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Discursos dados por Sai Baba

09. 28/06/08 Emprender Rama Chintana

EMPRENDAN LA CONTEMPLACIÓN DE RAMA

EMPRENDAN LA CONTEMPLACIÓN DE RAMA

28 de Junio de 2008

Sai Kulwant Hall – Prasanthi Nilayam

Día de Rama Navami

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¡Encarnaciones del Amor!

Los siete días de cantar el divino nombre de Rama (Ramayana Saptaha) se han llevado a cabo con gran alegría y devoción durante estos últimos siete días. Todos participaron en este gran evento. Los purohitas o sacerdotes que condujeron el Saptaha, con gran devoción y sinceridad, y los oradores de diferentes partes que participaron en él hicieron del evento un gran éxito. El señor Setty que organizó esta función hizo varias arreglos para los sacerdotes y devotos que hicieron felices a todos y cada uno.

La constante contemplación del Ramayana y el cantar la gloria del Divino Nombre de Rama confieren bienaventuranza, paz y prosperidad a todos y cada uno. Hay dos maneras de contemplar en el divino nombre y cantar su gloria – el sadhana o práctica espiritual individual y el sadhana colectivo. De los dos, el sadhana colectivo es mejor. Fue Guru Nanak quien inició la práctica del canto grupal de la gloria del divino nombre. De hecho, el cantar individual del Divino Nombre no es suficiente. Si miles de personas se unen y cantan la gloria del Divino Nombre a una voz, las oraciones de por lo menos uno a dos individuos conmoverán ciertamente a la Divinidad. Por lo tanto, es mejor seguir el método colectivo. Dondequiera que se encuentren, canten la gloria del divino nombre de Rama en un grupo. La contemplación en el Ramanama confiere paz y felicidad. Es un sadhana universal.

El nombre ‘Rama’ no está limitado a una forma particular. Mora en cada individuo como el ‘Atmarama’. El Atma que mora en cada individuo recibe el nombre de ‘Rama’. Por ende, desde los niños hasta lo adultos, cada uno tiene que emprender el sadhana de la constante contemplación del Nombre de Rama. A menudo vemos hasta personas ciegas contemplando el Ramanama, diciendo ‘Rama’, ‘Rama’. Sólo el nombre divino puede conferir paz y felicidad. Nada más, ni siquiera la riqueza y los bienes, pueden traer felicidad y paz. La constante contemplación del Divino Nombre puede remover todas las preocupaciones.

“El nacer es una preocupación;

El vivir en esta tierra es una preocupación;

El mundo es una fuente de preocupación;

La muerte también es una fuente de preocupación;

Todas las acciones y dificultades causan preocupación;

La devoción a Sri Rama es la panacea por todas las preocupaciones.”

(Poema en telugú)

Por ende, emprendan el Ramachintana o la contemplación en el Divino Nombre de Rama, dondequiera se encuentren rodeados de preocupación. El Ramanama ha estado en el corazón de la gente desde eones.

En el Treta yuga, el Rey Dasharatha de Ayodhya ansiaba tener hijos para continuar la dinastía Ikshvaku y llevó a cabo un sacrificio (yajña) llamado ‘Putra Kameshti Yaga’ rogando por la bendición de un hijo. El Rey Dasharatha tenía tres esposas – Kaushalya, Sumitra y Kaikeyi. Él había tenido una hija llamada Santha de Kaushalya a quien él dio en adopción a su amigo. Ella se casó con el Sabio Rishyashringa. El Putra Kameshti yaga se llevó a cabo bajo la guía de esa pareja. A la conclusión del yaga, Agni Deva, el dios del fuego emergió del sagrado hogar con una vasija que contenía payasam, un sagrado budín. Él se lo dio a Dasharatha para ser distribuido en partes igual entre sus tres esposas. Kaushalya y Kaikeyi recibieron su parte del budín felices y lo llevaron a sus cuartos de oración. Ambas estaban muy felices por el hecho de sus hijos por nacer iban a ser el posible heredero del trono de Ayodhya. Sus reivindicaciones parecían ser genuinas puesto que Kaushalya era la reina mayor y el padre de Kaikeyi, en el momento de su matrimonio con el Rey Dasharatha, le había sacado la promesa de que el hijo por nacer de ella sería hecho rey de Ayodhya. Dasharatha no podía renegar de su palabra, según la tradición de la familia Ikshvaku.

