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Discursos dados por Sai Baba

08. 28/03/96 Dejen que Rama habite en sus corazones

Dejen que Rama habite en sus corazones

Dejen que Rama habite en sus corazones

28 de Marzo de 1996

Vedha-vedhye Pare Pumse Jathe Dasharathathmaje Vedhah Prachethas Aseeth Sakshath Ramayanathmana ¡Encarnaciones de Amor! Cuando el Señor, el conocedor de los Vedas, nació como el hijo de Dhasharatha, Prachethas realizó lo Divino escribiendo el Ramayana.

La historia de Rama es la historia de alguien que estaba lleno de la dulzura de la compasión. Esta historia es el camino real hacia el progreso humano y una vida ideal.

El principio de Rama es una combinación de lo Divino en lo humano y de lo humano en lo Divino. La historia inspiradora de Rama presenta el código ético triple relacionado con el individuo, la familia y la sociedad. Si la sociedad ha de progresar correctamente, la familia debe ser feliz, armoniosa y unida. Para que haya unidad en la familia, los individuos que la componen deben tener un espíritu de sacrificio. La historia de Rama ejemplifica los códigos éticos que gobiernan al individuo, la familia y la sociedad.

La historia de Rama predica muchos ideales. Los niños de hoy prestan muy poca atención a las palabras de sus padres. Los padres tampoco ponen gran interés en criar niños ideales.

El preceptor no inspira respeto en la actualidad. Los maestros muestran poco afecto por los estudiantes. El odio y el rencor están creciendo entre las personas. El amigo de hoy se vuelve el enemigo de mañana. Se le roba al parentesco mismo sus lazos de afecto.

La contaminación ha manchado cada esfera de actividad; el comercio, la educación, la agricultura, la política, etc. y ha causado una degradación generalizada en la sociedad. Las ideas y las acciones degradantes se han difundido en cada esfera.

En una situación semejante, el Ramayana proporciona los ideales y los ejemplos para reformar a la sociedad.

Invoquen a lo Divino al ir en pos de sus objetivos Narayana gobierna el mundo. Narayana está bajo el hechizo de Su nombre. El nombre está bajo el control del devoto. Por lo tanto, cada persona debería invocar a lo Divino, al ir en pos de sus objetivos.

El mundo de hoy se halla en una situación difícil y extraña. Cada paso que da el hombre está manchado por la maldad. La falsedad se halla presente en todas partes. Los hombres han perdido la visión de las cosas grandes. Todos los deseos surgen del egoísmo y son insaciables. El control de los sentidos se ha vuelto raro. La verdad, en síntesis, es que la condición humana ha desaparecido.

Por otra parte, también se manifiesta otra cosa extraña. Grandes cantidades de personas se congregan para escuchar discursos y charlas espirituales pronunciadas por hombres sabios; escuchan las charlas, las disfrutan, pero no practican ninguna de las enseñanzas.

Como resultado, aunque hay una abundancia de enseñanza espiritual, el desorden y la inquietud prevalecen porque pocas personas practican lo que aprenden. ¿Qué cosecha pueden obtener del lecho seco de un lago? Aunque el hombre ha reconocido la Divinidad inherente en él, no vive de acuerdo con esta creencia. El precepto sin la práctica no tiene valor.

El triple Dharma del individuo, la familia y la sociedad Rama es el ejemplo supremo de alguien que observó en su vida el triple Dharma relacionado con el individuo, la familia y la sociedad.

Cuando cada persona en el país observe este triple Dharma, habrá paz y prosperidad en la nación.

El sol ilumina al mundo, durante el día. La luna esparce su luz, durante la noche. Pero el Dharma (la Rectitud) ilumina los tres mundos en todo momento. Se dice que un buen hijo se convierte en un faro para todo el clan. Todos deben esforzarse por volverse Suputhras (buenos hijos). No es suficiente tener hijos. Éstos deben ser hijos buenos y dignos. Ramachandhra era un hijo así.

Del mismo modo que un jazmín trepador llena un bosque entero con su fragancia, un hijo noble glorifica no sólo a su familia, sino a su clan entero. En esencia, todos los seres humanos son Suputhras (buenos hijos). Sin embargo, su conducta los convierte en hombres malos.

El autor del Ramayana se llama Prachethas. ¿Cómo adquirió este nombre? Prachethas es el nombre de Varuna, el Dios de la Lluvia. El nombre original del poeta era Rathnakara. Después de haber sido iniciado, comenzó a meditar en el nombre del Señor y perdió completamente toda conciencia corporal. Un hormiguero creció sobre su cuerpo, que dejó de ser visible desde afuera. En ese momento, Varuna causó la caída de un fuerte aguacero. Esa fuerte lluvia arrasó con el hormiguero, dejando al sabio al descubierto.

