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Discursos dados por Sai Baba

05. 09/03/05 Todos están obligados por la ley del karma

TODOS ESTÁN ATADOS POR LA LEY DEL KARMA

TODOS ESTÁN ATADOS POR LA LEY DEL KARMA

9 de Marzo de 2005 ( 1er discurso )

Sai Kulwant Hall – Prasanthi Nilayam

MahaShivarathri

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“Cada cual tiene que enfrentar las consecuencias de su propio karma. ¿Quién ha hecho que los murciélagos cuelguen de las ramas de un árbol con las cabezas para abajo? Es su destino.

De igual forma, nadie puede escapar a las consecuencias del karma.

(Poema en telugú)

Cada ser humano, insecto, ave, bestia o animal, no, cada ser viviente de este mundo está atado por el destino. Nadie puede escapar al resultado de sus karmas, buenos o malos. Es natural que cada ser viviente obedezca las leyes de la naturaleza y la ley del karma. Por ejemplo, el murciélago cuelga de las ramas de un árbol con la cabeza hacia abajo. Esa es su naturaleza. Es así como nació para vivir. Cada ser humano en este mundo piensa que él está sufriendo aunque no haya hecho nada malo. Él siente, “¡No he hecho nada malo! ¿Por qué he de pasar por este sufrimiento?” Pero, el hecho es diferente. Cualquier que sea el placer o dolor sufrido por un ser viviente es ciertamente el resultado de karmas (acciones) realizadas por él. Cada ser humano ejecuta acciones y disfruta de su fruto como consecuencia. Sin embargo, no le es muy claro hasta ahora si es una consecuencia natural de sus acciones o de cualquier razón desconocida. No sólo el ser humano, hasta las bacterias, aves, insectos, bestias y animales experimentan las consecuencias de sus karmas.

En apoyo a esta inevitable ley del karma, quiero narrarles ciertos incidentes que sucedieron hace mucho tiempo. Estos incidentes explican cómo ocurren ciertos nacimientos, con el único fin de demostrar esta verdad. Solía haber en Puttaparti una gran devota llamada Subbamma. Ella era muy rica. No tenía hijos. Ella solía dar todo lo que tenía en caridad a su alrededor y todo con el sentimiento, “Yo sólo estoy compartiendo mi riqueza dada por Dios con mis semejantes”. Ella llevaba una vida pía y noble con sentido de ecuanimidad. Sin embargo, ella tenía un deseo. Ella solía rogar, “¡Swami! En el momento de mi ida de esta tierra, deseo que sacies mi sed con unas pocas gotas de agua en mi boca con Tus Divinas manos”. Yo le prometí que lo haría.

Seis años después de darle esa promesa, tuve que ir a Chennai (Madrás) una vez para cumplir con Mi compromiso en la cada de un devoto. Era en la época de la Segunda Guerra Mundial. Una vez cada hora, había una sirena de aviso de un ataque aéreo y las calles se vaciaban en un momento. Yo Me quedé allí tres días e inicié Mi viaje de regreso directo a Bukkapatnam desde Chennai (Madrás) en un carro. Mientras tanto, Subbamma cayó seriamente enferma y fue llevada a Bukkapatnam desde Puttaparti donde estaba la casa de sus padres. Allí murió. Sus parientes empezaron a hacer ciertas observaciones sarcásticas, “Sai Baba le dio a ella Su palabra de que Él vertería agua en su boca en sus últimos momentos. ¿Vino él? ¿Adónde se fue?” Los hermanos de Subbamma y sus parientes hicieron todos los arreglos para llevar su cadáver para cremación. En aquellos días, no era fácil obtener leña para cremar un cadáver, especialmente en las aldeas. Sin embargo, obtuvieron algo de leña y arreglaron todo. Cuando pasé por la casa de Subbamma, Yo noté algunas personas reunidas allí. Inquirí, “¿Quién va a ser cremado?” El lavandero Subbanna estaba allí. Él respondió, “¡Swami! Subbamma ha muerto.” Yo seguí preguntando, “¿Es así? ¿Cuándo murió?” “Hace tres días, Swami”, él respondió. Yo entré a la casa donde estaba guardado el cadáver. Sus parientes estaban a punto de llevarlo para ser cremado. Su hermana Me vio y empezó a llorar. Me dijo, ”¡Baba! Ella anhelaba tanto Tu llegada. Ella anhelaba que le pusieras el agua en su boca antes de que dar su último suspiro. Finalmente, ella murió sin que se cumpliera su deseo.” Yo le dije que no habría ninguna posibilidad de que sucediera tal eventualidad y le pedí que buscara agua en un vaso. Puse una hoja de albahaca (tulasi) en el agua. Removí la tela que cubría su cara. Había hormigas paseándose por todo su cuerpo. Suavemente la llamé por su nombre, ”¡Subbamma!” Ella abrió los ojos y Me vio. Sostuvo Mis manos y lloró. Ella preguntó, “¿Cuándo llegaste, Swami?” Yo respondí, “Yo acabo de llegar”. Le sequé las lágrimas suavemente con una toalla. Le dije, “Subbamma, escucha”. Entonces vertí unas pocas gotas del agua sagrada en su boca y dije, “Ahora, cierra tus ojos apaciblemente.”. Subbamma bebió esa agua de Mis manos y dio su último suspiro. Así fue como mantuve Mi promesa a Subbamma.