Por su lado, Sumitra no tenía tal deseo. Ella llevó su tazón de budín a la terraza y lo colocó en el parapeto mientras se secaba el pelo al sol. Ella estaba en un humor pensativo pensando que no serviría comerse el budín ya que su hijo por nacer no tendría ningún derecho al trono como los de Kaushalya y Kaikeyi. Mientras estaba así contemplando el futuro, un águila se abalanzó y se llevó el tazón que contenía el sagrado budín. Ella quedó estupefacta y perturbada temiendo la reprimenda que tendría que enfrentar de su esposo por ser descuidada. Ella en seguido bajó e informó a Kaushalya y Kaikeyi acerca de lo que había sucedido. Ellas abrazaron a Sumitra y la consolaron diciendo, “Hermana, ¿por qué estás tan preocupada? Nosotras tres somos una y compartiremos nuestra porción de budín contigo”. Diciendo esto, trajeron sus tazones y vertieron alguna cantidad de budín de cada uno de sus tazones en otro tazón y se lo ofrecieron a Sumitra. Al contrario de los tiempos actuales, solía haber perfecta armonía entre las mujeres en aquellos días. Así, las tres reinas alistaron sus tazones de budín sagrado y los llevaron al Sabio Vasishta y obtuvieron sus bendiciones. Posteriormente, ofrecieron sus saludos al rey Dasharatha y contentas, se comieron el sagrado budín y las tres reinas quedaron embarazadas.

Al debido tiempo, Kaushalya, la reina mayor, dio a luz un hermoso bebé varón que nombraron Rama, el Atma Universal encarnado en el útero de Kaushalya. Fue llamado ‘Rama’, lo que significa ‘aquel que hace a todos y cada uno felices’. Kaikeyi también dio a luz a un varón, que nombraron Bharata. Sumitra, por su lado, dio a luz a dos hijos que nombraron Lakshmana y Shatrughna. Lakshmana nació de la porción de budín dada por Kaushalya y Shatrughna de la dada por Kaikeyi. Por esto, Lakshmana siempre seguía a Rama mientras que Shatrughna seguía a Bharata.

Los dos hijos de Sumitra, Lakshmana y Shatrughna, lloraban todo el tiempo, día y noche sin comer siquiera algo. Sumitra no podía soportar el sufrimiento de los infantes. Ella fue con el Sabio Vasishta y le explicó su situación. El Sabio Vasishta cerró los ojos y meditó por un tiempo. Su visión yóguica le permitió darse cuenta de la verdad. Él le explicó a Sumitra: “Puesto que tu comiste del budín sagrado dado por Kaushalya, tú diste nacimiento a Lakshmana quien es un amsa (parte) de Rama. Similarmente, Shatrughna nació de la porción de budín dada por Kaikeyi. Así que es una parte de Bharata. Entonces, pon a Lakshmana al lado de Rama y Shatrughna al lado de Bharata. Así, se quedarán tranquilos.” Tan pronto como Sumitra hizo lo indicado, los bebés se quedaron quietos. Con el pasar de los años, los cuatro hermanos crecieron felices juntos.

Regresemos a la historia del águila llevándose el tazón que contenía el budín sagrado que Sumitra había puesto en el parapeto mientras secaba su pelo al sol. El águila se llevó el tazón y lo dejó caer al suelo en un lugar en el cual Anjanadevi estaba meditando en una región montañosa. Ella agarró el tazón y, feliz, se comió el sagrado budín contenido en él. Como resultado de esto ella dio a luz al gran héroe del Ramayana, a saber, Hanuman.