Debido a que Prachethas fue el responsable de que el sabio saliera a la luz, éste recibió el nombre Prachethas (el vástago de Prachethas). También recibió el apelativo de Valmeeki porque había salido de “Valmeeka”, un hormiguero.

Prachethas se convirtió en el compositor sagrado e inmortal de la epopeya Ramayana, que ha sido para la humanidad una fuente perenne de inspiración. Cualquier persona que pueda liberarse hoy de la mente, el apego y el carácter posesivo que la envuelven, y que medite constantemente en Dios, se volverá pura y sagrada como Valmeeki.

Lo Divino y lo humano Cada hombre está dotado de una mente. La mente es algo misterioso. Puede parecer totalmente estacionaria y sin embargo, moverse a mayor velocidad que la luz. Cualesquiera que sean los nacimientos que pueda experimentar una persona, y cualesquiera que sean los cambios de nombre y forma que puedan ocurrir, la mente permanece inalterada. Lo sigue a uno de un nacimiento a otro. Éste es el comportamiento peculiar de la mente. En este contexto, ¿cómo ha de manifestar uno su condición humana? El hombre debe seguir el ejemplo de la abeja, que liba la miel dulce incluso de una flor amarga. Del mismo modo, uno debe buscar lo bueno incluso en lo que es aparentemente malo. Hay algo bueno en lo que es malo.

Valmeeki declaró que él vio lo Divino en la forma humana de Rama. Rama, quien era la Divinidad misma, fue visto como un ser humano. “Madhava es humano. El hombre es Madhava”. Dios no puede ser experimentado, a menos que aparezca en forma humana.

La encarnación como ser humano es esencial para reconocer a Dios. Por eso se dice que “Dhaivam manusha ruupena” (Dios aparece en forma humana).

Rama no anunció en ningún momento que era Dios. Él declaró que era el hijo de Dhasharatha. En sus palabras, aunque estaba presente lo humano, también estaba la iluminación de la Divinidad.

Dios no está separado del universo. El cosmos entero es la misma forma de Dios. Pero el hombre, engañado por su vestidura física, olvida su Divinidad.

Todos son encarnaciones de lo Divino Rama y Krishna son considerados Avathares. Esto no es así.

En su forma humana, ellos son muy parecidos a otros hombres comunes. Todos ustedes son encarnaciones de lo Divino.

Reconozcan este hecho y fortalezcan este sentimiento en su interior.

La idea de que Dios es diferente de ustedes ha de ser abandonada.

Tienen que desarrollar el sentimiento de que Dios no es diferente de ustedes.

En ocasión de Ramanavami, las personas aclaman el advenimiento de Rama y recuerdan sus diversos logros. Pero todos deberían recordar que son imágenes de Rama. “Ramayathi ithi Ramah” (Quien atrae a otros es Rama). En cada persona existe este poder de atracción. Debido a este poder magnético, el hombre es capaz de disfrutar del mundo. Él desarrolla muchos deseos mundanos, pero jamás está satisfecho. Obtiene satisfacción del descontento.

Eso es un indicio del poder de atracción divino. No hay límite para este poder. Todos pueden experimentar la Divinidad interior.

La diferencia entre Rama y Ravana Observen la diferencia entre Rama y Ravana. Ambos eran igualmente eminentes desde el punto de vista intelectual, y eran grandes eruditos. Ravana era un gran hombre. Rama era un buen hombre. Se ha de comprender la diferencia entre grandeza y bondad.

Ravana, debido al egoísmo y al deseo incontrolado, utilizó mal su conocimiento y provocó su propia ruina. Rama usó su conocimiento para el beneficio de las personas y las hizo felices.

Ravana no digirió su conocimiento correctamente y sufrió las consecuencias de la indigestión. La diferencia entre Rama y Ravana es la que existe entre el Dharma (la Rectitud) y el Adharma (la ausencia de Rectitud).

Rama y Ravana están presentes en cada ser humano. Cuando una persona toma rumbos incorrectos, se convierte en un Ravana.

Cuando las personas siguen la senda de la verdad y la rectitud, se vuelven Ramas.

El precepto y la práctica han de ir juntos, así como la medicina y la dieta alimenticia. Meditando en Dios, uno debe emprender actividades sagradas. Es inútil estudiar o escuchar discursos espirituales sin llevar una vida espiritual. Rectitud significa vivir de acuerdo con los dictados de la propia conciencia. Actuar violando la conciencia está mal. Para darse cuenta de esto, no es necesario estudiar libros.

