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Discursos dados por Sai Baba

26. 21/10/04 Dasara (8º dia) : Cultiva buenos hábitos. Inspira respeto en la sociedad

CULTIVEN BUENOS HÁBITOS PARA MERECER RESPETO EN LA SOCIEDAD

CULTIVEN BUENOS HÁBITOS PARA MERECER RESPETO EN LA SOCIEDAD

21 de Octubre de 2004

Sai Kulwant Hall – Prasanthi Nilayam

DASARA (Octavo Día)

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“Algunas personas se quedan despiertas toda la noche de Shivaratri jugando a las cartas.

¿Puede esto llamarse una vigilia (jagarana)? Si uno se abstiene de comer

debido a una discusión con la esposa, ¿puede esto llamarse ayuno?

El pescador mira fijamente la red para atrapar a los peces. ¿Puede esto llamarse meditación?”

(Poema en Telugú)

¡Encarnaciones del Amor!

Algunas personas juegan a las cartas durante toda la noche a fin de mantenerse despiertas durante la sagrada noche de Shivaratri. Una vez Swami le preguntó a un oficial, “¿Cómo pasaste tu tiempo anoche?” Él inmediatamente se levantó y respondió, “¡Swami! Pasé el tiempo muy feliz.” Swami siguió indagando qué clase de felicidad había derivado. Él respondió, “Ayer fue Shivaratri. Yo jugué a las cartas durante la noche y disfrute muchísimo. No cerré los ojos ni un minuto.” Swami le volvió a preguntar, “¿Cómo puedes obtener el fruto del sagrado Shivaratri pasando tu tiempo jugando a las cartas toda la noche?” El oficial me dio esta maravillosa respuesta, “Puesto que estaba ocupado jugando a las cartas durante toda la noche y por lo tanto libre de toda preocupación; yo pensé que anoche estaba pasando el tiempo muy feliz.” Quizás hayan observado que los pescadores colocan sus redes en el agua y miran con atención centrada esperando que algún pez caída en ellas. ¿Pueden llamar a su intensa mirada concentración? ¿Puede ésta llevar a la liberación (mukti)? La comprensión de la concentración y la meditación por el hombre de hoy, puede compararse al esfuerzo centrado del pescador por agarrar los peces.

Otro ejemplo: Una persona estaba muy borracha y había perdido la conciencia del cuerpo. ¿Pueden llamar a esto total identificación con la divinidad (thanmayatva)? Otro ejemplo más; una persona discutió con su esposa y se abstuvo de comer. ¿Pueden decir que él estaba haciendo un ayuno ritual? Algunas personas recurren a tales actos de thanmayatva y concentración y viven en un paraíso de tontos. ¡Puede uno imaginarse hasta qué punto se ha degenerado el hombre para tomar por tales malas vías y distorsiones! ¿Han analizado alguna vez la naturaleza del cuerpo humano? Consiste de sudor, orina, excrementos, mal olor, carne y sangre. Está propenso a la descomposición y, finalmente, a la muerte. Cada segundo, sólo materia mala y mal olor son generados en el cuerpo. ¿Qué hay allí en ese cuerpo en descomposición de que estar orgullosos? Deben darse cuenta de la verdadera naturaleza de este cuerpo evanescente y hacer el mejor uso de él. ¿Saben por qué Dios les ha dado el cuerpo humano? ¿Es para dedicarlo a malas acciones y desperdiciar esta preciosa vida? No, no. El cuerpo les es dado para que el hombre se esfuerce en alcanzar la Divinidad; no para utilizarlo mal. Deben tomar conciencia por si mismos con qué propósitos sagrados este ha de ser usado. Desde que se levantan de la cama hasta que vuelven a ella en la noche, el tiempo del hombre es pasado en asuntos mundanos. No tiene tiempo de pensar en Dios ni siquiera antes de acostarse.

El cuerpo humano es un instrumento sagrado dado por Dios y debe ser santificado contemplando en Dios por lo menos una o dos veces al día. ¿Qué clase de actividades van a ser emprendidas para que el hombre pueda derivar felicidad y alegría? La respuesta mas apropiada a esta pregunta sería que sus sentidos deben estar ocupados en la constante contemplación de Dios. Los ojos deben siempre ver cosas buenas. Los oídos deben estar dedicados a escuchar cosas buenas. La lengua debe obligarse a decirse siempre palabras dulces y nobles. Debe cantar el divino nombre. Así, cada miembro del cuerpo debe ser puesto al uso apropiado y santificado.

