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Discursos dados por Sai Baba

32. 23/05/65 El nuevo año de la fe

23 de Mayo de 1965

Mallesvaram

El Año Krodhin se ha ido y el Año Vishvavasu ha llegado; y la gente se regocija con el Año Nuevo. Bien, ¡cuántos Krodhines se han ido y cuántos Vishvavasus han llegado desde que se les pusieron nombres a los años y aun antes de eso!, ¡cuántos siglos y milenios han transcurrido en la historia del hombre! Sin embargo, de nada sirve mirar hacia atrás el camino recorrido; el deber de uno es ver el camino por delante y seguir hacia la meta. Krodhin está relacionado con krodha o la ira, y Vishvavasu con vishvasa o la fe. La falta de fe es la que hace que uno se enoje y se deje llevar por accesos de ira; falta de fe en uno mismo y en otros. Si se ven como realmente el Atma invencible y a los demás como reflejos de ustedes mismos, como lo declaran los Shastras, entonces no puede haber ninguna provocación que los enoje. La resolución que deben hacerse para el Año Nuevo es manifestar su realidad cada vez más; es decir, revelar más y más su divinidad.

El karma es la semilla de la cual brota el individuo (jivi); el individuo se siente separado y limitado debido a la ilusión creada por el karma o actividad. Como sea la actividad, así será la consecuencia. Si es buena, la consecuencia tenderá a atraerlos hacia los medios de liberación, es decir, hacia las prácticas espirituales y pensamientos sagrados. Así como los tres hermanos menores seguían los pasos del mayor, Rama, así las otras tres metas humanas (purushartas) deben servir a las exigencias de la mayor, de la primera, a saber, la meta del Dharma.

El Dharma que incluye a todo lo demás consiste en que la acción debe estar conforme a la palabra. No digan una cosa y hagan otra; no aconsejen a otros algo que ustedes no practican. No prediquen nada sin antes practicarlo ustedes mismos. Había un hombre llamado Ranjodh que andaba por allí exponiendo el Gita, alabándolo como la palabra auténtica de Dios. Al final de su discurso pasó con un cuenco para recoger sus contribuciones de dinero; de repente se levantó un hombre de entre los reunidos y le recordó que el Señor había hablado mal de la aceptación de ayuda (parigraha) de otros. Sí, el Gita recomienda no aceptar ofrendas y aquellos que envían listas para suscripciones y recepción de donativos a cambio de los discursos sobre el Gita o que regatean por honorarios por lo mismo, están comportándose contrariamente a las órdenes expresas del Señor, cuyas palabras quieren explicar. ¡Esto es hipocresía!

Sólo aquellos que sientan que Dios es lo más elevado tienen el derecho de construir un templo para él; si son sirvientes del rey y si se inclinan ante él y lo tratan como su amo, deben construir el templo al rey y no a Dios, que no tiene su lealtad total. Primero, fijen su devoción exclusivamente en Dios, piensen en servirle. Si recolectan dinero de todos e invitan hasta a un ministro para inaugurar el templo, entonces sólo se están revelando como hombres mundanos dedicados a asuntos mundanos. Afirmen bien su mente, entonces su razón también será firme. Sin esa ecuanimidad (shanti) no pueden obtener ningún contento, como cantaba Thyagaraja por experiencia. Muchas de las personas que dan discursos sobre el Gita no tienen ellas mismas ninguna paz; se deleitan en sostener controversias, y retan a sus rivales a que vengan y disputen con ellos; exhiben sus victorias y títulos, ostentan sus triunfos ante todos sus rivales posibles. Todo esto es muy egoísta. Estas personas no han dominado ni siquiera el abecedario de la práctica espiritual, y sin embargo, esperan que la gente se siente a sus pies y aprenda de ellos el secreto para salvarse de la esclavitud, esos débiles de carácter que están ellos mismos atados de pies y manos.

