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Discursos dados por Sai Baba

73 22/07/96 Hazte merecedor del amor de Dios

HAZTE MERECEDOR DEL AMOR DE DIOS

HAZTE MERECEDOR DEL AMOR DE DIOS

22 de Julio de 1996

Prasanthi Nilayam

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EXPERIENCIA PERMANENTE DEL ATMA

Todos aspiran a pasarla bien en la vida, y a tener una alta posición y prosperidad. Pocos aspiran a tener un buen intelecto, sabiduría y buen carácter. ¿Qué más se puede comunicar a esta congregación de nobles almas?

(Poema en telugu)

Queridos estudiantes:

EN este vasto mundo, todo ser viviente desea una felicidad que sea eterna. ¿De dónde podemos conseguir esta felicidad? La belleza es felicidad, y la felicidad es la nectarina esencia de la vida. ¿Cuáles son los objetos bellos de este mundo? Gran cantidad de objetos atraen al ser humano, de diversas maneras. Ustedes piensan que lo que atrae es la belleza de los objetos. Pero la belleza es temporaria, ya sea la de los humanos, las aves, los animales o las cosas.

Por ejemplo, esta es una rosa. Se ve muy hermosa. Su belleza da felicidad. ¿Pero cuánto durará su belleza? Puede perdurar por hoy o mañana. Después todos sus pétalos caerán, y perderá su belleza. Cuando pierda su belleza, ya no les dará felicidad. Por lo tanto, en este mundo nunca podrán encontrar belleza permanente y felicidad permanente. La felicidad eterna sólo puede lograrse de Dios. En este mundo, sólo Dios es permanente; el resto es todo temporario, como nubes pasajeras. Anityam Asukham Lokam (este mundo es temporario y lleno de penurias). ¿Cómo pueden ustedes experimentar la felicidad eterna en este mundo efímero, desprovisto de felicidad? Si quieren experimentar la felicidad eterna, tienen que refugiarse en Dios, que es la felicidad personificada. Dios es la encarnación de la belleza. Contemplando la hermosa forma de Dios pueden obtener felicidad eterna. Experimentando la felicidad perdurable pueden llegar a ser inmortales. Pero hoy el ser humano considera que la felicidad temporaria que obtiene del mundo es felicidad permanente. Por eso Adi Sankara advirtió al hombre:

Ma Kuru Dhana Jana Yauvana Garvam,

Harathi Nimeshath Kalah Sarvam.

(No te vanaglories de tu salud, progenie ni juventud; la marea del tiempo puede destruirles en un momento.)

¿Cuanto tiempo durará el orgullo de la juventud, el dinero, etc.? Todo eso es momentáneo.

Una vez un estudiante fue a un quiromántico. Leyendo la palma de su mano, el quiromántico exclamó: “¡Qué buena es tu línea del destino para el dinero! Querido, serás una persona muy rica.” Al oir esto, el estudiante se sintió muy feliz. Leyendo más su palma, el quiromántico dijo: “Querido, tendrás una educación elevada.” La alegría del estudiante no tenía límites. El quiromántico dijo también: “Ganarás renombre y fama.” El estudiante estaba en éxtasis. Después, el quiromántico se quedó callado por un rato, muy pensativo. - Señor, ¿qué piensa? ¿Tiene algo más que decirme? El quiromántico dijo: “Tu vida será muy corta." Al oir esto, el estudiante quedó totalmente desalentado. Uno puede ser muy rico, tener una elevada educación y haber alcanzado gran renombre y fama. Pero ¿de qué sirve todo esto si uno no tiene una larga vida? De la misma manera, el ser humano puede experimentar cualquier tipo de felicidad temporaria, pero a menos que experimente la felicidad eterna, seguirá decepcionado. La felicidad que se obtiene de este mundo no es permanente.