Mientras sucedía este extraño fenómeno, todos sus parientes y los doctores que la atendían estaban observando los sucesos con asombro. No podían creer sus ojos. Se preguntaban, “¿Cómo puede suceder? Subbamma murió hace tres días. No había ningún aliento en su cuerpo. ¿Cómo es que abrió los ojos ahora y habló con Swami? Quizás es un milagro divino de Sai Baba”.

Subbamma estuvo siempre preocupada durante su vida porque Swami estaba siempre moviéndose visitando distintos lugares y que quizás su último deseo no se cumpliera. Pero, yo mantuve Mi promesa que le había hecho hacía mucho tiempo. Finalmente, el cadáver de Subbamma fue cremado por sus parientes como era su costumbre familiar. Ella era una dama brahmín.

Después inicié el regreso a Puttaparti. Una carreta tiraba por bueyes estaba lista para Mi regreso. Yo y el hermano de Griham Ammayi (la Madre Ishvaramma) estábamos sentados en la carreta y regresando a Puttaparti. Su nombre era Chandramouli (del tío materno del cuerpo físico de Swami). Vimos humo emanando del sitio de cremación donde estaban consignando los restos mortales de Subbamma a las llamas. Chandramouli inquirió, “Swami! Estuviste con el cadáver de Subbamma hasta ahora. ¿Por qué no esperaste hasta que terminara la cremación?” Yo le dije, “Chandramouli! Yo no soy una persona que incumpla su palabra. Yo le prometí a Subbamma que Yo estaría presente a su lado durante sus últimos momentos y vertería agua en su boca. Eso lo cumplí. Le aconsejé que se fuera de este mundo apaciblemente. Mantuve Mi promesa y ahora estoy regresando a Mi morada.” Chandramouli se sintió muy feliz.

De hecho, Subbamma era tenida en gran estima por todo la aldea, siendo la esposa del Karanam (un karanam era un funcionario fiscal. El cargo era hereditario, por esto adoptan el título como patronímico. N. de la T.). Todas las propiedades de la aldea estaban a su nombre. Sin embargo, desde que se acercó a Swami, ella no tenía otro interés en la vida excepto Swami.

Desde temprano en la mañana hasta que se acostaba, estaba constantemente dedicada al trabajo de Swami únicamente. En ciertas ocasiones, Yo solía retirarme a las cuevas en las colinas vecinas sin informárselo a ella. ¡Pobre mujer! Ella solía rondar por las colinas buscándome. Ella venía cargando upma, dosa, vada, idli, etcétera, (platos típicos) en una viandera Yo le preguntaba en broma, “Subbamma! ¿Qué me trajiste?” Ella solía responder, “¡Swami! Yo te traje cosas que Te gustan”. Entonces Yo le decía, “Dame una dosa (especie de torta muy delgada hecha de harina de dhal – especie de lenteja, que se rellena con un guiso de papas). Entonces ella servía una dosa en un plato y Me lo daba. Yo luego la embromada más diciendo, “¡Subbamma! No me gusta esta dosa. Dame idli, upma, vada, etcétera.” ¡Pobrecita! Ella solía servirme todos estos platos. De la mañana hasta la noche, ella solía preparar una serie de platillos y esperaba por Mí. Sin embargo, ella estaba ansioso de saber qué más hacía Yo. Una vez le dije, “¡Subbamma! No necesitas temerle a nada. No necesito nada. Te hice tantas peticiones por esto y lo otro para dar a conocer al mundo tu devoción y entrega”. Subbamma entonces Me pidió, “¡Swami! Estoy feliz de haber podido servirte alimento. Esto también feliz de que Tú comiste estos platos con amor y afecto por Mí. Yo seré feliz si puedes poner una pequeña cantidad de esto en mi boca con Tus divina manos.”. Entonces, Yo tomé un pedazo pequeño de idli del plato y se lo puse en la boca con un poco de chutney (especie de salsa). Ella se sintió extremadamente feliz. Así, Subbamma experimentó gran bienaventuranza en la proximidad divina de Swami hasta su último aliento. Chandramouli, que fue testigo de Mi derramar amor y gracia en Subbamma en muchas ocasiones, observó, “¡Swami! ¡Cuán compasivo eres con los devotos! No tenemos palabras para expresar Tu amor y compasión por los devotos, especialmente Subbamma”. ¡Cierto! Las palabras no pueden describir el amor y la compasión de Swami para con Subbamma. La devoción de Subbamma para con Swami sobrepasaba hasta la de Prahlada.