No importa lo que ustedes hagan o no, pero por lo menos hagan lo siguiente: conozcan al Señor que reside en ustedes. Reconózcanlo, dejen que se manifieste en y a través de ustedes. Esto es lo que el shastri Varanasi Subrahmanya quería decir cuando habló del mérito (punya) y del Dharma. Él dijo que el jefe de familia, que es el pilar de la sociedad, había olvidado su responsabilidad y sus oportunidades y así, toda la estructura de la sociedad se había desmoronado. Desde luego, lo que el dijo es correcto, pero yo debo añadir a eso la cuarta orden, la orden de los renunciantes (sanyasines), que se ha deteriorado enormemente, tanto, que la reverencia que antes era el derecho natural del sanyasin ahora ha desaparecido. El sanyasin debe vivir con rigor y gran autocontrol. Hoy en día ha caído de esa altura y, así, ha perdido el respeto. Claro está, todavía los hay que se adhieren estrictamente a las rigurosas reglas y son modelos de vida ascética. Sólo que deben buscarse. Los sanyasines que los buscan a ustedes y a su patrocinio son más mundanos que ustedes mismos.

La falta se halla fundamentalmente en la incomprensión de que este cuerpo y todas las cosas relacionadas con él son impermanentes. Cuando el rey Bhartrari se lamentaba por la muerte de su reina y lloraba sobre su tumba, un viejo se apareció delante de él todo afligido, llorando tan fuertemente como el rey mismo. Su tragedia se debía a que una vasija de barro que él había tenido por mucho tiempo se había roto. Bhartrari le dijo que de nada servía llorar sobre una vasija rota y que ninguna cantidad de lágrimas la volverla a hacer de una pieza. El viejo, quien no era otro que su propio primer ministro, le dijo a su vez que una persona que creía que llorar podría traer a los muertos de vuelta a la vida no tenía ningún derecho de decirle que su vasija no podía volver a ser entera de nuevo. Esto ayudó a que volviera algo de buen sentido a la cabeza del rey y se consoló. Cuando lloran por los muertos sólo están anunciando su colosal ignorancia.

Deben valerse de su inteligencia para descubrir lo que es mejor bajo las circunstancias y en la situación del momento, considerando la posición y la profesión que han logrado. El barbero no debe tratar todas las cosas por igual y usar su navaja para pelar vegetales, cortar lápices, papel, bambú y barbas. Cada instrumento tiene sus propios usos y fines especiales; cada hombre tiene algunas destrezas y responsabilidades particulares. El rajá debe tratarse como un rajá y el campesino como un campesino. Los peces pueden vivir sólo en el agua y no en la leche; mantengan a los peces en agua y no en leche, arguyendo que la leche es más espesa y valiosa.

Aunque en principio todo es Brahman, al tratar las cosas en la actividad diaria no pueden seguir la línea no dual. Lo que debe haber es no dualidad en la conducta, en vez de no dualidad en la acción, es decir, que se debe tener fe en la unidad de todo, aunque la actividad externa puede ser diferente para entidades diferentes. La actividad no debe producir mella en la fe de la unidad. En el cielo no quedan huellas aunque las nubes, las estrellas, el sol y la luna, todos, parecen estar pasando por él. Así también, dejen que miles de ideas pasen por su mente, pero hagan que ésta se quede inafectada y serena. Kabir no tuvo qué comer durante tres días y le agradeció a Dios haber tenido la ansiada oportunidad de observar un ayuno como ritual. A Ramadas lo metieron en la cárcel y él agradeció a Dios que le permitiera tener un lugar donde poder meditar sobre Él sin que lo perturbaran. Ésa es la actitud del santo, del amado de Dios. Shivaji mandó traer un palanquín para Tukaram, pero éste rehusó el honor diciendo que no estaba listo todavía para ser llevado en los hombros de cuatro personas.

Las virtudes (sadgunas) son como las vacas que dan saludable leche. Los vicios son como tigres que caen sobre las vacas y las destrozan en pedazos. Si construyen una barricada, un fuerte, con el nombre del Señor, el tigre no podrá hacerles daño ni a ustedes ni a sus virtudes.

Bangalore es la capital del pueblo Kanada y Mallesvaram es como si fuera la cabeza de esta ciudad. Aquí se tiene un grupo de bhajans que está celebrando las funciones relacionadas con la Gran Conferencia de Sabios de Prashanti, la rama de Kanada. Aprovechen al máximo esta oportunidad. Estén alerta con aquellos que usan mi nombre para recolectar dinero y para actividades que empañan su derecho a ser llamados devotos. No les crean; donde se comercie con dinero, ahí no estoy yo.