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Discursos dados por Sai Baba

05. 06/03/89 Del Amor hacia el Amor

Del Amor hacia el Amor

Del Amor hacia el Amor

6 de Marzo de 1989

¿Puede alguien concebir una forma para esa Divinidad sin forma?

¿Para ese Uno, que no tiene manos ni pies?

¿Qué ornamentos puede uno concebir?

Es mera fantasía atribuirle este o aquel nombre y forma a ese Uno.

Atribuirle la refulgencia de un billón de soles, en un chispazo de imaginación.

¿Cómo puede alguien pretender revelar la forma del Absoluto sin forma?

El Atma es lo Eterno sin Forma, que ilumina el Cosmos entero.

Brahman es el Amor encarnado.

El Amor puede realizarse sólo a través del Amor.

Si uno se aferra firmemente al Amor, La unidad, con la Divinidad, puede ser experimentada.

¡PAVITRAATMASVARUPULARA! ¡Encarnaciones del Sagrado y Puro Atma! Deben preguntarse cómo es que han merecido este apelativo de Pavitra. Pavitra es una palabra derivada de la raíz latina “vir”, que significa “hombre”, por ende el hombre es la encarnación de pavitra (la santidad). El Atma está asociada con la Divinidad.

Después del surgimiento del cristianismo en Roma, los romanos le dieron un nombre distintivo a Jesús en reconocimiento de Su Divinidad. Él fue llamado “Persona”, lo que significa “Uno que es Divino”. La palabra española “persona” deriva del término homónimo en latín.

El término indio vyakti, está relacionado con el término “persona”.

Vyakti significa “aquel que ha hecho manifiesto lo inmanifestado”.

¿Qué es lo que es inmanifestado? Es el Atma (el Espíritu Cósmico). El hombre se describe como Pavitraatmasvarupa (la sagrada encarnación de lo Divino) porque él manifiesta la Divinidad inherente en él.

Dios es la encarnación misma del Amor (Prema). El hombre es la chispa de lo Divino. Pueden encontrar a alguien sin ira, sin verdad o sin paz; pero no pueden encontrar a nadie en el mundo desprovisto de amor. El amor está presente en todos los seres humanos, como la refulgente cualidad divina. Este amor puede ser expresado de diferentes maneras, pero su naturaleza es la misma.

El hombre es así un aspecto de la Conciencia Cósmica. Desafortunadamente, sin embargo, debido a que el hombre dirige su amor hacia los objetos mundanos, es incapaz de reconocer su Divinidad. Su mente se contamina debido a la asociación con el mundo externo. Como resultado, aun su amor se mancha y su mente se vuelve incapaz de apreciar la hermosa forma del Señor. Sólo cuando dirija su amor hacia Dios, podrá el hombre ser capaz de experimentar la Divinidad dentro de él.

La mente y la Divinidad En la perturbada superficie de un lago, el reflejo de la luna es oscilante; pero en la clara superficie, el reflejo de la luna es claro y fijo. En un estanque lodoso, el reflejo de la luna es lodoso también. De la misma manera, en el lago de la vida del hombre, si ésta es confusa y veleidosa, su amor también se distorsiona.

Cuando la mente es pura, carente de egoísmo y sin vacilaciones, lo Divino aparece en toda su pureza y plenitud.

Pero debido a la polución de la mente por la obsesión por los múltiples objetos externos, el hombre de hoy es incapaz de experimentar la Divinidad que es omnipresente y que está, igualmente, en él.

Muchas personas declaran que Dios está dentro de ellas.

Esto es equivocado. Esta declaración empequeñece a la Divinidad.

Cuando sostengo una flor en la palma de mi mano, obviamente, la flor es más pequeña que mi palma. Si dicen que Dios está dentro de ustedes, sugieren que ustedes son más grandes que Dios. La verdad es: ustedes están en la Divinidad y no la Divinidad en ustedes. Es solamente cuando tengan esa visión expandida que pueden experimentar a la Divinidad.

Una fe firme es esencial para la realización del Ser. La fe es la base de la confianza en sí mismos, sin la cual nada puede lograrse.

