buenas ideas, hayan mostrado una conducta sin tacha y le hayan transmitido estas cosas positivas a los demás durante vuestra vida, serán recordados como personas inmortales. De modo que debemos empeñarnos en llegar a ser inmortales en este sentido y sólo entonces podremos gozar de los frutos de la inmortalidad, incluso aún durante esta vida. Hasta que no alcancen el destino que deben alcanzar no conseguirán la felicidad y el placer deseados, incluso aunque posean todas las comodidades materiales. La felicidad permanente se encuentra únicamente en ese destino final que deberían alcanzar. En las etapas intermedias esta felicidad no existe.

Aquí va un pequeño ejemplo al respecto. Sea lo que fuere que se haya escrito en la historia tradicional del Ramayana, lo que hago ahora es entregarles la idea que está en mi mente. Se dice que el dulce que provino de la Diosa del Sacrificio fue distribuido de una manera en particular entre las tres cónyuges. No me interesa mucho este detalle ahora, sino la actitud que mostrara Dasaratha hacia las tres esposas. El distribuyó el dulce entre ellas de acuerdo a las órdenes que había recibido de los maestros. Si se hubiera tratado de distribuir algo proveniente de sus propios bienes, habría tenido el derecho de hacerlo de manera parcial, pero tratándose de un don de Dios, no tenía derecho alguno de mostrar parcialidad y tenía que distribuirlo por partes iguales entre las tres. Pero, entre ellas, las ideas y los pensamientos eran los mismos que se habrían producido en cualquier otra mujer. La menor de ellas, Kaika, recordó la promesa de su marido, el rey, y guardó su parte cuidadosamente. La mayor, Kausalya, creyó naturalmente que el hijo suyo tendría éxito y llegaría a ser el rey, y también guardó cuidadosamente su porción. En tanto que la del medio, Sumitra, carecía de ambiciones y, por ende, no tenía ningún deseo en particular de tener un hijo. No sólo carecía de ambiciones, sino que se sentía mal y algo decaída. Estos sentimientos eran naturales en Sumitra. Pensaba que si Kausalya, la mayor, tenía un hijo, era lógico que llegara a ser rey y que si la menor, Kaika, tenía un hijo, éste también podía llegar a serlo, debido a la promesa que el rey le había hecho. Pero si le nacía un hijo a ella, éste habría de ocuparse o asociarse con el de Kausalya o el de Kaika, y concluyó que no tenía sentido que deseara hijos en estas circunstancias. Tan pronto como terminó el sacrificio, Dasaratha trajo el dulce acompañado de los gurús y los maestros de ceremonia, y lo distribuyó por partes iguales entre sus esposas. Les ordenó que tomaran un baño, esperaran a los sabios que irían a bendecirlas y luego comieran el dulce. Las tres mujeres tomaron el baño, mientras guardaban celosamente el dulce, aunque Sumitra no se sentía muy feliz, pero no queriendo mostrarle su pesadumbre a las otras dos, fue hasta la terraza a secarse el pelo, pretendiendo sentirse feliz. Había puesto el dulce en una copa, en un rincón, pero quiso la mala suerte que viniera un pájaro y se llevara el dulce. Sumitra no lamentó la pérdida del don, sino que estaba preocupada por lo que diría el rey si se enteraba de lo sucedido. De inmediato bajó de la terraza y fue a contarles a sus compañeras Kausalya y Kaika el incidente. Eran tres hermanas que vivían como amigas y no había envidia ni celos entre ellas, de modo que de inmediato juntaron sus porciones y distribuyeron todo entre las tres para que Dasaratha no se enterara de lo sucedido y no se sintiera desdichado por ello. Entretanto llegó Vasishta, el gurú, las bendijo y les indicó que podían ir a sus santuarios y comer el dulce.

La historia que se desarrolla después es algo que ya conocen. Kaika tuvo un hijo y Kausalya tuvo un hijo. Sumitra, la que no quería tener hijos, tuvo dos. Las decisiones de Dios no siempre son comprensibles y muchas veces, cuando el hombre quiere que suceda algo o quiere hacer algo, a menudo Dios quiere que suceda algo distinto. No tiene sentido que el hombre se empeñe en lograr algo y se atenga a un plan. Es Dios quien decide y el hombre ha de ajustar sus planes según las decisiones de Dios. De nada sirve que siga sus propios planes y tome decisiones. Ya sea que sufran dolores, pesares o problemas o que disfruten de la felicidad, todo ello ha de considerarse como la Gracia de Dios. Sin lo uno no les es posible lograr lo otro. En este sentido es que se dice que no pueden derivar placer del placer. El placer no es más que un intervalo entre dos dolores. De ordinario, el hombre no es capaz de reconocer ni de entender qué tipo de placer deriva de qué tipo de dolor. Rama, que había nacido de Kausalya, se alimentaba normal y alegremente y otro tanto hacía Bharata, que había nacido de Kaika. En tanto que los dos hijos de Sumitra no se alimentaban normalmente y no hacían más que llorar de día y de noche, mostrándose siempre muy inquietos. Sumitra se sentía muy desgraciada por el hecho de que estos hijos le hubieran causado problemas ya antes de nacer y siguieran causándoselos de recién nacidos. Por ello envió por varios médicos para que les ayudaran y pudieran tomar su alimento normalmente y estar contentos. Pero ningún medicamento ni ningún mantra les curaban y no cesaban de llorar. Como último recurso, fue a explicarle el problema a Vasishta, el gurú de la familia, pidiéndole ayuda. Vasishta era un sabio omnisciente y pudo discernir claramente lo sucedido y lo que había que hacer para remediar la situación. Le indicó a Sumitra que debía tomar a Lakshmana y ponerlo en la cuna en la que dormía Rama y poner a Satrughna en la cuna en la que dormía Bharata. Tan pronto como Lakshmana estuvo junto a Rama, se quedó callado, se tranquilizó y se durmió, tomando luego sin dificultades su alimento. Debido a que Lakshmana había nacido gracias a una porción del dulce destinado a Rama, no se sintió feliz hasta no reunirse con la porción original. En este contexto podremos entender la verdad de que hasta que no nos integremos al lugar del que hemos venido, nos sentiremos muy infelices y no tendremos paz mental. Ni Lakshmana ni Satrughna podían soportar la separación de sus contrapartes y por esa razón, si bien habían nacido de madre diferente, Lakshmana fue siempre inseparable de Rama, lo acompañaba siempre y sus puntos de vista e ideas eran similares; otro tanto sucedió con Bharata y Satrughna. Vasishta sintió que Rama había venido como una encarnación de la Rectitud con el objeto de demostrarle al mundo lo que debía ser un ideal de vida, un ideal de hermano, un ideal de familia y una relación ideal entre marido y mujer y fue por ello que dijo: "Rama es la encarnación de la Rectitud".

Por ende, muchachos y muchachas, cualquiera sea la rama de la educación que sigan y cualquiera sea la posición de autoridad que puedan llegar a ocupar, no deberán olvidar que ninguna de estas cosas es vuestra meta final, recordando siempre que vuestra meta es la Bienaventuranza de Dios. Cualquiera sea el trabajo que desempeñen, deberán llevarlo a cabo con el aspecto de Dios en vuestra mente y entonces, todo ello habrá de llevarles de vuelta hacia vuestra fuente original, la que es Dios.