¡Amados Estudiantes!

Normalmente, no Me gusta habla de Mi ser físico. Sin embargo, estoy revelando ciertos aspectos de Mi rutina diaria con la esperanza de que les sirvan de guía a ustedes. Me despierto cuatro veces durante la noche. Usualmente Me levantó a las 12 de la noche, cepillo mis dientes y también limpio la lengua y la boca a fondo. Repito nuevamente el proceso a la 1:30 a.m., a las 3 a.m. y a las 4:30 a.m. Los muchachos que duermen en Mí cuarto para atender a Mis necesidades durante la noche, pueden encontrarlo inconveniente a veces ya que esto perturba su sueño. Sin embargo, Me adhiero estrictamente a esta rutina para que Mi lengua, boca y dientes estén siempre limpios. Me siento feliz solamente cuando Mi lengua y boca están limpias. Una lengua limpia ayuda a mantener la pureza de cuerpo y mente. Pueden haber observado que hablo con una cantidad de personas cada día. Pasaré hasta 20 minutos en vez de 10 minutos hablando con quienes mantengan su lengua limpia y cuya boca no produzca mal olor. Al contrario, no hablo con los que tienen mal olor ni siquiera por dos minutos. Durante el sueño, se generan bacterias que se adhieren a nuestra lengua y dientes por toda la boca. Deben ser removidas por el cepillado adecuado de los dientes y una limpieza a fondo de la lengua y boca. Sólo entonces podemos estar sanos y felices. Aparte de la limpieza física, la lengua debe estar ocupada en hablar palabras sagradas y puras. Siguiendo este principio, pongo Mi lengua a buen uso dedicándome a actividades sagradas. Solamente después de limpiar Mi cuerpo apropiadamente es que salgo de Mis aposentos. Para el momento en que salgo de Mi habitación, un muchacho que se ocupa de la cocina Me trae las bolas (albóndigas) de ragi . Me como las albóndigas y Me siento muy feliz y enérgico. Excepto por este atole de ragi no tomo más nada durante la mañana. No tomo desayuno. Después de comer el atole, limpio Mi boca nuevamente. Luego, bebo algo de agua fresca y bajo. Muchas personas pueden preguntarse qué es lo que como para Mi desayuno. Nada; ¡no me gustan los bocadillos en absoluto! Un vaso de agua fresca es todo lo que Me gusta tomar. Después de esto, paso algún tiempo felizmente con los devotos, dando Darshan y hablando con algunos; también doy entrevistas a personas seleccionadas. Estoy siempre puro de cuerpo y mente. Mis palabras son siempre puras, Mi pensamientos son puros y Mis actos son puros y sagrados.

Un aspecto importante a tener en mente por las personas que son llamadas a entrevista. Al entrar en el cuarto de entrevista con un cuerpo así de puro y sagrado, noto que algunas personas sentadas en el grupo tienen el hábito de fumar. Estén avisados que no permito que la gente fume. Desapruebo fuertemente el hábito de fumar. Inmediatamente llamo a esas personas y les pido que salgan. La esposa de un fumador puede rogarme, “¡Swami! Él es mi esposo, si lo mandas a salir ¿quién me representará ante ti?” Respondo firmemente, “Así sea esposo o hijo, quienquiera que sea, no deben entrar a Mi cuarto con mal aliento y el olor a cigarrillo. Dile que salga, limpie su boca y vuelva. Entonces hablaré con él.” Esas personas salen de inmediato, se limpian y vuelven en diez minutos. Entonces hablo con ellos cariñosamente. Algunas personas tratan de cubrir el mal olor que emana de su cuerpo usando algún perfume.

