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Discursos dados por Sai Baba

24. 19/10/04 Dasara (6º dia) : Obedecer el mandato divino con fe total

OBEDEZCAN EL MANDATO DIVINO CON PLENA FE

OBEDEZCAN EL MANDATO DIVINO CON PLENA FE

19 de Octubre de 2004

Sai Kulwant Hall – Prasanthi Nilayam

DÁSARA (Sexto Día)

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“Cada cual tiene que enfrentar las consecuencias de su propio karma. ¿Quién ha hecho que los murciélagos cuelguen de las ramas con la cabeza para abajo? Es su destino.

De igual manera, nadie puede escapar de las consecuencias de su karma.”

(Poema en Telugú)

¡Estudiantes!

El destino (karma) no tiene pies ni ojos ni boca, pero el hombre no puede escaparse de él. Es por esto que nuestros ancestros declararon que uno no puede escapar de las consecuencias de sus propias acciones. El karma no se conforma con nuestras preferencias y aversiones. Nada sucede porque lo deseen y de igual forma, nada puede evitarse porque lo deseen. El karma sigue su propio curso. Sus pensamientos y deseos causan la ilusión de que las cosas suceden debido a su voluntad.

El mundo está lleno de misterio y maravillas. No es otra cosa que una manifestación de los cinco elementos. Va cambiando con el paso del tiempo. De igual manera, el cuerpo físico, que también está hecho de los cinco elementos, está sujeto a cambios. Sólo el Morador Interno es permanente.

¡Encarnaciones del Amor!

No es posible que nadie vaya en contra de la Voluntad de Dios. Los caminos de Dios están más allá de la comprensión humana. Dios puede hacer que aparezcan cosas que no existen en la realidad. De esta manera, lo que aparece ante el ojo puede desvanecerse en un instante por la misma Voluntad de Dios. ¿Cómo puede alguien comprende estos misteriosos sucesos? No es posible para nadie proteger el cuerpo físico por siempre. Permanece el tiempo que está destinado a vivir. Una vez que su propósito ha sido servido, el cuerpo perece. Nadie tiene control alguno sobre la muerte. Ésta se decidió en el momento mismo del nacimiento. La fecha de la partida está escrita en el cuerpo cuando viene al mundo. No es posible para el hombre comprender cómo funciona el universo. La experiencia de cada persona es única. ¿Cómo es que el murciélago cuelga de la rama del árbol con su cabeza hacia abajo? Nadie puede explicar este fenómeno. ¿Quién es responsable por tales maravillas y misterios que presenciamos en este mundo? Lo que cada cual tiene que hacer, cuándo, dónde y cómo está todo predestinado. El hombre no tiene control sobre ello. Todo sucede de acuerdo a la Voluntad Divina y a Su mandato. El deber primordial del hombre es obedecer el mandato Divino implícitamente. Todo en este mundo, visible o imperceptible, sucede de acuerdo con la Voluntad Divina. Uno no necesita ponerle atención a lo que otros dicen cuando se trata de obedecer el mandato de Dios. Tienen que obedecer el mandato Divino en letra y espíritu sin añadir siquiera una coma o un punto. Desafortunadamente, hoy en día nadie está haciendo esfuerzo alguno por comprender los misterios de la creación de Dios. Los científicos se jactan de haber desenredado los misterios de la creación, pero no han tenido la verdadera experiencia de la realidad detrás de los fenómenos. Cada actividad que tiene lugar en este universo está llena de maravillas. Si observan con cuidado serán capaces de percibir la invisible mano de Dios en su obra.

¡Encarnaciones del Amor!

Deben obedecer el mandato Divino con plena fe y sin discusión alguna en pro o en contra. Markandeya nació como resultado de un don otorgado por Ishvara (el Señor) a sus padres. Ishvara les preguntó a sus padres si ellos deseaban un hijo virtuoso con corta vida o un hijo no tan virtuoso pero que viviera largo tiempo. Los padres optaron por un hijo virtuoso. En consecuencia, Markandeya nació. Él tenía buenos pensamientos, buen comportamiento y buena conducta. Ishvara informó a sus padres que viviría sólo dieciséis años. Sin embargo, los padres rebosaban de alegría de haber sido bendecidos con un hijo virtuoso. Pasaron los años y Markandeya entró a su décimo-sexto año. Recordando las palabras de Ishvara, sus padres se acongojaron. Su madre a menudo derramaba lágrimas pensando en la inminente muerte de su hijo. Markandeya no podía comprender la causa de su aflicción y se preguntaba porque ella lloraba. Un día, él encontró a sus padres hundidos en la aflicción. Al indagar, ellos le revelaron que su muerte era inminente de acuerdo con la Voluntad Divina y eso era la causa de su tristeza. Markandeya se sintió mal porque no le había sido revelada la Voluntad de Ishvara hasta entonces, debido a lo cual él había desperdiciado el precioso tiempo que le había sido asignado. Él no quiso desperdiciar más tiempo. Se bañó temprano, fue al templo de Ishvara y empezó a cantar el sagrado mantra de cinco sílabas, 'Namah Shivaya', con toda sinceridad y devoción. Quedó perdido en la contemplación de Ishvara. Él no esperaba ninguna recompensa por sus oraciones. Él consideraba su primer deber contemplar a Dios. El día siguiente suponía ser el último día de su permanencia en la tierra. Por esto, él se quedó en el templo. Como no había regresado a la casa, sus padres fueron al templo y se sentaron en la entrada. Estaban llorando pensando en el inminente fin de Markandeya. De acuerdo a la voluntad del Señor, Markandeya dejo su cuerpo mortal en el momento en que completó su décimo-sexto año. Sus padres estaban en un mar de tristeza. Al dejar Markandeya su cuerpo mortal en el mundo externo, su alma (jiva o alma individual) llegó al Señor Shiva en el mundo divino.

