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Discursos dados por Sai Baba

03. 03/02/64 La casa del Señor

3 de Febrero de 1964

Trichinopoli

HE VENIDO DE VEZ EN vez a Trichinopoli desde hace quince años, pero ésta es la primera que estoy en ella repartiendo bienaventuranza a un número tan grande de ciudadanos. La ceremonia de la entrada a su nueva casa, a la cual A. K. C. Natarajan se alegra de que haya venido, es sólo un pretexto; dar a todos ustedes esta felicidad es el objeto principal de mi venida aquí. Su felicidad es mi felicidad. Hoy Natarajan entró a la nueva residencia que construyó. Yo quiero que todos ustedes construyan la suya propia para que vivan una vida feliz y que instalen al Señor en ella. No me refiero a moradas de ladrillos y cemento, sino a aquellas levantadas con buenos pensamientos, buenas palabras, buenas acciones y buenas compañías, donde puedan vivir tranquilos y recogidos. Invítenme para la inauguración de tales casas y accederé con el mayor gusto. En verdad, las viviendas así me pertenecen de hecho y no necesito una invitación para venir y entrar en ellas. Estas casas son para la comodidad mundana, pero las que yo quiero son para la felicidad espiritual. Mi residencia es el corazón puro y anhelante.

Se dice que el cuerpo es el templo. Ésa es la verdadera casa de cada uno de ustedes. Se mueven por el mundo por medio de un templo en cuyo santuario más recóndito está Dios. El cuerpo no es un costal de huesos y carne; es un medio para recitar mantras, mismos que los salvarán si meditan en ellos; es un instrumento sagrado obtenido después de una lucha durante largas edades, equipado con razón y emoción y apto para usarse con miras a obtener la liberación del dolor y del mal. Hónrenlo como tal, manténganlo en buenas condiciones para que sirva a ese alto propósito, consérvenlo con más cuidado que a estas viviendas de ladrillos y tengan siempre la convicción de que es un instrumento y nada más. Úsenlo con el propósito para el cual se les ha dado.

Por encima de todo, es urgente que cada uno inquiera acerca de lo verdadero, lo puro y lo permanente, pues en la actualidad impera un engaño en cuanto a los valores. Aun los líderes de los pueblos se están aferrando a la falsa hipótesis de que la felicidad puede obtenerse por medio de la riqueza y la salud o contando con una vivienda y ropa abundante y fina o mediante el cultivo de destrezas en el arte o la producción. El pájaro parado sobre la rama que se mece entre la tempestad confía en sus alas, no en la rama sobre la cual se ha posado. Así también, ustedes deben sentirse fuertes por las alas de la fe y la devoción, no por la rama del mundo objetivo sobre la cual se han instalado y que, al quebrarse, los hará caer.

Por la experiencia con las inundaciones del río Cauvery saben que nada, ni posición ni casta ni riquezas, ni siquiera la salud, puede salvar a un hombre de ahogarse en la crecida, a menos que sea diestro en el simple arte de nadar. Similarmente, no necesito decir que cruzar el océano de la vida, alcanzar la otra ribera del mar de los nacimientos y muertes es posible sólo para los que conocen el arte de las prácticas espirituales. Aquellos que tratan de construir a la comunidad humana sobre el cimiento de los bienes materiales están construyendo en la arena; aquellos que construyen sobre la roca de la rectitud son los verdaderos sabios.

El dharma es la raíz de este mundo. Obedézcanlo y serán felices. El hombre malo es un cobarde perseguido por el miedo, no tiene paz dentro de sí. El respeto por los padres que los trajeron a este mundo y los iniciaron en la vida para recolectar el inmenso y variado tesoro de la experiencia es la primera lección que enseña el dharma. La gratitud es la fuente que alimenta ese respeto; sin embargo, es una cualidad que está desapareciendo rápidamente de la faz de la Tierra. El respeto por el maestro, por los mayores, por los sabios, está declinando; por eso el dharma está perdiendo rápidamente su lugar.

