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Discursos dados por Sai Baba

02. 08/01/88 Cómo trascender los gunas

Cómo trascender los gunas

Cómo trascender los gunas

8 de Enero de 1988

Si en su búsqueda de la liberación el hombre adora a innumerables deidades, no obtendrá la liberación de la aflicción.

Si destruye el ego en él, no necesitará buscar la liberación.

¡Él será la Liberación misma! ¡Encarnaciones del Amor Divino! El universo fenoménico que percibimos es producto de los tres gunas (Satva, Rajas y Tamas).

Está sostenido por los tres gunas, y los gunas también son la causa de su disolución. Los gunas son el aliento vital del Cosmos.

Son responsables de todo lo que ocurre en el Cosmos.

Sólo mediante el servicio a la Divinidad, el cultivo de Bhakti (devoción) y Virakti (desapego), puede el hombre trascender los tres gunas. Para este propósito, el ser humano tiene que adquirir tres cualidades: Anasakti (ausencia de deseo), Virakti (desapego) y Upeksha (ecuanimidad).

Anasakti es la ausencia de todo deseo salvo el deseo de Dios.

Uno ha de renunciar a todas las demás adquisiciones y confiar sólo en la Divinidad. Virakti no significa renunciar al hogar y retirarse a la selva para hacer penitencia. La renuncia a los malos pensamientos y sentimientos es verdadero thyaga (renunciación) que conduce a yoga. Pueden disfrutar de las cosas mundanas, pero no debe haber sentido de posesión (de “mío” y “tuyo”).

Upeksha es la ausencia de preocupación por el futuro. Es estar libre de expectativas y esperanzas.

Dios se ocupa del bienestar de los verdaderos devotos El deseo de objetos mundanos puede sumergir al hombre en la desdicha constante. Los deseos son como una calabaza verde que se hunde en el agua. Pero un hombre sin deseos será como una calabaza seca que se mantendrá a flote. Podrá sobreponerse a los tirones del mundo terrenal e incluso aspirar a una vida Divina. Quizá no anhele la liberación (mukti), pero no renunciará a la devoción. Dios se ocupa del Yogakshemam (progreso y bienestar) de esa persona aquí y en el más allá porque, al carecer de deseos y apegos, sus pensamientos están centrados en Dios.

Asegurarse la gracia de la Divinidad de este modo es en sí una forma de yoga. Preservar esa gracia equivale a asegurarse el propio kshemam (bienestar). Esto se conoce en el lenguaje vedántico como “Apraptasya Prapanam” (asegurarse lo que no es fácilmente asequible). Puede obtenérselo sólo a través del esfuerzo humano pleno de gracia. Algunos ejercicios espirituales son necesarios para este propósito.

Los tres gunas Como el universo está constituido por los tres gunas (Tamas, Rajas y Satva) y está saturado por ellos, la primera etapa en el sadhana espiritual es poner fin a la cualidad tamásica. El Tamoguna se caracteriza por Murkhatvam (la obstinación necia). Una persona tamásica carece de inteligencia y tiende a entregarse a la interrogación y la argumentación sin sentido. Es imprescindible librarse de esas inclinaciones. Es preciso estudiar cada tema con profundidad y digerir las conclusiones. Sólo entonces la experiencia resultará provechosa. Conviene evitar los interminables debates verbales sobre cuestiones sin importancia. Tales controversias provocan rencor en lugar de armonía. No sirven para revelar la verdad. La persona tamásica es incapaz de percibir la verdad y no puede realizar la Divinidad. Quedará atrapada en el eterno ciclo de nacimiento y muerte.

La persona con Rajoguna es aquella que está excesivamente feliz cuando obtiene lo que desea. Su ego se infla por ese motivo. Cuando sus deseos no son satisfechos, desarrolla odio.

Así, para la persona rajásica, los efectos no son buenos, se cumplan o no sus deseos. Está consumida por la ira y el rencor. Las cualidades rajásicas vuelven a una persona apasionada y de mal genio.

La tercera cualidad es Satva. Incluso ésta da por resultado una forma de atadura. Se vuelve una cualidad redentora cuando todas las acciones puras y meritorias se realizan como ofrendas a la Divinidad.

Los tres gunas están representados por diferentes colores.

Tamas, por el negro. Simboliza la oscuridad y la ignorancia. El Rajoguna, que estimula la ira y el odio en una persona, excita su sangre y enrojece sus ojos, está representado por el color rojo. El Satvaguna, que se caracteriza por la pureza y la dedicación, por el color blanco.

