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Discursos dados por Sai Baba

25. 16/08/64 La burbuja de orgullo

LA BURBUJA DEL ORGULLO

LA BURBUJA DEL ORGULLO

16 de Agosto de 1964

Madrás

EL HOMBRE ES un peregrino hacia el Dharmakshetra, la morada del dharma, que es también la morada de la paz, pero en el camino es desviado hacia los senderos y caminos adyacentes de los placeres materiales por los sentidos, de los cuales se ha vuelto esclavo. El hombre está deseoso de enterarse de toda clase de trivialidades, como los detalles de otras vidas y otros lugares, pero no tiene muchos deseos de conocerse a si mismo o el lugar desde donde él mismo ha venido. El hombre está hundido en la ignorancia de si mismo, de su fuente y sustancia, de su meta y destino. Él se reduce a sólo un nombre y una forma, y se limita a sólo un individuo; él, heredero de una ilimitada riqueza y fortuna. Se siente paupérrimo. Remuevan esta limitación del ego; Sólo entonces podrán reconocer la vastedad que son.

Este micrófono delante de mi tuvo que haber sido hecho por alguien, ¿no es así? Ese alguien no ha sido visto ni es reconocido de ustedes, pero de su existencia, no puede haber duda. Además, es cierto que él debe saber acerca de este micrófono que ha hecho. Asi también, debe haber un creador para este universo y él debe saber que lo ha creado.

Este universo está compuesto de los cinco elementos y él es el amo de todos los cinco, su manejador, conciente de sus sutiles características y propiedades. Él es Kshetrajña, aquel que Conoce este kshetra O campo. Cuando hablo en el micrófono todos ustedes pueden oírme claramente, pero la grabadora aqui, el ventilador, las lámparas, los tubos de luz, todos operan debido a la misma e invisible corriente eléctrica que anima a cada uno de ellos.

Diwan Bahadur Ramasvami Shastri, el yogui Sudananda Bharathy y otros se dirigieron a ustedes ahora, cada uno con un estilo diferente, pero todos describieron solamente el mismo Kshetrajña O Conocedor del Campo, el o lo universal que es conocido por todos los nombres y que está en todas las formas. Él es la persona impersonal descrita de cien maneras diferentes en los Vedas, los Shastras, el Mahabharata, el Ramayana y el Bhagavata. Apéguense a él y vivan sus vidas; no resbalarán. Desarrollen sus actividades sobre esa base; entonces sus carreras no se derrumbarán. Desarrollarán valor, consuelo y fe en si mismos y en su destino.

Krishna se dirige a Arjuna en el Gita a veces como Kaunteya. Ahora bien, ¿qué significa este apelativo? Significa “uno que asimila quietamente", como lo están haciendo ustedes ahora. Están sentados cómodamente debajo de este toldo, hay buen tiempo, y pueden darse el lujo de escuchar en silencio. Pero recuerden, Arjuna estaba entre dos ejércitos opuestos, deseosos de la pelea para la cual se habían estado preparando durante años con un insatisfecho sentimiento de venganza. Requeria un extraordinario autocontrol y anhelo para tener concentración en ese momento. Krishna se dirigió a él como a Kurunandana, que significa "aquel que se deleita en el karma"; el karma dedicado a los altos ideales que él tenía en su mente. Cada manera de dirigirse de Krishna tiene un significado interno y un propósito y una lección para los demás.

Arjuna había sido adiestrado por Krishna, sin tregua, en el control de su egoísmo. Antes de la guerra del Mahabharata, Arjuna se encontraba una vez en Ramasetu, cerca de Ramesvaram. Arjuna habló del puente un poco despectívamente en presencia de Anjaneya, que se encontraba allí, y dijo que él habría construido solo un puente de flechas, y no se habría molestado en calmar al mar y poner a los monos a que apilaran rocas una sobre la otra. Anjaneya le dijo que construyera uno. Cuando Anjaneya empezó a caminar suavemente sobre el puente, las flechas se rompieron bajo su peso! De repente Krishna se presentó allí y sugirió que esto se hiciera en su presencia, pues no había ningún testigo cuando Se lanzó y aceptó el reto. A fin de Salvar a Arjuna de la humillación, Krishna soportó el Segundo puente sobre su espalda cuando Anjaneya caminó sobre él, de manera que Arjuna pudo ver las reveladoras marcas de sangre donde las puntas de las flechas habían penetrado en la espalda del Señor. Así, el orgullo de Arjuna quedó humillado. Le rogó a Anjaneya que peleara a su lado en Kurukshetra, pero Anjaneya dijo que el ejército de los Kauravas sería un enemigo demasiado pequeño para su proeza; no sería justo el oponerlo a un enemigo tan débil; él sólo observaría la lucha, desde la bandera del carro de Ajuna, dijo; y el ofrecimiento fue gustosamente aceptado.

El orgullo de Arjuna fue humillado por Krishna durante la guerra de otra manera interesante. Hacia el final de la guerra, una noche, Arjuna se sintió orgulloso de que Krishna fuera su auriga y su "sirviente". Él sentía que como amo, debía dejar el carro después de Krishna y no antes que él. Asi, ese día, insistió en que Krishna debía bajar primero y que él bajaría sólo después, Pero Krishna no cejaba; Arjuna tenía que bajar primero, decía. Después de pasar un largo rato, pidiendo y protestando y rogando, Arjuna bajó, contra su voluntad, tragándose su orgullo. Krishna bajó entonces e inmediatamente el carro estalló en llamas! Krishna explicó la razón. Las flechas y proyectiles incendiarios que habían caído sobre el carro carecían de fuerzas mientras estuviera en él; pero en cuanto él ya no estuviera ahí. éstos incendiarían el carro. Así, Krishna mostró que cada acto y palabra del Señor tiene una significación y un objeto que los mortales no pueden medir. El egoísmo es un fuerte enemigo y se requiere una constante vigilancia para dominarlo.