La gente para entonces se había dado cuenta de que Swami había cumplido la promesa que Él había dado a Subbamma. Sintieron que la vida de Subbamma había sido santificada. Basándose en su ejemplo, varias personas mayores solían visitarme con la petición, “¡Swami” Por favor dame tu palabra de que vas a verter agua santificada en mi boca con Tus Divinas manos en el momento de mi salida de este mundo.” Yo solía decirles, “¡Amados Míos! Todas las personas no pueden obtener este gran don. Si están destinados a obtenerlo, ciertamente lo obtendrán. Yo vendré en el momento apropiado y verteré agua santificada en su boca.”

Kondama Raju (abuelo de Swami) solía observar a estas personas que venían a Swami con tales peticiones. Él también desarrolló un anhelo por este don (prapti). Un día, se Me acercó y Me pidió, “¡Swami! Naciste en nuestra familia, en nuestro linaje. Has mantenido el honor y la gloria de nuestro linaje. Pero, yo también tengo una petición que hacerte. Yo deseo y te ruego que mi nacimiento en tu familia sea santificado. Por lo tanto yo te pido que viertas algo de agua sagrada en mi boca con Tus Divinas manos en mis últimos momentos de vida”. Yo le aseguré que ciertamente cumpliría su petición. Él se sintió muy feliz, pues él sabía que una vez que Swami había dado Su palabra, Él ciertamente la cumpliría. Él vivió por 112 años. Cada mañana, él caminaba desde el pueblo hasta el Nuevo Mandir para recibir Mi Darshan. Un día Yo le pregunté, “¿Por qué caminas toda la distancia desde el pueblo hasta el Mandir y de regreso. Puedes haber ganado en el camino y si te atacan, caerás y te lastimarás. ¿No es así?” Él me respondió con valor, “¡Swami! Si tú me está protegiendo y constantemente estás a mi lado, ¿qué animal podría atacarme?” Un día, temprano en la mañana, él vino al Mandir y tuvo Mi darshan. Él regreso a casa y se acostó. Después de un tiempo, él le pidió a Ishvaramma que se acercara al Templo de Sathyabhama y viera si Swami estaba viniendo por ese lado. Ella fue y regresó y le dijo, “Sí, Swami está llegando en Su carro”. Swami tenía un carro pequeño entonces. Kondama Raju dijo, “Ishvaramma! Busca un vaso de agua y pon una hoja de tulasi en él.” Ella hizo así. Él sostuvo el vaso en su mano y estaba esperándome. Él sabía que su fin estaba cerca y que Yo había venido aquí para mantener Mi promesa. Nadie más sabía de esto. Sosteniendo el vaso, él dijo, “¡Swami! Estoy listo”. Yo respondí, “Estoy también listo”. Al verter Yo el agua en su boca, él se fue apaciblemente. Antes de morir, él dijo, “¿Qué gran fortuna es beber agua de Tus Divinas manos antes de irme de este mundo! NI siquiera el Rey Dasharatha que realizó grandes penalidades y sacrificios, tuvo esta fortuna. Mi vida ha sido redimida.” Diciendo esto él cerró sus ojos. Con este incidente de Kondama Raju, se reveló una vez más al mundo entero que Swami ciertamente mantiene Su palabra, pase lo que pase! Las vidas de Subbamma y de Kondama Raju fueron así redimidas. Yo manifesté Mis Lilas Divinos de muchas maneras para cumplir con Mi palabra. Hago cualquier esfuerzo por cumplir Mi promesa. Sin embargo, algunos devotos actúan al contrario de sus palabras.

