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Discursos dados por Sai Baba

10. 06/05/03 El amor y el respeto a sus padres

AMEN Y RESPETEN A SUS PADRES Y SANTIFIQUEN SU VIDA

AMEN Y RESPETEN A SUS PADRES Y SANTIFIQUEN SU VIDA

6 de Mayo de 2003

Sai Ramesh Hall – Brindavan

Día de Ishvaramma

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“Cuando el hombre sale del útero de su madre, no trae ningún dinero

consigo. El dinero tampoco lo sigue cuando se va del mundo.

Hasta el millonario tiene que comer sal y arroz, no puede tragar oro para saciar su hambre.

Puede sentirse orgulloso de su riqueza, pero de ella no puede llevarse ni siquiera

un céntimo cuando deja el mundo. Al igual que la miel

recolectada por las abejas, la riqueza que uno amasa puede al final caer

en manos de un ladrón (donga) o de un rey (dora).” (Poema en telugú)

Cuando el hombre emerge del útero de su madre, no lleva guirnalda

alrededor de su cuello. Tampoco lleva joyas hechas de perlas o brillantes ornamentos de oro.

No tiene cadenas engastadas con piedras preciosas como las esmeraldas y los diamantes.

Tampoco tiene guirnalda de flores. Pero sí hay una guirnalda alrededor de su cuello.

Brahma ensarta las consecuencias de sus acciones pasadas en una pesada guirnalda

y la pone alrededor de su cuello en el momento de su nacimiento. (Poema en telugú)

¡Encarnaciones del Amor!

Todo individuo tiene una madre. El que no complace a su madre y se hace receptor de su amor no es un verdadero hijo. En el mundo de hoy, las madres que crían a sus hijos con el amor y el cuidado apropiados son muy raras. Se dice que “El cuerpo es un templo y el morador interno del mismo es Dios” (Deho Devalaya Proktho Jîvo Devah Sanathana). En cada templo, encontramos una campana. Pero, la campana presente en el templo del cuerpo humano no es visible afuera. Esta campana se conoce como Anahati. No es una campana que uno puede hacer sonar. Sin embargo, suena continuamente por sí sola todos y cada uno de los días, mientras la vida permanezca en el cuerpo humano. No es otra cosa que el corazón humano. Cuando la campana se detiene, el cuerpo pierde la vida. Entonces el cuerpo se vuelve cadáver (shavam). Mientras la campana sigue sonando, el cuerpo es considerado auspicioso (Shivam). El universo entero es el templo de Dios. En este templo del universo se puede oír continuamente el sonido de la campana ‘Om’. Por esto Dios es descrito como la “Personificación del sonido, de lo movible y de lo inmutable, de la luz, del habla, de la bienaventuranza eterna, de la trascendencia, del engaño y de la riqueza” (Shabda Brahmamayi, Characharamayi, Jyotirmayi, Vangmayi, Nityanandamayi, Paratparamayi, Mayamayi y Shrimayi). Hoy en día, en vez de entonarnos con ese sagrado sonido Om, prestamos nuestros oídos a la charla mundana y a las vanas habladurías. No podemos oír la divina voz de la “Eterna personificación de la Existencia, Conciencia y Bienaventuranza, Dios” (Akhanda Satchidananda Svarupa).

