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Discursos dados por Sai Baba

34. 09/10/89 Anhelen sólo a Dios

Anhelen sólo a Dios

Anhelen sólo a Dios

9 de Octubre de 1989

El hombre que está lleno de amor tiene gran paz mental, es puro de corazón y queda incólume ante cualquier circunstancia adversa, fracaso o pérdida. Esta fortaleza deriva del amor por el Señor, que lo provee de confianza en sí mismo. La autoconfianza genera un inmenso poder interno. Cada cual tiene que desarrollar este poder. Cada cual tiene que desarrollar esta autoconfianza de manera que pueda experimentar la bienaventuranza del Ser (Atmananda).

El amor debe estar libre de sentimientos de expectación por algún rédito o recompensa. El amor que surge de un deseo por algo a cambio no es verdadero amor. Lo que debe desarrollarse es amor totalmente, sin egoísmo y sin motivo. Este es el deber del hombre.

No deben orarle a Dios buscando este u otro favor. La razón es que nadie puede conocer qué tesoros Divinos, inmensamente preciosos y magníficos, existen en la tesorería de la gracia Divina. Nadie puede saber qué intenta o qué desea Dios dar a un devoto. En tal situación, al pedir cosas triviales y mezquinas, el hombre está menoscabando su Divina herencia.

Nadie puede comprender qué valioso, sagrado y divino favor Dios elige conferir a un devoto merecedor. Por lo tanto, el hombre no debe pedirle a Dios, ni desear ni orarle a Dios por cosas mezquinas. Más precioso y deseable que cualquier otra cosa es el amor de Dios.

Si desean pedirle cualquier cosa a Dios órenle así: “¡Oh Señor! Déjame tenerte a ti solamente”. Una vez que se han asegurado al Señor, podrán obtener cualquier cosa que deseen.

Por esto Mirabai cantaba: “¡Oh Corazón! Bebe el néctar del Divino Amor”. Si logran obtener el Amor Divino, el ansiar otra cosa ¡es como pedir café en polvo del Árbol Colmador de Deseos, el Kalpataru! Eviten la alabanza excesiva a Dios Lo que tienen que buscar de Dios es Dios mismo y no cualquier beneficio pequeño y sin valor. Aun cuando le oren a Dios por Su gracia, no deben usar extravagantes alabanzas y halagos para ganar Su aprobación y buscar Sus favores. “¡Oh Señor! Tú eres el océano de compasión! ¡Tu misericordia es sin límites! ¡Tú eres el refugio de los afligidos y el protector de los abandonados!”. El dirigirse al Señor de esta manera lo aburre.

Tales alabanzas para obtener favores tienen un tinte comercial.

Aun los favores obtenidos por tales alabanzas no son apropiados en absoluto. Es debido a que los rishis y los yoguis del pasado recurrieron a tales alabanzas que tuvieron que hacer cien años de austeridades para obtener la visión del Señor.

Consideren a Dios como un amigo Dios tiene parcialidad por la forma humana. “Dios debe ser experimentado en la forma humana” (Daivam manusha rupena), se dice. Solamente cuando Dios es considerado como un amigo y compañero es que Él se complace más. Al dirigirse a Él como, “¡Oh, mi queridísimo amigo! ¡Mi Amado! ¡El querido de mi corazón!”, pueden darle la mayor alegría. En lugar de eso, si Él es descrito como “Aquel que está más allá de la alabanza por Brahma y los otros dioses”, “que no es accesible para la mente y el habla”, “cuyas glorias están más allá de toda descripción”, “que prevaleció por encima del Dios de la muerte”, “que nació como el hijo de Devaki y Vasudeva”, “que fue al rescate de Draupadi”, “que protegió a los Pandavas”, y así sucesivamente, y que luego se le suplica para que les confiera Su gracia, hay un elemento de ridículo en las comparaciones que se hacen.

Tales alabanzas hasta saben a envidia. Cuando dicen: “¡Oh Señor! Tú les has hablado y les ha dado tanto! ¿Por qué no vienes en mi ayuda?”, la comparación parece provenir de la envidia.

Solamente cuando uno se acerca a Dios como un amoroso amigo que tiene el poder de venir en nuestra ayuda es que nuestros deseos serán cumplidos. Usamos palabras de alabanza hacia una persona desconocida para mostrarle respeto y consideración como un extraño. Pero le damos la bienvenida a un viejo amigo con una fácil familiaridad e intimidad.