El Señor estaba inmensamente complacido con la sincera devoción de Markandeya. Él dijo, “¡Markandeya! Hoy marca el término de tu décimo-sexto año. Has venido a Mí con una mente feliz. Te has inclinado ante Mi Voluntad con implícita fe y obediencia. Estoy complacido con tu devoción.” Mientras estaba Ishvara hablando así a Markandeya, la Madre Parvati intervino y dijo, “¡Oh Señor! ¿Por qué no lo envías de vuelta a sus padres ya que ha obedecido Tu mandato implícitamente?”. Ishvara quiso que Parvati también Lo acompañara. Juntos ellos infundieron vida en el cuerpo de Markandeya. La alegría de los padres no tuvo límite cuando notaron algunos movimientos en el cuerpo de Markandeya. Él se levantó y dijo, “Amados madre y padre, el Señor Ishvara y la Madre Parvati me han devuelto a la vida. Yo me quedaré con ustedes el tiempo que quieran. Tengamos nobles pensamientos y emprendamos buenas acciones. Yo desempeñaré mis deberes como su hijo y les daré felicidad.” Acompañando a sus padres, Markandeya fue a casa. La gente de la aldea quedó maravillada cuando supo que Markandeya había sido devuelto a la vida por el Señor Ishvara y la Madre Parvati. Markandeya les narró en detalle todo lo que había sucedido en el mundo divino.

Dios responde a las oraciones de los devotos y viene en su rescate solamente cuando tienen pureza de corazón. El que tiene un corazón puro puede alterar hasta la Voluntad Divina (Sankalpa) de Dios. La historia de Markandeya es amplio testimonio de esto. Markandeya no tenía deseo alguno. Él hizo uso sagrado del tiempo que le había sido otorgado. Es el deber primero de los devotos el cultivar nobles pensamientos y realizar acciones sagradas. Markandeya permaneció como un inmortal (chiranjivi), sirvió a sus padres y les dio inmensa felicidad. En el curso normal, la Voluntad de Dios no puede ser alterada. Pero a veces, Dios cambia Su Voluntad (Sankalpa) en respuesta a las oraciones de un devoto que es sincero y puro de corazón. El devoto tiene el poder de cambiar la Voluntad de Dios. La devoción no significa la mera expresión vocal de oraciones; uno debe tener un corazón puro.

Adi Shankara nació en Kerala en el siglo VII d.C. y propagó a la humanidad la esencia de todas las escrituras. Pero abandonó su cuerpo a la temprana edad de 32 años. Ramanujacharya nació en el siglo XI d.C. y propagó la eficacia del Nombre Divino. Esa era una época en que la devoción a Dios estaba declinando. Debido a las enseñanzas de Ramanujacharya la gente desarrolló devoción y un sentido de entrega a Dios. Madhvacharya nació durante el siglo XIII d.C. y propagó el principio del Dualismo (Dvaita). Incluso Él mismo enseñó que el alma individual (jiva) y el alma universal (Deva) en esencia no son diferentes la una de la otra. Sin embargo, el principio subyacente en los tres sistemas de filosofía que Adi Shankara, Ramanujacharya y Madhvacharya propagaron es uno y el mismo. El mismo principio del Atma está presente en todos los seres. Se le llama Ishvara-tattva (Divinidad). Las encarnaciones divinas como Rama y Krishna pueden ser reconocidas por sus formas Divinas. Cada encarnación tiene una forma particular. Pero el Ishvara-tattva no tiene forma. Representa el principio de la verdad que está presente en todos los seres. Es responsable por la creación (srushti), sostenimiento (sthiti), y la disolución (laya).