Una vez, en el templo de Vishveshvara en Kasi, el sacerdote (pujari) estaba ofreciendo el Arati a la deidad. De repente, una gran bandeja de oro cayó de arriba. El pujari se sorprendió y feliz la recogió para mirarla más de cerca. Había una inscripción en el plato que decía lo siguiente: “Debe ser entregado al devoto más grande. El que no canta el Divino nombre no está calificado para recibirla”. Entonces el pujari pensó, “Cada día, yo llevo a cabo el ritual de las mil adoraciones del lingam y el baño ceremonial (abhishekam) del Señor. Yo santifico mi tiempo cantando los sagrados mantras de los cuatro Vedas. ¿Puede haber un devoto mayor que yo?” En el momento en que su ego y orgullo nublaron su mente, el plato de oro en su mano se transformó en un plato de barro. Avergonzado, El inmediatamente lo puso en al suelo y el plato de barro volvió a ser de oro. A partir de ese día, a todos los que visitaban el templo se les pedía que tocaran el plato para averiguar si merecían recibir el plato de oro. Pero sucedía que el plato se volvía barro cada vez que lo tocaban. Continuó así por varios días. Había un devoto que cantaba siempre el nombre de Dios sin realizar ninguna otra práctica como la repetición (japa), austeridad (tapas), meditación (dhyana), etcétera. No tenía deseos. Había logrado el control de sus sentidos. Un día él visitó el templo. Al pedirle el pujari que tocara el plato, él dijo, “Señor, no tengo deseo alguno. Por esto, no quiero tocarlo.” El pujari insistió que lo tocara por lo menos para su propia satisfacción. El devoto no quiso disgustar al pujari y así tocó el plato. En cuanto el devoto tocó el plato éste empezó a brillar con más brillo. Las personas que presenciaron este evento lo rodearon y empezaron a preguntarle, “¡Oh! ¡Noble Alma! ¿Cuál es el método de adoración que sigues? ¿Cuál es el sadhana que realizas?” El respondió. “Yo no realizo ningún japa, tapa, Yajna (sacrifico) o yaga (ritual). Sólo sirvo a los pobres. Son muy amados por Dios.”

Ni las penalidades, ni los peregrinajes, ni el estudio de las escrituras, ni por la

repetición del nombre puede uno cruzar el océano de la vida. Sólo se puede lograr

sirviendo a los piadosos. (Verso en sánscrito)

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A partir de entonces, muchas personas ricas empezaron a visitar a Kasi para ver a este devoto. Siempre que hay personas ricas, es natural que los pobres también se reúnan para mendigarles limosnas a los ricos. Este devoto se conmovió al ver su patética condición y resolvió para sí, “Dios ama mucho a los pobres. Por esto ha atraído a tantos de ellos a Su morada. Dios será complacido sólo si se les cuida bien. Esto es lo que me gusta hacer. Seré feliz sólo si soy capaz de aliviar el sufrimiento de esta pobre gente y de hacerlos felices”. A partir de entonces, El continuó sirviendo a los pobres y necesitados con mayor devoción y entusiasmo. Esto fue una revelación para los ricos que se reunían allí.

“Hasta el millonario tiene que tomar sal y arroz. El no puede comer oro para saciar su hambre. Puede uno sentirse orgulloso de su riqueza, pero no puede llevarse ni siquiera un solo céntimo con el cuando deja el mundo”. Siendo éste el caso, ¿por qué deben luchar por amasar riqueza? En lugar de esto, es mejor que se esfuercen por lograr la gracia divina. Si contemplan a Dios todo el tiempo de manera continua con una devoción centrada, El se ocupará de todas sus necesidades. Esto fue lo que el devoto le enseñó a todos los que se habían reunido allí. El dinero que acumulamos no nos seguirá. ¿A quién le irá al final? Nadie lo sabe. No es posible tomar ni siquiera un céntimo con nosotros. Debemos emprender acciones correctas y ganarnos el mérito para merecer la gracia divina. Cuando nacen del útero de su madre, no tienen guirnaldas alrededor de su cuello, aunque sí hay una guirnalda segura, la que Brahma ensarta con las consecuencias de todas sus acciones pasadas, buenas o malas, en una pesada guirnalda que pone alrededor de su cuello. Nadie puede venir al mundo sin esta guirnalda del karma. El hombre olvida esta verdad y anhela siempre placeres y comodidades. ¿Cuánto tiempo pueden durar los placeres mundanos?

“Ma Kuru Dhana Jana Yauvana Garvam

Harathi Nimeshath Chala Sarvam.”

“No te enorgullezcas de tu riqueza, progenie y juventud;

La marea del tiempo puede destruirlos en un momento.”

