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Discursos dados por Sai Baba

22. ../05/74 Dios está por sobre toda percepción sensorial

Dios está por sobre toda percepción sensorial

Dios está por sobre toda percepción sensorial

Mayo de 1974

Y ES OMNIPRESENTE

El hombre se permite actos pecaminosos con gran presteza, pero cuando se trata de cosechar los frutos, muestra muchas vacilaciones. Por otra parte, le será muy fácil dejar de lado, a sabiendas, cualquier buena labor. Siempre está dispuesto a renunciar a la ejecución de buenas obras.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada! ¡Estudiantes, niños y niñas!: Ya han aprendido que el Veda les enseña cosas que se sitúan más allá de la evidencia directa e incluso de la evidencia inferida. Existe una definición del Veda que reza: "Lo que explica el significado es Veda" y que hace que algunos piensen que el Veda predica algo que es secreto y especial que no somos capaces de entender fácilmente. Cuando planteamos el interrogante de: "¿Qué es lo que nos dice el Veda?", comenzamos a saber que contiene algunas ramas complementarias de conocimiento. Estas se dan como adiciones al Veda, como el Gandharva Veda, Ayur Veda y Natya Veda. Vemos, entonces, que se le agregan algunos prefijos a la palabra Veda. Estos prefijos explican el tema que tratan los Vedas en esa parte, nos muestran qué es lo que estamos aprendiendo de él. Y ¿qué es lo que nos dice la palabra Veda aislada, sin prefijos? Existen cuatro metas para la vida humana: Rectitud, riqueza, deseo y Liberación y el Veda las trata, no de manera aislada, sino en estrecha relación con el individuo y con la labor que éste ha de desarrollar durante su vida. De este modo, las acciones de todo tipo que conciernen al hombre en cada momento de su vida se encuentran comprendidas en el Veda y se engloban en las palabras indicadas. Riqueza y deseo son naturales en el ser humano. En este contexto no hay que pensar que, por ello, Rectitud y Liberación se refieran a un estado superior de vida. No es correcto pensar que los das primeros sean importantes y que los segundos se refieran sólo a un aspecto superior. Sólo cuando lo entendamos claramente seremos capaces de entender los aspectos del Veda, sus enseñanzas y el significado de las palabras que contiene. También deberemos entender el significado de la vida en los múltiples individuos, saber cómo la vida ha llegado a ellos y qué sucede con la vida cuando se retira del cuerpo de un individuo.

Sólo cuando logremos coordinar las palabras "creación", "preservación" y "disolución", "vida" y "gracia" con relación a este mundo, llegaremos a comprender el sentido pleno de lo que contienen los Vedas. Estos cinco términos son sinónimos de los cinco Pranas. Estos cinco Pranas (aires vitales) constituyen la base para los cinco Kosas (envolturas que rodean al Alma). Estos cinco Kosas han sido llamados también las cinco sustancias elementales. Entre estas sustancias elementales también hay algo que es Divino y que nos permite conocer la naturaleza del ser interior. Los cinco órganos funcionales son visibles externamente, y conocemos también las cinco percepciones sensoriales. Además de éstos, habremos de reconocer a los órganos internos. El Alma o ser interior se encuentra asociado a ellos y, en el contexto de esta Alma habrán de usar la palabra "Hiranya". Para nosotros "Hiranya" significa las fuerzas vitales. Literalmente, la palabra "Iliranya" significa "oro". A través de la ayuda del oro puro uno puede deshacerse de todas las impurezas. Debido a esta capacidad de eliminar las impurezas y de limpiar con la ayuda del fuego, Agni o el fuego se ha asociado con la palabra "Dharma" (Rectitud) y este fuego recibe otro nombre, el de "Pavaka". Este poder o capacidad por la cual puede purificar la materia se ha llamado también un aspecto de "Pavaka". Y por estar lleno del aspecto de "Hitaramya", también se le llama "Hiranya". Al cuerpo sutil se le describe como "Hitaramya", aunque este nombre se cambió gradualmente en "Hiranya" o "Hiramya" en el lenguaje común. Aquí el aspecto de Dios asociado con Hiranya ha sido abordado en el aspecto de Saraswati. Al igual que Agni puede limpiar, purificar y eliminar todas las impurezas de la materia, los órganos internos pueden ser purificados por Saraswati.

