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Discursos dados por Sai Baba

12. 22/05/90 Sean amos de los sentidos

Sean amos de los sentidos

Sean amos de los sentidos

22 de Mayo de 1990

¡Queridos estudiantes! El cuerpo ejerce influencia sobre los sentidos. Los sentidos tienen aun más influencia sobre el cuerpo.

El cuerpo no puede existir sin los sentidos y viceversa. Son inextricablemente interdependientes. Cada uno es inútil sin el otro, como los extremos positivo y negativo de una corriente eléctrica.

La protección adecuada del cuerpo es un deber esencial del individuo. El papel de los sentidos en relación con esto es notable.

Las maravillas realizadas por la Divinidad desafían toda descripción. La parte que desempeñan los sentidos es igualmente maravillosa. Los sentidos son más sutiles que el cuerpo.

Aunque dentro del cuerpo existen las potencias del sonido, el tacto, la vista, el oído y el gusto, los sentidos ejercen un poder extraordinario sobre todos ellos. La alegría y el pesar, el calor y el frío son experimentados cuando los órganos sensoriales entran en contacto con los objetos externos. Sin los objetos sensoriales, los sentidos no pueden funcionar. No es fácil para nadie comprender o describir las innumerables facetas de los órganos sensoriales.

Los indriyas (sentidos) también son llamados Matrah (Matra es aquello que mide). Los órganos sensoriales tienen la capacidad de medir. ¿Cómo lo hacen? Tomen, por ejemplo, una fruta.

¿Cuál es el sentido que tiene poder de determinar si es dulce o ácida? ¿Qué órgano decide el gusto de un objeto? La lengua. La lengua determina si un alimento es gustoso o no y se lo hace saber a la persona involucrada.

¿Qué órgano tiene la capacidad de declarar si un cuadro es atractivo o no? El órgano que lo decide es el ojo. Del mismo modo, el poder de decidir si un objeto es fragante o pestilente ha sido otorgado a la nariz. El oído determina si cierta nota es armoniosa o discordante. Como los órganos sensoriales tienen este poder de medir y distinguir la característica particular de los objetos sensoriales, se los llama Matrah (instrumentos de medición).

Los sentidos son como caballos En el Kathopanishad, los sentidos son descritos como caballos uncidos al carro del cuerpo. ¿Cuál es el significado interno de considerar los sentidos como Aswa (caballos)? Aswa significa aquello que está siempre inquieto. Es sabido que un caballo, ya sea que esté corriendo, parado o dormido, mueve alguna parte de su cuerpo todo el tiempo. Un caballo está moviendo la cola, la pata, el lomo o la nariz en todo momento. A causa de su naturaleza inquieta, el caballo es llamado Aswam. Tomen el ejemplo del árbol pipal (especie de higuera de la India): ya sea que haya algo de brisa o no, sus hojas susurran constantemente.

Por eso se lo llama árbol Aswatta.

En la antigüedad, los gobernantes solían llevar a cabo un Yaga (sacrificio) denominado el Aswa-Medha Yaga. Aswa significa aquello que es inestable e inquieto. Medha significa Budhi (inteligencia). Aswa-Medha quiere decir “de mente inestable”. El caballo utilizado en el yaga simboliza una mente inestable. A quien es capaz de capturar y controlar ese caballo se lo describe como un Dhemantha, un hombre de inteligencia heroica, digno oponente en un combate. Aquí vemos los significados esotéricos y exotéricos del término Aswa-Medha. Sólo cuando ambos significados son sintetizados, se llega a la verdad completa.

Es el deber de cada persona controlar los sentidos, que son como caballos. Sólo entonces puede convertirse en un héroe.

No importan los yagas o yajnas que uno pueda realizar, no importa qué escritura haya dominado; si no posee control sobre sus sentidos, todos estos logros son inútiles.

El uso y el mal uso de los sentidos El término Matra aplicado a los sentidos tiene otro significado más. Indica que hay un límite prescrito por la Divinidad para lo que cada indriya (órgano sensorial) puede experimentar. Por ejemplo, el ojo sólo puede ver pero no puede oír. La boca sólo puede hablar pero no puede ver. Así, Dios ha dotado a cada órgano de un talento específico. Únicamente quienes usan estos órganos de acuerdo con las funciones prescritas por la Divinidad estarán actuando de acuerdo con la voluntad de Dios. Aquellos que violan los límites prescritos estarán yendo contra la Voluntad Divina.

Por lo tanto, todos deberían hacer uso de los órganos sensoriales considerando cumplidamente sus funciones prescritas.

A la nariz, por ejemplo, se le ha asignado una tarea específica:

inhalar y exhalar aire para preservar la salud de un individuo. La nariz debe distinguir entre los olores buenos y malos e inhalar sólo lo que es bueno y fragante. Éste es el papel específico asignado a la nariz. Desafortunadamente, es usada para aspirar rapé e inhalar aire viciado. A través de estas prácticas, se violan los preceptos relacionados con el uso de la nariz. De este modo, se comete doble ofensa: una, violar un precepto Divino y la otra, causar daño a la salud. Como resultado, el hombre cae víctima de la enfermedad.