Los jóvenes se sienten orgullosos de su juventud y riqueza. Pero éstas son momentáneas. Tomando conciencia de esta verdad, deben acumular la riqueza de la gracia divina. Después de impartir esta sagrada enseñanza a la gente a su alrededor, el devoto empezó a salir del templo. Al salir el, el plato de oro también lo siguió. Junto con el plato, todas las monedas empezaron a rodar detrás de él. Entonces los mendigos empezaron a venir detrás del devoto pidiendo el dinero. El devoto dijo, “Amados míos, ¿de qué sirve pedírmelo a mí? Dios es el guardián de todos. El es el más rico de todos. Por esto, órenle a El”. Al irse alejando, muchas monedas empezaron a caer del plato de oro. Los mendigos recogían esas monedas. El devoto entró en estado de éxtasis y cerró sus ojos. Tuvo la visión del Señor Vishveshvara. Le oró, “¡Oh! Señor Vishveshvara. Tú eres el amo de todo el universo. ¿No puedes ocuparte de esta pobre gente? Por favor, derrama Tu gracia en ellos”. El orar por el bienestar de todos con amor desinteresado es la más noble de las oraciones. Ese devoto no tenía traza de egoísmo. El oraba por los demás con amor desinteresado. Por ello, Dios quedo complacido con el. Deben siempre orar de una manera desinteresada. Sólo una oración así derretirá el corazón de Dios. De nada sirve orarle a Dios con objetivos mundanos. Dios, que es la personificación del amor, reside en nuestro corazón (hridaya). El corazón, hridaya, es conocido como anahati. Es la campana que suena continuamente. Dios, el residente de nuestro corazón, la mantiene sonando. Debemos escuchar el sonido de esa campana.

Nuestras escrituras han prescrito nueve caminos para la devoción: El escuchar (shravanam), el cantar (kírtanam), el contemplar a Vishnu (Vishnusmaranam), el servir a Sus Pies de Loto (padasevanam), el saludarlo (vandanam), el adorarlo (archanam), el servir (dasyam), la amistad (sneham), y la propia rendición (Atmanivedanam).

La propia rendición o entrega es la verdadera ofrenda que deben hacer a Dios. El no está interesado en las ofrendas mundanas que hacen. Lo que deben ofrecer a Dios es ese mismo corazón que El les ha dado. “¡Oh! ¡Dios! Yo ofrezco el corazón que Tú me has dado. ¿Qué más puedo ofrecer a Tus Pies de Loto? Por favor acepta mis reverencias.” (Poema en telugú). Dios no está interesado en la riqueza que han ganado o acumulado. El no carece de riquezas. El es la Propia Forma de Vishnu (Vishnu Svarupa). Si la diosa de la riqueza Lakshmi misma reside en Su pecho, ¿qué pueden ofrecerle a El? El vehículo del ave (El Señor Vishnu tiene al ave Garuda como Su vehículo) tiene a la diosa Lakshmi en Su pecho. ¿Por qué han de pedirles limosnas a otros? Por esto no necesitan darle nada a Dios. El sagrado corazón que El les ha dado debe serle devuelto a El. Debido al efecto de la Edad de Kali, la gente no está dispuesta a ofrecer a Dios el corazón que El les ha dado. Están ofreciendo la riqueza que han acumulado. ¿Cómo pueden hacerle una ofrenda tan baja y mezquina? Deben ofrecer su corazón a Dios. Esto se llama Anahata dharma. Esto es el verdadero tesoro que debemos salvaguardar siempre.

¡Encarnaciones del Amor!

Debido al efecto de la Edad de Kali, la devoción y el desapego se han vuelto artificiales. La gente está tratando de complacer a otros, pero no a Dios. Deben emprender actividades que complazcan a Dios. Si van de acuerdo a sus propias preferencias y aversiones, ¿cómo puede Dios estar complacido con ustedes? Lo que Dios más ama es el Amor de Corazón (Anahata Prema). Su corazón debe rebozar de amor, sacrificio y bienaventuranza. Pueden hacer cualquier cantidad de ofrendas, pero si no ofrecen su corazón a Dios, El no las aceptará. El puede pretender haber aceptado esas ofrendas, pero El las tirará. Deben ofrecerle lo que le complace a El. Esto es un corazón que es llamado anahati. Es el centro del amor y la bienaventuranza. De hecho, es la base de todo. Si no ofrecen ese sagrado corazón a Dios, ¿de qué sirven las otras ofrendas? Dios no está interesado en tales ofrendas artificiales. Si se encuentran con gente pobre, denle lo que requieren. Si están temblando en el frío, denles una cobija. Deben darles lo que necesitan, pero no lo que les gusta a ustedes darles.