El Ishvara-tattva, que no tiene forma específica, está simbolizado en la forma de un Lingam. Es usualmente colocado sobre una base horizontal conocida como Panavatta. ¿Saben cómo se ve?

[En ese momento, Bhagavan con un movimiento de Su mano materializó un Lingam con su base o Panavatta.]

El Señor Ishvara exhortó a Markandeya y a sus padres a que santificaran su tiempo en la contemplación de Dios. Él materializó un Lingam igual a éste y se lo dió a los padres de Markandeya. Ellos santificaron sus vidas adorando el Lingam. El Lingam representa el principio Átmico que está presente en todos. No le es posible a nadie comprender o estimar el poder divino. El principio de Atma es inmutable. Puede asumir cualquier forma de acuerdo con los sentimientos de los devotos. El Lingam no es algo que el hombre ha hecho para adorarlo. Es la manifestación directa de la Divinidad (Sakshat-akara). Esta verdad fue muy bien comprendida por Markandeya y su padre Mrukanda y por esto ellos adoraban a la Divinidad en la forma de un Lingam.

Cada ser viviente comprende tres aspectos – uno denso (sthula), uno sutil (sukshma) y uno causal (karana). La forma física representa el aspecto denso. El mismo principio de divinidad está presente en los tres niveles. Sin hilo no puede haber tela. Sin plata no puede haber joyas. Sin arcilla, no se pueden hacer vasijas. Igualmente, sin Brahman, la Divinidad, no puede haber mundo. Sin el creador, no puede haber creación. El creador puede ser comparado al hilo y la creación, a la tela. El creador es la personificación de los aspectos denso, sutil y causal. Cuando contemplan a Dios, deben trascender a la mente. Con sólo tener hilos, no se puede hacer tela. Deben ser tejidos. De igual manera, el esfuerzo propio y la gracia divina, son ambos esenciales a fin de lograr el resultado deseado.

El cuerpo sutil (sukshma sharira) es la fuente de la cual nuestras palabras y acciones se originan. Nuestros estudiantes recitan los Vedas cada día. Cada Mantra es atribuido a una forma particular de la divinidad. Es necesario que uno conozca todos los Mantras. Si uno desea purificar sus pensamientos y comprender su verdadero Ser, debe tomar los Vedas como base. Al no comprender esta verdad, muchos estudiantes se están comportando como ladrones cuando se trata de recitar los Mantras Védicos. El que hace algo malo y finge ignorancia es un ladrón. Asimismo, el que tiene la habilidad para recitar los Vedas pero no lo hace a plena voz y de todo corazón, puede también ser llamado un ladrón. Todos los estudiantes pueden cantar los Vedas, pero algunos de ellos no se están uniendo a los otros en cantarlos. No están haciendo el uso apropiado de lo que han aprendido. Guardan para sí todo lo que han aprendido. Swami observa a los estudiantes cuando cantan los Vedas. Habiéndolos aprendido, se espera que los canten; pero algunos de ellos se quedan callados. En cierta forma, están recurriendo al hurto del conocimiento (Vidya choratvam) y a la traición de Dios (Daiva droham). Así es como los educandos se están volviendo traidores. Sólo aquellos que cantan de todo corazón lo que han aprendido son elegibles para la realización en Dios (Sakshatkara). Cuando los estudiantes cantan los Mantras, las damas sentadas del otro lado también se unen a ellos. Tienen todo el derecho de cantar los Vedas. Nadie puede negarles su derecho. Se sienten inspiradas a recitar los Vedas cuando ven que nuestros estudiantes hacerlo. Hay muchos niños pequeños sentados aquí. ¿Quién les ha enseñado a ellos a cantar los Vedas? Oyen atentamente mientras los estudiantes mayores cantan los Mantras y los aprenden de memoria. Sin embargo, hay personas educadas sentadas al lado de los muchachos que cantan los Vedas y que, sin embargo, permanecen con los labios cerrados. Swami los esta observando. ¿De qué sirve estar sentado con el grupo de los Vedas si no hacen esfuerzos por aprender y recitarlos? Son ladrones aún mayores. Escuchan cantos Védicos pero no participan en ellos. Uno debe escuchar y también recitar los Mantras a fin de experimentar la divinidad.

Los Vedas son la forma misma de Dios. Hay muchos Mantras para propiciar los cinco elementos (Pancha Bhutas). Los cinco elementos son nuestro mismo aliento vital. Sostienen nuestra vida. El mundo mismo es una manifestación de los cinco elementos. Pero la gente se olvida de expresar su gratitud a los cinco elementos. ¡Qué gran pecado es éste! Llenan sus mentes de información innecesaria y en consecuencia, no le dan el debido respeto a los cinco elementos. Cada cual debe necesariamente aprender los Vedas, contemplar sobre ellos y recitarlos de todo corazón. De nada sirve meramente aprender los Vedas si no los cantan. Hay quienes recitan los Mantras cuando están aquí pero los olvidan cuando salen afuera. Pueden ir a cualquier lugar pero deben repetir los Mantras por lo menos en su mente. Nunca deben volverse Vidya drohi, personas que no le hacen justicia al conocimiento que han adquirido. Un Vidya drohi puede volverse también un Daiva drohi (un traidor a Dios), y finalmente perderá la oportunidad de ser receptor de la gracia de Dios.

