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Discursos dados por Sai Baba

13. 27/05/91 Nacimiento: Renacimiento: Liberación

Nacimiento: Renacimiento: Liberación

Nacimiento: Renacimiento: Liberación

27 de Mayo de 1991

Así como el reflejo que no se adhiere al espejo, así como el agua sobre la hoja de loto, que no se apega a ella, los pecados no se adhieren al hombre con devoción.

El nacimiento y la muerte giran juntos como las dos ruedas de un carro; si uno se va, la Creación misma se detendrá; éste es el secreto de la Creación en la tierra.

¡Estudiantes! ¡Encarnaciones del Amor Divino! “Ekoham Bahusyam” (Yo soy Uno; Me volveré muchos). Por la voluntad divina de Prajapati, dos pares fueron creados; lo sutil y lo denso, lo inerte y la conciencia. Mediante la unión de los dos, el cosmos entero, consistente en objetos animados e inanimados, fue creado. Después de que Kabandhi oyó del sabio Pippalada el secreto sobre el origen de la creación, se sintió extremadamente feliz y satisfecho.

Luego, Bhargava de Vidarbha se acercó al sabio y le preguntó reverentemente: “El ciclo de nacimiento y muerte parece continuar perpetuamente. Los sastras declaran que la muerte es inevitable para todos los que nacen, y que el nacimiento es inevitable para todos los que mueren. Si la vida está ligada con el ciclo de nacimiento y muerte, ¿cuándo finalizará este proceso?

¿Cuál es su base?” Pippalada respondió: “¡Hijo! Dios no tiene principio ni fin. El cosmos entero, consistente en objetos móviles e inmóviles, es mitya (ilusorio). Aunque existe lo Real en el universo ilusorio, todo lo que es percibido en el mundo fenoménico está expuesto a la muerte.

No hay renacimiento después de llegar a la región solar “El sol es responsable del fenómeno de la noche y el día, de los días, los meses y los años. Éstos son fragmentos del Tiempo.

Todos los fenómenos relacionados con el Tiempo están asociados con Prajapati (el Progenitor cósmico). El Tiempo se mueve en dos direcciones: Uttarayana y Dakshinayana. ‘Ayana ’ significa viajar. Cuando el movimiento aparente del sol es hacia el norte, el período se denomina Uttarayana. Cuando el movimiento aparente es hacia el sur, recibe el nombre de Dakshinayana.

El período de Uttarayana está marcado por el esplendor, la paz, el regocijo, la ausencia de temor y la pureza. Dakshinayana se caracteriza por la oscuridad, la ausencia de paz, el temor y los desastres. Los aspirantes espirituales que realizan yagas y yagnas durante Dakshinayana llegan a la luna. La luna es inerte y aquellos que van a la luna obtienen sólo placeres físicos y posesiones materiales. Ellos no pueden realizar a Dios.

Permanecen en la luna de acuerdo al mérito obtenido y cuando éste se agota, ellos regresan a la tierra, como declara el Gita.

‘Kshine punye martyalokam visanti ’ (Cuando su mérito se agota, ellos entran en la tierra de los mortales). Esto puede compararse a la salida de un legislador de la legislatura al finalizar su período de cinco años. El hombre que ha realizado actos meritorios pasa el tiempo asignado en la ‘Tierra de la Luna’ y luego renace en la tierra.

Aquel que lleva a cabo las acciones espirituales durante Uttarayana, con concentración en Brahmán y devoción por lo Absoluto, va a la ‘Tierra del Sol’ (después de la muerte). La ‘Tierra del Sol’ es Prana (el Principio Vital). Después de llegar a la región solar, la persona no tiene renacimiento. ‘Punarjanma na vidyate ’ (No regresa a la tierra).” Pippalada le dijo a Bhargava: “La vida es redimida sólo cuando se funde en el Prana. Mientras la vida de uno esté inmersa en la ilusión, la vida misma sigue siendo una ilusión.

Mientras la ilusión permanece, lo Absoluto no puede ser realizado.

Lo Absoluto es realizado mediante la absorción en Brahmán y luego no hay renacimiento”.

El poder creativo de Prajapati Los cinco elementos básicos (éter, aire, fuego, agua y tierra) son como cinco pies para el sol. Los doce meses corresponden a doce estaciones para el sol. El paso a través de las doce “casas” dota al sol de siete colores. Cada mes tiene dos mitades:

Sukla Paksha (la quincena brillante) y Krishna Paksha (la quincena oscura). Durante la quincena brillante, la luna brilla con refulgencia debido a la iluminación directa recibida del sol. En la noche de luna llena, ella brilla con sus dieciséis Kalas (aspectos) iluminados. En la noche de Amavasya (la luna nueva), la luna no recibe luz del sol y por lo tanto está totalmente oscura. La quincena siguiente a la luna llena, cuando la luna comienza a menguar, se llama Krishna paksha, la quincena oscura. La quincena siguiente a Amavasyua (la luna nueva), cuando la luna continúa creciendo, se llama Sukla paksha, la quincena brillante.