De igual forma, la lengua ha sido otorgada al hombre para decidir qué es saludable y qué es nocivo en el alimento que consume para promover la salud, para hablar dulcemente y proporcionar alegría a otros y para comunicar los pensamientos más íntimos a otros. La lengua, que ha sido dada para estos propósitos edificantes, está siendo muy mal utilizada en la actualidad. Se la usa para consumir narcóticos, ingerir alimentos de origen animal, fumar, insultar, llevar chismes, pronunciar palabras duras y causar dolor a otros. De este modo, se violan los preceptos de Dios, no respetando en absoluto los límites prescritos. Como consecuencia, el hombre experimenta numerosas dificultades.

El control de los sentidos para alcanzar la Divinidad Sólo utilizando los sentidos otorgados por Dios para los propósitos a los cuales fueron destinados, el hombre puede elevarse al nivel de la Divinidad. No deberían usar los órganos sensoriales como les plazca, simplemente porque los tienen.

Ellos son como caballos uncidos a un carro. Deben saber cómo manejarlos de manera correcta para que el carro pueda ser bien utilizado. Los caballos deben estar colocados en la parte delantera del carro. Hoy es al contrario, los caballos están detrás del carro. Esto tiene consecuencias peligrosas. Si colocan a los caballos (los sentidos) dentro del carro, fundamentándose en que deben respetar a los sentidos y darles un lugar de honor, ¿cuál será el resultado? El carro no se moverá en absoluto.

Mientras nutren los sentidos, no están realizando ningún esfuerzo por controlarlos internamente. Es como alimentar en exceso a un caballo, sin darle trabajo adecuado para hacer. También producirá resultados adversos. Hoy en día no se están utilizando los sentidos de manera adecuada. Se les está permitiendo correr frenéticamente. En consecuencia, los sentidos están amenazando con imponerse sobre el amo.

Las diez esposas de la mente Esta situación puede compararse con la de un hombre con muchas esposas. Uttannapada tenía dos esposas y, debido a las diferencias entre ellas, el niño Druva tuvo que irse a la selva a realizar penitencias. Dasarata tenía tres esposas. Para cumplir con las exigencias de su esposa más joven, Dasarata tuvo que soportar la partida hacia la selva de su amado hijo, Rama. Si tales dificultades pueden surgir en las vidas de aquéllos con dos o tres esposas, imaginen la situación de alguien que tenga que manejar a diez esposas. La mente tiene diez esposas:

los cinco órganos sensoriales y los cinco órganos de la acción. Cada órgano busca disfrutar los objetos de su propia elección. La nariz huele algún comestible bueno y quiere tenerlo.

El oído oye una música melodiosa y quiere disfrutarla. El ojo anhela ver una película nueva. Cuando todos ellos ansían complacer sus propios deseos particulares, ¿cómo puede el amo (la mente) contentarlos a todos al mismo tiempo? Incapaz de hacerlo, la mente se siente frustrada. ¿Cómo puede tener paz alguien casado con diez esposas? Sólo cuando controle correctamente sus sentidos, el hombre será feliz él mismo y compartirá esa felicidad con otros.

Cultiven la ecuanimidad para controlar los sentidos Existe un método mediante el cual pueden conciliarse y armonizarse las demandas de los sentidos: tratar tanto lo bueno como lo malo con ecuanimidad. Hay personas que despliegan esta ecuanimidad. Tukaram fue un ejemplo ilustre al respecto.

Era una persona muy piadosa. Su esposa, una mujer regañona.

Mediante su calma y tolerancia, Tukaram logró llevarse bien con ella. En una oportunidad, Tukaram regresaba a su hogar con el carro cargado con la cosecha de caña de azúcar de su pequeña granja. Mientras se dirigía hacia la casa, los niños de la aldea se congregaron a su alrededor y le suplicaron que les diera un trozo de caña de azúcar. En su infinita bondad, Tukaram permitió a los niños tomar la caña del carro. Para cuando llegó a su hogar sólo quedaba una caña. Al ver esto, su esposa se enfureció, insultó a Tukaram y, tomando la caña, lo golpeó con ella. La caña se rompió en tres pedazos. Tukaram comentó calmadamente:

“Me preguntaba cómo distribuir entre los miembros de la familia la única caña que quedaba. Tú has resuelto el problema. Puedes quedarte con un trozo y darles los otros dos a los niños”.

Semejante tolerancia y ecuanimidad únicamente pueden hallarse en unas pocas personas de almas elevadas. Estas cualidades pueden conseguirse sólo mediante la devoción y la fe.

No necesitan desalentarse por temor a no poder controlar los sentidos. Desarrollando una devoción centrada en Dios, los sentidos pueden ser controlados.

Kabir es un ejemplo de un hombre piadoso en una situación diferente. Su esposa poseía gran fe y devoción, y estaba completamente dedicada a servir a su esposo. Cierto día, Kabir estaba hilando en el telar, cantando el nombre de “Ram” sin cesar.