Me llevaron a Kamalapuram para Mi educación superior. El hermano mayor de este cuerpo, Seshama Raju estaba muy atento a que Yo persiguiera una educación superior. Por lo tanto, él Me llevo consigo a Kamalapuram y Me hizo admitir en la escuela. En aquellos días, Yo luchaba mucho para proseguir la educación debido a la falta de fondos. A menudo tendía que arreglármela con los bolsillos vacíos. Por tanto, Yo solía usar Mis destrezas poéticas para ganarme una pocas monedas para cubrir Mis necesidades personales. En la misma aldea, había un comerciante llamado Kotte Subbanna. Él manejaba una tienda de abarrotes en la cual se vendían también algunas medicinas ayurvédicas. Una vez trajeron una nueva medicina ayurvédica llamada “Bala Bhaskara” a su tienda para la venta. Era una medicina nueva y mi eficaz. Podría hacerle ganar una buena utilidad si se popularizaba. Por lo tanto, él Me pidió que asumiera la responsabilidad de hacer la propaganda para su nueva medicina. Yo consentí a su petición, pero pedí que Me diera más información acerca de la medicina. Entonces Yo compuse una canción acerca de la eficacia de la medicina y reuní unos pocos niños de Mi edad para ir por las aldeas vecinas con pancartas en sus manos cantando la canción compuesta por Mí. La canción decía así:

¡Aquí está! ¡Aquí está! ¡Oh Niños! ¡Vengan, vengan!

Aquí está la medicina Bala Bhaskara.

Así sea un dolor de estómago o una pierna hinchada;

Así sea un dolor en la coyuntura o flatulencia;

Así sea cualquier malestar, conocido o no,

¡Tomen este Bala Bhaskara para una cura instantánea!

Si desean saber donde se puede obtener_:

Es en aquella tienda de Kotte Subbanna

que la pueden recoger.

¡Vengan aquí muchachos! ¡Vengan aquí!

Es un excelente tónico

Preparado por el famoso médico Gopalacharya mismo,

¡Vengan aquí muchachos! ¡Vengan aquí!.

(Canción en Telugú)

Para cuando terminamos nuestra gira de propaganda de las aldeas cercanas, toda la existencia de medicinas en la tienda de Subbanna se había agotado. Él se sentía muy feliz. Entonces él me llamó y Me ofreció un par de pantalones cortos y una camisa para Mí. Pero, Yo rehusé diciendo, “¡Subbanna! Yo no compuso esa canción para obtener ropas nuevas. No las necesito. No las tocaré. Por favor tómalas de vuelta. Si así Me ofreces dinero o artículo a cambio de Mis servicios, ni siquiera volveré a pisar tu tienda”. Él se dio cuenta de Mi sinceridad y fuertes sentimientos. A partir de entonces, él solía decir, “¡Raju! No quiero nada en este mundo excepto Tu amor”.

Otro incidente que sucedió mientras estaba estudiante en Kamalapuram. Yo atendí un campamento scout en una aldea cercana llamada Pushpagiri donde se estaba realizando una gran feria. Yo estuvo lejos de casa por unos pocos días y no había nadie que cargara el agua desde un pozo distante para usos del hogar. Por esto, la esposa de Seshama Raju tuvo que asumir esa responsabilidad. Cuando regresé del campamento scout, Seshama Raju estaba enojado porque no había nadie en la casa para ayudar a su esposa. Él estaba en ese entonces tirando líneas en una libreta de notas con la ayuda de una regla de madera. Tan pronto como Me vio, Él Me gritó, “¡He! Ven aquí. No ha habido nadie en la casa para buscar agua durante los últimos días. Tu cuñada tuvo que ocuparse de esta tarea también, además de sus tareas domésticas.” Diciendo esto, él tomó la regla y Me golpeó enojado. La regla se rompió en tres pedazos. Mi mano estaba hinchada y Me estaba dando mucho dolor. No respondí nada ni revelé el incidente a nadie. Yo Mismo até un vendaje en Mi mano con un trozo de tela mojada. El día siguiente, el hijo de Seshama Raju murió. Él envió un telegrama a Pedda Venkama Raju (el padre de Swami). Venkama Raju vino inmediatamente para ver a Seshama Raju. Él salió de Puttaparti y llegó a Bukkapatnam y de allí a Kamalapuram. El Griham Abbayi (el padre de Swami) inquirió por Mí, por qué tenía un vendaje en Mi antebrazo. Traté de explicarlo de manera muy casual como si nada hubiera sucedido. Yo dije que tenían un leve dolor debido a una ampolla y que por lo tanto había puesto un vendaje en el brazo.