Hay una pequeña historia en los puranas que es relevante en este contexto. La Diosa Parvati hizo grandes penitencias esperando casarse con el Señor Ishvara. Ella trató toda clase de métodos para atraer a Ishvara, como ponerse un lindo vestido, aplicarse perfume, etcétera. Pero Ishvara no cedía a sus deseos. Entonces, ella buscó la ayuda de Manmatha (Cúpido o el Dios del amor) para que le ayudara a conquistar a Ishvara. Aun entonces, Ishvara no se conmovió. Por el contrario, él regañó a Manmatha por tratar de ayudar a Parvati. Inmediatamente, Parvati se dio cuenta de su falta y recobró la compostura. Ella meditó en la divina forma del Señor Ishvara que es eterna (nitya), inmaculada (suddha), iluminada (buddha), liberada (mukta), la personificación de la pureza (nirmala svarupinam). Retornó a su ser normal, natural y puro. Ishvara entonces volteó Su visión hacia ella y la aceptó. Se casaron en una ocasión auspiciosa con el consentimiento de los padres de ella.

Un ser humano debe siempre ser natural y puro. Él no debe ser artificial, llevar vestidos llamativos y aplicarse perfumes y colores. Esto puede ser necesario en cierta medida. Pero ¿de qué sirve aplicar perfumes si el cuerpo está lleno de malos olores? Mi cuerpo siempre emite una refulgencia natural y una divina fragancia porque nunca tengo malos pensamientos. “Una mente sana en un cuerpo sano” es el principio que sigo. A fin de enseñar esos buenos hábitos a los demás, siempre mantengo Mi cuerpo y mente en un estado puro e inmaculado. A veces, despierto al muchacho que duerme en Mi cuarto a las 12 de la noche y de nuevo a la 1 a.m. Eso puede causarles algún inconveniente a los muchachos. Pueden sentir alguna molestia durante ese momento particular, pero pronto lo olvidan y atienden a las necesidades de Swami. Así, el cuerpo siempre debe mantenerse en una condición limpia y sana, puesto que es un instrumento sagrado provisto por Dios. Puesto que doy la mayor importancia a la limpieza del cuerpo, otros querrán intentar emularme. Siguiendo Mis buenos hábitos y moviéndose junto conmigo, la gente infundirá respeto en la sociedad.

Markandeya era un gran devoto del Señor Ishvara. Pero él tuvo un corto lapso de vida de 16 años. Como cualquier otro muchacho de su edad, él solía pasar mucho tiempo en juegos. Él estaba muy feliz en la compañía de otros muchachos, inconsciente de su inminente muerte. Cuando sus padres se dieron cuenta de que completaría sus 16 años en poco tiempo, se sintieron tristes de que estuviera llegando a su fin. Estaban inmersos en la aflicción y empezaron a llorar. Markandeya inquirió “¿Por qué están llorando?” Dándose cuenta de que era en vano ocultar la información a su hijo por más tiempo, ellos respondieron, “¡Hijo! Nuestra relación con tu cuerpo mortal termina hoy. El Señor Ishvara te otorgó un corto tiempo de vida de 16 años que se termina hoy”. Markandeya se sintió muy decepcionado puesto que él había pasado todo su tiempo hasta entonces jugando en la compañía de otros muchachos. Dándose cuenta de que él tenía unos pocos minutos más de tiempo, tomó un baño y fue al templo de Ishvara. Allí él empezó a cantar el divino nombre de Ishvara con una lengua pura. Mientras tanto, se acercaba la salida del sol. Ishvara y Parvati estaban discutiendo entre sí la inminente muerte de Markandeya. Parvati le preguntó a Ishvara, “¡Swami! La vida de Markandeya está rápidamente llegando a su fin. ¿Por qué demorar en salvar su vida? Sus padres están inmersos en gran aflicción.” Ishvara entonces sugirió que Parvati entrara en escena y jugara su papel en la prolongación de la vida de Markandeya. Parvati entonces levantó al niño y lo hizo sentarse en su regazo. Markandeya tuvo la buena fortuna de sentarse en el regazo de la Divina Madre, lo cual le daba el derecho a ganarse la gracia del Señor Ishvara. Ishvara vino y bendijo a Markandeya para que fuera un inmortal (chiranjivi). De este modo, él se ganó la gracia de ambos, la Divino Madre y el Divino Padre. Mientras tanto, los padres de Markandeya llegaron allí para ver qué le había sucedido a su hijo. Su alegría no tuvo límite cuando encontraron a su hijo sano y salvo. Expresaron su felicidad así, “¡Hijo! Sólo debido a tu devoción y completa entrega al Señor Ishvara pudiste superar a la muerte y ganar la Divina gracia de volverte un inmortal (chiranjivi). Tú mismo te protegiste, no pudimos hacer nada al respecto.” Dios no necesita nada de su devoto excepto devoción y completa entrega. Él espera de un devoto un cuerpo sagrado, palabras sagradas, una visión sagrada y actividad desinteresada. Cuando un devoto ofrece estas cosas, Dios hasta se da a Sí mismo a ese devoto. El cuerpo, la mente y las acciones deben estar siempre puros para que Dios sea atraído hacia él. No es por las diferentes formas de adoración u otros rituales que la gracia de Dios puede obtenerse. Incluso hasta la madre espera que el niño cultive un corazón puro. Frecuentemente, recito el siguiente poema para recordarle al hombre la frivolidad de luchar con el solo fin de llenar su barriga:

“¡Oh! ¡Hombre! Tú luchas muy duro con el fin de llenar tu barriga,

adquieres muchas formas de conocimiento en varios campos;

examina e indaga tú mismo qué gran felicidad has logrado pasando

todo el tiempo desde el amanecer hasta el anochecer

adquiriendo conocimiento mundano y riquezas, olvidándote de Dios.”

(Poema en telugú)

Siempre santifico Mi tiempo dedicándome a actividades beneficiosas para la sociedad. Desde Mi niñez, cultivé hábitos espartanos (simples) y seguí un régimen estricto. Esto lo he explicado en un poema en otra ocasión así:

Levántense en la mañana con el canto del gallo,

Tomen un baño después de sus abluciones matutinas,

Usen un vestido apropiado,

Coman apropiada y moderadamente,

Vayan a la escuela y estudien diligentemente,

Gánense un buen nombre,

No salgan cuando está lloviendo,

Y nunca se acerquen a las zanjas,

Tomen parte en las recreaciones,

Corran y jueguen.

Si cumplen con todas estas reglas,

Tendrán buena salud y riqueza a la vez.

(Poema en telugú)

En aquellos días, la gente no estaba acostumbrada a los bocadillos. El arroz cocido se remojaba en mantequilla la noche anterior y era tomado como desayuno en el mañana con un poco de sal.

Varios muchachos mantienen sus mesas de estudio muy desordenadas, con los libros extendidos por doquier. Las hacen incómodas y sucias. Pero Yo solía guardar mis libros siempre limpios y ordenados. Todo lo que relato hoy está basado solamente en Mi experiencia personal.