En aquellos días (los días escolares de Swami), cuando regresábamos de la escuela de Bukkapatnam en las tardes, la Madre Ishvaramma preguntaba amorosamente lo que había sucedido en la escuela ese día. Ella no tenía ninguna educación formal. Un día, los niños le dijeron, “Madre, hoy un maestro llamado Kondappa hizo que nuestro Sathya se quedara parado sobre el banco”. Empezaron a criticarlo. La Madre Ishvaramma intervino y dijo, “Niños, no deben hablar mal de su maestro. Ningún maestro castigará a su estudiante sin una buena razón. Nuestro Sathya puede haber cometido algún error”. Entonces ella Le preguntó, “Sathya, ¿cuál es el error que Tú cometiste?” Swami le dijo los hechos como habían sucedido. Kondappa ordenó, “Los que han escrito sus notas deben colocarlas en su pupitre. Los otros deben pararse en su banco”. Swami, no había escrito sus notas. Ese fue Su error. Por esto, El se paro en el banco. También dijo algo que era muy necesario. Swami dijo, “Señor, ¿pueden todos estos muchachos que han tomado las notas responder a sus preguntas? Aunque no he tomado las notas, Swami puede responder a cualquier pregunta que le haga”. Kondappa pensó que El era egoísta y le ordenó pararse en el banco durante tres períodos de clase. Swami le obedeció y se paro en el banco. Mientras tanto, el otro maestro, Mahbook Khan vino al salón de clase. Era un musulmán y una noble persona. Sintió pena de ver a Swami parado en el banco. Le preguntó, “Kondappa, ¿por qué has hecho que se pare este muchacho en el banco?”. “El no ha tomado notas, por esto el castigo”, dijo Kondappa. Mahboob Khan Lo defendió diciendo, “¿Qué hay si El no ha tomado las notas? El puede responder a todas tus preguntas y esto es suficiente. Pídele que se sienta.” Pero Kondappa insistió en que debía ser castigado porque había desobedecido su orden. La campana sonó y Kondappa tenía que ir a otra clase, pero no pudo levantarse de la silla. Inicialmente el pensó que su dhoti se había enganchado en un clavo en la silla. Pero no era así. ¡Estaba pegado a la silla! Cuando el trató de levantarse de la silla, la silla también se vino con el. Entonces Mahboob Khan dijo, “Kondappa, El no es un muchacho ordinario, El es El Uno con grandes poderes divinos. Tú Lo has castigado sin una razón apropiada. Por lo menos ahora, pídele que se sienta”. Kondappa se dio cuenta de su error y le dijo a Swami que Se sentara. Inmediatamente, el pudo levantarse de la silla. Cuando se le hubo contado todo esto a la Madre Ishvaramma, ella dijo, “Amado Sathya, no debes castigar a tu propio Guru”. Swami le dijo, “No lo castigue; de hecho, el mismo se castigó.” Ella impartió una sagrada enseñanza a los niños diciendo, “Amados míos, van a la escuela para estudiar. Lo que aprendan, pónganlo al uso apropiado. Sólo entonces podrán ser llamados verdaderamente educados y obtendrán el apelativo de Sakshara. Si no hacen el uso apropiado de su educación, se vuelven un rakshasa (demonio). Hagan los esfuerzos para ganarse el título de Sakshara”. Entonces ella Le dijo, “¡Sathya! En cualquier momento y bajo cualquier circunstancia, no sientas odio hacia nadie. Ama a todos y Tú serás amado por todos”. De hecho, no hay traza de odio o enemistad en Swami en ningún momento. Swami ama a todos. Por esto todos Lo aman. No es un tránsito de una sola vía. Deben dar y tomar. Es así como la Madre Ishvaramma les enseñó a los niños, muchos sagrados ideales. Uno, no necesita tener ninguna educación formal a fin de impartir tales enseñanzas sagradas. Son muchos lo que están altamente educados, pero ¿de qué sirve? No ponen su conocimiento al uso apropiado. Habiendo recibido muchas sagradas enseñanzas, deben practicar por lo menos una de ellas. Lleven a cabo su adoración y canten los bhajans con devoción. Es suficiente si practican y experimentan por lo menos una palabra de los bhajans que cantan. Por ejemplo, alaban a Dios como “Personificación del Amor” (Premasvarupa). En consecuencia, deben desarrollar amor y compartirlo con los demás. Sólo entonces pueden comprender y experimentar la divinidad.

