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Discursos dados por Sai Baba

19. 27/06/89 El Amor (Prema) y la Devoción

El Amor (Prema) y la Devoción

El Amor (Prema) y la Devoción

27 de Junio de 1989

¡Queridos estudiantes! Dios es la encarnación del Amor. El cosmos está permeado por la Divinidad. Por ende el cosmos está envuelto en el Amor. Los hombres, en su estrechez mental, son incapaces de reconocer la naturaleza de este infinito todo- abarcante principio del Amor.

El hombre mira al amor desde tres puntos de vista y lo experimenta de tres maneras: 1) El amor relacionado con el cuerpo; 2) el amor en relación a la mente y 3) el amor espiritual.

El amor asume tres formas de acuerdo a las tres cualidades de la inercia (tamas), la pasión (rajas) y lo apacible (sattva). Todos los apegos y diferencias que surgen en el mundo, y los procesos de nacimiento, crecimiento y disolución, están basados en el amor.

Si examinan la naturaleza del amor mientras están juntos o cuando experimentan una separación, o en la felicidad o en el sufrimiento, se hace aparente la necesidad de cultivar ecuanimidad mental en las diferentes situaciones.

El amor basado en las relaciones físicas es considerado por las escrituras (shastras) como tamásico y el más bajo de los tres tipos de amor. Se manifiesta como apego a la propia sangre y carne o a las posesiones y está confinado a un círculo estrecho.

La segunda categoría de amor combina el amor centrado en sí mismo con el amor por otros, con el propósito de conseguir sus propios fines. Estas personas pretenden tener amor por sus superiores o por la gente en el poder, y con ello alcanzar sus metas. Adoran a los hombres de influencia y poder y, mediante su obsequioso servicio, tratan de conseguir favores de ellos.

Esto es amor movido por impulsos egoístas (rajoguna prema).

La gente con amor sátvico no siente temor La tercera categoría es el puro amor sátvico. En las condiciones actuales, este tipo de amor es raro. La gente llena de amor sátvico reconoce que la misma Divinidad está presente en todos los seres, y considera que sin amor a todos los seres, la vida carece de significado. Mediante su amor universal, proclaman la verdad acerca de la omnipresencia de la Divinidad. Su visión es espiritual, pues ven a la Divinidad en todos los seres.

Tales personas carecen de miedo, como los leones que van por todos lados sin aprehensión al peligro de ninguna clase. La persona con visión corporal se comporta como las ovejas, llena de miedos. La persona que ha adquirido visión espiritual tiene todos sus sentidos, mente e intelecto bajo el control del Atma. No hay nada de malo en perseguir nuestras tareas mundanas y al mismo tiempo tener como meta en nuestra vida la realización del Ser. La gente joven debe cultivar esta actitud espiritual desde sus días de estudiantes.

Cuando se persigue lo espiritual no se debe tener en mente ninguna recompensa. El que tiene motivos mercenarios, se vuelve un jornalero, un asalariado. No puede ser un amo, un maestro, un dueño. Alguien que trabaja por un jornal no tendrá un interés profundo en el trabajo, y lo que haga no será puro o perfecto. Sólo será un observador del horario, se considera a sí mismo extraño o forastero en relación a su trabajo.

Por otro lado, en su •propia casa él mirará cómo su esposa y sus hijos trabajan. Ellos no reciben salario. Su trabajo está lleno de amor, pureza y ahínco. Son amos de sí mismos y trabajan libremente. Alguien que le ora a Dios para que le dé algo a cambio, es como un jornalero. El devoto que mira a Dios como su propio pariente y sirve al Señor, es como el amo en su propia casa. Compórtense como amos y no como empleados mercenarios.

Tres pasos de la disciplina Para desarrollar esta clase de devoción, se han indicado tres clases de disciplina. Ellas son: 1) El camino del pez (matsya); 2) El camino del animal (mriga); 3) El camino de la tortuga (kurma). El pez sólo puede vivir en el agua, no puede sobrevivir en tierra. El animal puede vivir en la tierra pero no en el agua. La tortuga es anfibia y puede sobrevivir en ambas, tierra y agua. Los devotos que siguen el camino del pez, practican su disciplina espiritual con concentración para beneficio de sí mismos y de su familia. El devoto que se adhiere al camino del animal, puede practicar su sadhana en soledad y no en una multitud. Un individuo, por ejemplo, que tenía una gran familia, se sentó a meditar en su casa. Como uno de los niños lo perturbó, se encerró en un cuarto y empezó a meditar, pero lo perturbaban frecuentes golpes en la puerta por alguien o algo. Se trasladó a un bosque y comenzó a meditar bajo un árbol, pero su meditación fue perturbada por los excrementos que los pájaros en los árboles dejaban caer. Disgustado con estas perturbaciones en la casa y en el bosque, sintió que la mejor cosa era poner fin a su existencia. Era incapaz de darse cuenta de que Dios está presente en todo y de cultivar tolerancia. Él ejemplifica al devoto con predominio de la cualidad de rajas.

El ser capaz de concentrarse dondequiera que se encuentre es la marca del devoto con la cualidad sátvica. Ya sea en medio de una multitud o en soledad, él es capaz de practicar su concentración. Si alguien perturba su meditación, mira esta perturbación como proveniente de Dios y la acepta.

Es necesario comprender los significados más profundos de los mandatos vedánticos. La gente, hoy en día, tiende a seguir la letra de las escrituras. Las palabras de las escrituras deben interpretarse y comprenderse en el contexto del momento y de las circunstancias prevalecientes. Entonces su verdadero significado quedará claro.