En aquellos días, muy pocos muchachos estaban en una posición de comprar libros nuevos cuando eran promovidos a un grado superior. Cada cuatro o cinco años, los libros de textos eran cambiados. Yo solía guardar Mi libros impecables. Por esto, los muchachos que estudiaban en el grado inferior y eran promovidos al siguiente nivel, al final del año académico solían usar Mis libros. Durante un año en particular, un muchacho pobre se acercó a Mí y pidió Mis libros. Le aconsejé que fuera y se bañara en el río Chitravati y que después regresara. Él hizo lo propio. Entonces, le mostré Mis libros. En aquellos días había un programa superior aún para los grados inferiores, como historia, geografía, educación cívica, etcétera. Al ver Mis libros, él comentó, “¡Raju! No pareces haber tocado tus libros ni siquiera una vez. Parecen nuevos.” El costo de Mis libros sumaba doce rupias, pero el muchacho pobre no estaba en una posición de pagar siquiera esa cantidad. Entonces le dije “¡Querido! Fui seleccionado para el campamento scout por nuestro maestro. Tengo que comprar un vestido kaki y zapatos. Además, hay algunos otras cosas que comprar. No tengo el dinero para pagar esto. Ni quiero pedírselo a Mis padres. Lo que necesito ahora son cinco rupias. Por lo tanto, págame cinco rupias y llévate los libros.” El muchacho se sintió muy feliz. Inmediatamente pagó el monto. En aquellos días, los billetes de dinero eran muy raros, por lo tanto, él trajo el monto completo en monedas pequeñas envueltas en un trozo de tela. Estaban amarrados en una vieja tela, la cual se rompió al no soportar el peso de las monedas. Las monedas quedaron esparcidas por toda la habitación, haciendo un gran ruido. Al oír el sonido, la dama de la casa vino e indagó, “¿De dónde obtuviste todo este dinero? ¿Lo robaste de mi baúl?” Y diciendo esto ella me abofeteó. El pobre muchacho parado allí trató de explicárselo, “¡Madre! Yo le di estas monedas a Raju por el costo de los libros que le compré.” Ella no creyó sus palabras y se llevó todo el dinero. Al día siguiente, Mis compañeros de clase iban a Cuddapah para participar en el campamento scout. Yo estaba estudiando en Kamalapuram, cuando ocurrió este incidente. Le dije a Mi maestro que me iría a la mañana siguiente y Me uniría al grupo allí. Temprano en la mañana salí para mi viaje caminando. Caminé una larga distancia y antes de que pudiera unirme a mis compañeros, ellos se habían ido para su desayuno. En cuanto a Mí no tenía ni una paisa (céntimo de rupia) en Mi bolsillo. ¿Qué comer para mi desayuno? Pensé que Me las arreglaría sin comer nada. A propósito evitaba a mis compañeros de clase, no fuera que Me preguntaran si había desayunado. Ellos Me buscaron. Había un tanque de mampostería cerca en el cual se almacenaba agua para lavar las vacas y los búfalos. Me sentía muy cansado, hambriento y sediento, habiendo caminado todo el viaje. Pero, no podía hacer nada. Me lavé la cara con esa agua sucia y bebí algo de ella. Entonces, noté que alguien había dejado un paquete de beedies (cigarrillos artesanales) y una moneda de un anna (1 anna = un 16avo de rupia) en el tanque. Los cigarrillos, por supuesto, no Me servían de nada, así que los tiré. Tomé la moneda de un anna y la convertí en cuatro pequeñas monedas (bottu o kanis) Cuatro kanis, en aquellos días, eran equivalentes a un anna. Al ir regresando, noté a una persona sentada al borde del camino jugando a las cartas extendidas sobre una tela e invitando a los pasantes a apostar a una carta particular. Él ofrecía doblar la cantidad si podíamos ganar. Sin duda, esto era una especie de apuesta, lo que aconsejo a todos evitar. Pero, en ese momento, estaba completamente indefenso. Por lo tanto, puse una moneda en diferentes cartas. Cada vez ganaba la apuesta y obtuve el doble de la cantidad que había invertido. Así, jugué el juego hasta que pude completar dieciséis annas (una rupia). Entonces pensé que esto terminaba el juego y regresé con el dinero ya ganado. Ya que tenía mucha hambre, compré tres dosas (especie de torta de granos) con un bottu. En aquellos días las dosas costaban una por un dammiddi (1/3 de un bottu). Así Me las arreglé con dos bottus al día comiendo dosas. Me uní a Mis deberes de scout con Mis amigos. Durante la noche, yo guardaba las monedas debajo de Mi cabeza y dormía en el piso de arena. Ya que estaba muy cansado, dormía muy profundo. Mientras dormía, alguien notó el atado debajo de Mi cabeza y se lo llevó cuando Me volteé del otro lado. Cuando Me desperté al día siguiente, noté que el atado de ropa con el dinero había sido robado por alguien. No tenía dinero para comprar siquiera una dosa. Mis compañeros sintieron mucha pena ante Mi problema. De hecho estaban llorando. Me rogaron que comiera por lo menos una dosa que ellos podrían comprar para Mí. Pero Me rehusé. Les dije que no tenía hambre, ya que no quería aprovecharme de la ayuda de otros. Especialmente, no quería tocar el dinero de otros. Así que Me fui de ese lugar.