Las verdades expuestas en el Ramayana son aplicables a toda la humanidad. Rama representa el estado elevado del corazón humano. Rama alberga el tesoro de la compasión. ¿Dónde podrán encontrar tal verdad, compasión y Gracia? Todos los pensamientos surgen del corazón y conducen a la acción. Por lo tanto, el corazón es la fuente de todos los pensamientos, palabras y acciones. ¿Cuál debería ser la condición del corazón? Debe estar lleno de Dhaya (compasión). Hoy Dhayyam (el demonio) se ha instalado en el corazón. El demonio en el corazón es la razón de todo lo malo y de la ausencia de compasión.

Todos son responsables de su condición Si hoy los hombres sufren debido a la inquietud y la falta de paz, sus propias acciones son responsables de este estado. Ningún Gurú y ninguna otra persona tienen la culpa. Y tampoco se le puede echar la culpa al cambio de año. El año no es responsable de la felicidad o desdicha. Sólo ustedes lo son. Sólo ustedes son responsables de su condición y experiencias. Hagan que sus pensamientos sean puros. Tomen conciencia de que son humanos y que lo Divino está en lo humano.

El hombre tiene la opción de seguir el Pravritthi Marga (el camino de los objetos mundanos, externos) o buscar la bienaventuranza que hay en Nivritthi Marga (el interno). Todos son responsables de su condición. Se ha vuelto un mal hábito echarle la culpa a otros por la situación difícil de uno. Cada uno debería reconocer sus propios defectos. No hay mayor pecado que acusar a otros.

Uno debería ver lo Divino en otros. Cuando esta actitud crezca, la nación prosperará. Los hombres poseen un potencial inmenso para el bien o para el mal. Mediante sus buenos pensamientos y sus buenas acciones, los hombres pueden transformar la condición de la nación.

A pesar de los innumerables logros científicos y tecnológicos del hombre, debe comprenderse que la vida humana no es permanente.

La muerte puede sorprender a cualquier persona en cualquier momento. El hombre posee todas las potencias en su interior.

Todos deben comprender esta verdad. El hombre es el hacedor de su país o puede causar su ruina. Los hombres promueven la prosperidad de su nación o causan su degradación. Cuando se cultive la condición humana, la nación será próspera.

Los hombres han logrado muchas cosas en diversos campos, desde bombas atómicas hasta viajes espaciales. Han adquirido un gran poder destructivo. Pero no comprenden que, por su misma naturaleza, el cuerpo humano es transitorio. Debe reconocerse esta verdad, mientras el cuerpo dure. Tienen que vivir una vida sagrada.

Rama nació hace miles de años. Él adhirió al Dharma. Krishna vino después y propagó grandes verdades. Condujo a los Pandavas a la victoria. Enseñó el Gita. ¿Dónde están ahora? ¿Qué ha ocurrido con todos los orgullosos gobernantes del pasado?

¿Cuántos han nacido y han muerto? La muerte es segura. Pero antes de que llegue el fin, uno debería llevar una vida ejemplar y servir a la nación.

El papel de los Avatares Todos deberían comprender que son encarnaciones de lo Divino. Podemos hablar sobre los avatares de Rama y Krishna, pero el avatar actual de ustedes no es menos significativo. Todos esos avatares vinieron para decirle a la humanidad que todos los seres humanos son avatares (encarnaciones de lo Divino).

Habiendo nacido como seres humanos, los hombres deberían conducirse como encarnaciones de lo Divino (como seres en los cuales reside el espíritu Divino). Reconociendo su realidad espiritual, ustedes deberían vivir siempre en Athma-thathva.

El hombre, que debería progresar hacia arriba día a día, está yendo cuesta abajo. Ésta no es la forma correcta de aprender.

Cada día ustedes deberían ascender hacia lo Divino. “Yo soy Dios.

Dios no es diferente de mí”. Ésta es la convicción con la que los hombres deberían vivir.

“Todos son deidades” Algunas personas oran diciendo “Sarvadhevatha Svaruupaya namah” (Ofrezco mi salutación a Aquel que encarna las formas de todas las deidades). ¿Cuántas deidades hay? Amenos que existan muchas deidades, la plegaria no tiene sentido. Lo que implica la plegaria es: “Todos son deidades”. Nuestros ancestros solían referirse a treinta millones de deidades. ¿Qué significa esto? En esa época, había treinta millones de seres humanos en Bharat. Ellos los consideraban a todos seres Divinos. Hoy tenemos mil millones de personas en Bharat. Por lo tanto, hay mil millones de seres Divinos en Bharat. Si toman la población del mundo, en la actualidad hay 5.700 millones de personas. Todos son seres Divinos.