En este contexto y debido a su facultad de limpiar los órganos internos, Saraswati también recibe el nombre de "Pavaka". Ustedes podrían eliminar su ignorancia si le prestan oídos a Saraswati; con ello la facultan para hacerlo. Y debido a esta capacidad de eliminar vuestra ignorancia y de darles la más alta Sabiduría, es que Saraswati ha sido llamada "Pavaka". También se la ha llamado por el sagrado nombre de "Pavana". Esta palabra significa "brisa" o "aire". Este aire Divino asume la forma de vida en cada individuo. Al aspecto de la vida que reconocemos como presente en cada uno se hace referencia en cuanto al aspecto de Bharata. Este aspecto de Bharata, sinónimo del aspecto de la vida en cada uno, ha sido identificado también con Aditya. En este sentido, el nombre alternativo de "Pavaka" se hizo común para Aditya y también para Bharata.

De este modo, Ida, Saraswati y Vayu se convirtieron en sinónimos del aspecto de Bharata. Por ende, en el lugar interno en que reside el Alma y debido a que moran también allí los aspectos de Ida y Saraswati, también reside Bharata. Esta coincidencia del Alma interna y el aspecto de Bharata no la reconocemos y, por lo tanto, no colocamos a Bharata en el sitial que le corresponde. Esto está mal. Poetas, escritores e historiadores no entraron en detalles en cuanto al origen de la palabra Bharata y sacaron conclusiones que no resultan plenamente aceptables a la luz de lo que se está diciendo ahora sobre los mantras. Sólo aquellos de nuestros sabios que dominaban los Vedas, eran personas que podían sostener que eran verdaderos poetas. Es adecuado llamar poetas sólo a los que son versados en los Vedas. Resulta inadecuado aceptar que una persona que no posee sino su fuerza poética pueda llegar a ser un sabio. Los sabios de antaño tenían mentes puras y claras y, por ende, podían mirar hacia lo Divino. De un vistazo podían mirar hacia el pasado, el presente y el futuro. Debido a su pureza, podían comprender los tres aspectos del tiempo mencionados en un solo instante. Esto nos demuestra que la denominación de sabio resulta apropiada únicamente para aquellos que comprenden las tres divisiones del tiempo, los tres mundos y el aspecto de trinidad de la Divinidad. Fue porque estos santos sabios se dedicaron a escribir, que los Puranas e Itihasas que compilaran adquirieron tanta fama e importancia. Hombres como Valmiki y Vyasa se convirtieron en sabios primero por su austeridad y su claridad mental, y sólo después se hicieron escritores y poetas. Uno podría preguntarse por qué estos sabios habían de convertirse en poetas, si ya llevaban en ellos el aspecto de Dios. Lo hicieron porque querían comunicarle al resto del mundo los aspectos difíciles de la Divinidad, haciéndolos comprensibles de una manera fácil a través de sus escritos. Los sabios de antaño no sólo gozaban de la dicha y la felicidad asociadas al aspecto de Dios, sino que ansiaban también comunicarle lo mismo a los demás, de modo que, con la Gracia de Dios, se dedicaron a la empresa de escribir historias sagradas que transmitieran estos sentimientos a otros. Esto constituía un rasgo claramente reconocible de los primeros habitantes de Bharat. Ellos habían comprendido que la dicha de la Divinidad de la que disfrutaban no era para su propio goce egoísta, de modo que también se la comunicaban a aquellos que estaban sumidos en los aspectos mundanos.

Hay tres métodos de aprendizaje que son: escuchar, reflexionar de nuevo y asimilar. Se ha instalado a Saraswati, Bharati y a Ida en cada uno de estos tres niveles de aprendizaje. Ya saben ahora que estos tres nombres representan tres partes del mismo aspecto. En verdad, no es posible que integren bien y asimilen aquello a lo que le han prestado oídos, sólo por escucharlo. Habrán de reflexionar acerca de ello, para luego absorberlo y esto es asimilarlo. Si consideran a los tres escuchar, reflexionar y absorber podrán entonces gozar de los frutos de lo que han escuchado. Hay una pequeña ilustración para esto. Supongamos que se cuecen algunos alimentos en la cocina. ¿Se aliviará el hambre que sientan gracias al simple mirar lo que se cocina? ¿Obtendrán la energía necesaria del alimento que ingieran, con sólo comerlo? No. Sólo cuando digieran el alimento que hayan ingerido podrán ser nutridos. Así como cocinar, comer y digerir representan tres procesos esenciales para que puedan obtener el resultado final, así también escuchar, reflexionar y asimilar deberán seguirse el uno al otro para que les entreguen el resultado final. Sólo así podrán lograr algún aspecto del Conocimiento del Alma o algún conocimiento derivado de lo que hayan escuchado. Aquellos que no hacen sino escuchar y que no piensan acerca de lo que han oído, son como aquellos que no hacen sino mirar lo que se está cocinando y no intentan comerlo.