Otro incidente ocurrió durante Mi infancia. Una vez Mi mano estaba hinchada y Me dolía mucho. No revelé esto a nadie. Yo mismo Me vendé la mano con un paño mojado. Al día siguiente, el hijo de Seshama Raju (el hermano mayor de Swami) murió. Él envió un telegrama a Venkama Raju (el padre de Swami). Venkama Raju inmediatamente vino para ver a Seshama Raju. El Griham Abbayi (Venkama Raju) salió de Puttaparthi y llegó a Bukkapatnam, y de allí a Kamalapuram. Cuando llegó a la casa de Seshama Raju, todos en la familia estaban inmersos en la aflicción por la muerte de su hijo. Yo también tenía que pretender estar afligido, a pesar de que estaba más allá de dolor y alegría. El Griham Abbayi preguntó por Mí, por qué llevaba un vendaje en el brazo. Traté de explicar muy casualmente que nada había sucedido. Le dije que tenía un leve dolor en la articulación y por lo tanto había puesto el brazo en un vendaje. Allí había una señora perteneciente a la comunidad de los vaishyas en la casa vecina, que solía ganarse la vida preparando dosas para vender. Ella trató de razonar con Griham Abbayi diciendo, “¡Qué! ¡Venkama Raju! Sé que tu tienes suficiente dinero para educar a Raju en tu lugar. ¿Por qué lo haces pasar por tanto trabajo manteniéndolo bajo el cuidado de su hermano mayor en un lugar tan distante? No sabes lo mucho que está sufriendo el muchacho aquí. Él tiene que buscar a diario agua potable de un lugar distante llevando dos grandes envases con la ayuda de un palo (kavadi) en sus hombros.” Así fue que ella narró varios incidentes en los que Yo tenía que pasar dificultades y sufrimiento físicos. Griham Abbayi estuvo muy conmovido al oír de Mi problema e inmediatamente Me llamó y dijo, “¡Amado hijo! De inmediato vienes conmigo. Regresemos a Puttaparthi”. Todos los miembros de la familia Me amaban. Él por lo tanto se lamentó, “Yo nunca te he pegado hasta la fecha. Tú estás pasando por mucho sufrimiento aquí”. Yo traté de consolarlo diciendo, “No, no. Lo que esas gentes dicen no es verdad. ¡Nadie aquí Me está causando problema en absoluto! Si Me voy ahora de aquí contigo, no habrá nadie para ayudar en las tareas domésticas. No es correcto que Me lleves de este lugar ahora. Puedes irte y Yo te seguiré más tarde en el momento apropiado”. De este modo, nunca revelé el hecho de que el dolor en Mi brazo se debía a las lesiones que Me habían sido infligidas en la casa de Seshama Raju. Nunca tuve el hábito de quejarme en contra de los mayores. Siempre traté de proteger la dignidad y el honor de la familia.

En aquellos días, Yo tenía que luchar mucho debido a la falta de fondos para Mi educación. A menudo tenía que arreglármelas con los bolsillos vacíos. En la misma aldea, había un comerciante llamado Kotte Subbanna. Él manejaba un almacén de provisiones en el que también se vendían algunas medicinas ayurvédicas. Una vez, puso en venta en su tienda una nueva medicina llamada “Bala Bhaskara”. Era una medicina nueva y muy eficaz. Él podría obtener un buen beneficio si se popularizaba. Por lo tanto, me pidió que asumiera la responsabilidad de hacer la propaganda para esta nueva medicina. Accedí a su petición, pero le pedí algo más de información acerca de la medicina. Entonces compuse una canción acerca de la eficacia de la medicina y reuní unos pocos niños de Mi edad para ir por las aldeas cercanas con pancartas en las manos cantando la canción compuesta por Mí. Yo conducía a los muchachos. La canción iba como sigue:

¡Aquí está! ¡Aquí está! ¡Oh Niños! ¡Vengan, vengan!

Aquí está la medicina Bala Bhaskara;

Así sea una indigestión o una pierna hinchada;

Así sea un dolor de articulación o flatulencia;

Así sea cualquier mal, conocido o desconocido:

¡Tome este Bala Bhaskara para una cura instantánea!

Si desea saber donde se puede obtener,

Allí en la tienda de Kotte Subbanna;

Es en esa tienda que pueden comprarla.

¡Vengan aquí Muchachos! ¡Vengan aquí!

Es un excelente tónico preparado por el

Famoso doctor Gopalacharya mismo,

¡Vengan aquí muchachos! ¡Vengan aquí!

