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Discursos dados por Sai Baba

16. ../05/74 Las sendas del karma, del conocimiento y de la devoción

Las sendas del karma, del conocimiento y de la devoción

Las sendas del karma, del conocimiento y de la devoción

Mayo de 1974

LLEVAN TODAS AL MISMO DESTINO

Desde el momento en que despiertan en la mañana hasta el momento en que vuelven a acostarse a dormir, dedican todo el tiempo a ganar algo de alimento para sus estómagos. Toda la educación, el conocimiento y las facultades que poseen se utilizan para este propósito trivial. ¡Piensa en esto, hombre, y descubre qué felicidad te proporciona este proceso! ¿De qué sirve que se sientan orgullosos de haber leído muchos libros y aprendido muchos Sastras (Códigos Morales), si no pueden sentir devoción por Dios? Todas las actividades que no les permitan fortalecer vuestra devoción por Dios son absolutamente inútiles. Deberían reflexionar acerca de esta verdad.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: Durante los últimos quince días han aprendido acerca de algunos aspectos del sagrado Brahman. Sin embargo, dándome cuenta de que los asuntos del mundo en el que han de vivir a diario son igualmente importantes, voy a hablarles hoy de algunos de estos aspectos mundanos.

Si el hombre vive debidamente como ser humano, le será posible ocasionalmente volverse hacia lo Divino, pero si no vive como hombre ni siquiera ocasionalmente, le será imposible pensar en lo Divino. Sólo cuando el hombre hace el intento por saber quién es, podrá entender lo Divino. Sólo entonces se le abre la oportunidad de entrar en el Alma y disfrutar de dicha y de felicidad. Fue en este contexto de la vida cotidiana que expusieron sus explicaciones filosóficas los grandes preceptores como Sankara, Ramanuja y Madhwa. Sankara estableció y explicó que todo lo que vemos alrededor nuestro en el mundo es, simplemente, una manifestación de Dios. El proclamó que todo, ya sea en el aspecto del individuo, en el del Señor o en el de la Creación material, no es más que una y la misma cosa y que no hay segundo. En los tres aspectos: Individuo, Dios y Naturaleza, así como en todas las cosas que vemos, lo que está presente es el Ser Supremo y las apariencias son una ilusión. Pese a que el coco nos parece ser una sola fruta, está constituida por tres partes distintas: la fibra exterior, la cáscara dura de la nuez y la pulpa interior, y las tres partes, aun siendo diferentes, constituyen el aspecto único del coco. De igual manera, Sankara consideraba al Individuo, a Dios y a la Naturaleza como tres aspectos que, aunque fueran aparentemente diferentes, eran uno y el mismo en realidad, y fue así que predicó el Advaita (filosofía no dualista). El mundo consiste de numerosas ideas: hay muchas cosas que vemos, hay muchos deseos por el lado material, y todo esto lo trataba Sankara como la fibra exterior del coco. Luego comparaba al cuerpo humano con la cáscara dura debajo de la fibra. Se dio cuenta de que el cuerpo humano estaba formado por partes destructibles como la carne y la sangre, y por eso lo comparó con esta cáscara. Pero el Absoluto Universal que tiene la forma de un loto en cada individuo, lo comparó con la pulpa de la fruta. Con esta comparación predicó su filosofía del Advaita. Debido a que decía que todas las cosas del mundo consistían únicamente de Dios, la gente común se sentía confundida y no podía captar claramente las bases del Advaita. Como además explicaba los axiomas divinos como "Aquello eres Tú", "Yo soy Brahman" y, de hecho, en todo lo que predicaba indicaba que todo lo que uno ve en este mundo es Dios, había dificultades para que la gente común comprendiera lo que decía Sankara. Para la gente resulta muy fácil pronunciar distintas palabras, pero encuentra difícil llevar a la práctica lo que dice. Resulta fácil identificarse mentalmente con Dios, pero ser capaz de sentir y de practicar realmente dicha identidad y experimentar la Divinidad en todos, es un asunto difícil. Es fácil que llegue a deteriorarse la naturaleza humana si se enuncia meramente este tipo de declaraciones sin entender su verdadero sentido. Dándose cuenta de esto y con el propósito de detener la degeneración de la enseñanza, Ramanuja procedió a predicar lo que se denomina como el Advaita calificado. Sankara predicó en el siglo VII el Advaita o filosofía no dualista, y en el siglo XVII Ramanuja predicó el no dualismo calificado.