Thyagaraja llevó a cabo austeridades durante muchos años para obtener una visión del Señor. Con esta práctica él estableció una íntima relación con el Señor Rama. Debido a esto, él podía saludar a Rama con una amistosa familiaridad y darle la bienvenida a su casa como un compañero en la canción: “Raara maa intidaaka” (¡Rama, ven a nuestra casa!) Debido a esta intimidad, Thyagaraja pudo dirigirse a Rama con la segunda persona del singular.

En el contexto de las celebraciones de Navaratri, este día de Purnahuti, de la ofrenda final, deben aprender a reconocer a lo Divino de esta manera íntima. Reduzcan sus deseos. No oren por boberías. No vayan a un santuario con la intención de buscar el cumplimiento de algún deseo trivial. Es una desafortunada señal de la edad de Kali el que cada cual vaya a un templo o centro de peregrinaje solamente para obtener algunos beneficios triviales.

Si pueden ganarse al Señor mismo, ¿qué habrá más allá de su alcance? Thyagaraja declaró: “¡Rama! Si sólo tengo Tu gracia (anugraha) todos los planetas (grahas) estarán en mi mano”.

La fe inquebrantable de los pandavas en Krishna Es esencial para complacer a Dios y ganar Su gracia el considerarlo como un amigo y no hacerse en excesivas alabanzas.

Para esto, el Amor Supremo es el medio primordial. Ese amor debe ser firme e inmutable, inafectado por las pruebas y tribulaciones y las vicisitudes de la vida. Los Pandavas son los ejemplos supremos de tal amor inmutable (por Krishna). Cuando Draupadi estaba siendo humillada en el salón de asamblea de Duryodhana, cuando Abhimanyu fue atacado y muerto por los Kauravas, cuando Ashvatthama masacró a los Upapandavas (los hijos infantes de los Pandavas), o cuando llevaron a cabo el glorioso sacrificio del Rajasuya en el colmo de su poderío, o cuando estuvieron en exilio en la selva, sin sucumbir a las dificultades y problemas a los que fueron sometidos, se adhirieron firmemente al nombre de Krishna, con inmutable fe en Él. Confiaban solamente en el amor de Krishna. Las dificultades y problemas son nubes pasajeras que vienen y se van. ¿Recordamos todos los parientes con los cuales estuvimos relacionados en nuestras vidas anteriores? Mientras todas estas relaciones han cambiado, sólo la relación con Dios permanece sin cambio.

Debemos adherirnos a este amor inmutable y no aferrarnos a otras relaciones siempre cambiantes.

El yajña es la búsqueda para descubrir al Uno Los yajñas están diseñados para llevarlos al Uno que es inmutable y eterno. Yajña da yajña. Ya se refiere al Uno que es la base del cosmos entero. Jña se refiere a la búsqueda por conocer a ese Uno. Yajña, por lo tanto, es la búsqueda por el descubrimiento del Uno que sostiene al cosmos. ¿Cómo ha de hacerse esta búsqueda? Los Vedas han declarado: “Permeándolo todo dentro y fuera está el Señor Narayana”. ¿Dónde pueden buscar al Señor que es omnipresente? ¿Por qué buscar en absoluto?

Los sabios llevaron a cabo severas austeridades para alcanzar la última realidad. Finalmente declararon: “Hemos conocido al supremo Purusha, que es refulgente como el sol y está más allá de la oscuridad exterior” (Vedaham ethan Purusham mahantham Adityavarnam tamasah parastât). Declararon que el Señor Supremo está más allá de tamas. Esto significa que el Señor está más allá de la cualidad de la inercia (tamo guna) y que para experimentar al Señor debemos librarnos de esa oscuridad de la ignorancia (tamas). El Señor está más allá del velo de tamas. Cuando el velo es removido, el Señor puede verse.

Cuando uno está lleno de tamas de la cabeza a los pies, ¿cómo puede uno experimentar a Dios?

El hombre no está preparado para hacer ningún sacrificio.

¡Con una montaña de deseos en su corazón, el devoto ofrece una mera nuez de coco al Señor! Esta no es la manera de orarle al Señor. No es devoción. No es amor. El buscar un favor no es una oración en absoluto. Sólo una persona desinteresada puede dedicarse al servicio a la sociedad. Sólo una persona tal tiene derecho a servir a Dios. El primer prerrequisito es el espíritu de sacrificio. Éste se puede desarrollar solamente por medio del amor. La persona llena de amor está lista para hacer cualquier sacrificio. La persona sin amor no estará dispuesta a hacer cualquier sacrificio.

