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Discursos dados por Sai Baba

32. 22/11/88 Hagan felices a otros

Hagan felices a otros

Hagan felices a otros

22 de Noviembre de 1988

La educación es un adorno para el hombre. Es su riqueza secreta. Confiere prosperidad y fama. Es el maestro de los maestros.

Es el pariente fiel en el viaje al extranjero. Asegura el respeto de los gobernantes más que la riqueza.

La educación es la base para llevar una vida útil en el mundo físico, en el reino de la mente y en la sociedad. Equipa a las personas con la fuerza mental y la estabilidad necesarias para enfrentar los desafíos de la vida. Les permite comprender las innumerables manifestaciones de la naturaleza. Solo cuando uno entiende los poderes de su mente, es capaz de reconocer la relación entre el mundo y la sociedad. La verdadera educación debe hacer que el individuo comprenda que la humanidad es una sola familia. Debe ayudarlo a experimentar las fuerzas unificadoras en la sociedad.

Lamentablemente, hoy la educación no fomenta estos objetivos.

No faltan hombres inteligentes en el mundo actual. Hay cualquier cantidad de científicos. Pero dado que la clase intelectual y los científicos no han sido educados de la forma correcta, el mundo está sumido en el caos y el desorden.

La unidad es esencial para cualquier logro La educación actual se ocupa principalmente de satisfacer los sentidos y cultivar habilidades intelectuales. Pasa por alto el desarrollo de las cualidades virtuosas. A pesar de las comisiones formadas por el gobierno para sugerir reformas en la educación, no se han hecho esfuerzos firmes por llevar a cabo los cambios necesarios.

Este fracaso se debe, principalmente, a que no hubo unidad en el país después de que se obtuvo la libertad. Todos los males que sufre la nación se deben a la ausencia de unidad y a la persecución de objetivos efímeros. No hay nada que no pueda lograrse con unidad La educación debería estimular el discernimiento y la humildad.

El gran aumento en la cantidad de instituciones educativas —escuelas, colegios y universidades— ha ido acompañado de una declinación en la calidad de la educación. No mostrar respeto por los superiores, ser desagradecidos con aquellos que los han criado, injuriar incluso al maestro que los educó, ¿puede eso llamarse “progreso” en la educación?

Se ve muy poca moralidad en la sociedad. Hay una declinación general del carácter y la conducta. La cultura bharatiya, que destacó la vida simple y el pensamiento elevado, casi ha quedado olvidada.

¿Puede haber algo más desafortunado para el país? Bharat, que alcanzó un gran desarrollo en todos los ámbitos culturales, hoy no es consciente de la magnitud de su grandeza. La mayoría de los estudiantes ni siquiera conoce lo que significa “cultura”. La cultura refina el espíritu humano y lo vuelve a uno un ser humano completo.

Hoy no se intenta comprender la verdad relativa al cuerpo, la mente y el Atma.

La cultura de Bharat La cultura trata de integrar los diferentes aspectos de la vida diaria y desarrollar una perspectiva unificada. Debe permitirle a la persona trascender las divisiones de casta, credo y comunidad, y tomar conciencia de la unidad divina que subyace tras esta aparente diversidad. Los estudiantes deberían comprender que la cultura bharatiya no es sólo para Bharat, sino para toda la humanidad, para revelarle al mundo la senda hacia la Divinidad.

Hoy las virtudes que muestran los aldeanos analfabetos y las personas sin educación de las zonas tribales no se ven en la población urbana educada. De hecho, donde se han multiplicado las escuelas, los tribunales y las oficinas administrativas, allí encontramos un aumento de la corrupción, la injusticia y la maldad. Al tratar de llevar una vida libre y desenfrenada, las personas son víctimas de los deseos de sus sentidos. El temor y la inseguridad están perturbando las instituciones educativas, que deberían ser refugios de paz y serenidad.

El verdadero objetivo de la educación es preparar al estudiante para que pueda desempeñar un papel útil en la sociedad y llevar una vida ideal con la ayuda del conocimiento que ha obtenido.

La ciencia y la tecnología han hecho grandes avances en los últimos años y tienen un lugar destacado en la educación. Es verdad que la ciencia ha ayudado a mejorar las condiciones de vida.

No obstante, el daño que está haciendo excede los beneficios. El hombre ha perdido la paz y el sentido de seguridad. Los videos, la radio, la televisión, el cine y los viajes aéreos han crecido de manera asombrosa.

El mal uso de la ciencia y la tecnología Sin embargo, no hay ninguna señal de crecimiento en la “visión Divina”, y, como resultado, la vida diaria se está volviendo más precaria.

La moralidad y la justicia han declinado. Esto debe atribuirse, principalmente, a la manía de adquirir artefactos modernos.

Muchas personas de clase media, que tienen ingresos moderados, desean comprar autos, televisores y cosas similares que no pueden costear con sus ingresos habituales. Esto conduce a la corrupción y los sobornos. Hasta la educación se ha vuelto cara y excede las posibilidades de los trabajadores de clase media. Además, hay una tendencia a alardear frente a los demás, a simular ser más adinerado de lo que uno es. Esta clase de ostentación es otra de las causas de la declinación moral entre los abogados, médicos y otros profesionales. No hay nada malo en la ciencia en sí. Es el modo en que se la usa lo que acarrea malas consecuencias.

