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Discursos dados por Sai Baba

34. 13/07/65 La fuente de la alegría

La fuente de la alegría

La fuente de la alegría

13 de Julio de 1965

Prashanti Nilayam

Gurú Purnima

Este día es sagrado. Es el día en el cual honramos a Vyasa, quien dio a la humanidad la preciosa gema de la adoración de Saguna(1) y la esperanza y la seguridad de que manava (el hombre) puede volverse Madhava (Dios), de que nara puede volverse Narayana, de que el jiva (alma individual) puede fundirse en Brahman. El Bhagavata y el Brahmasutra son los grandes textos que sustentan estas valiosas doctrinas.

El hombre es una unión de dos hilos de la misma sustancia, de maya (la materia) y de Madhava, de moha (la ilusión) y de Rama, de deha (el cuerpo) y Dehi (el morador en el cuerpo), sariram y Sariri, el cuerpo perecedero y la chispa divina que lo sostiene, de jada (lo inerte) y Chit (la conciencia), de jiva y de Brahman. Lo mismo que las dos piedras circulares del molino, la que representa a Brahman es fija, mientras que la que representa al jiva da vueltas.

La que está firme es la base: la que gira es la “dependiente”. El gurú es el maestro que remueve la ignorancia fundamental que nos esconde el conocimiento de esta verdad. El Día de Purnami o de Luna Llena ha sido establecido para reverenciarlo, pues el efecto del conocimiento es poner fin a la agonía y en su lugar derramar refrescante consuelo en la mente del hombre. Vyasa es reverenciado como Narayana mismo, pues ¿quién si no Dios puede inspirar tal iluminación?

Si su lealtad es para su familia, son sirvientes de su familia; si es para Dios, son sirvientes de Dios. Pero no se preocupen por el salario que él da. No discutan y regateen por un salario o recompensa.

Sólo los trabajadores contratados claman por los salarios y declaran que son bajos. Sean como un pariente, un miembro de la familia, un descendiente de Dios; entonces, le corresponderá a él mantenerlos con comodidad. Traten de estar cerca de Dios, tan cerca como su propio pariente; no cuenten el número de horas que han ocupado en servirlo, quejándose de que él no los ha recompensado.

Estén siempre a su servicio, o sea, haciendo el bien y siendo buenos.

Karna sabía que la muerte estaba siempre a la vuelta de la esquina y por eso, siempre que alguien se le acercaba buscando algún fa vor, no importaba cuán difícil fuera, él lo satisfacía de inmediato, sin demora, pues, como decía, «mi mente puede cambiar, mi vida puede acabar». La gente, cuando se encuentra, se pregunta:

«¿Kshemama?» (¿Cómo estás?); y el otro responde automáticamente:

«Muy bien, gracias», sin darse cuenta de que su vida se ha reducido un día. Más bien, no tiene kshema (bienestar) y ha aumentando su kshena (declinación). Por lo tanto, levántense y resuelvan aprovechar al máximo los días que les quedan.

El gurú es la persona que descubre que han caído por un camino errado que los lleva más a la oscuridad, pues él conoce el camino correcto y está lleno de amor para todos los que tratan de escapar de la oscuridad, sin lámparas para alumbrar sus pasos. Éste es el día en el cual se recuerda al Primer Gurú con gratitud. A él se le llama Narayana porque Narayana es la realidad, y si no logran obtener un gurú en el mundo exterior, si oran, el Narayana dentro de ustedes les revelará él mismo el camino y los guiará. Siempre es preferible ser impulsado por ese gurú interno, porque la mayoría de los que proclaman pertenecer a este estado están ellos mismos revolcándose en los placeres o están esclavizados por la codicia, la envidia o la maldad. Gurú también significa “pesado”. ¡Y muchos tienen sólo la calidad de peso físico, no de altura espiritual! Si quieren llevar la electricidad desde la planta hasta su casa para iluminarla, tienen que instalar postes a intervalos regulares y conec tar la instalación de su casa con la planta por medio de cables.

Así también, si van a ganar la gracia de Dios, hagan prácticas espirituales a intervalos regulares y conéctense con Dios por medio del cable de la recordación del nombre divino.

Los Charvakas arguyeron que un pájaro en mano vale más que dos en el bosque. Dijeron que el placer que se tiene ahora no debe ser abandonado con la esperanza de obtener algo en el futuro si lo primero es abandonado. Pero la felicidad del renunciamiento puede ser disfrutada aquí y ahora, y es mucho más sostenedora e ins piradora que la felicidad derivada de la posesión y el apego.

Además, se siente una cierta felicidad en ser el amo de los sentidos más bien que su esclavo. Ahora son esclavos del hábito del café.

Resuelvan no complacer más a ese apego y mantengan esa resolución durante tres días continuos. Se volverán el amo y la lengua su esclava. El café ya no podrá dominarlos. Si el café fuera capaz de dar alegría, todos deberían poder obtenerla de él en igual medida. Pero algunos prefieren el té y muchos lo encuentran de sagradable; algunos disfrutan tomándolo sin azúcar y otros, sin leche; de modo que es la mente la que da el placer y no el café, no es el objeto el que satisface a los sentidos.

El secreto está en descubrir la fuente de la alegría interna; ésa que nunca falla, siempre plena, siempre nueva, pues viene de Dios.