La palabra mânava (hombre) misma significa “uno que tiene fe”. Cuando uno actúa en concordancia con esta fe experimenta paz y contento. El amor es el medio a través del cual se fortalece la fe.

La gente ofrece oraciones a Dios. Las oraciones no deberían significar peticiones de favores a Dios. El objeto de la oración debe ser el establecer a Dios firmemente en nuestro corazón.

Anhelen enlazarse con Él y no buscar favores. Aspiren a ganarse el amor de Dios. Esa es la verdadera penitencia. Por eso se ha dicho: el mirar hacia adelante es tapas (penitencia), el mirar hacia atrás es tamas (ignorancia). Tapas no significa abandonar el hogar, la casa y retirarse al bosque. Significa abandonar todas las malas cualidades y esforzarse por vivir incesantemente por la gracia de Dios.

La verdadera devoción es sentir la cercanía de Dios El amor es el factor principal en este proceso. No hay nada más grande que el amor sobre la tierra. Cualquier cosa puede llevarse a cabo a través del amor. Por lo tanto, hagan cualquier esfuerzo para promover el amor.

La verdadera devoción consiste en ofrecer todos sus pensamientos y acciones a Dios y anhelar Su Gracia. La devoción (bhakti) ha sido descrita como el estado de no separación de Dios. Independientemente del tiempo, del espacio o de las circunstancias, uno debe sentirse cerca de Dios, esa es la verdadera devoción. Hoy en día, la devoción está confinada a breves ratos pasados en el cuarto de oraciones o en un templo. Durante este período la devoción parece crecer dentro de ustedes y sienten que están en paz, pero una vez afuera se pierde la paz y la cólera toma su lugar. Esto no puede llamarse devoción.

La verdadera devoción trasciende las limitaciones impuestas por la diaria rutina y las obligaciones de la vida. No debe estar sujeta a cambios en el tiempo, lugar o circunstancias. El amor por la Divinidad debe estar presente en toda situación. “Satatam Yoginah” (siempre permanezcan como Yogis); se ha dicho:

Deben esforzarse, por cultivar tal amor y experimentar la alegría de compartir ese amor con otros.

Ocasionalmente, la propia devoción se enfría cuando nuestros deseos no son satisfechos. Esto no es signo de verdadera devoción. La devoción no debe estar relacionada con necesidades físicas. Concierne al corazón y no debe ser afectada por vicisitudes relativas al cuerpo y la mente. La devoción trasciende lo concerniente con el cuerpo. Tal devoción ha sido descrita como Suprema Devoción o Parama Bhakti. También puede describirse como “devoción centrada en un solo punto” (ananya bhakti). Solamente tal devoción, centrada y dirigida a un solo punto, puede enraizarse en el corazón. Nuestro amor no debe variar de tiempo en tiempo.

¡Encarnaciones del Amor! La gente tiende a sacrificar su verdadera naturaleza con el fin de obtener la aprobación de otros.

Pero debe vivir de acuerdo a su propia verdad. Esa es la verdadera devoción. Un verdadero devoto está ansioso por experimentar el Amor Divino y no busca pompa ni exhibicionismo.

Cuatro pasos diferentes de práctica espiritual La gente habla sobre Yoga, Jñana, Karma y Bhakti en relación a la práctica espiritual. Éstos están inextricablemente interrelacionados.

Entre éstos, la devoción (bhakti) merece una mención especial. El primero entre los senderos espirituales es el Karma-Marga (el Sendero de la Acción). El seguidor de este sendero efectúa muchas acciones para el bienestar del mundo.

Participa en sacrificios y rituales (yajñas y yagas). Está dedicado el servicio y actividades de caridad. Todas estas formas de karma están llenas de ciertas dificultades. Para ejecutar sacrificios, uno debe estar enterado de los textos védicos. Esto no es fácil para gente laica.

El sendero del conocimiento (jñana marga) requiere del conocimiento de las escrituras y muchas otras clases de conocimientos que, en conjunto, conducen al conocimiento del Ser (Atmajñana). El jñana ha sido definido como el Despertar a la Conciencia Cósmica (Advaita Darshanam). Significa reconocer la unidad en la diversidad. No es fácil experimentar esta unidad.

