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Discursos dados por Sai Baba

12. 22/03/65 Dharma y dharmashala

22 de Marzo de 1965

Templo de Changalamma, Sulurpet

La India antigua sabía que el secreto de la paz reside en el servicio y en el amor hacia todos los seres. La cultura de esta tierra proclamaba que la mejor forma de servicio era proteger a los practicantes del bien, a los sabios y a los aspirantes espirituales. No menosprecien a los servidores de Dios, no obstruyan la caridad de los generosos, no desanimen el estudio de las escrituras, aun cuando no promuevan directamente ninguna de éstas; ésa es la lección que se enseñaba en esta parte de la tierra.

La paz no se puede asegurar acumulando bombas atómicas, ni por el acopio sistemático de armamentos. Si no se elimina el odio del corazón y se implanta el amor en él, el terrorismo y antiterrorismo solos no pueden establecer cordialidad y armonía. Compran unos cuantos porotos y exigen que les den, extra, una calabaza. Su esfuerzo es mínimo y su expectativa de recompensa tan gigantesca. ¿Cómo puede realizarse este deseo de paz? Poco se hace para eliminar de la mente el odio, pero cada quien espera la paz internacional mañana mismo a primera hora.

En la actualidad, todos andan detrás de la comodidad. La búsqueda de trabajos cómodos y de posiciones de influencia; el emprender negocios y construir casas; todo esto manifiesta su deseo de vivir felizmente. Pero no hay anhelo de vivir en paz. De hecho, la comodidad no es anhelar vivir en paz. Éstas se confunden. Nadie que sea rico o esté bien acomodado o sea próspero y poderoso tiene paz. Pueden investigarlo y averiguar por si mismos la verdad de esto. La paz no se encuentra en la cuenta de ahorros ni en la mansión de muchas habitaciones ni en la tienda ni en las cajas fuertes. Su actitud está equivocada.

Es absurdo poner la carreta delante del caballo. Lo físico está subordinado a lo espiritual. El cuerpo es la carreta y el espíritu es el caballo. Claro, la carreta debe conservarse en buenas condiciones; el vicio arruina el cuerpo y lo hace inadecuado para la jornada de la vida. La mente es el caballo y éste está mal preparado para el viaje. Está hambriento. En esta tierra preciosos años dé la vida se desperdician en acciones inútiles a pesar de que Mira, Jayadeva, Valmiki, Thyagaraja, Ramadas y Thukaram, con su intenso anhelo y fortaleza mostraron el sendero para la realización de la felicidad permanente.

Las cuatro grandes sentencias o mahavakyas que los Vedas proclaman, anuncian que todo esto es Brahman, una sustancia unitaria y uniforme que aparece como múltiple sólo ante el ojo enfermo. Ustedes deben afirmar: "Aham Brahinasmi", "yo soy Brahman", entonces, se transmutarán en hijos de la inmortalidad pero ahora, como dicen "Aham Dehasmi", "yo soy el cuerpo", o delta (la combinación de los cinco elementos, que un día se desintegrará en esos elementos), se degradan a sí mismos volviéndose hijos de la ilusión. Esa actitud produce dolor, es la raíz del descontento. La gente que vive en cuartos con aire acondicionado no tiene frescura en su corazón; los que residían en las cuevas del bosque sí la tenían. No es la temperatura externa lo que cuenta; es la condición interna.

Aquí, el Poder Supremo o Mahashakti en el nombre y forma de Changalama (deidad local) está establecido y es evidente. Yo estoy colocando esta primera piedra para un asilo religioso o Dharmashala para los peregrinos que vienen a adorarla. Esto es significativo, porque yo nunca ejecuto ningún acto por casualidad. Cada acto mío tiene un profundo significado. Este templo y este asilo están destinados a servir cada vez más a la humanidad. Éste es el significado del establecimiento de los templos y las instituciones de servicio relacionadas con ellos.