Puede haber una serie de comestibles en una cocina, pero ello no es bastante y no contribuye a saciar el hambre. Sólo cuando uno los come recibirá algún beneficio. Esta etapa puede compararse al prestar oídos y a darse algún tiempo para reflexionar sobre lo que se ha escuchado. Después, aquello que han oído deberán absorberlo. Y sólo entonces conseguirán el beneficio de lo que hayan escuchado. Estos son los tres pasos mencionados. Los poetas son de opinión que uno recibe todo el beneficio simplemente escuchando. Los sabios, después de haber alcanzado la Bienaventuranza o la dicha de haber pasado por varias etapas y haber absorbido esta felicidad, le transmitirán la dicha de la que han gozado a los seres mundanos y ellos habrán de seguir con la reflexión y la asimilación. Para esto hay un pequeño ejemplo. Un estudioso que tome un libro y vaya tornando una a una sus páginas, le estará prestando atención al contenido del libro. Si, en cambio, tomamos el caso de un niño pequeño que esté hojeando el mismo libro, su atención será atraída sólo por las ilustraciones que haya en él y nada más. El significado de esto es que el niño que goza sólo de las ilustraciones puede ser comparado con un poeta, en tanto que aquel que está leyendo el libro y absorbiendo su contenido puede ser comparado con un sabio. ¿Si miraran tan sólo las ilustraciones, podrían entender el detalle del contenido? ¿Desaparecerá la oscuridad en torno de ustedes sólo por escuchar la noticia de que hay una lámpara encendida en algún lugar? ¿Se aliviará el hambre de un hambriento sólo por escuchar nombrar muchas cosas sabrosas? ¿Desaparecerá la miseria de los pobres sólo por escuchar sobre los potenciales de grandes riquezas y de prosperidad? Tampoco desaparecerá la enfermedad que sufra un hombre con que sólo escuche los nombres de los medicamentos disponibles. No se aliviará el hambre del hombre oyendo hablar de cosas sabrosas. No se aliviará la pobreza del hombre oyendo hablar de la cantidad de dinero que hay en un banco. La oscuridad que rodea a un ciego no va a desaparecer porque oiga que hay una luz en alguna parte. Al igual que en estos casos, poetas y escritores han estado leyendo y escribiendo cosas sin darse cuenta de lo que significan en esencia. Han interpretado erróneamente la palabra Bharata y no captaron su pleno significado. Si se quedan parados a orillas del mar, éste les parecerá infinito, inmensamente grande. Pero si el observador se coloca a gran altura, el mismo mar le parecerá mucho más pequeño, quizás como si fuera sólo un lago. Al igual que en esta analogía, el hecho de que los sabios se encontraran a una gran altura en el conocimiento espiritual y apartados del mundo, les hizo reconocer este vasto mundo como algo pequeño y sin importancia. Cuando uno se encuentra en un nivel más bajo, imagina que el mundo es grande, importante y variado. Se verán con mayor claridad la diversidad y las diferencias. Pero cuando uno se eleva, todo parecerá plano, pequeño y parejo. Cuando mantenemos una visión estrecha, nuestro país, nuestra gente y nuestros idiomas nos parecerán llenos de problemas y de diferencias. Si pudieran ubicarse a gran distancia y mirar al mundo, se les aparecerá bajo un aspecto unificado y toda la gente y todos los idiomas aparecerán como uno solo. La palabra Bharata se asocia con Aditya, el Sol. Aditya o el Sol le pertenece a todo el mundo y, de igual manera, Bharata no se aplica sólo a una porción de este mundo, sino al mundo entero. Ninguno de los países del mundo puede pensar que el Sol le pertenece únicamente a él. Por ejemplo, no puede haber un Sol indio, un Sol africano o un Sol americano. No hay sino un Sol que le da luz y claridad a todos los países del mundo.

