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Discursos dados por Sai Baba

23. 26/08/88 La Divinidad y el devoto

La Divinidad y el devoto

La Divinidad y el devoto

26 de Agosto de 1988

Bhagavan había resbalado en el baño, en las primeras horas de la mañana del sábado 20 de agosto, y una radiografía reveló una fractura del hueso de la cadera. Aunque los médicos le aconsejaron cuatro semanas de reposo en cama, Swami afirmó que no necesitaba reposo y que continuaría con Su trabajo. No obstante, Swami tuvo que suspender los darshan habituales durante unos pocos días.

El día 26, por la mañana, el programa de Onam comenzó con cantos védicos y danzas tradicionales por parte de los estudiantes del Srisailam Vidya Vihar. La banda de los estudiantes saludó a Bhagavan cuando Él dio darshan desde el balcón del Mandir de Prasanthi, para el deleite inefable de los miles de devotos que se habían reunido en el recinto del Mandir. También había cientos de devotos extranjeros presentes.

Comenzó Su discurso con un llamado a los hombres a realizar su Divinidad inherente. Bhagavan dedicó buena parte de Su charla a narrar lo que le había ocurrido el sábado, aclarando todas las dudas y temores que los devotos tenían con respecto a Su dolencia.

Toda la congregación escuchó absorta el memorable discurso de Swami, que no sólo proporcionó nuevos elementos acerca de Su misión avatárica, sino que además les reveló cómo debían superar “los males a los que la carne está expuesta”. A continuación se ofrece el discurso que Bhagavan pronunció en esa ocasión.

Hasta la Divinidad tiene que someterse a las leyes de la Naturaleza Las leyes que rigen la Naturaleza fueron establecidas por Dios, y todos están sometidos a ellas, ya sean millonarios o pobres. La tierra tiene su poder de atracción. Si un hombre resbala, está expuesto a una caída y puede lastimarse. El cuerpo está sometido a las leyes de la Naturaleza. Cuando algo ocurre en el curso de la Naturaleza, la Divinidad puede enfrentarlo mediante el autocontrol.

El devoto normal no puede hacerlo.

Circularon diversos rumores y conjeturas entre los devotos cuando Yo no pude dar darshan durante cuatro días. Suelo cerrar con llave Mi habitación después de dar namaskar a los devotos por la noche. A la mañana, luego de Mis abluciones, acostumbro abrir la puerta. El sábado por la mañana resbalé con un trozo de jabón en el baño y caí de espaldas. La lesión que sufrí fue una consecuencia natural de la caída, tan natural como el calor generado por el fuego. Quienquiera que tenga una caída, ya sea Swami o cualquier otra persona, sufrirá la lesión consiguiente.

Hasta la Divinidad tiene que someterse a Sus propias leyes que rigen la Naturaleza. En este proceso es posible que ocurran ciertos accidentes ocasionales.

Cuando resbalé y caí, el hueso de la cadera resultó afectado.

Con Mi fuerza de voluntad me levanté y abrí la puerta de la habitación.

Entonces entraron Radhakrishna (Mi asistente) y los médicos.

No era necesario que los médicos Me revisaran.Yo tengo que controlar todo lo que Me ocurra. Este es Mi ejemplo para el mundo.

Calmar el dolor apartando la mente Nadie, salvo la Divinidad, puede sentir esta clase de ecuanimidad.

No hay nada más allá del poder de la Divinidad. Aunque el dolor era muy fuerte debido a la lesión, gracias al autocontrol Mi mente no pensó en él. Si la mente hubiera estado centrada en el dolor, este habría sido mayor. La mejor medicina contra el dolor es apartar la mente. Cada vez que me daba vuelta, sentía una especie de shock. Yo estaba totalmente dedicado a la lectura de las numerosas cartas de los devotos y no pensaba en el estado del cuerpo.

Ahora bien, ¿por qué Swami no se cura a Sí mismo? Yo no soy tan egoísta. Cuando otros se lastiman, ¿acaso les doy alivio inmediatamente?

Todo lleva un tiempo. Uno tiene que soportar la enfermedad mientras dure. El dolor puede calmarse con la oración y apartando la mente.

De vez en cuando el cuerpo está expuesto a dolencias, que vienen y se van. Si yo Me liberara de algún malestar instantáneamente, las personas podrían comentar: “¡Qué egoísta es Sai Baba! Él cura Su enfermedad enseguida, pero no alivia el dolor de los demás”. Se trate de la dolencia del cuerpo de ustedes o el de otro, pueden esforzarse por enseñarle al que la padece a controlar su mente y fortalecer la facultad de resistir; pero no pueden librarse de ella al instante. Hay que darle a la curación el tiempo necesario.

