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Discursos dados por Sai Baba

37. 23/11/89 El Morador Interno Cósmico

El Morador Interno Cósmico

El Morador Interno Cósmico

23 de Noviembre de 1989

En el centro de la tierra está un lugar llamado Puttaparti.

La Personificación del Atma allí hizo su advenimiento.

Mientras la humanidad buscaba conocimiento de la ciencia, una universidad fue creada allí.

Gentes de todas las naciones se reunieron aquí para experimentar paz y alegría.

Millones de virtuosos aspirantes y adeptos han llenado este lugar.

El Señor Sai ha venido para enseñar al mundo el amor y la verdad de todas las religiones.

Sathya Sai ha encarnado como la Personificación del Amor para derramar alegría en todos.

¡Encarnaciones del Amor! “Aquello de donde todos estos seres nacen” (“Yatho imani bhutani jayante”). La creación entera viene del Paramatma (la Suprema Deidad), está sostenida por Él, y finalmente se funde en Él. De igual forma, el hombre nace debido a los deseos, vive de deseos y se disuelve en deseos. Así como es la intención, así es la conducta. Así como es la conducta, así es el fruto. Así como es el fruto, así es la meta. Por lo tanto, todos los hombres deben tener deseos sublimes, experimentar frutos sublimes y ulteriormente alcanzar un fin sublime.

El mundo fenomenal es visible al ojo, audible para el oído, experimentado por el cuerpo, conocido por la mente y disfrutado por el corazón. Este mundo de percepción es conocido como vishvam. Vishva significa “aquello que permea”. El principio detrás de la capacidad de penetración es llamado vishvam.

Vishnu es aquel que permea el cosmos. El cosmos es el efecto, Vishnu es la causa. La causa y el efecto son expresiones de un solo principio Divino.

El Principio Cósmico es también conocido por otros nombres tales como Virat, Vaishvanara y Vairagasuta. Vaishvanara es el Principio Divino que produce la conciencia de la “Yoidad” en cada ser. El cosmos es así una manifestación de Vishnu, que lo permea todo.

A lo Divino se le atribuyen seis cualidades. Estas son: aishvarya (riqueza), dharma (rectitud), yashas (fama), sampada (prosperidad), jñana (sabiduría suprema), y vairagya (desapego).

La riqueza tiene miríadas de formas: riqueza material riqueza física, riqueza de conocimiento y así sucesivamente. Lo Divino posee cada forma de riqueza concebible.

El Svadharma en realidad se refiere al Atma-dharma La rectitud (dharma) como atributo de lo Divino comprende cada tipo de dharma: el dharma mundano, el dharma védico o vaidika dharma, el dharma nacional, el dharma comunitario, y así sucesivamente. De éstos, dos son importantes. El uno es el para dharma y el otro es el svadharma. El svadharma es a menudo tratado como el dharma relacionado con la propia casta o creencia. Así, se asignan códigos separados de dharma a los guerreros (kshatriyas), a los comerciantes (vaishyas) y otros.

Esta no es una interpretación correcta.

El svadharma realmente se refiere al Atmadharma, el dharma relacionado con el espíritu. El deber del hombre es observar este código espiritual de conducta. El paradharma se relaciona con el cuerpo. Abraza el código de conducta que es observado en la vida diaria para ganarse uno la vida y llevar su vida en la sociedad. El paradharma está cargado de temor y falsos conceptos. Existe el temor al éxito o al fracaso o el temor a enfrentar la responsabilidad o censura. Al observar este código mundano de conducta, el hombre está acosado por temores y dudas de varias clases. Al adherirse al svadharma, el código espiritual, no hay lugar para tales temores. Por lo tanto, el hombre debería seguir al Atmadharma.

Puesto que se encuentran en el hombre también los atributos de lo Divino, está claro que lo Divino mora en todos los seres humanos. “Él es el Morador Interno en los corazones de todos los seres” (Eko vasi sarva-bhuta-antaratma). Dios no puede verse en ningún lugar o en ningún momento particular. Él está presente en todo, pero no está apegado a nada.

¿Cómo puede Él, que lo permea todo y está presente en todas partes, estar sometido a cualquier clase de prueba o test?

Esa es la razón por la cual Dios ha sido descrito como Aprameya o El Trascendental. Como la fuente de todo conocimiento e inteligencia, Dios ha sido llamado Manu. Como el supremo creador, Él es también llamado Prajapati. Es también llamado Atma o Brahman. Brahman es la conciencia o chaitanya que está presente en todos los seres vivientes. El Atma y Brahman no son diferentes. Lo Divino también ha sido llamado Aham (el “Yo”). Esto no se refiere al ego individual. Se refiere a la refulgencia que ilumina todo y dispersa totalmente toda oscuridad.

Otro significado de Aham es Sakshi, el Testigo.

Sat-Chit-Ananda está presente en todos los objetos El Paramatma, el Atma Supremo, que es el testigo de todo, es llamado Aham. Él es el Señor de todo lo que ha sucedido antes, de todo lo que es y de todo lo que ha de nacer aún. Él es el eterno e inmutable Ser que es el amo del pasado, del presente y del futuro. Por ende Él es descrito como “El Señor del pasado, del presente y del futuro” o Bhuta-Bhavya Bhavat Prabhuhu.

También es descrito como Bhavaha, el Refulgente. Él es omnipresente.

Por ende el apelativo de Mahanubhava es aplicable solamente a Dios, aunque el término es libremente aplicado para describir a algunas personas extraordinarias. Se refiere a aquel que está presente en el más sutil átomo y en el más vasto objeto en el cosmos.