Cada criatura del mundo es de uno u otro de estos gunas. Las acciones de cada uno se basan en estos gunas. Los Varnas (categorización de los hombres según diferentes tipos) en el Gita se han hecho según sus Gunakarma vibhagashah (respectivas cualidades y acciones). Al nacer, la persona es ignorante. Pero, al final de la vida, debería morir como un Jñani (un hombre que ha percibido la verdad). Del mismo modo, cuando nace, el individuo es un Sudra. Esto significa que es un Ajñani (una persona ignorante).

Pero debería morir como un Brahmana (un Jñani, el que ha realizado a Brahmán).

No hay un varna superior o inferior Sobre esta base han comenzado a existir los cuatro varnas (Brahmana, Kshatriya, Vaisya y Sudra). Aquellos con cualidades predominantemente tamásicas constituyen un grupo. Aquellos que son propensos a la excitación y la ira forman otra categoría. Y los que están inclinados a renunciar a todo y que son puros de pensamiento, palabra y acción integran un tercer grupo. A los ignorantes y lerdos se los llama Sudras. A los excitables, los valientes y los animosos se los consideró Kshatriyas. Aquellos que estaban dedicados a Dios y llevaban una vida pura y santificada fueron descritos como Brahmanas. Estas categorías se asociaron con determinadas cualidades y acciones.

Al alejarse de esta verdad básica, el sistema social tomó un rumbo equivocado. Como resultado, hoy la sociedad está desgarrada por innumerables divisiones y conflictos. De hecho, no se puede considerar a un Varna (grupo) superior y a otro, inferior. Por ejemplo, el sabio Vyasa clasificó el único cuerpo de los Vedas en cuatro colecciones diferentes. ¿Puede considerarse a uno de los cuatro como superior a otro? Todos tienen la misma condición y autoridad, son igualmente sagrados y predican la misma senda de rectitud.

De igual modo, cuando los hombres son clasificados de acuerdo con sus cualidades y vocaciones, una categoría no puede considerarse superior a otra. Nadie está capacitado para realizar esa clasificación. Las interpretaciones rígidas han llevado a esas distinciones y divisiones en perjuicio de la armonía y el progreso social.

El nacimiento no es la única base de la casta El derecho de interpretar los Sastras se ha otorgado a los Brahmanas. Ahora bien, los Brahmanas han sido definidos como aquellos que han estudiado minuciosamente los Sastras, carecen de egoísmo y viven de acuerdo con los mandatos sástricos. Sin embargo, cualquiera puede cumplir estos requisitos. No están limitados a una casta en particular según el nacimiento. Sólo las cualidades y las acciones son factores determinantes, no el nacimiento.

Un Kshatriya es aquel que está dispuesto a dar la vida por su país. Para él, la seguridad de la nación significa más que la protección de su cuerpo. Esta actitud de sacrificio puede ser adoptada por cualquier persona, que debería considerarse un Kshatriya. A todos aquellos que se dedican a la agricultura se los llama Sudras.

Todos necesitan alimentos. Si los llamados Sudras no cultivan la tierra, el mundo perecerá.

El hecho de clasificar a las personas de acuerdo con sus aptitudes y funciones tiene por objeto asegurar que las personas de cada categoría cumplan con sus deberes con dedicación. Se ha fracasado en mantener la pureza y el carácter sagrado del sistema concebido por los Sastras, y ello ha causado divisiones y caos social.

La conciencia de Unidad es el conocimiento más elevado Todos son hijos de Dios. Él es el único Señor de la humanidad.

Las personas le atribuyen diferentes nombres y formas, y sus creencias y prácticas son distintas, pero el Padre es sólo uno. El reconocimiento de esta verdad fundamental es Brahmajñana (Conocimiento del Absoluto). Este conocimiento no se obtiene estudiando las escrituras ni con discusiones metafísicas. Lo que se ha de reconocer es la verdad de que cada ser en el universo es una encarnación del Supremo. La conciencia de la unidad que incluye a la diversidad constituye el conocimiento más elevado. La mera erudición que dan los libros no tiene ninguna utilidad.

Lo que importa es el aspecto práctico de la vida. Exponer una filosofía es fácil, pero vivir de acuerdo con ella resulta difícil. El verdadero Siddhanti (preceptor) es el que practica lo que predica. Se pierde tiempo en la dialéctica metafísica. Hoy se necesitan hombres que apliquen lo que han aprendido y que expliquen a la gente común la verdad acerca de la vida virtuosa, para que esas personas se vuelvan buenas y honestas.

El Gita declara que es mejor que una persona se adhiera a su Svadharma y que seguir el Para Dharma implica muchos peligros.