El orgullo levanta su cabeza en cada etapa y estado. como la grama que cubre la tierra con un manto verde tan pronto como cae la lluvia, aun en lugares que parecen secos y desiertos, el orgullo resurge en cada oportunidad. Sikhadvaja, el rey, tuvo un renunciamiento extremo y Se fue a la selva para hacer prácticas ascéticas. Su reina Chudalla tenía el espíritu de desapego en una medida todavía mayor, pero no hacía alarde de ello, como su esposo. Ella se puso un traje masculino color ocre, y recitando su rosarío fue a buscarlo a la selva. Al descubrirlo finalmente, ella le preguntó quién era. El rey respondió que él era el monarca del reino, que había abandonado sus riquezas, su tesoro, su ejército, su corte, etcétera. "¿Con qué fin has renunciado a todo esto?", le preguntó Chudala. "Para obtener la paz", respondió el rey. Pero él tuvo que confesar que no la había alcanzado. Entonces, Chudala le enseñó que el renunciar a las “cosas" no daría ningún fruto, que lo que había que abandonar era el deseo por las cosas, el orgullo de poseerlas, el de haberlas poseído una vez, que había que desprenderse del mundo objetivo para poder volver sus ojos hacia adentro y conquistar a los enemigos del reino interno y volverse amo de uno mismo. Cuando el rey intentó caer a los pies del nuevo gurú que había venido a él, Chudala reveló su identidad. Ella era una Satí (esposa fiel) que era el gurû de su pati o esposo; hubo muchas mujeres así en los tiempos antiguos, cuando la mujer era honrada y mejor educada que ahora.

Ustedes deben desarrollar la devoción de las gopis, de Radha, de Udhava, de Hanumán. Ramakrishna hizo intensas prácticas espirituales, transmutándose en la actitud de Hanumán, de tal modo que sus atributos físicos cambiaron para adecuarse al papel. En ese tiempo desarrolló una pequeña cola. Así es de tremendo el poder de la mente sobre el cuerpo. Muchos maridos y suegras trataron de alejar de Krishna a las pastoras diciendo cosas escandalosas acerca de él, pero, ¿cómo podían ellas mantener separada al alma individual de su Señor? Vyasa, el gran sabio, dijo que las palabras son inadecuadas para describir la intensidad de esa devoción, de la devoción de las gopís por el Señor. No tenían ningún egoísmo dentro de sí y es por eso que se volvieron las supremas devotas del Señor.

El arte de dominar el ego apréndanlo de los Shastras, cuyos depositarios están aqui delante de ustedes, en la Prashanti Vidvanmahasaba (1) . Todavía hay muchos de ellos en nuestro país, a pesar de las décadas de negligencia y del atractivo de otros estudios. Habrán oído de Bhojaraja, el gran patrón, de los pandits, tales como éstos. Él no era tan considerado, pero un incidente ocurrió que volvió su atención a esta tarea esencial. Los pandits de su reino tuvieron la gracia de Dios en buena medida, no hay duda, pero eran extremadamente pobres y tenían que luchar para mantener a sus familias en un nivel apenas por encima del hambre. Uno de ellos llegó a estar tan mal que decidió volverse ladrón y robar, no de la casa de cualquier hombre pobre, sino del palacio del rey, pues éste no podía volverse más pobre por la pérdida. Se deslizó a los apartamentos privados durante el crepúsculo y aunque tuvo acceso a una gran cantidad de plateria y copas y platos de oro, él consideró que debía llevarse sólo lo que más necesitaba, y asi, robó sólo unas pocas medidas de harina de trigo. Al moverse por un oscuro corredor él oyó ruidos y entró a una habitación cuya puerta estaba entreabierta, y se escondió debajo de una cama. ;Era la cámara del rey!

El pandit pasó la noche debajo de la cama, incapaz de moverse o de toser o estornudar o siquiera de respirar fuerte. Una hora antes del alba, el rey se levantó y sentado en la cama, recitó una larga estrofa que él había compuesto en la noche, mientras trataba de dormir. Había una falla en la última línea que el rey no podía llenar; la palabra apropiada se le escapaba. El pandit oyó la estrofa; tenía la palabra en sus labios y no pudo resistir y gritó la palabra desde debajo de la cama. Olvidó por el momento que era ladrón, con el revelador saco de harina en la mano. El rey mírÓ debajo de la cama y le dio la bienvenida al pandit y lo honró por Su erudición y lo llenó de dones en consideración a su pobreza. Fue así que Bhojaraja se enteró de la miseria en la cual vivían los sabios de su reino.

Los pandits también deben tener esta fe: de que su erudición nunca puede hacerles daño, nunca los destruirá, de que los sostendrá, siempre que la Sigan estricta, gozosa y sinceramente y en el temor de Dios. La fe en Dios les será instilada con la repetición del nombre de Dios, con la recordación de su gloria y de su infinita misericordia y poder.

Cuando una madre está alimentando a su hijo, pueden verla con el niño en la cadera y el plato en su mano, induciendo al niño a comer, por medio de palabras duras o una sonrisa, un chiste, una amenaza O un cuento, desviando su atención, mostrando al niño un perro O una flor o la luna. Tengo también que adoptar las mismas tácticas para hacerles escuchar y asimilar el valioso alimento que es tan necesario para su crecimiento. Ésa es la razón por la cual en mis discursos yo relato historias, canto, recito poemas, y otras cosas.

(1) Asamblea de Sabios dc Prashanti.