Había una dama perteneciente a la comunidad de los Vysya en la casa vecina que solía ganarse la vida preparando dosas y vendiéndolas. Ella trató de razonar con Griham Abbayi diciendo, “¡Qué! Venkama Raju! Yo sé que tienes suficiente dinero como para que Raju sea educado en tu lugar. ¿Por qué lo pones a pasar tantas penalidades manteniéndolo bajo el cuidado de Su hermano mayor en un lugar tan distante? No tienes idea del sufrimiento que está pasando el pobre muchacho aquí. Él tiene que ir a buscar agua potable desde un lugar distante llevando dos grandes vasijas de agua con la ayuda de un kavadi en sus jóvenes hombres a diario.” Así, ella narró varios incidentes en los cuales Yo tenía que pasar sufrimientos físicos. Griham Abbayi quedó profundamente conmovido al oír de Mi ordalía e inmediatamente Me llamó y dijo, “Mi amado hijo! De inmediato recoge tus cosas y ven conmigo. Regresamos a Puttaparti”. Todos los miembros de la familia Me amaban. Por lo tanto, él se lamentó, “Me he enterado de que la lesión en Tu brazo se debe a los golpes que Te dio Tu hermano mayor. Yo mismo nunca Te he golpeado hasta la fecha. Estás pasando por tanto sufrimiento aquí. ¡Ven! Regresemos a Puttaparti”. Cuando sucedía este incidente, Griham Abbayi hizo un comentario que todavía suena en Mis oídos aún hoy. “¡Sathyam! Si uno está vivo, uno puede ganarse la vida hasta vendiendo sal. No puedo soportar de someterlo más tiempo a esta ordalía. ¿No podré proveer por Tus gastos aun con mi magro ingreso?” Diciendo esto él derramó lágrimas. A partir de entonces, Él no Me envió con más nadie. Mi educación formal se detuvo en la secundaria. Yo no fui al colegio o universidad. Sin embargo, he continuado Mi Misión como Maestro de la Verdad (Satya Bodhaka), haciendo Puttaparti Mi sede.

Compuse un hermoso poema describiendo la gloriosa historia de Puttaparti que dice así:

¿Rodeando qué población el sagrado río

Chitravati fluye en toda tu pristina belleza?

¿Alrededor de qué ciudad están los hermosos huertos

de mangos simbolizando auspiciosidad?

¿Haciendo guardia en los cuatro lados a qué ciudad

están las deidades Parvati y Parameshvara constantemente protegiendo?

¿Firmemente instalado en medio de qué ciudad está el

Refulgente Señor Vishnu en todo Su esplendor?

Esa mundialmente famosa ciudad es Puttapura o Puttaparti

Con su tanque de agua fresca construido por Chikkavadiya

Un monumento permanente

A la gloria de Bukkaraya.

(Poema en telugú)

Construí una colonia residencial en conmemoración del gran amor y devoción que Subbamma tuvo conmigo y la nombre Karanam Subbamma Nagar, ye está al lado del Gokulam. También compré algunas vacas y empleé algunas personas para cuidarlas. Algunas de estas personas fueron acomodadas en algunas de estas casas en Karanam Subbamma Nagar. Así, yo hice esfuerzos por ver que el nombre de Subbamma fuera recordado por siempre por los devotos.

Hace algunos años, empecé un proyecto llamado “Deenajaoddharana Pathakam” para adoptar algunos niños huérfanos para proveerlos de comida, ropa y educación para que cuando crezcan sea capaces de vivir una vida con honor y dignidad. Estoy cuidando de estos muchachos con todo amor y cariño. Deben haber visto a estos muchachos cuando ellos vienen para el darshan cada jueves y domingo. También construí viviendas para estos muchachos para que estén cómodos en esas casas. Además de su educación normal, están ahora adquiriendo habilidades en actividades extra-curriculares también. Así, hay muchísimas actividades de servicio que he emprendido desde Mi infancia. Si fueran a ser narradas ahora, podría durar horas.

¡Amados Estudiantes!

Siento un gran amor por ustedes. Deseo que todos ustedes crezcan bien y se ganen un buen nombre. Me gustan los muchachos que se ganan un buen nombre. De hecho, Yo Me entrego a estos muchachos. Yo les daré lo que deseen.


Traduccion Arlette Meyer