Gautama Buda se levantó en mitad de la noche, miró a su esposa e hijo, y pensó en su reino. Luego se dijo: “¿Cuánto dura todo en este mundo? La felicidad derivada de estos objetos temporarios no es permanente. Debo lograr la felicidad permanente del Nirvana (la liberación)”. Habiendo adoptado esta resolución, renunció inmediatamente a todo. Si el ser humano quiere experimentar la felicidad eterna en este mundo teporario, debe conducir su vida con cuidado y precaución. El deseo de una felicidad permanente nos conduce a Nivritti (el sendero interior), mientras que el deseo de felicidad mundana lleva al ser humano a Pravritti (el sendero exterior). Por lo tanto, ustedes deben esforzarse por experimentar la felicidad permanente. A pesar de ser altamente inteligente y educado, el hombre es hoy incapaz de comprender esta verdad.

El dolor y el placer son comunes al ser humano y las demás criaturas

Mientras se libraba la feroz guerra del Mahabharata, el sabio Vyasa notó un pequeño gusano alejándose a gran velocidad. Preguntó al gusano: “¿Por qué corres tan rápido?” Le otorgó al gusano la facultad del habla, y le solicitó una respuesta. El gusano respondió: “Swami, pronto la carroza de Arjuna llegará aquí a gran velocidad. Sintiendo temblar la tierra, quedé aterrado. Debo llegar a mi hogar antes de que la carroza esté aquí. Por eso escapo.” Vyasa quedó sorprendido al oir esto. Preguntó: “Eres una criatura muy pequeña. ¿Cómo, tú también tienes tanto amor a la vida?”. El gusano replicó: “Swami, tanto si somos grandes como pequeños, el principio de la vida es el mismo en todas las criaturas. Puede que el hombre sea muy educado, inteligente y grande, pero la felicidad, las comodidades y placeres mundanos que él experimenta son los mismos que experimentamos nosotros. Lo importante no es la forma. Todo ser, grande o pequeño, ama su propia vida. Todas las demás criaturas experimentan el mismo tipo de placer mundano que el hombre. Así como el ser humano se siente feliz al comer alimentos deliciosos, también nosotros obtenemos la misma clase de felicidad cuando comemos alimentos agradables. Así como el ser humano es feliz criando una familia, nosotros sentimos lo mismo”.

Esta experiencia abrió los ojos del sabio Vyasa. Se dijo: “Vaya, este gusano parece una criatura minúscula, pero ha dicho una profunda verdad”. Todo ser viviente experimenta el mismo tipo de dolor y placer. En este aspecto no hay diferencia entre el ser humano y otras criaturas. Todas experimentan el mismo tipo de felicidad y pesar. Lo que separa al hombre de las demás criaturas es su inteligencia. Si ustedes hallan a alguien llorando, le preguntan “¿por qué lloras?”, porque la pena es antinatural para el ser humano. ¿Pero acaso le preguntan a un hombre feliz por qué no llora? No, porque la felicidad es natural para el hombre, y la pena es antinatural.

Hoy ustedes consideran natural lo que es antinatural para el ser humano, y antinatural lo que es natural. Ya que actualmente la gente es incapaz de entender lo que le es natural o antinatural, se engañan al pensar que hay tanta diferencia entre los seres humanos y otros seres vivientes. No hay diferencia entre las experiencias de placer y dolor; sólo hay diferencia de Upadhi (forma). Ustedes pueden pensar que las criaturas más pequeñas tienen pequeños dolores, y las criaturas grandes tienen grandes dolores, o que el dolor experimentado por un ser humano es mucho mayor en comparación con el dolor de otras criaturas. Esto es un gran error. El sabor de una gota de agua del vasto océano es igual al sabor del océano mismo. Pueden pensar que hay una cantidad muy pequeña de sal en una gota de agua del océano. La cantidad de sal puede que sea pequeña, pero la cualidad del sabor salado es la misma que tiene el océano. De la misma manera, la experiencia del placer y el dolor es la misma para todos los seres vivientes.