La gente habla mucho y muy alto acerca del deber, el amor, la paz, la verdad, etcétera, desde toda clase de tribunas; esto se publica en el periódico del día siguiente y allí termina todo. El periódico de hoy, mañana es un desperdicio. Se usa para empacar, luego se tira a la basura o se quema. Ésta es la historia de todas las afirmaciones positivas que hacen desde las tribunas. Pongan en práctica por lo menos una fracción de lo que predican.

Del mismo modo que el cuerpo es la morada en que viven, el mundo es el cuerpo de Dios. Si una hormiga les pica el dedo pequeño del pie, el dolor es capaz de atraer su atención hacia ese punto y ustedes tratan de sacudirse al diminuto enemigo. De la misma manera deben sentir el dolor, la miseria, la alegría o la exaltación dondequiera que se manifieste en el país entero; deben hacer un esfuerzo por proteger al país del enemigo, no importa lo remoto del lugar donde éste se haya estacionado. Sean hermanos con todos sus hermanos, expandan sus simpatías, sirvan a los que necesitan en la medida de sus destrezas y recursos, no malgasten sus talentos en acciones inútiles.

La gente consume cierta cantidad de alimento pero no se detiene a pensar lo que hace a cambio por la sociedad que la ayudó a vivir. El alimento debe ser transformado en servicio, ya sea para el mejor interés de uno o para el interés de los demás. No deben ser una carga para nadie ni un enemigo para ustedes mismos. El solo cuidado del cuerpo es estéril, pues el cuerpo es sólo un recipiente, un contenedor que es despreciado cuando sale de él la chispa de la divinidad que hasta ese momento contenía. Nadie aceptará albergar a un cadáver si la lluvia interrumpe el funeral; una tienda en el camino podrá permitirles dejar sus zapatos mientras entran al templo cercano, ¡pero el cadáver nunca! Es algo asqueroso cuya vista debe ser evitada.

Hagan girar la llave hacia la derecha y la puerta se abre; háganla girar hacia la izquierda y se cierra. Así también, si vuelven su mente hacia el mundo objetivo quedará atrapada, enredada. Háganla girar hacia la derecha, lejos de los objetos de los sentidos, y la cerradura se abrirá, serán libres, la liberación estará al alcance de la mano. ¿Cómo girar a la derecha? Bien, empiecen con la repetición del nombre divino como primer paso. Todos sus viajes empiezan con el primer paso, el cual los lleva al segundo, al tercero... hasta la meta.

Debo decirles otra cosa. He sabido que algunos devotos han anunciado que de aquí iré a sus casas y hasta han organizado procesiones y reuniones públicas sin mi permiso. Ustedes han visto aquí cómo tuvieron que darme la bienvenida debajo de este toldo. Yo no fui consultado antes acerca de este programa ni había dado mi consentimiento y decenas de miles se reunieron en la sala municipal. Por otra parte, en Salem y algunos otros lugares entre esta ciudad y Bangalore, la gente ha organizado programas de procesiones. Cuando yo he dado mi palabra, la mantengo. Es por esto que vine desde Tirupati, saliendo a las once de la mañana y viajando hasta las diez de la noche. Sabía que Natarajan había anunciado aquí que llegaría a las 10:30 de la noche y, así, me detuve sólo una hora a unos kilómetros de aquí, en la carretera, para que su afirmación fuera cierta. Natarajan sé estaba preguntando, cuando llegué, cómo era que había llegado exactamente a las 10:30, como él había anunciado unas horas antes. Quizá olvidó que yo podía oír a muchos kilómetros de aquí. ¿Y quién lo impulsó a hacerlo? Cuando yo digo que voy a venir, vengo; pero estos devotos demasiado entusiastas de Salem y otros lugares están causando grandes penalidades a los miles que pueden ser engañados. De ahora en adelante, por favor, no se dejen llevar por cualquier clase de rumor de que voy a visitar tal o cual lugar en mi camino hacia tal o cual parte. Comprueben la autenticidad de tales noticias antes de creer.