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Discursos dados por Sai Baba

27. 16/06/73 Sepan quienes son. No le pregunten a otro quién es

Sepan quienes son. No le pregunten a otro quién es

Sepan quienes son. No le pregunten a otro quién es

16 de Junio de 1973

Aquello que se mantiene infinitesimal dentro de lo que es infinitesimalmente pequeño; aquello que se mantiene infinitamente inmenso y envuelve lo que es infinitamente inmenso; aquello que está presente en todas partes y se manifiesta en toda circunstancia, es el Alma. El Alma es Dios y Dios es el Alma. Es aquello que si lo sabemos, nos hará saberlo todo, y que si no lo sabemos, hará que no sepamos nada. Aquel que enseña estas cosas, diferenciando entre el Conocimiento Superior y el conocimiento mundano, es el real Maestro. Toda nuestra cultura y nuestro estilo de vida está contenido en nuestros Vedas. Los Vedas no surgieron de ningún individuo humano. De hecho, son palabras y sonidos que fueran pronunciados por Dios. Los antiguos sabios que escucharan los Vedas a través de su sentido del oído, los transmitieron a sus discípulos oralmente. Lo que fuera escuchado de este modo en cuanto sonido Divino, se ha denominado "La voz de Dios". Nadie puede cambiar las palabras que encierran. Es posible que se comenten y se anoten la Epica y la Mitología, pero nadie, ni en este país ni en el extranjero, puede sugerir siquiera algún cambio en el contenido de los Vedas. Se puede hacer también referencia a los Vedas como "La Resonancia Divina". Estos sagrados textos descifran la naturaleza de la Rectitud. Lo que contienen es autoridad. Lo que seguimos es la religión de los Vedas. Deberíamos sentirnos realmente orgullosos de la religión que ha llegado hasta nosotros a través del contenido de los Códigos Védicos. Hoy en día, lamen tablemente, hay personas que han perdido la fe en la religión de los Vedas, que miran con cierto desprecio los templos y que se expresan con ligereza sobre los sagrados lugares de peregrinación. Resulta increíble que existan este tipo de personas en este país. Mas es plausible que los Vedas se sitúen más allá de la comprensión de las personas comunes, ya que hasta los eruditos que los saben de memoria no llegan a percibir su plena importancia. Es bastante común ver tanto la alabanza como el menosprecio de lo que contienen los Vedas. Cuando cae una gota de lluvia sobre la tierra, se evapora de inmediato por acción de la brisa, desapareciendo; así también tanto la alabanza como el desprecio que nos caen encima son aventados por la brisa de la inteligencia.

Hace algunos días vinieron a verme algunos líderes políticos. Me plantearon diferentes cuestiones entre las que había muchas preguntas insensatas. Durante la conversación, alguien me preguntó sobre quién era Yo. Le di una respuesta que resulta bastante apropiada para este tipo de pregunta. Le dije que cuando me encuentro en medio de diez hombres, soy un hombre. Cuando me encuentro en medio de diez mujeres, soy una mujer, y cuando me encuentro en medio de diez niños, soy un niño. Mas cuando estoy solo, soy Brahman. Yo no soy solamente Yo, también les pasa a ustedes que cuando están en medio de diez hombres adultos, se comportan como adultos. Si están en medio de diez mujeres, exhiben una naturaleza femenina. Y cuando están entre niños, aunque sean un Juez de la Corte Suprema, se comportarán como niños. Esto resulta particularmente cierto cuando uno juega con sus nietos. Cuando estén solos, se sentirán únicos y divinos. Es habitual que uno averigüe sobre los precios en el mercado aunque no tenga la posibilidad de comprar ningún artículo. Ya sea que quieran entenderme o no, como los necios que no se preocupan de la naturaleza real de las cosas, sino que no miran más que la forma y el nombre, salen con este tipo de preguntas. Aquel que no sabe quién es él mismo, a menudo le pregunta a otros sobre quiénes son. Aquel que haga un intento por saber quién es él, no planteará estas preguntas. Si quieren mirar este fenómeno desde un ángulo mundano y darle una interpretación caritativa, habremos de decir que es seguro que la persona que planteara la pregunta mencionada sabía que Yo soy Sathya Sai Baba y fue por ello que vino a verme. En vista de que pese a ello, me hizo esta pregunta; tenemos que concluir que no es una persona segura y que no sabe lo que pregunta. Actualmente, todo el mundo camina en esta dirección.