Hay otra ilustración para esto. Supongamos que tenemos un pocillo de greda, uno de plata, uno de cobre y uno de bronce. Habiendo agua en todos ellos, el Sol se reflejará en cada uno y habremos de darnos cuenta de que es un mismo Sol el que vemos reflejado en cada pocillo. La única diferencia residirá en el valor de los pocillos, pero no la hay en cuanto al Sol. Estos pocillos pueden compararse con diferentes países. La gente que habite en ellos puede compararse con el agua en cada uno y el reflejo de Aditya o el Sol se puede comparar con la concepción de la Divinidad que tenga la gente de cada uno de estos países.

Debido a su buena fortuna, los habitantes de este país entendieron la plena importancia de esta palabra Bharata y le dieron este nombre a nuestra tierra, en tanto que los de otros países no comprendieron el sentido de esta palabra védica y no adoptaron este nombre. Ya habíamos indicado que Pavalka es un nombre sinónimo de Bharata. Este nombre Pavaka indica el aspecto de la limpieza del individuo y, por ende, Pavaka y Brahmán son palabras que ocupan un alto sitial en nuestro país. Aquellos que guardan la tradición correcta son los únicos que pueden apreciar el pleno significado de estas palabras védicas. Es en este contexto que la tradición espiritual nos ha enseñado que el Absoluto Universal está conformado por aspectos situados por encima de las cinco percepciones sensoriales. Debemos hacer el intento de entender qué es lo que significa esto de "encima de las percepciones sensoriales". Hay un pequeño ejemplo para esto. Entre las cinco sustancias elementales, la materia o tierra es la primera. La tierra está limitada por las cinco percepciones: sonido, tacto, forma, gusto y olor. La siguiente etapa de sustancias elementales es el agua. En el agua encontramos que falta una de las cualidades: el olor. El agua es algo más liviana y más móvil que la tierra, debido a que le falta una de las cualidades limitantes. Por ello el agua se puede mover de un lugar a otro por sí misma. En la tercera sustancia elemental, el fuego, encontramos las cualidades del sonido, tacto y forma, pero faltan la del gusto y del olor, de modo que el fuego es mucho más liviano y puede moverse libremente hacia arriba.

El próximo elemento es el aire. Encontramos que se caracteriza tan sólo por el sonido y el tacto. Flan desaparecido las otras tres cualidades. El aire es, por ende, muy liviano y se mueve libremente de un lugar al otro en todas direcciones. Así llegamos al cuarto elemento: el espacio. De las cinco cualidades de la percepción no resta sino la del sonido, el cual carece de gusto, de olor, de tacto y de forma. Por ello el espacio es mucho más liviano, de hecho el más liviano de todos los elementos y se encuentra presente en todas partes. De modo que cuando nos referimos a que el Ser Supremo está por encima de las percepciones sensoriales, queremos decir que El está libre de todo atributo de percepciones sensoriales o atributos humanos (gunas). Es en este contexto que nuestra tradición espiritual nos ha enseñado que el Absoluto Universal está por encima de los cinco elementos y es tan ligero que la Omnipresencia se convierte en Su atributo. Esto se describe diciendo que El está dentro de la más minúscula de las partículas y en la más inmensa de las cosas. Es simultáneamente infinitesimalmente pequeño e infinitamente grande.

Lo que hemos de aprender de esto es que cuando desechemos nuestros deseos y nuestra ilusión, seremos capaces de llevar una vida con una visión más amplia. Se hace referencia al aspecto de renunciar gradualmente a los deseos como desapego en el lenguaje del Vedanta. Con menos equipaje, el viaje se vuelve confortable y placentero. Cuando nuestros ancestros hacían referencia al desapego querían indicar que había que dejar de lado el equipaje de los deseos y ansias para que la vida resultara menos opresiva. El desapego nunca implicó el significado de renunciar a la familia y retirarse a vivir en un bosque. Es una práctica común de nuestros compatriotas pararse ante un ídolo y orar ante él. Podríamos preguntarnos cómo es que uno puede alcanzar el Infinito adorando una cosa transitoria como un ídolo o una imagen. Debemos tomar conciencia de que podemos adorar a una imagen como Dios, pero no a Dios como una imagen. Vale decir, pueden elevar la imagen al nivel de Dios por medio de vuestra adoración, pero no rebajar a Dios al nivel de una imagen. Conociendo estos significados internos, deberían elevar sus ideas a un alto nivel. Espero que la juventud tome conciencia de la verdadera naturaleza de estas declaraciones y considere su deber restablecer la Rectitud y llevar este país hacia las gloriosas alturas.