Sukla paksha es Prana (la Vida) y Krishna paksha es Prani (el ser viviente). El cosmos entero está formado por la combinación de Prana (el Aliento Vital) y Prani (el que contiene al Aliento Vital). Todas éstas son manifestaciones del poder creativo de Prajapati. “El Uno quiso volverse muchos”. Este proceso puede reconocerse en el modo en que una semilla plantada en la tierra crece hasta volverse un enorme árbol que da frutos en los cuales hay miles de semillas de las que muchos más árboles nacerán. Puede verse el mismo proceso en la proliferación de criaturas vivientes.

La creación es un proceso eterno Por lo tanto, la creación no tiene límites predeterminados.

Es un proceso eterno cuyo comienzo o fin no pueden ser conocidos. En el proceso del nacimiento, crecimiento y disolución, además de la voluntad del Señor, puede reconocerse hasta cierto punto el papel del esfuerzo humano. El destino del hombre está determinado por la naturaleza de sus acciones, pensamientos y deseos. En este proceso, el hombre olvida la fuente divina de la que proviene. Al desarrollar tendencias demoníacas y comportarse como un animal, el hombre malgasta su existencia humana.

Pippalada le dijo a Bhargava: “¡Querido hijo! La muerte existe así como también el nacimiento. Sin embargo, el hombre tiene la capacidad de liberarse del renacimiento. Él es el arquitecto de su meta final. Toma el ejemplo de una semilla de garbanzo verde. Cuando es plantada, germina en una planta y produce numerosas vainas con garbanzos verdes. No conoce el origen de su existencia como una semilla de garbanzo verde o la historia de sus antecesoras. Sin embargo, cuando uno pone una semilla en su boca y la mastica, la vida de la semilla llega a su fin. Del mismo modo, nosotros no conocemos nuestro origen, pero podemos determinar nuestro futuro. Nadie puede decir cómo comenzó a existir el hombre y cuáles fueron las circunstancias de su origen. Sin embargo, su futuro depende de los sadhanas que él realiza.

Cómo alcanzar la liberación del renacimiento Cuando la vida de uno termina durante el viaje del sol hacia el norte, con los pensamientos centrados en Brahmán, con amor por Brahmán en el corazón, y con una conciencia de Brahmán, se vuelve Uno con lo Divino. La liberación del renacimiento le sigue a la completa renuncia a todos los deseos. Es como quitar la cáscara del grano de arroz. Sin la cáscara, el grano de arroz no crecerá. Sin embargo, mientras la cáscara esté allí, la semilla de arroz puede volverse una planta y continuar el proceso de reproducción.

El hombre sin deseos no tiene renacimiento: “Punarjanma na vidyate”. Mientras la mente esté llena de deseos, no puede haber escape de la cadena de nacimiento y muerte. Cuando los deseos son reemplazados por la conciencia Bráhmica y la mente es vaciada de todos los demás pensamientos, no hay renacimiento.

“¡Oh Bhargava! Tú piensas que el renacimiento y la muerte son sin comienzo ni fin. Esto no es así. Hay una forma de salir de esta cadena recurrente”, declaró Pippalada.

Luego, un tercer discípulo, Asvalayana, se acercó reverentemente al sabio y le preguntó: “¡Swami! ¿Qué clase de elementos vitales sostienen, nutren y sustentan a los seres vivientes desde adentro? ¿Quién es el primero entre estos seres vivientes? Cada ser viviente posee diversos miembros. Parece haber un poder coordinador que integra las diferentes funciones de estos miembros. ¿Cuál es este poder?” El poder que coordina los diversos miembros Pippalada respondió: “¡Hijo! De Akasa (el éter), emergieron en sucesión Vayu (el aire), Tejas (la refulgencia o fuego), el agua y la tierra. Las facultades correspondientes a estos elementos son: el habla, la vista, el oído y el pensamiento (o la mente). Controlarlos a todos ellos es Prana (la Fuerza Vital). La morada de esta Fuerza Vital es el cuerpo. La Fuerza Vital opera usando al cuerpo como su lugar sagrado. Su origen se halla fuera del tiempo, pero busca una morada en un nuevo cuerpo.

En este cuerpo, los Sahasrara Nadis (nervios) entran en todos los órganos subsidiarios y funcionan a través de todo el cuerpo.

De hecho, hay 720 millones de nervios en este cuerpo. Cada uno de estos nervios está lleno del aire vital llamado Vyana. Sin él, los nervios no funcionarían en absoluto. El aire vital llamado Udana está presente en la visión superior. Mantiene una vigilia constante sobre las buenas y las malas acciones del individuo y lo lleva a los lugares apropiados (en la vida).

Así, la condición de uno en la vida se basa en las propias acciones.

Por lo tanto, las escrituras enseñan al hombre a no sucumbir ante las dificultades ni regocijarse triunfalmente ante los éxitos sino a mantener la ecuanimidad en todas las situaciones.

Ni las dificultades ni los éxitos son causados por otros. Cada uno es responsable de sus alegrías y penas. Debido a la debilidad mental, una persona puede culpar a otros por su condición, pero en realidad, ella sola es responsable por lo que sufre o disfruta. Los pensamientos y las acciones de uno son responsables de su éxito o su fracaso, el honor o la ignominia, el placer o el dolor. Ya sea que uno vaya al cielo o al infierno o a algún otro lugar, sus propias acciones son las responsables.