Puesto que empleamos tanto tiempo y esfuerzo para entender el contenido de nuestras Escrituras, Epica y Mitología, deberíamos ser capaces de emplear todo ese conocimiento para entender la Divinidad en nosotros. Cuando lleguemos a ponerlo en práctica, nuestro esfuerzo adquirirá un propósito. De lo contrario, tanto nuestro tiempo como nuestra vida serán desperdiciados. El leer libros y el comunicarle a otros como enseñanza lo que hemos aprendido, pero sin llevar a la práctica ninguna de estas cosas, representa una ocupación inútil. Es posible que a vuestra edad y hasta ahora ya hayan leído muchos libros y aprendido muchas cosas, pero tal vez en vuestra conducta no hay evidencia alguna del saber que hayan acumulado.

¡Estudiantes! ¡Encarnaciones del Alma Divina!: No es necesario que lean tantos libros. Lo que realmente desean es la Gracia de Dios. Esta edad de ustedes tiene la característica de tener mucho espacio para la confusión. Para erradicarla, deberían manejar con firmeza sus mentes, para que lentamente las puedan llegar a controlar. Nunca habrán de apurarse ni hacer uso de la fuerza para controlar la mente. Si tenemos una vaca en la casa y ella quiere salir para comer lo que está sembrado en el campo, ¿qué hacemos para traerla de regreso? Tratamos de descubrir cuál es el tipo de alimento que está buscando, para darle un mejor alimento en casa. Gradualmente, irá abandonando la tendencia de salir del recinto. De igual manera, nuestra mente tiende a salir a vagar y mirar muchas cosas. Quiere salir y enfrascarse en muchos pensamientos. Para lograr dominar la mente, la que tiende a ir tras de deseos mundanos y sensoriales, los sustituimos por la idea más noble de Dios. Hacemos que la mente piense en Dios y que gradualmente se aparte de los deseos mundanos. Ahora, empero, el hombre intenta sin éxito apartar la mente de estos deseos mundanos. Se ve vencido y humillado. Son en verdad característicos de los días de hoy estos deseos y apegos que la mente desarrolla. Incluso nuestra inteligencia es incapaz de ejercer un control suficiente sobre la mente. En estas circunstancias hemos de tratar, ya sea de cultivar el hábito de la soledad o de buscar algún tipo de compañía sagrada, de pensar en cosas positivas y apartar de a poco nuestra mente de lo mundano. Algunas de estas cosas son las que deberán emprender si quieren lograr el control sobre sus mentes. En esta época moderna, se menosprecia la idea de unirse a la compañía de las personas piadosas como si fuera algo malo o desviado. Aunque, por el contrario, no vemos nada de malo en pasar una buena cantidad de tiempo peinándonos y acomodándonos el cabello o haciendo otras cosas por el estilo. Empleamos una buena cantidad de tiempo en maquillar nuestro rostro, en vestirnos y en elegir las ropas que llevaremos. Aunque gastan tantas horas al día en cosas triviales para hacer más atractiva vuestra apariencia externa, cuando se les pide disponer de cinco minutos diarios para meditar o para volver sus pensamientos hacia Dios, responden que no tienen tiempo para estas cosas.

Hay otro asunto que requiere algo de atención. Hoy en día, cada joven lleva en el bolsillo un pequeño peine y un pequeño espejo. Cada muchacha carga con un inmenso canasto y lleva todo un mercado en él. ¿Por qué andamos cargando con todos estos artículos y chucherías? Lo hacemos porque queremos reordenar nuestro cabello cuando se desordena un poco. Si pensamos que nuestro rostro necesita un retoque, de inmediato nos preocupamos de ello. Le prestamos una desmesurada atención a nuestro cuerpo, pero no nos ocupamos de refrenar nuestra mente para que no se vaya por caminos torcidos. Son nuestros instrumentos internos los que tenemos que poner en orden para que tengamos la capacidad de seguir por la senda sagrada. Con el objeto de remover la maraña que distorsiona la visión correcta, debieran cultivar la Devoción, el Amor y la Sabiduría. ¡Encarnaciones del Espíritu Divino!: Debemos entender por qué las gopis y los gopalas (las vaqueras y los guardianes de ganado) carentes de toda sofisticación y que no habían leído los Vedas, se sintieron atraídos hacia el Señor y la forma en que le amaban. Mientras permanecían inmersos en el pensamiento de Dios, consideraban a Mahavishnu como la fuerza vital que prevalecía en todas partes. Esta realización le fue posible a ellos únicamente gracias a su intensa devoción. La erudición derivada de las Escrituras y de todos los Vedas será totalmente inútil si no les ayuda a llegar hasta los Pies del Señor.