En cada objeto en el universo, Sat (el Ser), Chit (la conciencia) y Ananda (la bienaventuranza) están presentes en una forma sutil. Hay otras dos características más en cada objeto:

nombre y forma. Sat, Chit y Ananda derivan de lo Divino. El nombre y forma, que están sujetos a constantes cambios, están relacionados con la naturaleza. Hasta el nombre y forma están comprendidos en Sat, Chit y Ananda. El hombre es la encarnación de estos tres. Como el hombre olvida estas verdades básicas acerca de su realidad permanente, él lleva una vida relacionada a los nombres y formas.

Cada ser humano es una manifestación de Dios. Cada objeto manifiesta lo Divino. No hay nada en el mundo que no sea una manifestación de Dios. No tengan duda alguna de que el cosmos está permeado por Hari (Dios) y que todo está contenido en Él. No hay un átomo en el universo que no esté permeado por lo Divino.

Prasad pidió una exposición sobre la naturaleza de Dios. Algunos dicen “no es esto”, otros dicen “es esto” y otros más dicen “es y no es esto”. Aquellos que dicen “es esto” no saben lo que es. Aquellos que niegan su existencia tampoco saben qué es lo que niegan. Aquellos que afirman y niegan son ignorantes de las dos cosas.

Los creyentes y los no creyentes en Dios Desde tempranos tiempos, aquellos que creían en la existencia de Dios eran llamados astikas (teístas), aquellos que negaban la existencia de Dios eran llamados nastikas (ateos) y la tercera categoría eran llamados astikas-nastikas (teístas-ateos).

Los teístas y los ateos son realmente uno solo, aunque tienen nombres contradictorios. Los ateos son como los botones de las flores y los teístas son como las flores que han florecido. La flor que ha florecido ofrece su fragancia a muchos. El botón sin abrir aún retiene su fragancia dentro de sí. Algún día el botón puede florecer o pueda caerse antes de ello. Aquellos que difunden la bienaventuranza de la Divinidad en el mundo eran descritos como teístas y, aquellos que no, eran considerados como ateos.

Aquellos que dicen “Dios no existe” deben tener alguna idea previa de Dios antes de poder negar su existencia. En el crepúsculo, una cuerda puede ser confundida con una serpiente, pero en cuanto se trae alguna luz la cuerda es reconocida por lo que es. De igual forma un hombre de sabiduría o jñani reconoce a Dios cuando se ha liberado del engaño o maya.

La mente y el corazón son como la cerradura y la llave Todas las miríadas de diferencias que uno ve en el mundo son sólo variaciones en las formas de la única entidad básica, Brahman. Un hombre que quiere disfrutar de los frutos de un árbol no puede contentarse con alimentar solamente las flores. Él debe alimentar las raíces, el tronco, las ramas, las hojas y las flores. De igual forma, el hombre que busca la más alta sabiduría (jñana), tiene que alimentar al cuerpo, los sentidos, los sentimientos, apropiadamente. Para este fin se han prescrito las nueve formas de devoción para los buscadores.

La mente, se ha dicho, es la causa de la esclavitud o de la liberación.

La mente es como una cerradura y el corazón es la llave.

Cuando se gira la llave hacia Dios, hay desapego. Cuando es girada hacia el mundo hay apego. Así es como la mente es la causa de la liberación o de la esclavitud. Por lo tanto, la mente ha de dirigirse hacia lo sagrado y lo puro. Entonces llevarán una vida libre, alegre y llena de bienaventuranza. El hombre que ha desarrollado tal actitud estará en un permanente estado de bienaventuranza.

Él será una encarnación de bienaventuranza.

Cuando bajé al Mandir esta mañana, los niños me saludaron con las palabras “¡Feliz Cumpleaños!”. Yo les dije “Estoy siempre feliz, son ustedes que son infelices, cuando deberían ser felices”.

Solamente cuando cada quien concientice su Divinidad inherente y lleve una vida sagrada es que todos serán felices.

La Divinidad no está confinada a ningún lugar o forma específica.

Cada cual debe concientizar que esta Divinidad todopenetrante y omnipotente está dentro de él. Deben darse cuenta de que el Principio que está omnipresente en la forma más sutil y en la forma más densa es el Atma o Brahman. Dios es la eterna realidad, sin nacimiento, crecimiento o muerte, sin comienzo, medio o fin y es inmutable. Solamente los cuerpos están sujetos a cambios. Haciendo uso del cuerpo que es cambiante, deben experimentar al inmutable Divino.

¡Encarnaciones del Amor! De cualquier manera que busquen comprender lo Divino, deben recordar que lo Divino es la Conciencia Universal Todopenetrante o Chaitanya. Sólo el inmutable Divino puede conferirles permanente bienaventuranza.

Esto no significa abandonar los asuntos mundanos. Lo que tienen que hacer es hacer de la vida mundana la base para la realización de lo Divino. Cada acción debe considerarse como una ofrenda a lo Divino. Deben esforzarse por alcanzar el estado en el cual, reconociendo que Dios es omnipresente, concienticen su propia Divinidad. Para comenzar, deben hacer buenas acciones, basadas en buenos pensamientos. La gente hoy en día dedica apenas cinco minutos al pensamiento de Dios.

¿Cómo esperan tener alegría y paz cuando la mayor parte de su tiempo está dedicada a objetos egoístas?

Dedíquense al servicio de la sociedad. Hagan acciones sagradas.

Siempre recuerden el Divino nombre. Cantando el nombre del Señor, realizando acciones sagradas, experimenten la bienaventuranza en sus corazones.

Mensaje de Cumpleaños pronunciado en el Auditorio Purnachandra el 23 de noviembre de 1989.