Los estudiantes pueden cometer errores inadvertidamente. Pero, una vez que se dan cuenta de sus errores, no deben repetirlos. Sean cuales sean los Mantras que oyen hoy, deben ser capaces de cantarlos mañana. Cuando todas las personas reciten los mantras al unísono y en perfecta armonía, Brahmán se manifestará justo delante de ustedes. Nuestros antiguos sabios y visionarios declararon: “He visualizado ese Supremo Ser que brilla con la refulgencia de un billón de soles y que está más allá de Thamas - la oscuridad de la ignorancia (Vedahametham Purusham Mahantham Adityavarnam Tamasa Parasthath).” El sonido de los Vedas es altamente sagrado. Es celebrado como la encarnación del sonido, de la movilidad e inmovilidad, de la luz, del habla, de la bienaventuranza eterna, de la perfección, de la ilusión y de la riqueza (Shabda Brahmamayi, Characharamayi, Jyotirmayi, Vangmayi, Nityanandamayi, Paratparamayi, Mayamayi y Shrimayi). Es obligación de todos aprender los Vedas. Si no es posible, por lo menos canten el Nombre de Dios. Cualquiera sean los Mantras Védicos que aprendan, deben ser capaces de recitarlos de manera apropiada. De otra forma, ¡no necesitan aprenderlos en absoluto! He visto a muchos muchachos, de los que aprenden los Vedas aquí, pero que los olvidan cuando van a Bangalore. Cantan uno o dos Mantras para satisfacer a los mayores que visitan el lugar. Esto no es para publicidad, es para su propio beneficio y para experimentar la bienaventuranza que deben recitar los Vedas. Los tres aspectos llamados trabajo (karma), adoración (upasana) y sabiduría (jñana), pueden ser comparados al cantar, practicar y experimentar la bienaventuranza. Deben trascender la envoltura de la sabiduría (vijñanamaya kosha) y entrar a la envoltura de la bienaventuranza (anandamaya kosha). La acción (karma) lleva a la adoración (upasana) que a su vez lleva a la sabiduría (jñana). Una vez que alcanzan la sabiduría (jñana), experimentarán paz y bienaventuranza. Todo depende de la acción (karma). No deben recitar los Mantras de una manera mecánica sólo porque otros los están recitando. Deben asimilarlos y digerirlos. ¿Para qué comen comida? ¿Es para preservarla en el estómago? No. El alimento tomado debe ser digerido y la esencia debe ser suministrada a todas las partes del cuerpo. De la misma manera, deben comprender y asimilar el conocimiento Védico y derivar fuerza de ello. Debe ser expresado en sus pensamientos, palabras y acciones. Deben tomar parte en la propagación de los Vedas y compartir su alegría con los demás. La gente dice que Dios es todopenetrante. Él está presente en todas partes en la forma de los cinco elementos. Cada elemento representa una forma de divinidad. Los cinco elementos juntos constituyen la forma del Atma. Cuando realicen esta verdad, experimentarán bienaventuranza divina.

¡Encarnaciones del Amor! ¡Estudiantes!

Todo lo que aprenden aquí, compártanlo con los demás. Pero no es suficiente si lo comparten con los demás, también deben poner su conocimiento en práctica y derivar beneficio del mismo. Preparamos muchos deliciosos platillos en la casa y los servimos a los invitados. ¿No es necesario que los consuman también? Igualmente, deben digerir el conocimiento Védico que han adquirido y también compartirlo con los demás. Todos los tipos de conocimientos se han originado de los Vedas. Por esto es que se alaban a los Vedas como el tesoro de conocimiento (sarva vijana sampatti). Pero desafortunadamente, no están haciendo el uso apropiado de este tesoro. Compartan su conocimiento en la medida en que lo han adquirido. Nunca olviden lo que han aprendido. Con un esfuerzo sincero, ciertamente serán capaces de alcanzar la realización en Dios. ¿Cómo alcanzó Markandeya la realización (Sakshatkara)? Él repitió el Mantra de cinco sílabas olvidándose de sí mismo. Como resultado, el Señor Ishvara apareció delante de él y derramó Su gracia sobre él. Aquellos de ustedes que desean tener la visión de Dios deben digerir la sabiduría Védica que han adquirido y compartirla con los demás.


Traduccion Arlette Meyer

Revision Verónica y Carlos Fazzari