Este edificio se denomina Dharmashala, un salón de Dharma, una escuela de Dharma. No debe ser simplemente un alojamiento gratuito para peregrinos. Debe tener una atmósfera dhármica que inspire a los peregrinos. El templo infundirá el Dharma del Atma, llevando al peregrino hacia dentro de sí, a la búsqueda del Poder Supremo (Mahashakti) que está detrás de las facultades del deseo o ichashakti, de la acción o kriyashakti y del intelecto o jñanashakti, con las cuales el hombre está dotado.

El Dharmashala debe inspirarlos a profundizar su fe en el Vritidharma, el código moral que regula y sublima su profesión; en el Varnadharma, las restricciones y reglamentos que tratan de canalizar sus impulsos e instintos hacia campos específicos según su lugar en la sociedad; en el Ashrantadharma, las disciplinas establecidas para el florecimiento de la conciencia espiritual durante las cuatro etapas de la vida: como estudiante, como jefe de familia, como anacoreta y como renunciante; en el Visheshadharma, código de conducta recomendado para sadhakas y otros que están en misiones especiales, y en el Samanyadharma o Dharma relativo al parentesco que el hombre debe observar en su calidad de ser humano para con les demás seres humanos. Esto hará que el nombre de Dharmashala sea verdaderamente apropiado. Dharma es la senda por la cual el poder divino en el templo de su corazón se puede liberar, experimentar y realizar; sin adhesión al Dharma esto nunca puede suceder.

El Dharma purifica la mente y los conduce a Dios. Crea un gusto por el nombre y la forma de Dios. Cuando aman el nombre y la forma de Krishna naturalmente respetarán y obedecerán el mandato o ajna de Krishna que se describe en el Bhagavad Gita. Tengan el nombre en la lengua y la forma en el ojo y el demonio llamado asha, el deseo sin fin, volará, de su mente, dejando gozo y contento en ella. Este constante morar en el Dios interno promoverá en ustedes el amor por todas las cosas. Entonces verán sólo lo bueno en los demás, se esforzarán solamente por hacer el bien a otros.

Ahora, todas las cosas han aumentado de valor; sólo el hombre se ha desvalorizado. Dotado de las costosas gemas de la razón, el discernimiento y del desapego, el hombre ha permitido que se le escapen y, en consecuencia, está acosado por la más extrema pobreza. Se ha rebajado más que los animales; debido al tremendo aumento de la cólera, del odio y de la codicia se le mata por millones sin ningún escrúpulo; ha olvidado su unidad con todos los hombres, con todos los seres, con todos los mundos. Sólo la contemplación de esa unidad puede establecer la paz mundial, la paz social y la paz individual. Todo otro esfuerzo es inefectivo y vano, como verter dulce y perfumada agua de rosas en un montón de cenizas. Bendigo todos los esfuerzos que hagan por construir la paz sobre este fundamento del conocimiento supremo de la unidad átmica.

Deben organizarse reuniones como ésta para difundir el mensaje de la Gran Asamblea de Sabios de Prashanti con el objeto de que puedan conocer la verdad y realizarla en sí mismos. Como Kumararaja dijo al principio, traten de practicar en su vida diaria al menos una o dos de las cosas de que les acabo de hablar. Cumplan con todos sus deberes diarios con Dios en su corazón como testigo. Esta reunión es como una gran inundación que ha venido de los cuatro puntos cardinales; da la seguridad de que el Sanathana Dharma ( la religion eterna ) ciertamente florecerá con esplendor en esta tierra. Enseña al hombre a investigar la verdad acerca de sí mismo y del mundo. ¿No es esto lo más apropiado que el hombre pueda hacer? ¿Qué hay de malo en urgir al hombre a comprometerse en esta tarea? ¿Es sólo la ignorancia lo que los mantiene alejados de ella? Comiencen ahora, con el primer paso; el namasmarana, la repetición del nombre del Señor, el morador universal interno; eso los conducirá a etapas más elevadas, hasta que alcancen la meta.