Dios no mora en ningún lugar particular. Ustedes son Dios.

Cuando se libran de la conciencia del cuerpo, podrán realizar, tomar conciencia, de su Divinidad.

Las experiencias del mundo físico En el estado de vigilia, tienen varios tipos de experiencias relacionadas con el mundo fenoménico. Todas las experiencias son por medio de 19 agencias: los cinco órganos de la acción (karmendriyas), los cinco sentidos de percepción (jñnendriyas), los cinco alientos vitales (pancha pranas), la mente (manas), el intelecto (buddhi), la voluntad (chitta) y el ego (ahamkara). Solamente cuando estos 19 están presentes es que pueden disfrutar de las experiencias del mundo físico en el estado de vigilia.

El principio del Atma que está consciente en el estado de vigilia se llama la Forma Cósmica o Viratsvarupa. El cosmos es la forma del Virata Purusha. En esta forma lo Divino es llamado Vishva. Como el universo ha emergido de Vishva, es llamado Vishvam. Otro nombre por Vishva es Viraja Svarupa, aquel que confiere alegría y se destaca como un ideal para el mundo y es la encarnación del Ser-Conciencia-Bienaventuranza (Sat-Chit- Ananda).

Cuando entran al estado de ensueño, tienen sueños. Aun en el estado de ensueño las 19 agencias están presentes pero en una forma sutil. ¿De dónde han surgido los sueños? Son creados por el soñador mismo y él es también el experimentador. El Principio Divino en el estado de ensueño es llamado el Refulgente (Taijasa). Él es también llamado Hiranyagarbha (El Útero Dorado). Este apelativo significa que él es el que contiene todo dentro de sí y lo proyecta fuera de sí. El tercer estado es el del sueño profundo (sushupti). ¿Qué es lo que se experimenta en el sueño profundo? Olvidándose de sí mismo, en una condición inconsciente, él experimenta bienaventuranza. En ese estado sólo existe la Conciencia Constantemente Integrada (Prajña). El Upanishad declaró “Prajñanam Brahma”. Este estado de conciencia es igualado a Brahman. El Principio Divino del que uno está consciente en este estado es llamado Prajña.

Experimenten lo Divino presente en cada uno El Vishva presente en el estado de vigilia, el Taijasa presente en el estado de ensueño, y el Prajña presente en el estado de sueño profundo, son los tres uno solo. Cuando se desechan los estados de conciencia, tenemos solamente un experimentador presente en todos los tres. Esa es la unidad de lo Divino indicada por la sentencia: “Tú eres Aquello” (Tat-Tvam-Asi).

Toda persona tiene este Principio Divino dentro de él. No hay necesidad de buscar lo Divino en otro lugar. Él está en todas partes, omnipresente. Olvidando su propia Divinidad inherente, el hombre busca lo Divino en el mundo externo. Aun en esta búsqueda el requisito primordial es amor puro y desinteresado.

Canten el nombre del Señor con ese amor. Dios ama la forma humana. Es la razón por la cual los avatares vienen en forma humana. Pueden experimentar la visión de Dios siguiendo el sendero del karma (de las acciones prescritas). El Señor declaró en el Gita: “Tú estás calificado únicamente para llevar a cabo acciones”. Un texto de las escrituras dice: “Sólo por medio del cuerpo puedes perseguir el dharma”. Todos los seres vivientes están atados por el karma a este mundo.

Lo Divino está siendo adorado como un ídolo o imagen decorada con una forma artificial. El Señor debería experimentarse en su forma natural, de una manera natural. Toda la ornamentación a la que el devoto recurre no le agrada a Dios. Puede complacer el corazón de los devotos, pero el corazón de Dios no es conmovido por ello. Sólo por medio del amor puede el corazón de Dios ser movido y ablandado. El devoto tiene ese poder.

Sin recurrir a extravagante adulación de Dios, sin buscar mezquinos favores de Dios, anhelen a Dios solamente y obtendrán todo. Esfuércense por hacer de Dios su íntimo amigo.

Discurso pronunciado en el Auditorio Purnachandra el día de Purnahuti del Veda Purusha, Jñana Yajña, 9 de octubre de 1989.

No hay mayor felicidad que la que se obtiene por medio del sacrificio. Solamente los que sacrifican son los hijos de la inmortalidad porque viven por siempre.

Baba