Durante los últimos cuatro días Mi mente no le prestó atención a la lesión. No dejé de lado ninguna de Mis actividades normales. No salí únicamente por las súplicas de los devotos.

“La alegría de Mis devotos es Mi alegría” A veces asumo las enfermedades de otros. Lo hago para Mi propio deleite y no por alguna presión externa. Sin embargo, en caso de enfermedad, es preciso controlar la mente para soportarla.

Esto es lo que cada uno de ustedes debe recordar. Ese es el mensaje de Mi vida. Practico diversos tipos de autocontrol para darles el ejemplo a ustedes.

Mi amor y bondad hacia los devotos estuvieron presentes en abundancia. De otro modo, no habría permanecido aquí cuando los médicos se mostraron ansiosos por llevarme a Bangalore. Si miles de devotos de Kerala han venido hacia aquí, es imposible que Yo me vaya. No lo haré. La alegría de los devotos es Mi alegría. No tengo una alegría que sea exclusivamente Mía. No tengo tal deseo.

¿Por qué tendría que preocuparme por este cuerpo? Tengan en cuenta esto: Este cuerpo no es Mío. Es de ustedes y, por lo tanto, no Me preocupa. Sus cuerpos son Míos.

Por ninguna circunstancia y en ningún momento den cabida a los temores acerca de lo que podría ocurrirle a Swami. Nada puede causarme daño. En ocasiones puede haber dificultades que acompañan la naturaleza del cuerpo, pero son nubes pasajeras. Si toman conciencia de la verdadera naturaleza de la Divinidad, no les parecerá que Swami está sintiendo mucho dolor y que debería tomar cierta medicina. Debido a su amor por Swami, los devotos le suplican que haga reposo. Pero Yo no necesito hacer reposo. Karmanyeva Adhikaraste (Uno sólo puede cumplir con su deber). Ese es Mi mensaje para ustedes. Aunque los médicos Me dijeron que no Me moviera, Yo Me levanto a las 5 de la mañana, hago Mis abluciones y tomo Mi baño como de costumbre. Ustedes deberían olvidar sus problemas y tratar de ser lo más felices que puedan. Tengan la seguridad de que Swami no tiene dificultades y que no puede sufrir ningún daño. Las enfermedades del cuerpo vienen y van.

Nada puede dañar a Swami Al caer, Me golpeé la cabeza contra el piso de mosaico. El doctor Krishnamurthy quiso tomarme una radiografía. Le dije: “Nadie puede saber si Mi cabeza está lastimada. No es necesario tomarle una radiografía”. Mi única tristeza es que no pude darles alegría a Mis devotos. Si saben que Swami tiene la capacidad de controlar cualquier cosa, ¿por qué piensan que estoy sufriendo? Ustedes sólo piensan en el dolor físico de Swami, pero no piensan en el Atma.

Tengan la firme convicción de que nada puede dañar a Swami.

Concéntrense en Namasmarana, la recordación constante del nombre del Señor. No tiene sentido hacer japa y meditación por el bien de Swami. Parece algo artificial. Tengan presente que nada puede afectar a Swami ni ahora ni en el futuro, y que todo es parte de Mi juego.

Son cosas que le ocurren a la Divinidad, que vienen y van. Yo no les presto atención. He aquí otro ejemplo de cómo opera la Divinidad. El hecho de que Yo haya estado parado aquí durante tanto tiempo es en sí mismo un milagro. Las piernas se han esforzado hasta el límite. El dolor fue considerable. Sin embargo, por la dicha de dirigirme a ustedes no soy consciente del dolor. Del mismo modo, en todas las dificultades y sufrimientos, ustedes deben apartar la mente de ellos. Hoy quise hablarles para enseñarles esta lección.

En todo momento y en todas las situaciones reciten el nombre del Señor con devoción. Vivan en armonía y amor con todos. El nombre del Señor es más dulce que el néctar. Permitan que el dulce nombre del Señor dance en sus lenguas. No sientan ninguna ansiedad por Mí. Los devotos de Kerala, a pesar de haberse perdido el darshan de Swami durante tres días, no deberían sufrir por Mi causa.

Deberían pensar que lo que ha ocurrido es por el bien de ellos.

Discurso pronunciado en el Auditorio Purnachandra, el 26 de agosto de 1988.

Si ustedes tienen la Gracia de Dios, ningún graham (planeta) podrá dañarlos. Hasta las influencias maléficas de la combinación más poderosa de planetas con las que los astrólogos los aterrorizan, desaparecerán en un abrir y cerrar de ojos.

—Baba