En la reforma del sistema educativo, es necesario asegurarse de que los estudiantes aprendan acerca del uso correcto de la ciencia. La verdadera educación debe permitirle al estudiante obtener Atma Jñana (la realización del Ser). En lugar de destacar esta necesidad, la educación moderna crea muchos problemas y dificultades para los estudiantes. Luego de adquirir un poco de educación, el estudiante obtiene una idea exagerada de sí mismo.

Debido a ese engreimiento, empieza a sentir desprecio por la cultura bharatiya. Este no debería ser el objetivo de la verdadera educación.

La educación debe estar separada de la búsqueda de empleo. Su propósito primordial debería ser permitir a la persona educada llevar una vida honorable y significativa en la sociedad. Si uno no puede imponer respeto en la sociedad, ¿qué valor tiene su educación? La educación debería hacer que un hombre reconozca sus obligaciones hacia sus padres y hacia quienes lo convirtieron en lo que es. La gratitud es una virtud suprema. Si uno no está agradecido a sus padres, su educación es un desperdicio.

¡Queridos estudiantes! Pongan los intereses de la nación por encima de sus intereses personales. Si desean mantener la grandeza de la cultura bharatiya, deben comprender plenamente su carácter sagrado y sublime. La prosperidad de Bharat perdurará sólo en tanto su cultura sea preservada. Bharat dejará de ser Bharat si se pierde su cultura. Consideren a esta antigua cultura su aliento vital y la sangre que fluye por sus venas. Recibir un título no es la meta de la educación. Su educación será útil cuando lleven vidas ejemplares al servicio de la sociedad.

El deber de las personas educadas En la Antigüedad se le daba mucho valor a la educación y los estudiantes llevaban vidas simples. Sus vestimentas y sus modales eran dignos. Ya no se ve esa simplicidad y dignidad entre los estudiantes o los maestros en general. Hay menos disciplina. Hoy más que nunca es fundamental que las personas educadas se comporten de manera honorable e íntegra y eleven el nivel moral de la sociedad.

Incluso al seguir la senda espiritual, el proceso no debería ir desde la Naturaleza hacia el Espíritu o Dios, sino desde el Espíritu o Dios hacia la Naturaleza. Al tratar de dominar las fuerzas de la Naturaleza a través de la educación, las personas tienden a estar sometidas a la Naturaleza. Vivan de acuerdo con el lema de esta Institución: “Sathyam vada; Dharmam chara” (“Hablen la Verdad; actúen con Rectitud”). Estos preceptos no se interpretan correctamente.

Adherirse a la Verdad significa vivir de acuerdo con la Verdad trascendental, que es la verdad eterna, en todo tiempo, pasado, presente y futuro. Dharma no significa vivir como les plazca.

Servir a la nación debe ser el objetivo de la educación Los lazos de amor que existían entre los gurús y los discípulos en el pasado no existen hoy entre maestros y estudiantes. El gurú pensaba que era su deber enseñar al discípulo lo que era más beneficioso para él, y el discípulo amaba servir a su gurú y cumplir implícitamente sus órdenes. En aquellos días los estudiantes eran pocos y recibían una instrucción intensiva. Hoy los estudiantes son muchos, y la educación se ha diluido. Se necesitan reformas a largo plazo en el sistema educativo actual. El progreso y bienestar de la nación dependen de cómo se imparta la educación. Los estudiantes deben estar imbuidos de verdadero patriotismo.

Comenzando con el amor y la veneración a los padres, los estudiantes deben cultivar amor y veneración por la Madre Tierra. Toda su educación debe prepararlos para servir a la nación.

Amplíen su visión. Cultiven el espíritu de amor. Por haber sido dotados de un cuerpo humano, deben esforzarse por desarrollar valores humanos y no desviarse de la senda de la rectitud. Llenen sus mentes de pensamientos sublimes y sus corazones, de sentimientos divinos. Consideren a toda la sociedad como su hogar. Sólo entonces tomarán conciencia de la genuina unidad con todos.

Rediman sus vidas venerando a sus padres, honrando a sus maestros y desarrollando una fe amorosa en Dios. De este modo podrán llevar vidas dedicadas, en el espíritu de los preceptos de los Upanishads. Sean conscientes de la Divinidad inherente en cada ser.

De este modo, crecerá su autoestima. Llenen sus vidas de alegría.

Sean felices; sean felices.

Hagan felices a otros.

Todos serán felices.

Dios será feliz.

Discurso de bendición de Bhagavan Baba, como Decano del Instituto Sathya Sai de Enseñanza Superior, durante la Séptima Convocación del Instituto, el 22 de noviembre 1988.

El hombre es la encarnación de Sathyam, Shivam y Sundaram; y esto exige que todos vivan de acuerdo con esa gloria. El hombre tiene que realizar la Verdad y demostrar en pensamiento, palabra y acción que la Verdad es la misma base de su existencia.

—Baba