Vivan con ecuanimidad

¿Cómo debe conducirse el hombre en el mundo? Como enseña el Bhagavad Gita, Sukhadukhe Samekruthwa Labhalabhau Jayajayau (debemos mantener la ecuanimidad en la felicidad y la tristeza, la ganancia y la pérdida, la victoria y la derrota). El ser humano debe considerar como iguales al placer y al dolor, al elogio y la censura. Ese es el auténtico estado de Yoga. Samatvam Yogamuchyate (a la ecuanimidad se le llama auténtico yoga). El sabio Vyasa propagó para el mundo la lección que había aprendido del gusano, y exhortó al hombre a cultivar la ecuanimidad. No hagan diferencias en base a la forma. Lo que importa no es la forma, sino las cualidades y virtudes. La observancia de la ecuanimidad es la principal cualidad del ser humano. Hoy el hombre adjudica una gran importancia a la forma, y piensa que éste es el supremo sentimiento que debemos desarrollar. El hambre es la misma, para la madre y su hijo recién nacido. La madre come arroz, y el hijo bebe leche. El alimento es diferente, pero la experiencia del hambre es la misma para ambos. De la misma manera, estas experiencias son comunes a todos los seres. El sabio Vyasa fue un gran Yogui, y una persona sabia que codificó los Vedas, pero ni siquiera él pudo entender esta verdad hasta encontrarse con el gusano. El hombre puede aprender muchas lecciones, hasta de las más pequeñas criaturas. La naturaleza misma enseña al hombre muchos grandes ideales.

El ser humano no puede tener la experiencia de la felicidad eterna mediante la mera lectura de textos sagrados, ni por escuchar las enseñanzas de los preceptores. Tampoco puede recibirla como obsequio de sus mayores. Para experimentarla debe ejercer en todos los temas el discernimiento, con la adecuada indagación. En las tareas cotidianas debe inquirir qué es real y qué es irreal. Debe diferenciar entre lo eterno y lo efímero, Kshetra y Kshetrajna (el campo y el conocedor del campo). El cuerpo humano es Kshetra, y la conciencia es Kshetrajna. ¿Cómo pueden ustedes reconocer a esta conciencia? Sólo con ayuda del cuerpo pueden reconocer a la conciencia. El cuerpo es la base para esto. La conciencia no puede ser vista por el ojo desnudo. Lo que no se puede ver con el ojo desnudo sólo puede experimentarse volviendo la mirada hacia adentro. A esto se le llama meditación. Es la práctica espiritual en la que se cierran los ojos y se trata de experimentar aquello que no se puede ver con el ojo desnudo. Visitar templos es una práctica normal de la gente. ¿Para qué visitan templos? Visitan templos para ver a Dios y ofrendarle sus reverencias. Habiendo viajado una larga distancia para llegar al templo, ¿por qué deberían cerrar los ojos al ver al ídolo de la deidad? ¿Por qué no deleitar a los ojos con la dichosa forma de Dios? La razón es que el ídolo es la manifestación visible del invisible Dios. La dicha que emana del ídolo es invisible. Sin embargo ustedes pueden experimentar esa dicha invisible, con ayuda de la sabiduría invisible de la cual están dotados. La conciencia está presente en todo ser humano. Es un testigo de todo lo que él experimenta. El muchacho que habló recién se refirió a esto.

Experimenten al Atma, contemplando en Dios

Una vez, mientras conversaba con sus ministros y cortesanos después de cenar, el rey Janaka se sintió un poco cansado y se retiró a su dormitorio. La reina y los sirvientes reales sirvieron al rey de diversas maneras, y él se durmió. Viendo esto, la reina indicó por señas a los sirvientes que se retiraran, y se sentó cerca del rey. Después de un rato el rey se levantó de repente y comenzó a repetir en alta voz: “¿Lo real es esto, o aquello?”. La reina se puso muy ansiosa y le hizo al rey muchas preguntas. Pero sin responder a su inquietud, él seguía preguntando “¿Lo real es esto, o aquello?” Entonces la reina envió a unos sirvientes para que llamaran a los ministros. Los ministros vinieron, y preguntaron al rey cuál era su duda. Pero el rey seguía dando sólo una respuesta: “¿Lo real es esto, o aquello?”. Entonces los ministros llamaron al sabio Vasishta. El sabio le preguntó al rey: “Oh, rey, ¿qué ha pasado?”. Aún a la pregunta del sabio Vasishta, el rey dio la misma respuesta.