Esa Divinidad está dentro de ustedes. ¿Cuál es el origen de la fuerza vital en ustedes? Hoy los hombres crean robots que funcionan como seres humanos. Pero no hay vida en ellos. Hay un mundo de diferencia entre los robots artificiales hechos por el hombre y los seres humanos vivientes reales. Hoy las personas se sienten atraídas por las creaciones artificiales y no son conscientes del inmenso potencial latente en los seres humanos. Tienen que respetar la potencia del ser humano.

Ésta es la lección que Rama enseñó. Veneraba a sus padres.

Cumplía fielmente con sus mandatos. Sin tener en cuenta las consecuencias, Él cumplió sus órdenes con amor. Sentía un amor inmenso por sus hermanos. Había unidad y armonía entre ellos.

El amor que existía entre Rama y Bharata Al llegar a la selva, Rama envió el siguiente mensaje por intermedio de Sumanthra (quien había conducido el carruaje): “Mi hermano Bharata ya ha de estar de regreso en Ayodhya. Dile a Bharata que debe haber completa unidad en la familia. Él debe amar a Kausalya y a Sumithra del mismo modo en que debe amar a su madre, Kaikeyi. No debe hacer ninguna distinción entre ellas”. Sin embargo, incapaz de soportar el tormento de la separación de Rama, Bharata utilizó palabras ásperas contra su madre. Ni siquiera hizo una excepción con el preceptor de la familia, Vashishtha. Vashishtha se acercó a Bharata y le dijo: “Rama se ha ido a la selva. Debes prepararte para la coronación. En cuanto estés listo, fijaré el momento auspicioso para la ceremonia”.

Bharata perdió por un momento el sentido de respeto que debió haber tenido por la palabra del preceptor. Rama era el mismo aliento vital de Bharata. Le habló a Vashishta con gran angustia:

“¿Acaso he de gobernar un reino que desterró a Rama y hundió a Ayodhya en el pesar? No menciones el nombre del reino que envió a mi Rama a la selva. No necesito semejante reino, manchado por una injusticia tan deplorable”. Ésta era la clase de amor que existía entre los hermanos.

En una oportunidad, cuando los hermanos eran niños, Rama se acercó a su madre, Kausalya, lleno de alegría. Kausalya le preguntó cuál era la razón de su alegría. Rama dijo: “Estoy inmensamente feliz hoy porque Bharata ganó en el juego que estábamos jugando”. Rama se regocijaba ante el éxito de sus hermanos.

Mientras tanto, Bharata llegó llorando a Kausalya. Ella le preguntó:

“¡Bharata! ¿Por qué estás llorando? Rama está muy feliz con tu victoria”.

Bharata respondió: “¡Madre! Estoy muy triste porque Rama eligió perder deliberadamente para que yo ganara”. El hermano mayor se regocijaba ante la victoria del hermano menor. Este último se sentía triste por su victoria y la derrota del hermano mayor.

¡Cuánto amor mutuo prevalecía entre los hermanos! Tal era la unidad pura y sagrada que existía entre los hermanos en ese tiempo.

Rama está dentro de ustedes Rama siempre estaba profundamente interesado en el bienestar de sus súbditos. Promovió la unidad entre la gente. Éste es el deber de todos en el nivel individual. Cada individuo tiene que desarrollar cuatro cualidades: Igualdad, Integridad, Unidad y Fraternidad. La personalidad de un individuo florece cuando posee estas cuatro cualidades. Una familia compuesta por individuos de esta naturaleza es de gran valor para la sociedad.

No es suficiente con que las personas meramente festejen el cumpleaños de Rama y glorifiquen el Ramayana un día por año.

Cada uno debería desarrollar las cualidades de Rama dentro de sí.

Deben experimentar la Divinidad de Rama dentro de ustedes, no importa cuál sea el nombre de ustedes. Desde el punto de vista Áthmico, ustedes son Rama o Krishna.

No basen sus vidas en el cuerpo, que es transitorio. El espíritu que mora en su interior es inmortal. El cuerpo es Karmakshethra, el campo de acción. El corazón es Dharmakshethra, la morada de la rectitud. La condición humana es una combinación de Karmakshethra y Dharmakshethra.

¡Encarnaciones de Amor! Reconozcan que hay Divinidad en todos. El hombre posee todas las potencias: el poder de Akarshana (atracción total), Prakarshana (la capacidad de transmitir ese poder a otros) y Sankarshana (el poder de autotransformación).

Krishna fue considerado la encarnación de Akarshana (el poder de atracción) y BalaRama, la encarnación de Sankarshana.