Ésta es la función de Udana, el aire vital.

El secreto de la creación no puede ser explicado Hay cinco clases de aires vitales o Pranas: Prana, Apana, Samana, Udana y Vyana. Estos cinco aires vitales no sólo están presentes en el cuerpo, sino que son cognoscibles en todos los Panchabhutas (los cinco elementos básicos). El Prana está en el sol. Apana surge de la tierra. Samana surge de Akasa (el éter). Udana surge de Vayu (el aire). Vyana se origina de Agni (el fuego). En estos cinco elementos, se hallan inmanentes los cinco aires vitales. Cerca de cada uno de estos aires vitales, están presentes los reflejos de las acciones del hombre.

Nadie puede explicar fácilmente el secreto de la creación.

Hay una sombra que sigue de cerca a cada objeto. Del mismo modo, las reacciones de cada acción del hombre siguen de cerca al Prana. Cuando el Prana (aliento vital) abandona un cuerpo y entra en otro, los resultados de las acciones de uno siguen al Prana al otro cuerpo. El Prana entra en otro cuerpo apropiado según los resultados de las acciones en el cuerpo anterior.

Por eso, uno puede alcanzar un estado digno en la vida realizando buenas acciones y abrigando buenos sentimientos. “Cosecharán lo que siembren”. No pueden obtener un mango plantando una semilla de limón.

El hombre puede imaginar que es capaz de lograr cualquier cosa. Sin embargo, sus logros están únicamente relacionados con la naturaleza de sus acciones. El Creador envía a cada uno que nace con una guirnalda hecha con los resultados de sus buenas y malas acciones en su nacimiento anterior. Las escrituras exhortan a los hombres a adherirse a los buenos pensamientos y a las buenas acciones como el único modo de tener una vida buena. Los frutos de sus acciones serán cosechados por ustedes mismos y por nadie más. Únicamente ustedes son responsables de sus alegrías y penas. Dios no es de ningún modo responsable. Él es sólo un testigo. Sin embargo, si Le oran con todo su corazón y su alma, los efectos de todos los karmas desaparecerán como la bruma. La devoción liberará al hombre de las consecuencias de sus acciones. Si el hombre dedica una pequeña fracción de la enorme cantidad de tiempo que dedica a su riqueza, familia y posición a pensar en Dios, no necesita temer al Señor de la Muerte. Si uno no piensa en Dios ni por un momento, ¿cómo espera tener paz mental?

La dedicación transforma el trabajo en adoración Pippalada le dijo al discípulo: “El Prana (Principio Vital) es el factor más importante. Ustedes tienen que fundirse en la mente.

Fusionen la mente con el Atma. Cualquier cosa que hagan, háganla con espíritu de dedicación al Atma (lo Divino). Pueden continuar con sus respectivas ocupaciones. Cuando llevan a cabo su trabajo con espíritu de dedicación, éste se transforma en adoración. Cuando se vive la vida de este modo, no hay renacimiento”.

La dedicación al Señor no debe ser meramente verbal, sino que debe emanar del corazón. Cuando se hace una ofrenda en palabras, la respuesta también es en palabras. Cuando alguien me dice: “¡Swami! ¿Por qué no vienes a nuestra casa?”, Yo le digo:

“Sí, iré a tu casa”. Para la invitación con meras palabras, la respuesta también es sólo con palabras. Cuando la invitación es de todo corazón, Yo voy de todo corazón. “Yadbhavam tadbhavati” (Así como es el pensamiento, es el resultado). Sus pensamientos están en sintonía con sus deseos. Así como son sus pensamientos, son los resultados que obtienen. Por lo tanto, cualquier cosa que hagan, háganla de todo corazón. Los innumerables nervios presentes en el hombre llenan el corazón y el cuerpo entero. Por lo tanto, cuando el corazón está lleno de buenos pensamientos, el cuerpo entero está lleno de ellos. Todo surge del corazón. Aquí no se hace referencia al corazón físico, sino al corazón espiritual. Cuando su corazón esté lleno de pensamientos amorosos, alcanzarán la liberación del renacimiento.

Los pensamientos determinan la visión del mundo Todas las dudas concebibles que pudieran surgir en una persona fueron presentadas ante el sabio Pippalada por los seis jóvenes discípulos y ellos obtuvieron de él las respuestas correctas.

Kabandhi le preguntó al sabio: “¿Cuál es la causa de los sueños?” Algunas de las respuestas familiares a esta pregunta son que la indigestión causa los sueños o que los sueños están relacionados con los pensamientos de uno, o que se basan en las dolencias físicas. Sin embargo, éstas no son las respuestas correctas. Pippalada dijo: “El sueño es la causa de los sueños”.

Los sueños aparecen sólo durante el sueño. Para el hombre que no está dormido, no hay sueños.

Pippalada les pidió a sus discípulos que controlaran sus pensamientos, ya que los pensamientos determinan su visión del mundo.

Discurso durante el Curso de Verano en Brindavan, el 27 de mayo de 1991.