El sabio Vasishta cerró los ojos y meditó. Como estaba dotado del conocimiento de los tres períodos del tiempo, pasado, presente y futuro, llegó a conocer la realidad. Dijo: “El rey tuvo un sueño. Lo que vio en el sueño fue así: Había perdido su reino, y entonces vagaba por una selva. En la selva, sufría de un hambre terrible y comenzó a gritar ‘tengo hambre, tengo hambre’. Allí cerca se hallaba un grupo de ladrones, que estaban comiendo. Al verle, pensaron: qué lástima, este hombre parece un rey. Y le ofrecieron comida. Cuando el rey extendió las manos para recibir el alimento ofrecido por los ladrones, un águila se abalanzó y lo arrebató de sus manos. Al verse incapaz de proteger ni siquiera el alimento que se le daba, él comenzó a gritar más fuerte aún: ‘tengo hambre, tengo hambre’. En ese momento el rey se despertó de su sueño. Al incorporarse vio que yacía en su sofá, en el dormitorio del palacio; mientras que en el sueño estaba vagando por una selva, gritando ‘tengo hambre, tengo hambre’. Por lo tanto, él se pregunta qué es lo real, si esto o aquello”. El sabio dio a conocer este hecho a todos los presentes.

Luego el sabio Vasishta se dirigió al rey y le hizo consciente de la realidad, diciendo: “Oh, rey: esto no es real, y tampoco aquello. Lo real eres tú. Tú estabas en tu sueño, y estás también en tu estado de vigilia. Pero el sueño no existe en el estado de vigilia, y el estado de vigilia no existe en el sueño. Aquello que existe en ambos estados, el sueño y el estado de vigilia, eso es real.” En el verdadero estado de renunciación, la vida es sólo un sueño. Sabiendo que este sueño puede desvanecerse en cualquier momento, el ser humano debe conducir su vida sin apego.

¿Cuál es el significado profundo de este relato? Cualquiera que sea la experiencia de ustedes en este mundo, tarde o temprano desaparecerá finalmente, en el útero del tiempo. Sólo la experiencia del Atma es permanente. Sólo mediante la contemplación en Dios es posible tener la experiencia del Atma. Podemos experimentar la felicidad eterna contemplando en Dios, quien es real y eterno. Es por eso que a Dios se le describe como Nirgunam, Niranjanam, Sanathana Niketanam, Nitya, Suddha, Buddha, Mukta, Nirmala Swarupinam (Él es sin atributos, impecable, la morada final, eterno, puro, iluminado, libre y la encarnación de lo sagrado). Sólo de Dios pueden ustedes lograr la felicidad eterna. Ninguna otra experiencia puede darles jamás la felicidad permanente. Cuando tienen hambre, ustedes van a la cantina, pagan dos rupias, comen chapatis y sacian el hambre. Cuando el hambre ha sido saciada, se sienten felices. Pero ¿cuánto dura su felicidad? En dos horas tienen hambre de nuevo. Por lo tanto, la felicidad que resulta de comer chapatis es de corta duración. Tienen que comer de nuevo para saciar el hambre. Toda felicidad mundana es temporaria y efímera. Por eso dijo Adi Sankara:

Punarapi Jananam Punarapi Maranam,

Punarapi Janani Jathare Sayanam,

Iha Samsare Bahu Dustare,

Kripayapare Pahi Murare.