Ramanuja pensó que si el Advaita no echaba raíces profundas, la fe y la devoción se irían debilitando, de modo que comenzó a predicarlo de manera especial y modificada. Le introdujo algunas características distintas y al hacerlo, trató de explicar al individuo y a Dios como entidades aparentemente separadas. En tanto que Sankara había expuesto que el individuo y Dios eran idénticos entre sí, Ramanuja introdujo una modificación y explicaba que ambos estaban estrechamente ligados y eran similares entre sí, pero no realmente idénticos. De acuerdo con estas enseñanzas, los hombres buscaron acercarse más al Señor. Más tarde, en el siglo XVIII, apareció Madhwacharya y expuso que el individuo, Dios y la Naturaleza eran más diferentes de lo que habían pensado escuelas anteriores. Dijo que el individuo y Dios habían de ser considerados separadamente como distintos entre sí y que ni siquiera podían aproximarse. Madhwa contradijo el punto de vista de Sankara en cuanto a que Dios era la verdad y el mundo era falso, y afirmó que el Individuo, Dios y la Naturaleza eran entidades distintas y que cada una de ellas era tan real como las otras dos. Esto lo hemos de interpretar simplemente en el sentido de que Madhwa predicó el concepto de Salokya, en cuanto a que el individuo únicamente vivía en el dominio del Señor, pero no era idéntico a El. De acuerdo con lo anterior, se podría decir que estos tres grandes maestros enseñaron tres aspectos diferentes: Sankara exponía la identidad con el Señor; Ramanuja hablaba en términos de la proximidad al Señor, y Madhwa predicaba en términos del vivir en el dominio del Señor.

De esta manera los tres preceptores nos han estado hablando de las tres sendas para la realización de la Verdad: el Sendero del Conocimiento, el de la Devoción y el de la Acción. Uno no debe pensar que estos tres caminos se contradigan. Si podemos santificar el trabajo que realicemos, el tiempo que empleemos y el uso que le demos a nuestro cuerpo, nos será también posible realizar la Verdad, de modo que ellos establecieron los pasos a seguir. Pasaron del karma santificar el trabajo a la Devoción y al Conocimiento, y ésta es la razón por la cual estos aspectos han de tratarse como complementarios y no como contradictorios. Si el esfuerzo del hombre es apropiado, Dios apoyará su esfuerzo. La confluencia del esfuerzo del hombre y de la Gracia de Dios es la responsable de nuestra felicidad. Aquello que se considera el esfuerzo del hombre habrá de provenir de él mismo y sin ello no le será posible alcanzar la Gracia de Dios. Ramanuja se dio cuenta de esto y fue por eso que habló de los diferentes tipos de esfuerzo que había de poner el hombre de su parte y del apoyo de Dios. Sankara enseñó que "el Universo está saturado de Divinidad" y predicó que no había nada que fuera diferente del Señor y que todo no era sino el Señor mismo. Sankara estableció cuatro importantes centros religiosos en nuestro país y trató de difundir a través de ellos el aspecto del Advaita, el que Brahman no era más que uno y solamente uno y que no había un segundo aparte de El.