El sendero del yoga, que se refiere al control de la mente, es igualmente difícil. Requiere de un riguroso control de los sentidos.

Se tiene que sobreponer a muchas dificultades, pruebas y tribulaciones. Muy pocos tienen la fuerza mental y espiritual para encarar estas dificultades y pruebas. El sendero del yoga está, pues, preñado de muchos obstáculos.

El conocimiento que no se practica es inútil El sendero de la devoción (bhakti) es el sendero más fácil para todos. No requiere dominio de las escrituras. No ordena realizar rituales y sacrificios. La elusiva búsqueda de la unidad en la diversidad se evita. Mediante el cultivo del amor por Dios, los sentidos llegan a una autodisciplina natural. Los muy versados en los Shastras (escrituras) son buenos académicos, pero escasamente practican lo que predican. Lo que importa es la práctica y no el academismo. El conocimiento sin acción es leña inútil. Uno debe esforzarse por poner en práctica, al menos, una o dos cosas aprendidas en el campo espiritual. La meta más importante del ser humano es poner en práctica la doctrina del Amor Divino.

El principio del Amor es la mayor fuerza unificadora que une todas las prácticas espirituales, todos los credos, todas las metas de vida y todas las escrituras. El sendero principal para el aspirante espiritual es el sendero de la total entrega al Señor para ganarse Su amor y gracia. El devoto ofrece todo lo que tiene y hace al Señor de la misma manera en la cual una novia renuncia a todo lo que ella tuvo antes de su matrimonio al ir al hogar de su esposo. El amor de Dios no puede obtenerse sin tal renuncia por parte del devoto.

Aprecien los caminos de la Divinidad En varias ocasiones el Señor somete a los devotos a diferentes clases de pruebas y esfuerzos, con el objeto de elevar su espiritualidad a un más alto nivel. El Señor, quien es la fuente de toda sabiduría, conferirá iluminación solamente a aquellos que se le aproximen. Los que sienten que Bhagavan no los ha visto o no les ha hablado, deberían preguntarse a sí mismos cuán próximos están mentalmente a Bhagavan y cuán cercanos están al Señor en sus prácticas. Cada uno debe dedicarse al proceso de la autoindagación.

El Señor no tiene ni ira (agraha), ni benevolencia (anugraha). Aun cuando parece ser áspero, hay gracia en tal aspereza.

Cuando parece castigar, hay compasión en ello. Cuando parece estar enojado, hay amor detrás de eso.

Sólo aquellos que comprenden la naturaleza de la Divinidad pueden apreciar las maneras de la Divinidad. La Divinidad recurre a cierta clase de castigos para hacer que el devoto persiga el sendero correcto y lo capacita para que lleve una vida ideal.

Tales castigos son para bien del devoto y su bienestar.

He aquí una historia que ilustra la máxima: “No hay ganancia sin penas”. Había un jardinero que solía regar las plantas del jardín acarreando una vasija en su cabeza, desde el amanecer hasta el anochecer. Un día, mientras llevaba el pote, le dio un dolor de cabeza que le hizo desear bajar el pote e irse a casa, para descansar; en ese momento la vasija le habló y le enseñó una lección invaluable. La vasija dijo: “¡Oh hombre! No puede haber fruto sin trabajo, ni placer sin pena. Aprende la lección de mi propia historia. Yo no era más que mero polvo y lodo, pisoteado por la gente. El alfarero recogió ese lodo, lo volvió barro presionándolo bajo sus pies e hizo una vasija, dándole vueltas al barro con su rueda. Finalmente, yo fui colocada en un horno para mi cocimiento.

Quienquiera que viniera a comprarme, golpeaba mis costados con fuerza para probar mi resistencia. Y fue porque pasé por todas esas pruebas que gané el privilegio de bailar sobre las cabezas de la gente. Si no hubiera atravesado por todas estas vicisitudes, ¿cómo podría haber alcanzado esta prominencia? De la misma manera, sólo si estás preparado a atravesar todas las pruebas y dificultades podrás elevarte en la vida”.