Mientras Rama y Lakshmana iban por la cadena de montañas de Rishyamuka durante su búsqueda de Sita, Hanuman se acercó a ellos por órdenes de Sugriva, el rey de los Vanaras. Después de averiguar el propósito de su búsqueda, Hanuman los llevó con Sugriva y se los presentó. Él persuadió a Rama de que buscara la amistad y ayuda de Sugriva en su búsqueda de Sita. El voto de sempiterna amistad fue solemnizado en el presencia de un fuego ritual.

Sugriva entonces trajo un bulto de joyas envueltas en una tela que Sita había tirado del Pushpaka Vimana, el vehículo celestial de Ravana, cuando éste la llevaba a Lanka. Sugriva colocó el bulto delante de Rama a fin de que las joyas fueran identificadas como pertenecientes a Sita. Rama llamó a Lakshmana a su lado y le ordenó identificar las joyas. Lakshmana al ver las joyas expresó su incapacidad diciendo “Oh Rama, pido tu perdón; yo no conozco ninguna joyas llevadas por la Madre Sita. Sin embargo, puedo identificar sus ajorcas para los pies puesto que yo me postraba a sus pies diariamente para hacerle mi reverencia”.

Durante la estada de Rama y Sita en una ermita construida por Lakshmana en la región de Panchavati, un día, a petición de Ravana, Maricha, el demonio, asumió la forma de un gamo dorado y empezó a moverse en la cercanía del ashram. Sita estaba fascinada por el encantador gamo dorado y persuadió a Rama a que lo agarrara y trajera al ashram para que ella pudiera jugar con él. Rama decidió complacerla según el plan divino. Sin embargo, él dio instrucción a Lakshmana que se quedara atrás y cuidara del ashram y a Sita de los taimados demonios durante su ausencia. Al ir Rama en persecución del gamo dorado, se adentró profundo en la selva. Finalmente, Rama levantó su arco y soltó una lecha fatal en el gamo. Maricha, en el disfraz del gamo dorado finalmente cayó muerto en su forma real. Sin embargo, antes de soltar su último aliento, él gritó en agonía, en la fingida voz de Rama, “¡Ay! ¡Sita! ¡Ay! ¡Lakshmana!” El grito cayó en los oídos de Sita y Lakshmana. Sita, al oír el grito imploró a Lakshmana que fuera inmediatamente en busca de Rama. Lakshmana le aconsejó a Sita de que ningún peligro podría jamás acaecerle a Rama y que esto era todo el plan de los astutos demonios. No quedó convencida. Hasta usó palabras duras que hirieron a Lakshmana mientras lo obligaba a ir al rescate de Rama. Desde luego, esto también fue según el plan divino que se desenvolvería en el futuro. Quedando sin ninguna otra opción. Lakshmana convino en ir en busca de Rama. Sin embargo, antes de dejar el Ashram, el tiró una línea alrededor de la ermita y le pidió a Sita no salirse de esa línea bajo ningunas circunstancias hasta que Rama y él regresaran al Ashram.

Tan pronto como Lakshmana salió de la ermita en busca de Rama, Ravana se acercó al ashram bajo el disfraz de un rishi. Él se detuvo delante del ashram y pidió comida diciendo “Bhavati Bhiksham dehi” (Oh Madre, dame comida). Sita oyó esto y decidió darle comida. Ella trajo la comida de dentro de la ermita y trató de dársela a Rama parada detrás de la línea tirada por Lakshmana. Pero Ravana insistió en que ella se acercara más, cruzara la línea tirada por Laskhmana y le ofreciera la comida a él. Él insistió diciendo que no podía soportar más los dolores del hambre. Finalmente, Sita lo complació y salió de la línea tirada por Lakshmana para darle limosna a Ravana. Justo en ese momento Ravana asumió su forma real y la raptó en su carruaje.

Ravana llevó a Sita a Lanka y la mantuvo confinada debajo de un árbol en el bosque de ashokas . Sita entonces se lamentó por su indiscreto acto de volverse loca por un gamo dorado y las consecuencias que siguieron. Ella se lamentaba, “¡Oh! ¿Por qué se acercó ese pecaminoso animal (el gamo dorado) a la vecindad de nuestra ermita? ¿Por qué desarrollé esa fascinación por ese gamo dorado? ¿Por qué le pedí a Rama que agarrara ese gamo y me lo trajera?” ¿De que servía todo ese arrepentimiento en esa etapa? Ahora se encontraba en cautiverio en Lanka.