(¡Oh Señor! Estoy atrapado en este ciclo de nacimiento y muerte; una y otra vez experimento la agonía de estar en el vientre materno. Es muy difícil atravesar este mar de la vida mundana. Por favor hazme atravesar este mar, y otórgame la liberación.)

Todo en este mundo es temporario, como nubes pasajeras. Nadie sabe cuándo tendrá que abandonar el cuerpo. El cuerpo es efímero como una burbuja en el agua, y la mente es inquieta como un mono loco. Por lo tanto, no sigan al cuerpo, no sigan a la mente; sigan a la conciencia. La conciencia de ustedes es el testigo. Cuando siguen a la veleidosa mente y al cuerpo temporario, los resultados serán forzosamente también temporarios.

En este mundo temporario ustedes pueden experimentar alguna felicidad, si tienen dinero u otros medios de confort; pero eso tampoco está garantizado. En este mundo hay mucha gente que lo tiene todo, y sin embargo no puede experimentar la felicidad. Dhritarashtra tenía enormes riquezas y comodidades reales, pero aún así carecía de felicidad. Aunque poseía una suave cama de plumas para dormir, su mente era tan inquieta y ardiente como un volcán. Esas comodidades físicas no pueden dar la verdadera felicidad. Si tenemos dinero podemos comprar un acondicionador de aire. Sin embargo, el acondicionador sólo refrescará al cuerpo, no a la mente. Sólo la contemplación en Dios refrescará a la mente.

Ustedes pueden tener todo tipo de comodidades en la vida. Pero ellas no calmarán a la inquieta mente. Arjuna le dijo a Krishna: “Chanchalam Hi Manah Krishna Pramathi Balavadrudham (la mente es muy inestable, turbulenta y poderosa). Esta mente es altamente voluble, terca y peligrosa. ¿Cómo voy a experimentar la felicidad con esto?” Entonces Krishna replicó: “Oh, ingenuo, haz como te digo. No sigas a la mente. No pienses en absoluto en tu mente. Ignórale por completo. Piensa siempre en Dios”. Arjuna preguntó: “Swami, ¿cómo puedo pensar en Ti cuando estoy luchando en el campo de batalla?” Krishna dijo: “Maam Anusmara Yuddhyacha (recuérdame, y combate). Puedes estar en lo más reñido de la batalla, pero es sólo tu cuerpo el que está luchando. ¿Qué hace tu mente? Enfoca tu mente en Mí”. Cuando ustedes contemplan en Dios en todas las situaciones y bajo cualquier circunstancia, experimentarán con toda certeza la felicidad eterna. Es seguro que pueden hacerlo; no hay duda al respecto. En sus mentes existe el poder suficiente para hacer esto.

Vean a Dios en todos

Todos están dotados del poder divino. Es un error pensar que sólo algunos lo tienen y otros no. Desde un bebé hasta un anciano, desde un pobre hasta un millonario, desde un minúsculo insecto hasta un gran animal, ese poder está presente en todos. Puede haber diferencias en cuanto a la forma, pero la divinidad está presente en igual medida. Cumplan con su deber, bajo cualquier circunstancia. Hagan sus tareas con diligencia. Vean lo que vean, considérenlo divino. Cuando ustedes vean con sentimientos mundanos, verán sólo el mundo físico y efímero. Por lo tanto, vean al mundo con sentimientos divinos. Los Upanishads dicen: Sahasra Seersha Purusha Sahasraksha Sahasra Pad (El Ser Cósmico tiene miles de cabezas, ojos y pies). Todas las cabezas son Suyas, todas las formas son Suyas. Cuando ustedes tengan este sentimiento, ¡cuán felices y serenos llegarán a ser! Por el contrario, si observan diferencias en base a la forma, tendrán una mente dual y perderán la serenidad. Esta dualidad es la principal causa para la carencia de paz interior. Un hombre de mente dual es mitad ciego. El dualismo nos hace ciegos a la verdad. Cultiven el sentimiento de "Tú y yo somos uno", y consideren al universo como la forma de Dios. Como dicen los Vedas: Sarvam Vishnumayam Jagat (El Señor Vishnu permea al universo entero). El poder divino es el mismo en todos. Por lo tanto, nunca critiquen, ridiculicen ni odien a nadie. Vean a Dios en todos, contemplen en Dios y entréguense a Él. Sólo entonces pueden tener la felicidad eterna. Si quieren lograr la felicidad eterna, deben refugiarse en Dios. Si desean sólo felicidad física y mundana, entonces están destinados a sufrir.