¿Qué es el cuerpo? No es sino el Atma envuelta en cinco koshas, o envolturas: la compuesta de alimento (annamaya), la compuesta del aliento (pranamaya), la hecha de pensamientos (manomaya), la formada de inteligencia (vijñanamaya) y la compuesta de bienaventuranza (anandamaya). Mediante una reflexión constante sobre estas envolturas, el aspirante logra el discernimiento que le permite ir avanzando de lo externo a lo interno y lo más real. Así, paso a paso, abandona una envoltura tras otra y es capaz de disolverlas todas para lograr el conocimiento de su unidad con Brahman.

La mayoría de ustedes me han oído decir estas cosas una y otra vez, año tras año, pero pocos dan el primer paso en la práctica.

Me piden que siga hablando y toman notas de lo que digo con el fin de volverlas a leer. Pero sin práctica, esto es pura pérdida de tiempo. Pueden hablar en un estilo muy pomposo, pero serán juzgados no por su habla sino por sus actividades y actitudes. Había una señora que asistió a una serie completa de discursos sobre el Bhagavata y sólo captó y aprendió algunos clichés. Se volvió muy perezosa in cluso para sacar agua del pozo y dormía hasta muy tarde.

Cuando su esposo la regañaba ella citaba algún versículo que decía que uno tiene en sí todos los ríos sagrados, el Ganges, el Yamuna y el Sarasvati, en la forma de los tres conductos nerviosos, Ida, Pingala y Sushumna (los tres canales que suben por la columna vertebral). El esposo, pasmado ante su descaro y su pose pseudoespiritual, se las arregló para alimentarla con comida muy salada y quitó todos los recipientes y jarras de agua de la casa.

Cuando empezó a sufrir una aguda sed y le pidió agua desesperadamente, él le citó el mismo verso y le aconsejó que sacara el agua de los ríos Ganges, Yamuna y Sarasvati que tenía dentro. No deben dar lugar a la hipocresía en los asuntos espirituales; allí deben ustedes andar por el sendero recto y estrecho, con la verdad y el amor como sus guías y compañeros.

Hay jóvenes que van a otros países y sus ancianos padres se preocupan por sus reacciones ante los atractivos de las culturas extranjeras.

El padre le escribe al hijo rogándole que no abandone los hábitos familiares en la comida y la bebida, la adoración y la oración; al hijo se le llenan los ojos de lágrimas al leer la carta y la aprieta contra su pecho, pero eso es todo. Cede a la tentación y se descarría. Le rinde honores al papel en el cual está escrita la carta, pero no al asunto por el cual la carta fue escrita. Los libros sagrados son adorados de la misma forma; se derraman flores sobre ellos, incluso el alimento es santificado al serle ofrecido, son llevados en procesión con pífanos y tambores precediéndoles a lo largo de las calles, pero leerlos o tratar de comprender lo que contienen, o siquiera practicar un poco aquello para lo cual fueron escritos, ¡es tarea imposible para la mayoría! Voy a decirles sólo una cosa que enseñan esos libros, una cosa que yo quiero que ustedes tomen la resolución de seguir en este día del Festival del Gurú: «No les busquen faltas a los demás, abandonen la violencia, la crítica y la burla a los demás, no difamen a nadie, no sientan envidia o mala voluntad. Sean siempre dulces de carácter y de habla. Llenen su conversación de devoción y humildad».

Vivan con amor, en amor, por el amor. Entonces el Señor, que es la propia personificación del amor, les otorgará todo lo que necesitan sin que se lo pidan. Él sabe; él es la madre que no espera a escuchar el llanto del niño para alimentarlo. Su amor es vasto y profundo; él se anticipa a cada necesidad y acude veloz con la ayuda que deben tener. Todos están esperando ansiosamente saber cuándo voy a otorgarles la “entrevista” para que puedan poner delante de mí la larga lista de deseos que han traído aquí. Estos deseos siguen multiplicándose, nunca terminan, la satisfacción de uno conduce a una nueva serie. Esfuércense por llegar a la etapa donde cuente sólo su voluntad y ustedes sean un instrumento en sus manos.

Los oídos disfrutan de la maldad, no reciben a la bondad con beneplácito: así están de deformados y corrompidos. Hay diferentes tipos de “escuchas”: los del tipo arcilla, que se ablanda cuando se le añade agua, pero cuando ésta se evapora, se vuelve dura como antes; la mente de esas personas se vuelve blanda cuando escuchan discursos religiosos, pero cuando se van, se pierde el efecto. Luego está el tipo corneja: no importa lo mucho que les puedan enseñar para que mejoren su voz y canten, no tratan de mejorar ni pueden hacerlo; siguen graznando tan roncamente como antes. Luego hay el tipo mosquito, que los molesta en el momento mismo en que preferirían tener una hora de silencio. No puede ser alejado; ataca una y otra vez, disfrutando de causar daño.

No alienten estos deseos bajos; controlen lo que escuchan. Las gopis querían escuchar sólo acerca de la gloria de Krishna, del encanto de Krishna, de sus palabras y bromas, de sus juegos, pasatiempos y proezas.

Si se llenan de amor por Krishna, lograrán Sarupya, la identificación con la forma, y Sayujya, la fusión con Dios. Hagan esfuerzos por lograr esta consumación, no por victorias menores.

Prashanti Nilayam, Gurú Purnima, 13-VII-65 (1) Dios con atributos, el principio divino materializado.