Cuando las miramos de manera más bien superficial, sentimos que las filosofías expuestas por estos preceptores son características y diferentes la una de la otra. Pero esto no es real. Si las examinamos en detalle y dentro del contexto de las épocas en que fueran expuestas, nos daremos cuenta de que no son diferentes ni en cuanto a su esencia ni a su contenido básico. La actitud adecuada es la de ver la unidad entre estos tres aspectos y no la de verlos como distintos y diferentes entre sí. Lo que debemos hacer es considerar su esencia y su sentido interno para llegar a apreciar su unidad. Sankara siempre enseñó el más puro y concentrado Advaita, y así impulsó la adoración constante en los cuatro centros que estableciera, una práctica que continúa hasta nuestros días. La gente que está a cargo de ellos acepta las ofrendas para el Señor y participa en ellas. Los devotos buscan alcanzar la Gracia del Señor a través de estas ofrendas y rituales, incluso en estos centros del Advaita. Y no sólo se le da importancia a la realización de esta adoración, sino que se busca que el común de la gente haga lo mismo en sus vidas en base a estos buenos ejemplos. Este es el propósito de participar en la adoración constante. Hay dos clases de gente: los sabios y la gente común. La gente común puede hacer lo correcto observando e imitando la senda seguida por los sabios. Estas tres filosofías se enseñaban solamente en cuanto a los aspectos del cuerpo, de la mente y de la vida cotidiana. Desde el punto de vista del cuerpo, se enseñaba el camino del karma o del trabajo. En cuanto a la mente, se enseñaba el camino de la devoción. Y respecto a la vida cotidiana de uno, se enseñaba el camino de la sabiduría. Con el objetivo de practicarlos, Sankara, Ramanuja y Madhwa enseñaron estos tres caminos que pueden ser considerados como los caminos reales por los cuales el género humano puede alcanzar la salvación. Debemos reconocer y ver este propósito común y la esencia de estos tres enfoques. No es justo señalar únicamente las diferencias y las contradicciones entre ellos. Si seguimos la pura senda no dualista enseñada por Sankara y consideramos a todo el mundo como Dios, hemos de preguntarnos qué es lo que somos capaces de ver en la vida humana ordinaria. De modo que sólo cuando consideramos a los otros dos enfoques llegaremos a entender los aspectos humanos de la Divinidad. Sólo ante una mirada superficial aparecen como diferentes estos caminos, pero, desde la óptica del destino final, los tres no son sino uno solo y el mismo camino. Se hace necesario que aceptemos la adoración constante manteniendo en la mente esta meta común. Al mismo tiempo de reconocer la senda del karma y comprometiéndonos en los necesarios deberes con los que hemos de cumplir, debemos realizar también la senda de la devoción y saber que podemos alcanzar al Señor por este camino de la devoción. Sin limpieza interior resultarán inútiles y no rendirán resultado ninguno los trabajos que emprendan. Lo que enseñaba Sankara era que debíamos sentir devoción por el Señor en vista de la naturaleza temporal y transitoria del mundo. En este mundo material son naturales algunos tipos de deseos y enfermedades relacionados con los sentidos y que se manifiestan en los seres humanos. Para curar estas enfermedades se hace necesario tomar el medicamento apropiado. Hay una pequeña historia que va en apoyo de esto.