(Canción en Telugú)

Cuando terminamos nuestra gira de propaganda en las aldeas cercanas, toda la existencia de medicina en la tienda de Subbanna se había agotado. Él se sintió muy feliz. Entonces Me llamó y expresó su felicidad diciendo, “¡Querido Raju! Debido a tus esfuerzos, toda la existencia de medicinas en mi tienda se vendió en un momento. Estoy muy agradecido contigo.”

Cuando Griham Abbayi Me pidió que lo siguiera a Puttaparthi, le dije que no podía irme con él ya que la familia de Seshama Raju estaba en un estado de mucha tristeza debido a la pérdida de su hijo. “No es correcto que los deje en este momento. Por favor ve tú a Puttaparthi. Después me uniré a ti “, Le dije. Griham Abbayi derramó lágrimas de alegría ante Mi sentido de responsabilidad y nobles sentimientos. Él dijo, “¡Amado hijo! Nunca me había encontrado con niños pequeños que expresaran tan nobles pensamientos a sus mayores. ¡Cuán nobles y grandes son tus cualidades! Estas enseñándome grandes cosas. ¡Cuan dulces y sabias son tus palabras! Tu nobleza te protegerá” Diciendo esto, él se fue a Puttaparthi. Sin embargo, después de llegar a Puttaparthi, él me enviaba mensajes diariamente pidiéndome que fuera allí. Él recordaba todas las quejas que le había hecho nuestra vecina vaishya acerca de Mi difícil vida en Kamalapuram y se sentía muy mal por Mi problema. Mientras tanto, pasaron unos días más. Yo tenía que presentarme para Mis exámenes. Por ello, pense que no seria prudente regresar a Puttaparthi a esta altura sin atender los examenes. Además, tenía a Mis amigos que cuidar en los exámenes.

Éramos tres amigos – Ramesh, Suresh y Yo. Estábamos sentados en el mismo banco en nuestro salón de clase. Ramesh y Suresh se sentaban a cada lado Mío. No eran buenos en la educación. Les dije, “Yo escribiré la respuesta a las preguntas en sus libros de respuestas. Sólo quédense sentados tranquilos en el salón de examen.”

Los tres entramos en el salón de examen. Nuestros números eran muy alejados uno de otros. Por lo tanto, tuvimos que sentarnos en lugares diferentes en el salón de examen. No había ninguna oportunidad en absoluto para que nos comunicáramos. Mis amigos estaban muy infelices y desalentados. Concebí un plan para ayudarles. Primero que todo, terminé de escribir Mis respuestas muy rápido. Luego tomé hojas adicionales y escribí las respuestas a las preguntas para ambos Ramesh y Suresh, en sus propias letras manuscritas. Luego, coloqué las tres hojas de respuestas en la mesa del examinador. El resultado de nuestro examen fue anunciado al tercer día. En aquellos días, los resultados de los exámenes se anunciaban pronto después del examen; no como ahora cuando toma meses para que anuncien los resultados. Nosotros tres pasamos a primera clase. Cualquieras de las respuestas que estaban en Mi hoja, las mismas se encontraban en las respuestas de los otros dos muchachos. Pero nadie podía acusarnos de copiar, puesto que nuestros números eran muy diferentes y nuestros asientos distantes los unos de los otros. El Mío era el número 6, mientras que el de otro de los muchachos era el 108. El número del tercer muchacho era todavía más lejos. Sin embargo, nuestro maestro Mahboob Khan se dio cuenta de que había ayudado a los otros muchachos para que salieran bien en el examen. Pero él no reveló esto nadie. Cuando salimos del salón de clase, los maestros nos siguieron y felicitaron por haber obtenido primera clase en el examen. Derramaban lágrimas de alegría. Así escomo hacía a todos, incluyendo a mis maestros y compañeros de clase felices, y regresé a Puttaparthi. Mis amigos Ramesh y Suresh expresaron su deseo de acompañarme a Puttaparthi. En realidad, insistieron mucho en seguirme. Les aconsejé que podían unirse a Mí si así lo deseaban, pero que tenían que dejarme en Puttaparthi y regresar a sus lugares de origen. Yo solía aconsejar, guiar y corregir a Mis compañeros estudiantes durante Mi tiempo en la escuela. Nunca desperdiciaba Mi tiempo en la escuela. Siempre Me esforzaba por santificarla. Solía hablar dulce y suavemente a todos.