Repentinamente, llamó a su esposa, le dijo que un hilo se había cortado y le pidió que trajera una lámpara. Era mediodía y cuando ella trajo la lámpara encendida, Kabir le pidió que se la llevara porque no era necesaria. Ella se la llevó en silencio, sin discutir.

Con una esposa tan obediente, Kabir fue capaz de desarrollar su devoción y expresar su gratitud a Dios por Su gracia.

Una lección para aprender sobre el control de los sentidos He aquí dos ejemplos de hombres piadosos que, a pesar de sus situaciones familiares, buscaron con afán sendas virtuosas igualmente buenas. No es el ambiente lo que importa. Lo que cuenta es la pureza de los impulsos. No se preocupen por el ambiente externo.

Los antiguos sabios consideraban el control de los sentidos como una forma de penitencia. Disciplinar los sentidos requiere comprensión acerca de cómo funcionan. Un sacerdote cristiano aprendió una lección sobre el control de los sentidos, del conductor de un carruaje en el que viajaba. El sacerdote notó que el conductor golpeaba al caballo severamente a medida que se acercaba a un cruce de ferrocarril. Apiadándose del animal, el sacerdote le preguntó al conductor por qué golpeaba al caballo innecesariamente. El conductor le explicó que en el paso a nivel había unas piedras pintadas de blanco que asustaban al caballo.

Él golpeaba al animal porque éste le temía más al látigo que a las piedras blancas. El sacerdote aprendió que, desviar la mente de un pensamiento indeseable, era el modo de dirigirla en la dirección deseada.

Los sentidos han sido comparados con pasu (animales) cuya visión se orienta hacia afuera. El hombre debería esforzarse por ser el amo de los sentidos y no su esclavo. Para esto, en primer lugar, el hombre no tendría que condescender con los sentidos. Debería comprender que el placer derivado de los sentidos es momentáneo y sólo termina en aflicción. Si se mantiene a los sentidos ocupados de un modo correcto, no habrá ningún problema para ellos.

El Atma no se ve afectada por el insulto o el halago En el Mahabharata, cuando Sisupala insultó a Sri Krishna en el salón de audiencias de Yudhishtira –y luego de que Sri Krishna matara a Sisupala–, una llama emergió del cuerpo de Sisupala y se fundió en Sri Krishna. Yudhishtira se sorprendió ante este fenómeno. Le preguntó a Narada cómo un vil enemigo de Krishna como Sisupala podía tener un final tan glorioso como fundir su espíritu en Sri Krishna. Narada le dio la siguiente explicación:

“El insulto o el halago se relacionan sólo con el cuerpo y no con el Atma. El Paramatma Supremo mora en todos los seres.

Siendo éste el caso, ¿quién es el arrogante y quién es el criticado?

¿Quién es un amigo y quién es un enemigo? Todos son lo mismo. La sangre que recuerda constantemente a Dios se vuelve una ofrenda a Dios. (Ésta es una referencia a la sangre que fluyó desde el cuerpo de Sisupala a los pies de Sri Krishna).

Si el nombre del Señor es recordado, ya sea por odio, por celos o por apego, eso es suficiente. Sisupala recordaba el nombre de Sri Krishna con más frecuencia que muchos devotos. Los devotos recuerdan al Señor sólo en el momento de la adoración. Sisupala, a causa de su intenso odio hacia Krishna, tenía a Krishna en su mente todo el tiempo, estuviera despierto o dormido.

Debido a esta constante recordación del nombre de Krishna, el alma de Sisupala pudo fundirse en Krishna”.

Los hombres legos sólo miran los aspectos superficiales de las cosas. El Señor no ve las cosas de ese modo. Está libre de odio o envidia, gustos y aversiones. Cuando le son atribuidas al Señor, sólo son un reflejo de los propios sentimientos. Dios es como un espejo. Lo que ven es sólo un reflejo de sus propias acciones y postura. Dios no castiga ni premia a nadie. El castigo o el premio son el resultado de sus propias acciones.

Por lo tanto, nadie tiene derecho a cuestionar las acciones de Dios, acusándolo de favoritismo o indiferencia hacia una persona u otra. ¿Quién tiene la autoridad de decirle a Dios cómo debe conducirse?

La divinidad que está presente en cada uno hallará expresión en diversos tipos de conducta. Las acciones de la Divinidad están totalmente libres de interés personal. Siendo Dios la encarnación del Amor, ninguna mácula puede adherirse a Sus acciones. Como Dios es la encarnación de todo lo que es puro e inmaculado, cualquier defecto atribuido a Dios es sólo una proyección del defecto en el individuo en cuestión. Su visión defectuosa le hace ver defectos que no existen en la creación.

Si los sentidos son usados correctamente, ellos ofrecerán las impresiones correctas. Todos deberían emprender el Sadhana para disciplinar los sentidos.

Discurso durante el Curso de Verano en Brindavan, el 22 de mayo de 1990.