Haba una dueña de casa que tenía gran fe en el Señor y, cada vez que tenía tiempo, solía tomar un rosario y entonar el Nombre del Señor. Siempre pronunciaba Su Nombre con la idea de santificar el tiempo de que disponía. Sentía que su cuerpo era como el recipiente, que su Amor era como el combustible en la lámpara y pensaba en la Divinidad como la Luz brillante, y pasaba su vida de este modo para hacerla útil. Había llegado a la conclusión de que mientras se mantuviera encendida en ella la lámpara de la vida, sería capaz de cumplir con los deberes que le habían confiado, ya que cuando se apagara no podría hacerlo, de modo que pensaba que mientras su vida existiera, había de emplearla lo mejor posible y alcanzar la salvación. El marido, al observar esta devoción y apego al Señor en su mujer, le dijo que no le quedaría tiempo para preocuparse de la familia si se lo pasaba pensando en El. Agregó que ambos deberían pensar en el Señor cuando fueran mucho más viejos. La mujer no estuvo de acuerdo con esta posición. Discutió con él, señalando que debían pensar en el Señor ahora que todas sus fuerzas físicas y mentales estaban intactas y no cuando se debilitaran por causa de la edad. Ella siguió fortaleciendo su creencia y su convicción en este sentido y, de tiempo en tiempo, en cada ocasión favorable, buscaba convencer a su marido. Una vez que estaban a solas y que él se mostraba de muy buen humor, ella le dijo que el cuerpo era transitorio como una burbuja de agua sin que se pudiera saber por cuánto tiempo sobreviviría, de modo que era un error el seguir posponiendo los deberes para más adelante. Maya (la ilusión) es algo que ` puede hacerle olvidar a uno el propósito con el cual ha venido al mundo. Olvidarse del Senior se debe a maya y, por ende, uno ha de pensar en El mientras es aún fuerte y no postergarlo para más tarde, ya que el cuerpo puede desaparecer en cualquier momento. El marido la contradecía y le decía que estaba loca y le pidió que pensara en quién los iba a alimentar si pasaban todo el tiempo pensando en el Señor. Le preguntó si el Señor vendría a cuidar a los niños y a ocuparse de sus otras necesidades mientras ellos pensaban en El. Afirmó que necesitaban ganar dinero porque nadie se preocuparía de ellos si no tenían medios suficientes. Con estos argumentos trató de hacer cambiar de idea a su mujer, pero ella estaba totalmente entregada al Señor en su fe y le contestó que el que plantaba la semilla también encontraría agua para la planta, y así también Dios, que nos ha dado esta vida, encontrará alimento para nosotros. Si se pasa todo el tiempo pensando que se ha de encontrar alimento, uno no será más que un animal. ¿No es cierto que los animales no se preocupan más que de encontrar alimento? La única diferencia entre el hombre y los demás animales es que el hombre tiene sabiduría, de la que carecen los animales. Esto es lo único que lo distingue de los animales, de modo que si no hace sino buscar alimento, se comportará como un animal. Estos argumentos le dejaron una profunda impresión al marido, y fue así que, después de pensarlo por bastante tiempo, llegó a la conclusión de que eran en verdad ciertos. Le dijo a su mujer que había que pensar sobre los matrimonios de los hijos y otros compromisos por el estilo y que, luego de cumplir con ellos, comenzaría a pensar sólo en e1 Señor. Le expresó que sentía fe y devoción, pero que también tenía que cumplir con otros deberes. Después de esta conversación, a los pocos días, el marido cayó enfermo de gravedad y la señora consultó a varios especialistas médicos para que lo atendieran. En esos días también se quedaba junto al lecho del enfermo y le pedía que, al menos en estas circunstancias, pensara en el Señor y tratara de ganarse Su Gracia. Le insistía en que la Gracia del Señor era la mejor medicina para él. Pero el marido tenía gran confianza en los médicos ;,, la obligó a llamarlos de nuevo. El médico preferido del marido vino a verle y, después de examinarlo, le entregó a la mujer un frasco con un líquido, indicándole que se lo diera a beber tres veces al día. El marido lo observó y oyó las instrucciones que había dejado, pero la mujer no le dio el medicamento de manera regular. Después de tres días, el marido le preguntó por qué no se atenía a las instrucciones del médico corra el remedio y ella vio una buena oportunidad para enseñarle una lección. Le contestó que era cierto que el médico le había dejado un remedio, pero ¿por qué había de ser administrado en la forma en que lo indicara? Todo el medicamento podía beberse en algún momento oportuno. El marido le señaló que el remedio debía tomarse durante la enfermedad, ya que de nada serviría tomarlo después. Ella le contestó que del mismo modo debería tomarse el medicamento indicado para el mal del mundo que aparece tan pronto uno nace, sin postergarlo para una fecha posterior. Agregó que el remedio recetado era para una enfermedad física, en tanto que el remedio indicado para el ciclo de nacimientos y muertes que surge con el nacimiento mismo y que no es otro que pensar en el Señor, debería ser tomado de manera continua. El marido entendió la lección y se mostró de acuerdo, comenzando desde ese mismo día a dedicarse seriamente a pensar en el Señor. Así su enfermedad sanó muy pronto. Desde entonces, ambos dedicaron sus pensamientos al Señor y fueron muy felices.

