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Discursos dados por Sai Baba

52. 14/11/65 La fuente continua

La fuente continua

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14 de Noviembre de 1965

Escuela Superior

Hindupur

Me alegro de haber venido a este nuevo Colegio y de ver a estos estudiantes que serán los constructores de la India en años veni deros. La virtud es la fragancia de las flores que produce el árbol de la vida. Las personas educadas deben distinguirse en la sociedad por su estricta adherencia a la virtud, no por métodos más hábiles de escapar a las consecuencias del vicio. Ahora la educación se busca más para asegurar un medio de ganarse la vida: la intención de muchos padres y de sus hijos es aprender alguna destreza que le dé un buen trabajo, en una fábrica o comercio o banco con un salario decente. Está claro que el hombre debe vivir, y vivir cómo damente, así que es necesario que domine alguna destreza útil, pero necesita cosas mucho más satisfactorias, mucho más esenciales que la comodidad. Debe tener fe en sí mismo para poder respetarse a sí mismo. Esta autoconfianza está en la raíz misma de la alegría.

En la India, la educación que lleva al conocimiento del Atma y a la fe en ella ha sido perfeccionada desde edades remotas. Y esa educación enseña un sentido apropiado de los valores, dando al mundo objetivo una importancia relativa durante un período de tiempo y para fines transitorios, y alentando al hombre a atenerse a las disciplinas que confieren paz interna. El principio del Atma (Atmatatva) otorga amrita (inmortalidad); el principio del cuerpo (dehatatva) es anrita, inválido, y, por lo tanto, no puede dar ninguna bienaventuranza. El hombre no es una especie evolucionada de mono; es un hijo de aquella Entidad inmortal. Es por eso que él se niega a aceptar que la muerte sea su fin; es por esto que se esfuerza por perpetuarse eternamente. El anhelo por escapar a la muerte es muy intenso en el hombre; él no cree que sea una burbuja que puede ser pinchada y puesta fuera de existencia por la casualidad.

El sistema de educación debe ser reformado con el fin de que los niños de esta tierra puedan crecer como los visionarios y sabios de an taño, para entregar a los hijos e hijas de la Madre India la preciosa herencia que el mundo entero está también ansioso de compartir.

La importancia de los rituales, la caridad, las austeridades, la ecua nimidad, la práctica espiritual, el autocontrol; el significado de las grandes sentencias (mahavakyas) engastadas en los Vedas, de los tres Yogas –el yoga de la devoción, el de la acción desinteresada y el de la sabiduría– tal y como fueron descritos en el Gita; de las naturalezas divina y demoníaca; todos éstos y muchos más de los fundamentos de la cultura india deben ser enseñados a los niños en las escuelas; los estudiantes deben ser alentados a practicarlos para su propio bien como para el bien del país.

El Director me pidió que bendijera a todos los candidatos que se han presentado a los exámenes para que todos puedan pasar. Mis bendiciones están con ellos; pero yo no considero que aprobar los exámenes tenga tanta importancia. Esta escuela se ha iniciado con una gran donación de cien mil rupias hecha por un comer ciante de este lugar. Demuestren por su disciplina, carácter, es píritu de sacrificio y otras cualidades que no lo ha hecho en vano. Hagan que sea feliz, que la institución que él ha fundado sea una fuente continua y segura de trabajadores honestos, eficientes y confiables, que hagan crecer la gloria de la India en el campo espiritual también.

Ésta es la tierra en la que los Upanishads llaman a los estudiantes a adherirse a la verdad, a seguir el Dharma y a reverenciar a sus padres y maestros. Si ustedes aprendieron esas grandes lecciones, entonces no habrá ansiedad y dolor; pero ahora los padres son ignorados y hasta negados. ¿Cómo puede una nación que no re verencia a aquellos que lo merecen, ser reverenciada a su vez?

Si el maestro no es escuchado con el respeto debido a su edad y logros, ¿cómo pueden los estudiantes aprender de él los ideales con base en los cuales deberán trazar sus propias vidas? La verdad y la conducta recta son los dos rieles sobre los cuales marcha la locomotora de la nación; si se abandona la verdad, prevalece el caos; si se abandona la rectitud, la fuerza bruta impera.

Así que, ténganlos o no en el programa, estudien los principios internos del Sanathana Dharma que les enseñan sus mayores y sus maestros; emprendan por lo menos los primeros pasos de la práctica espiritual como son el silencio, el recitar el nombre de Dios, leer las escrituras, etc. Eviten las formas de recreación que les hacen perder el tiempo y son dañinas; mantengan su buena salud por medio de la moderación; vuélvanse dignos hijos e hijas de su Madre Patria.

Hindupur, Escuela Superior, 14-XI-65