La combinación de Akarshan y Sankarshana da origen a Prakarshana: la propagación del poder de atracción Divino al mundo entero. Sankarshana (que es uno de los nombres de Balarama) significa literalmente transferir el feto de un vientre a otro. El significado más amplio del término es el proceso de transformación de una cosa en otra.

¿Cuál es el Sankarshana que necesitamos en la actualidad? La transformación de lo humano en Divino. Debemos ser atraídos (Akarshana) por este proceso de transformación (Sankarshana). Y luego esto debe ser propagado a todas partes (Prakarshana). Éste es el tipo de sadhana (ejercicio espiritual) al que se debe dedicar la gente y no a estar absorta en Japa y dhyana (recitación del nombre del Señor y meditación).

Abandonen el apego al cuerpo Concéntrense en desarrollar la firme convicción de que son lo Divino. Con esta convicción, pueden lograr cualquier cosa.

Abandonen el apego al cuerpo. Hasta los científicos olvidan a veces su conciencia corporal mientras están absortos en sus experimentos.

Si ése es el caso, ¿por qué las personas con mentes orientadas hacia lo espiritual han de retener el apego al cuerpo, que está formado por los cinco elementos y contiene todo tipo de cosas pestilentes?

Las Escrituras exhortan a los hombres a abandonar el apego al cuerpo y entregarse a Dios. ¿Qué significa entrega? Olvidar el cuerpo y pensar en Dios, eso es entrega. Entrega no significa ofrecer a Dios el cuerpo sin valor y las posesiones efímeras. Tales ofrendas no significan nada para lo Divino. Las personas que van a Thirumala hacen todo tipo de promesas a Dios si se cumplen sus deseos. ¿Acaso Dios necesita alguna de sus ofrendas? No. ¿Por qué habría de rebajarse Dios a una transacción comercial? Deben buscar la unidad con Dios. Dios estará complacido si ustedes toman conciencia de su verdadero ser. Su felicidad es Su bienaventuranza.

La mente es la posesión más preciosa del hombre Desarrollen, por lo tanto, este sentido de Ekathmabhavam (unidad espiritual). La pérdida de este sentido de unidad es la causa de todas las diferencias y divisiones en el mundo de hoy. Ustedes no necesitan buscar a Dios. Dios es verdad. Adhiéranse a la verdad; sigan el Dharma. ¿Qué es Dharma? La caridad o el obsequio de bienes terrenales no constituyen Dharma. Dharma significa pureza y unidad de pensamiento, palabra y acción. Vuelvan la mente hacia Dios, y todo estará bien para ustedes. Si vuelven la mente hacia el mundo material, sólo experimentarán aflicción. La mente es la posesión más preciosa del hombre. Sin ella, el hombre deja de ser humano.

El nacimiento humano le ha sido otorgado al hombre para practicar el Dharma. Ésta fue la verdad que Rama demostró. Él practicó su Dharma. Le dijo a Bharata que debía gobernar el reino que le habían dado y dejar que Rama cumpliera con su deber en la selva. Cuando Bharata arguyó que el reino debía ser gobernado por el hijo mayor, Rama respondió que a él también le habían dado un reino para gobernar. “Mi reino es Dandakaranya. Yo gobernaré allí. Tú reina sobre Ayodhya”, dijo Rama. Esto significa que hay un Ayodhya en Dandakaranya y una selva en Ayodhya. “Comprende la unidad de ambos”, dijo Rama. Tal era la ecuanimidad de Rama.

Dejen que la gente comprenda el principio de Rama y viva de acuerdo con él. Refrenen sus deseos. Experimenten la bienaventuranza de lo Divino en todo momento. Ésa es la verdadera condición humana, que se manifiesta cuando piensan en Dios. La felicidad es unión con Dios. ¡Cuánta bienaventuranza podrán experimentar si ven a Dios en sí mismos y en todos! Permitan que cesen todas las diferencias. Reconociendo la Divinidad presente en todos, deben promover el principio de amor y desarrollar compasión en el corazón.

El Amor es Dios. Trasciende toda relación humana basada en el apego. Desarrollen el amor divino y desinteresado, que es perdurable e infinito. Quien ama a Dios verdaderamente no experimentará pesar. En este día auspicioso, reflexionen acerca de estas enseñanzas sagradas y desarrollen el espíritu de unidad.

Discurso pronunciado en el Sai Ramesh Mandap, el 28-3-1996, día de Rama Navami.

Deben mantenerse ocupados con alguna actividad, utilizando así su tiempo y habilidad para obtener el mayor provecho.

Ése es el Deber de ustedes y el Deber es Dios.

—BABA