¡Estudiantes, niños y niñas!: Nuestra vida es así. Tan pronto nacemos, comienzan nuestros deseos materiales y se hace necesario que piensen en el Señor y logren la felicidad y la dicha ya desde el momento en que inician su aparición. Tener la idea de que van a pensar en el Señor cuando estén en dificultades no es sino una gran necedad. No es lo correcto que posterguen pensar en el Señor hasta el momento en que se retiren de la vida activa. Debemos comenzar a pensar en El desde muy temprano. Es así que se dice: "Parte temprano, conduce con lentitud y llega a salvo". No es justo que piensen que pensarán en el Señor cuando se hagan viejos. ¿Creen que les será posible pronunciar el Nombre del Señor cuando Yama, el Dios de la muerte, venga a arrastrarles hacia su fin, cuando vuestro cuerpo sea sacado de la casa antes de morir y se dejen oír los gritos de angustia de vuestra mujer e hijos? ¿Creen que podrán pensar en el Señor en esos momentos? Han de pensar en el Señor mientras tengan el control pleno de todas sus facultades y no estén menoscabados vuestros poderes mentales y físicos. Deben ganarse Su Gracia mientras son jóvenes y guardarla para el futuro. ¡Encarnaciones del Amor!: Mientras son jóvenes, vuestro cuerpo y mente son como la fruta que recién ha madurado. Deben entregarle ese cuerpo en buenas condiciones de madurez al Señor. ¿Creen que lo aceptará si se lo entregan cuando esté viejo, en malas condiciones y descompuesto? Entréguense desde ahora al Señor, lleven a cabo buenas obras con este cuerpo, mantengan buenas ideas en la mente y purifiquen sus pensamientos. Entonces les será posible ganarse la Gracia del Señor. Estas buenas obras y la Gracia del Señor que ellas hayan merecido les servirán de apoyo y les beneficiarán en la vejez, cuando ya no puedan hacer nada. Si están dispuestos hoy en día a realizar buenas obras, estará a vuestro alcance la felicidad que anhelan, pero si postergan pensar en el Señor hasta que estén viejos, no tendrán garantizada la Gracia que puedan recibir entonces. Si se dirigen temprano en la mañana a un hotel y compran el billete para el almuerzo, es seguro que podrán servírselo entre el mediodía y las 13 horas. Pero si llegan al mediodía sin haberse asegurado el billete, puede que el hotelero les diga que no hay almuerzo para ustedes. De modo que han de adquirir el billete para 1a Gracia de Dios que deseen para vuestra vejez mientras sean jóvenes aún. Habiendo adquirido a tiempo ese billete de Gracia, dispondrán de él adondequiera que vayan, pero si creen poder adquirirlo al llegar a viejos, puede que iio haya disponibilidad ya. La disponibilidad de la Gracia del Señor dependerá de vuestra suerte y buena fortuna. ¡Estudiantes, niños y niñas!: La juventud en la que viven es una edad sagrada. Que hayan nacido como seres humanos representa un don especial que les ha otorgado el Señor. Todos los animales del mundo desean llegar a convertirse en seres humanes. Si no hacen uso de este don que les ha dado el Señor para ganarse Su Gracia a esta edad sagrada, no les será posible hacerlo cuando se hagan viejos.

Como les dijera en un comienzo, tengo la intención de hablarles sobre el aspecto de Bliarat (India, la tierra con apego al Señor) a partir de mañana. Pensé que entre ambos, vale decir, Brahman y Bliarat, también había que comunicarles algunas cosas relativas a la vida diaria y es por ello que el discurso de hoy ha sido dedicado a asuntos referidos a la vida cotidiana común.