Ravana mantenía a tres mujeres para guardar a Sita durante su prisión en el bosque de ashokas. Una era Sarama, la esposa de Vibhishana, el hermano menor de Ravana. La otras dos eran Ajata y Trijata, hijas de Sarama. Fueron muy consideradas con Sita, manteniendo todo el tiempo su desfalleciente moral con palabras reconfortantes. Sita se preguntaba si de veras existían tales buenas personas en Lanka. De hecho, fue debido a sus palabras de consuelo y protección que ella pudo soportar valientemente su ordalía. Aunque Sita estaba aprisionada en Lanka, Ravana no se atrevía a tocarla. Él sabía que sería reducido a cenizas si la tocaba sin su consentimiento. Él le rogaba todo el tiempo que lo aceptara. Cuando Ravana se rebajó al nivel de denigrar a Rama y a amenazarla, ella sin siquiera mirarle a la cara, agarró una hoja de hierba y se la tiró diciendo, “Tú eres un malvado. No vales ni siquiera esta hoja de hierba. ¿Cómo te atreves a denigrar a Rama delante de mí, tú vicioso y maligno miserable?

Sita tenía otro nombre, Vaidehi, que significa ‘una que no tenía apego al cuerpo’. El Rey Janaka fue su padre adoptivo. Él la crió amorosamente y la dio en matrimonio a Rama. Hay varios significados internos y sutiles en la historia del Ramayana. De hecho, Sita no era la hermana de Rama, como ha sido representada en algunos textos. Si hubiera sido hermana de Rama, ¿cómo podría el Rey Janaka haberla ofrecido a Rama como esposa? Desgraciadamente, la gente no se da cuenta de estos significados internos.

Hanuman fue un gran héroe en la historia del Ramayana. Él condujo un ejército de Vanaras en su sagrada misión de buscar donde se encontraba Sita cautiva en Lanka por Ravana. Era un sirviente muy inteligente y fiel de Rama, una persona de nobles cualidades y de gran fuerza física. En cuanto a nobles cualidades y poder, él era incomparable. De hecho, un capítulo completo, en el Ramayana el Sundara Kanda, fue dedicado a describir sus cualidades mentales y de corazón. Mientras él iba en su sagrada misión de encontrar a Sita en la ciudad de Lanka, se le dieron ciertas claves de identificación acerca de ella. Se le dijo que Sita era una mujer de nobles cualidades y divina belleza y que ella no se mezclaría con las mujeres rakshasas. Él buscó a Sita en cada rincón de Lanka, incluyendo las cámaras internas del palacio donde se quedaban las reinas de Ravana y las damas que las atendían. Durante su búsqueda él se encontró con damas muy poco vestidas y echadas en sus camas, intoxicadas por la bebida y la danza. Pero, él quedó totalmente inconmovible frente a estas obscenas formas, manteniendo siempre en su mente las características y excelencia de Sita que Rama le había descrito antes. Su suprema estabilidad mental en un ambiente tal correspondía a su status de verdadero Brahmachari (célibe). ¡No se pueden encontrar paralelos al Señor Rama y a Su noble sirviente Hanuman, en este mundo! ¡Son ambos únicos!

Los muchachos acaban de cantar un hermoso bhajan, “Rama Lakshmana Janaki, Jai Bolo Hanuman Ki”. Mientras cantaban este bhajan, el nombre de Hanuman se menciona después de una pequeña pausa, indicando la importancia de Hanuman. Es solamente cuando las personas como Hanuman son adoradas y sus cualidades emuladas que uno puede cultivar buenos pensamientos, buenos hábitos, buenas cualidades y buen comportamiento. Se dice, “el fin de la educación es el carácter”. Solamente en Rama y Hanuman se encuentra tan noble carácter. Por esto, deben contemplar constantemente en Rama y Hanuman y en sus nobles cualidades. Los diferentes nombres como Rama, Krishna, Hanuman, Shiva, Vishnu, etcétera, representan a la Divinidad Una que es todopenetrante. Dios es uno, pero sus nombres y formas difieren.