El precepto y la práctica deben ir juntos Por ejemplo, las personas que asumen el compromiso de observar cierta disciplina en todas circunstancias, dejan de hacerlo cuando las circunstancias no son favorables.

He aquí una historia para ilustrar esto. Una vez todos los venados del bosque sostuvieron una conferencia. Ellos argumentaban lo siguiente: “¿Los perros tienen tanta fuerza como nosotros?

Si usamos nuestras astas contra los perros podremos destriparlos. Si los pateamos con nuestras patas, colapsarán.

Somos más veloces que los perros. Al correr podemos saltar encima de las zanjas y obstáculos, cosa que ellos no pueden hacer. Somos en todo superiores a los perros. ¿Por qué, entonces, debemos tenerles miedo? De aquí en adelante no debemos temer a los perros, debemos enfrentarlos valientemente”.

Todos los venados llegaron a esta decisión.

Habían apenas llegado a esta resolución, cuando se oyó el ladrido distante de un perro. En un instante no quedaba un solo venado en el lugar. Todos pusieron pies en polvorosa y huyeron.

¿Cuál fue la resolución en su conferencia y cuál fue su acción luego? El comportamiento de aquellos que predican el Vedanta, hoy en día, es muy parecida a la de los venados en el cuento. Nadie se adhiere a lo que dice o predica. Más que escuchar discursos espirituales, debe practicarse al menos una parte de lo que se aprende. El Vedanta está siendo expuesto y explicado en muchos lugares, sin hablar de los discursos sobre el Gita, pero, ¿cuántos comprenden el verdadero espíritu del Gita y actúan de acuerdo a su mensaje?

Mantenga la unidad de pensamiento, palabra y acción Un pandit estaba explicando el Gita a un rey. Cuando el pandit estaba exponiendo el verso del Gita en el que Sri Krishna dice que Él protegerá el bienestar, tanto aquí como en el más allá de aquellos que le adoren con una devoción centrada, el rey encontró que el pandit no se comportaba como si creyera en la afirmación de Krishna. Él exponía el Gita al rey para obtener una recompensa de él y no por convicción en las enseñanzas del Gita. Cuando el pandit se dio cuenta de esto, dejó de ir con el rey.

Muchos eruditos crecen en elocuencia acerca de lo que se ha dicho en el Gita pero, ¿cuántos de ellos practican las enseñanzas del Gita con seriedad? Es debido a esta dicotomía entre la prédica y la práctica que las enseñanzas espirituales han adquirido mal olor y están siendo tratadas con poco respeto.

Sólo cuando los sentimientos que emanan del corazón, las palabras que salen de la boca y las acciones que se efectúan están todos en perfecta armonía, estará la vida de uno basada en la verdad.

Cultiven la bienaventuranza duradera del Amor Divino ¡Estudiantes! No necesitan hacer mucho esfuerzo para cultivar un césped, pero para cultivar una cosecha útil tienen que trabajar duro. De la misma manera, no es un gran logro experimentar los placeres triviales y transitorios de la existencia mundana.

Es como cultivar grama. Deben esforzarse por cultivar la nectarina y duradera bienaventuranza del Amor Divino. Los que aspiran a tal amor, no son fáciles de encontrar. Todos parecen ser devotos, pero el que ha experimentado el Principio Divino, no irá tras los placeres sensuales. La devoción en estos días parece ser más una manera de pasar el tiempo que el camino real a la eterna mansión de lo Divino.

No hay duda de que la educación es necesaria para vivir en el mundo, pero deben preocuparse por el propósito de la vida.

La educación no es sólo para ganarse la vida sino para adquirir un modo de vida. Cualquier cosa que puedan aprender deben intentar ponerla en práctica, al menos alguna parte de lo que hayan aprendido. Tratando la vida como una jornada correcta, deben dedicar, al menos, unos pocos minutos cada día a pensamientos sobre la verdadera meta de la vida. Muchas horas del día se desperdician en objetos egoístas; por el contrario, ni siquiera unos pocos minutos se dedican a la contemplación de Dios. ¡Ay! ¡Qué desafortunado es esto! En el Bhagavad Gita, Krishna exhortó a Arjuna a que se viera a sí mismo como un instrumento de Dios. Todo ser humano es, en verdad, un instrumento. Como tal, él debe cumplir con sus tareas dejando los resultados a Dios. Los hombres tienen que cumplir con sus deberes y ejecutar sus tareas; el éxito o el fracaso es determinado por la Divinidad. No se consideren a sí mismos como los hacedores, desarrollen la convicción de que el Morador Interno en ustedes los dirige y les permite actuar.

Discurso pronunciado en Prashanti en el Mandir el 27 de junio de 1989.

Bhakti o la devoción es Amor sin mancha alguna de deseo por el beneficio que resulta de ella o el fruto o consecuencia de ese amor. Es amor que no conoce ninguna razón particular por su manifestación.

Tiene la naturaleza del amor del alma por el Alma Suprema; el río por el mar, de la enredadera por el árbol, de la estrella por el cielo, del manantial por el acantilado por el cual cae.

Es dulce en los malos tiempos como en los buenos.

No es como la pimienta o la sal con la cual sazonan sus platillos; es el mismo pan y mantequilla, la sustancia esencial misma. No es el encurtido que sólo les da un picor en la lengua y les ayuda a consumir un poco más del alimento.

Baba