La Madre Ishvaramma solía impartir muchas nobles enseñanzas a los devotos cuando se reunían a su alrededor. Swami le había dado una pequeña habitación en Prashanti Nilayam. Muchas damas iban allí y le rogaban, “Madre, hemos estado aquí por mucho tiempo. Por favor dígale a Swami que nos otorgue una entrevista”. Ella solía decirles, “Queridas, Swami puede parecer pequeño a sus ojos, pero El no escucha a nadie. El no actúa en base a recomendaciones. El les dará lo que merezcan. Deben tratar de comprender el principio divino de Swami”. De esta manera, ella solía dar la guía apropiada a los devotos. Un día, ella Le dijo, “¡Sathya! Tu nombre y fama se han extendido por doquier. El mundo entero está viniendo a Ti. Por favor otórgale paz al mundo con Tu voluntad Divina (Sankalpa). Swami le dijo, “No es que Swami tenga que emitir un sankalpa, un mandato divino, para la paz del mundo. Cada uno debe alcanzar la paz por sí mismo, porque el hombre, por naturaleza es la encarnación de la paz. El es la encarnación de la verdad. El es la encarnación del amor”. Deben manifestar su amor. Deben experimentar la paz dentro. Deben seguir el camino de la verdad. “Hablen la verdad y practiquen la rectitud” (Satyam Vada, Dharmam Chara). Pueden lograr cualquier cosa si siguen este principio.

Desde tiempos antiguos, ha habido muchas nobles madres que han guiado a sus hijos por el camino correcto. El futuro de la nación descansa en las manos de las madres. Por esto uno llama a su propio país como la madre patria. Bharat es el lugar de nacimiento de muchas nobles madres. Nuestra antigua cultura le ha acordado primer lugar a la madre. El padre viene sólo después. Hasta en las tarjetas de invitación escribimos Smt. y Sri (srimati = señora; sri = señor). El esposo puede ser altamente educado y ocupar una posición de autoridad. El puede ser presidente de la nación. Sin embargo, no podemos escribir Sri y Srimati al enviar una invitación. Srimati tiene que venir primero. Desde antaño las mujeres eran tratadas con gran reverencia y respeto en Bharat. Esta tierra de Bharat es altamente sagrada. Pero, desgraciadamente, la gente ha perdido el amor hasta por su madre patria.

El que ama a su madre y recibe su amor es un verdadero ser humano. El que no puede ganarse el amor de su madre es en verdad un demonio. Por esto, respeten y reverencien a su madre. Experimenten y disfruten del amor de su madre. Dediquen su vida a la felicidad de su madre. Pueden adquirir cualquier cantidad de grados; pueden emprender cualquier cantidad de actividades sagradas, pero todas ellas resultarán fútiles si no complacen a su madre. No hay nadie superior a la madre en este mundo. Los Vedas han acordado un lugar de la más alta prominencia a la madre cuando declararon, “Reverencien a su madre como a Dios, a su padre como a Dios, a su preceptor como a Dios y a su huésped como a Dios” (Matru Devo Bhava, Pitru Devo Bhava, Acharya Devo Bhava, Atithi Devo Bhava). En este mundo puede haber un hijo que no ame a su madre, pero no puede haber una madre que no ame a su hijo. Puede haber diferencias de opinión entre ellos, pero el amor materno nunca disminuirá.

¡Encarnaciones del Amor!

Es su deber primordial como hijos el amar a su madre. Tan pronto como se levantan en la mañana, lo primero que deben hacer es tocar los pies de su madre y ofrecerle sus reverencias. Esta noble práctica los protegerá siempre y les otorgará todo tipo de riquezas.

¡Estudiantes!

Ustedes van a ser padres y madres en el futuro. Serán amados y respetados por sus hijos sólo si aman y respetan a sus padres ahora. Tendrán que enfrentar la reacción, resonancia y reflejo de sus acciones. Si respetan a sus padres, habrá ricas recompensas para ustedes en el futuro.