Egoísmo, la enfermedad que no tiene medicina Por lo tanto, ustedes no deben sucumbir a las dificultades y sinsabores. Deben esforzarse para sobreponerse a ellos. Para este propósito, deben adquirir la Gracia de Dios, desarrollando fe. Cada ser humano es presa de una mala cualidad, una clase de enfermedad, para la cual no hay medicina. Esta enfermedad es el egoísmo (ahamkara). El egoísmo se mete en la cabeza del hombre y juega al diablo con él. El egoísmo afecta no sólo a los seres humanos, sino también hasta a los pájaros y a las bestias.

Por ejemplo, un perro situado en la puerta de un hombre rico ladra a cada transeúnte, para exhibir su autoridad. Este es un ejemplo de egoísmo en un animal. El perro quiere mostrar que es el guardián de la casa y que nadie se atreve a entrar en ella. El perro asume que “esta es mi casa, yo tengo que protegerla”, pero no conoce lo que ese “Yo” es.

Si, hoy en día, un hombre no sabe lo que la palabra “Yo” significa, está en la misma posición que el perro. A cada momento una persona habla acerca de “mi cuerpo, mi mente, etc.”, pero no se pregunta “¿Quién soy yo?”. Solamente la persona que se lo pregunta es un sabio (jñani)) que ha descubierto la verdad acerca de sí mismo. Uno que va por ahí usando la palabra “Yo”, pero no sabe quién es Él, es un ignorante (ajñani).

La gente usa mucho la palabra Vedanta. Cuando a un académico le preguntan: “¿Qué es Vedanta?”, la respuesta que da es: “Los Upanishads que vienen al final de los Vedas, constituyen el Vedanta”. Ese no es el verdadero Vedanta. La terminación del “Yo” (del ego), es Vedanta. Si ustedes desean conocerme, tienen primero que conocer quiénes son ustedes realmente.

Busquen dentro de sí mismos. Sin comprender quiénes son ustedes en realidad, ¿cómo pueden querer comprenderme a Mí? Si su visión está concentrada en lo externo, ¿cómo pueden comprender su ser interno?

Las tres formas de Ishvara Se dice que Ishvara tiene tres formas. La una, la forma cósmica (Virat-svarupa). La segunda es la forma sutil o Hiranyagarbha.

La tercera es la entidad causal (avyakrita). La forma del Virat Svarupa es el Vishva-rupa, el Cosmos entero manifestado en Su Forma.

Toda la miríada de formas y nombres en el universo está contenida en Su Forma. Esto se describe como la forma Cósmica como se experimenta en el estado de vigilia (jagrata svarupudu).

La segunda es la Divinidad, como se experimenta en el estado de ensoñación (Hiranyagarbha). En el estado de vigilia usamos nuestros miembros, miramos con nuestros ojos y oímos con nuestros oídos. En el estado de ensoñación, ejecutamos muchas acciones.

¿Cuáles son las manos que usamos? ¿Cuáles las piernas con que caminamos? ¿Cuál es la boca que habla en sueños? Si todos los órganos y sentidos del cuerpo no funcionan en el estado de ensoñación, ¿cómo es que estas experiencias ocurren? Esa es la forma sutil de Hiranyagarbha.

Avyakrita, la tercera forma, es la Entidad Causal. No tiene forma específica y por tal razón se le llama “no desarrollada” (avyakrita). Pero la bienaventuranza (ananda) está presente.

Hay conciencia de la experiencia. Lo físico, lo sutil y lo causal, son las tres formas, respectivamente, de Vishvarupa, Hiranyagarbha y Avyakrita. Ustedes son la misma persona experimentando el estado de vigilia, de soñar en el de ensoñación y de disfrutar de la bienaventuranza en el del sueño profundo (sushupti). La misma entidad que existe en todos los tres estados es el Atma: en el cuerpo, en la mente en el estado de vigilia, y en la Conciencia Superior (chitta), en el estado de sueño profundo. El Principio de Ishvara unifica las tres entidades todas.