Cuando llegué a Puttaparthi, la gente empezó a notar que Me había ocurrido una extraña dolencia. Yo solía hablar conmigo mismo. La gente a Mi alrededor pensó que Yo había perdido la razón. Varias personas ofrecieron sugestiones para curarme de esta extraña enfermedad. Al final, todos unánimemente decidieron que debía ser llevado con un bhuta vaidya, o sea un médico brujo, para que me curara de una supuesta posesión por un demonio. Ese exorcista me hizo afeitar el cabello y Me realizó dos cortes profundos en el cuero cabelludo en la forma de una X. Luego él vertió jugo de lima en los sangrantes cortes. Me causó un gran dolor y una insoportable sensación de quemazón, pero no mostré nada de Mis sentimientos, y en silencio soporté toda esa tortura. De hecho, estaba riendo de su tonto tratamiento. Luego, él decidió someterme a mayor sufrimiento. Él trajo kalikam (una especie de sustancia venenosa) y la puso en Mis ojos. De esta forma, él Me sometió a varios tipos de tortura. Venkamma (la hermana mayor de Swami) que Me acompañó al lugar de este exorcista no pudo soportar verme bajo este sufrimiento. Por lo tanto ella corrió con Griham Abbayi y le rogó, “¡Padre! No sometas más a Sathya a este tratamiento inhumano. Este hombre le está causando gran dolor y daño al muchacho. Basta de tortura y te lo llevas de inmediato a Puttaparthi.” Me trajeron de vuelta a Puttaparthi. A partir de entonces, Yo seguía sufriendo ocasionales ataques de una “extraña enfermedad”. Los jueves, solía responder a algunas preguntas de la gente sobre el nombre de Baba. Desde que este brujo me afeitó la cabeza e hizo esos profundos cortes en el cuero cabello hasta ahora, no he tenido un corte de cabello. Algunas personas piensan que Me corto el cabello. No, nunca. Mi pelo crece naturalmente. Yo he tenido este estilo de peinado durante los últimos 70 años. El cumpleaños que se va a celebrar es Mi septuagésimo-noveno aniversario. Hasta la fecha, no he sufrido de ninguna enfermedad. Mis dientes y Mi vista están intactos. Hasta hace algunos años atras, los que Me acompañaban estaban, de hecho, corriendo para mantener el paso conmigo. Todavía puedo caminar rápido, pero los doctores pusieron una condición de que no debo hacerlo. La razón es que Yo fui operado hace algún tiempo cuando tuve una caída. Pusieron una prótesis de acero para unir mi cadera e hicieron suturas encima de ella. Es por esto me aconsejaron en contra de que caminara rápido. Sin embargo, he podido atender a Mi rutina diaria. No abandono ningún paso de mis actividades diarias. Doy entrevistas a los visitantes. Me muevo entre las filas de Darshan, dándole Darshan a los devotos. No hay absolutamente ningún impedimento a Mis actividades diarias. He hablado por mucho tiempo. Habría mucho más que contar, si lo deseara. He estado manteniendo Mi cuerpo todos estos años en perfecta condición. Es posible que Yo haya causado algún problema a algunas personas en el proceso. Pero a ellos nos les importa. Me rinden servicio, aunque los disuado.

Hoy es el día Aniversario de Durga (Durgashtami). Mañana y el día siguiente son los festivales de Mahanavami y Vijayadasami. Tengo mucho trabajo que hacer. Debo hablar con los sacerdotes (purohitas) que conducen el Yajna. Además, hay otras cosas importantes que atender. Después de terminar Mi trabajo, volveré a hablarles. ¿No les dije a ustedes que los estudiantes son Mi propiedad? Los cuido muchísimo. Si son felices, Yo también soy feliz. Tengo un consejo para ustedes. Nunca abandonen la repetición del nombre (namasmarana). Repitan constantemente el nombre dondequiera que se encuentren.

(Bhagavan concluyó Su discurso con el Bhajan, “Hari Bhajan Bina Shuka Shanti Nahin…”)


Traduccion Arlette Meyer

Revision Verónica y Carlos Fazzari