Hoy estamos celebrando el Día de Ishvaramma. Swami quiere contarles un incidente que habla de Su inmensa compasión y amor por los niños. En aquellos días, estudiantes de varios estados y países estaban asistiendo a las Clases de Verano. Gokak, que solía conducir las clases, era un estricto disciplinario. Era un hombre de gran carácter y sacrificio, así como un gran académico. El conducía las clases de una manera ejemplar. Un día, los estudiantes estaban almorzando en el comedor. Uno de los muchachos se levantó y salió antes de que los demás terminaran su almuerzo. Gokak, que observaba esto por la ventana, lo llamó y lo regaño por su acto de indisciplina. “Mientras tus compañeros estudiantes están comiendo, tú no debes levantarte en medio aunque ya hayas terminado de comer. Es igual a insultarlos”. Diciendo esto, Gokak lo suspendió de las clases. El muchacho estaba en lágrimas, pero Gokak no se conmovía. El muchacho fue a la habitación de la Madre Ishvaramma, cayó a sus pies y empezó a llorar. El le contó acerca del fuerte castigo que Gokak le había impuesto. Le rogó a ella que lo salvara. Ishvaramma lo consoló y le despachó. Ella se sentó en los escalones donde Gokak pasaría. Después de un rato Gokak pasó por allí. Ella le ofreció sus salutaciones y El respondió reverentemente. Entonces ella dijo, “Cuando te saludé, tú me saludaste a tu vez. De la misma manera, si castigas a otros, serás castigado a tu vez. El muchacho en su inocencia ha cometido un error. Por favor perdónalo y permítele asistir a las clases.” Entonces Gokak respondió, “Madre, si yo le perdono, esto establecería un mal precedente para los demás. De todos modos, yo le perdonaré sólo por complacerte”. De esta manera, ella se desvivía por ayudar y proveer comodidad y solaz de los demás.

Inevitablemente tendrán que enfrentar las consecuencias de sus acciones. Si hablan a otros de una manera dura, esto regresará a ustedes como resonancia. Si golpean a otro, regresará a ustedes como reflejo. Por ende, no les hagan daño a otros. Hagan el bien, sean buenos, vean el bien y hablen lo bueno. Entonces, serán bendecidos con ricas recompensas. Aunque la Madre Ishvaramma no tenía ninguna educación formal, ella se conducía de una manera ejemplar. Ella tenía una profunda sabiduría. La enseñanza que la Madre Ishvaramma le impartió, permaneció grabada en el corazón de Gokak. Luego, cuando vino como Vicerrector en Puttaparti, El solía recordar sus palabras de sabiduría. El la recordaba cada día. El solía decir, “Yo veo a Ishvaramma en mis sueños muy a menudo. Yo sigo su consejo implícitamente”.

No debemos criticar a los demás. No debemos hacerles daño a los demás ni burlarnos de ellos. Debemos amarlos a todos. Esto es lo que la Madre Ishvaramma enseñaba a todos. Cumplan con su deber sinceramente. Entonces, ciertamente progresarán en la vida. Quienquiera que sea, sigan las sagradas enseñanzas de sus mayores. La gente atribuye ciertas enseñanzas a Rama, Krishna, y otros. No importa si es Rama o Krishna, indaguen en el qué, por qué, cuándo, dónde y bajo cuáles circunstancias ellos dieron esas enseñanzas. Deben recordar el contexto en el cual aquellas enseñanzas fueron impartidas y actuar en consecuencia. Si obedecen el mandato de los mayores y de las personalidades divinas, ciertamente alcanzaran una posición encumbrada en la vida.

Muchos estudiantes no le ponen atención a las palabras de su madre. Es un grave error. Las madres hablan desde su corazón deseando el bienestar de sus hijos. Deben comprender sus sentimientos y darle el debido respeto a sus palabras.

¡Encarnaciones del Amor! ¡Muchachos y Muchachas!

Obedezcan las órdenes de sus padres. Ciertamente serán bendecidos con todo tipo de educación y fuerza. No necesitan hacer esfuerzos especiales para adquirirlos. Desempeñen su deber sinceramente. Nunca desechen las palabras de sus padres. Síganlas con amor y santifiquen su vida. Deseando que les den felicidad a sus padres y así pongan un ideal para sus hijos, Swami los bendice y concluye Su discurso.

(Bhagavan concluyó Su discurso con los Bhajans “Satyam Jñanam Anantam Brahma...”.)


Traduccion Arlette Meyer

Revision Verónica y Carlos Fazzari