“!El oro es uno; los ornamentos difieren.

Las religiones son muchas, la Divinidad es una,

Las vacas tienen muchos colores; pero la leche es la misma.”

(Poema en telugú)

Similarmente, Dios es uno aunque se refieren a Él por diferentes nombres y formas. Diferentes personas, cuando se les pide que den sus nombres, responden, ‘Yo soy Ramaiah’, ‘yo soy Lakshaiah’, ‘Yo soy Govindappa’, etcétera. Pero la verdadera respuesta debería ser “Aham Brahmasmi” (Yo soy Brahma). No puede haber ningún otro nombre. Todos son encarnaciones del Divino Ser. El Atma no tiene cualidades (gunas). No tiene formas ni atributos.

“Nityanandam, Parama Sukhadam, Kevalam Jñanamurtim, Dvandvatitam, Gagana Sadrisham, Tattvamasyadi Lakshyam, Ekam, Nityam, Vimalam, Achalam, Sarvadhi Sakshibhutam, Bhavatitam, Trigunarahitam” que traducido dice:

“El Atma es la encarnación de la bienaventuranza eterna, sabiduría absoluta, más allá de los pares de opuestos, expansiva y penetrante como el cielo, la meta indicada por la máxima ‘Tat Tvam Asi’, el uno sin segundo, eterna, pura, inmutable, testigo de todas las funciones del intelecto, más allá de todas las condiciones mentales y de los tres atributos de sattva (la bondad), rajas (la pasión) y tamas (la inercia).” (Shloka sánscrito)

Estrictamente, Dios no tiene nombre ni forma a pesar del hecho de que se dice ‘Daivam Manusharupena’ (Dios está en forma humana). Él no tiene nacimiento ni cualidades. Es sin forma y sin atributos. Cuando alguien inquiere ‘¿quién eres?’, deben responde ‘Yo soy Dios’- Los nombres como Ramaiah, Lakshmaiah, etcétera, son solamente los que les dieron sus padres después de su nacimiento. De hecho, ustedes no tienen ningún nombre específico. Todos son encarnaciones del Divino Ser. Así actúen en el papel de Ramaiah o Krishnaiah, son esencialmente el mismo Divino Ser. Sólo los roles difieren. Dios es inmanente en cada ser humano, no, cada ser viviente es Atmasvarupa, la forma del Atma. “Dios uno es inmanente en todos los seres humanos y todos los seres vivientes. Los nombres y formas pueden parecer diferentes. Deben desarrollar fe firme en la unicidad de la divinidad. Con quienquiera que se encuentren, ofrezcan sus salutaciones a esa persona. Deben rendirle homenaje hasta a un mendigo. Él puede ser un ‘mendigo’ como una entidad física, pero él es ‘más grande’ al ser la encarnación del Divino Ser. No desarrollen odio hacia ningún individuo. No consideren a nadie como su enemigo. De hecho, todos son reflejos de su propio Divino Ser.

Cada cual repite ‘yo’, ‘yo’, ‘yo’. Entonces ‘¿quién soy yo?’. Ese ‘yo’ es la Divinidad, en esencia. El mismo ‘yo’ es llamado por varios nombres. El símbolo del cristianismo, la cruz (†) significa el cortar el ego individual (ahamkara). Debimos ‘yo vine aquí’; ‘yo me voy’; ‘yo estoy llegando’, etcétera. ¿Qué es ese ‘Yo’? Representa al Divino Ser Uno. Deben desarrollar este sentimiento de que el Divino Atma Uno penetra al universo entero). Eso es verdadera devoción. No deben diferenciar entre ‘Yo’ y ‘ustedes’. Aquellos que desean alcanzar la autorrealización deben desechar esta diferencia. Deben librarse del sentimiento del ‘yo’ y ‘lo ‘mío’. Todos somos uno. “Todos son uno, sean iguales con cada uno.” Esta es la esencia de toda filosofía. ¡Sean Felices!