El deseo y el odio ocultan la Divinidad Interior Este día celebramos Shivaratri, que significa “Noche Auspiciosa”.

¿Quién es este Shiva y dónde puede encontrarse?

Se da toda clase de respuestas. Kailasa u otros lugares que se mencionan, son sólo direcciones de “referencia”. La verdadera respuesta es: “Todo está penetrado por Ishvara” (Ishavasyam idam sarvam). Él es omnipresente. No hay lugar, objeto o ser, en donde Dios no esté presente. Ustedes tienen que corregir su perspectiva y reconocer la unidad en la aparente diversidad.

Si Dios es omnipresente, ¿qué necesidad hay de ir en busca de Dios? La búsqueda no tiene sentido. Si uno se libra del apego y del odio dentro de sí, entonces se experimentará la Divinidad inherente a uno. Esta es la práctica espiritual (sadhana) que uno tiene que hacer hoy en día: librarse del deseo y del odio que ocultan la Divinidad inherente a uno.

Muchas personas vienen a Swami y preguntan: “¡Swami! Muéstranos el camino”. Todo lo que tienen que hacer es volver a la fuente de donde vinieron. ¿Cuál es la necesidad de buscar el camino? El Bhagavata ha declarado que es el natural destino de cada ser viviente el volver al lugar de donde vino.

Busquen conocer el propósito de la vida ¡Encarnaciones del Amor Divino! Consideren, por un momento, de dónde viene la lluvia. Viene de las nubes. Las nubes vienen del vapor de agua que sube del océano. La lluvia se vuelve un canal en la tierra, luego un riachuelo y luego un gran río, que se une al mar. Una vasija hecha de barro, cuando se quiebra se tira al suelo en donde, al pasar del tiempo, se volverá de nuevo barro. El agua del mar se une de nuevo al mar, el barro a la tierra; sólo el hombre olvida la fuente de donde vino.

El hombre debe buscar conocer el propósito de la vida. Con todo su conocimiento e inteligencia, el hombre debería tratar de elevarse por encima del nivel animal a la realización de su Divinidad.

Una gran parte de tiempo se desperdicia en fútiles controversias.

Los educados alardean de su erudición. Deberían estar más preocupados por descubrir su verdadera naturaleza y vivir de acuerdo con ella.

La palabra manava (hombre) significa “uno que vive libre de ignorancia”. ¿Cuál es esta ignorancia? Es considerarse a sí mismo como lo que no es. Él no es el cuerpo. Él no es la mente.

Cuando actúa como si fuera el cuerpo y la mente está viviendo en la ignorancia, como Dhritarashtra.

El constante ataque maligno en el hombre es el sentido de “lo mío” (mamakara), el sentimiento adquisitivo y posesivo. Esta es la causa de todas las otras perversiones. El hombre tiene que desarrollar la conciencia de que él es Divino. El aliento que el hombre inhala y exhala 21.600 veces al día, transmite el mensaje de “So ham” (Yo soy Él), la verdad acerca de la Divina realidad del hombre.

Nosotros consideramos como devoción unos pocos minutos dedicados a la adoración o ir a sagrados santuarios y cosas semejantes.

Pero la verdadera devoción es una expresión de gratitud hacia Dios por todo lo que Él nos ha dado: el cuerpo humano con todas sus varias capacidades, la inteligencia con que estamos dotados y las muchas naturales comodidades que ha puesto a nuestra disposición, tales como el aire, el agua, la luz del sol. Una persona sin gratitud es peor que un animal salvaje.

Desarrollen amor por Dios. No hay nada más poderoso que el amor de Dios.

Discurso pronunciado en el Auditorio de Purnachandra el 6 de marzo de 1989.

Cambien su visión y el mundo aparecerá de acuerdo a ella. Dejen que el ojo se cargue con la Divinidad y verán todo como Dios. Es tonto tratar de corregir al mundo.

Corríjanse ustedes mismos como encarnaciones de la Paz, del Amor y la Reverencia. Entonces verán todo como Amor, Compasión y Humildad.

Baba