El Ramayana enseña muchas verdades sutiles. Ravana era altamente poderoso, y una persona de grandes austeridades. Sin embargo no pudo controlar su deseo. Quiso explotar a la Naturaleza, ignorando al Creador. Sita, siendo hija de la madre Tierra, simboliza a la Naturaleza. ¿Quién es dueño de la Naturaleza? Ella es propiedad de Dios. Si ustedes quieren poseer a la Naturaleza sin que medie la Voluntad de Dios, ¿cuál será su destino? Ravana quiso poseer a Sita, quien era esposa de Rama. ¿Cuál fue finalmente su destino? Perdió su reino, su familia y finalmente halló su propio fin. Si tratan de robar la propiedad de alguien, es seguro que sufrirán aflicción. Cuando ustedes alcancen la gracia de Dios, sólo entonces tendrán derecho a Su propiedad. Debido a su deseo y ego, Ravana quiso apartar a Sita de Rama, por la fuerza. Esto le condujo a su caída.

¿Cuál es la base principal del Ramayana? Las causas principales del Ramayana son Kama y Krodha (el deseo y la ira). Manthara es el símbolo de la ira, y Surpanakha representa al deseo. Manthara y Surpanakha son las responsables de toda la historia del Ramayana. Manthara se convirtió en la causa del exilio de Rama en la selva. Surpanakha fue la responsable del rapto de Sita y su traslado a Lanka. Estos dos personajes forman toda la base del Ramayana. De la misma manera, Kama y Krodha son los responsables de todos los sufrimientos del ser humano. Las personas piensan que están sufriendo por influencia de los nueve Grahas (planetas). En realidad esos Grahas no causan sufrimiento a nadie; sólo cumplen con su deber. Sin embargo, hay dos Grahas que son responsables de todos los sufrimientos de ustedes. Son Kama y Krodha, los cuales son muy poderosos y causan inmensos sufrimientos al ser humano. ¿Qué deben hacer ustedes para controlarles? Deben cultivar la amistad con Dios. Sólo Dios es el amigo verdadero y permanente de ustedes.

El niño Prahlada le dijo a su padre: “Padre, puede que tengas el poder de conquistar todos los mundos en un momento, pero ¿qué has logrado, si eres incapaz de conquistar a tus propios sentidos y al Chitta (la sustancia mental)? Te engañas pensando que has logrado tanto; de hecho, no has logrado nada. ¿Cómo puede lograr nada en la vida quien se ha rendido a los enemigos interiores?” De esta forma Prahlada enseñó a su padre una lección. Ustedes tienen que subyugar a sus enemigos interiores. ¿Cómo pueden subyugarles? Sólo es posible hacerlo si se logra la gracia de Dios. Hay muchos que no tienen experiencia de la Divinidad. Sin embargo, hay muchas almas nobles que lograron grandes poderes con el auxilio de la oración y las austeridades. Cuando ustedes llegan a ser receptores del amor de Dios, pueden conquistar al mundo entero. Por lo tanto, deben llegar a ser merecedores de Su amor. El tiempo es oro. Santifiquen su tiempo y rediman sus vidas, contemplando en Dios y sirviéndole.

(Bhagavan concluyó Su discurso con el bhajan “Prema Mudita Manase Kaho…”)