¿Qué es Svadharma? Sva se refiere al Atma. Svadharma significa el Dharma del Espíritu. La adhesión a la Ley del Espíritu es beneficiosa. Protege a la persona de toda clase de peligros.

Asegura la paz.

¿Qué es Para Dharma? Para significa “aquello que es responsable de las buenas y malas acciones”, es decir, el cuerpo. Para Dharma se refiere a todas las acciones basadas en la conciencia del cuerpo. Tales acciones tienen consecuencias que habrá que afrontar en vidas sucesivas. Los hombres están atrapados en este perpetuo ciclo de nacimiento, muerte y renacimiento. No saben qué los espera a cada momento o en cada lugar. Esta es la situación peligrosa del hombre.

El significado correcto de Svadharma La referencia del Gita a Svadharma se interpreta generalmente como el propio dharma o los deberes propios de la casta o comunidad en la que uno ha nacido. Con respecto a Arjuna, por ejemplo, se considera que él era un Kshatriya y debía seguir al dharma del Kshatriya. Este punto de vista no es correcto. El Gita no habla acerca del dharma del Kshatriya, el Vaisya o el Sudra.

Sólo afirma que estas categorías están basadas en el Guna y el Karma (cualidades y acciones). Por lo tanto, si una persona tiene el Tamoguna y se entrega a acciones de naturaleza tamásica, debe ser considerado un Sudra, incluso si es un Brahmana de nacimiento. Quien dedica todo su tiempo a la contemplación de Dios y realiza actos sagrados es un Brahmana, sin importar la casta en la que pudo haber nacido. El Brahmana es el que busca a Dios.

Las personas no deberían degradar la condición humana obsesionándose por las diferencias de casta, credo y comunidad, y complaciéndose en controversias inútiles y sin sentido. Son todos hermanos y hermanas. Esa es la verdad básica que ha de ser propagada hoy en nuestra sociedad para que los valores espirituales puedan crecer.

El Dharma bharatiya es la verdad eterna La cultura bharatiya no es el producto de esfuerzos efímeros. El Dharma bharatiya es la encarnación de la verdad inmutable y eterna, que no se ve afectada por el tiempo, el lugar o las circunstancias.

Al no comprender esta verdad suprema, las personas contaminan sus mentes con conflictos relativos a la casta y el credo.

Todas las religiones han enseñado lo que es bueno, y todos deberían llevar vidas virtuosas basadas en esos conocimientos. Si las mentes son puras, ¿cómo podría una religión ser mala? Que cada bharatiya preste atención a esto. Deben hacer todos los esfuerzos posibles por purificar la mente.

Todas las religiones son diferentes caminos que conducen al mismo destino. Todos los devotos deberían experimentar esta verdad y vivir de acuerdo con ella, dando el ejemplo al resto del mundo. Su devoción no debe ser artificial. Tienen que seguir la senda correcta, vivir vidas virtuosas y sentir, así, bienaventuranza perdurable. Sólo entonces sus esfuerzos espirituales darán frutos.

¿De qué sirve meditar pasando las cuentas de un rosario mientras los pensamientos se concentran en un asunto sin importancia?

Escuchen las palabras de los sabios, purifiquen sus pensamientos y centren la mente en Dios. Él sólo puede instalarse en un corazón puro. El objetivo de todo sadhana debería ser purificar el corazón.Hay que utilizar todos los momentos disponibles y todas las ocasiones para este propósito. No hay que desperdiciar el tiempo de ningún modo.

Las formas de trascender los gunas Ustedes han estado escuchando este discurso durante dos horas. Sólo si ponen en práctica al menos una o dos de las cosas que han oído, el tiempo que han pasado aquí habrá valido la pena.

En primer lugar, eliminen de la mente las diferencias basadas en castas y religiones. Profundicen la fe en Dios. Cultiven el espíritu de anasakti (la ausencia de deseo). Cultiven virakti (el desapego) y experimenten la bienaventuranza. Estas son las formas de trascender los tres gunas.

El Señor, que es la encarnación del amor, puede ser experimentado sólo a través del amor. Como Él es la encarnación de la Verdad y la Rectitud, sólo puede ser realizado a través de Sathya y Dharma (Verdad y Rectitud). Siempre tengan presente la importancia suprema de Sathya, Dharma y Prema; santifiquen sus vidas ofreciendo servicio dedicado y desinteresado.

Los venerados sadhus aquí presentes les han expuesto profundas verdades en un lenguaje simple y claro, con adecuados ejemplos de la vida real. Sus palabras y la atención que ustedes les prestaron habrán servido para un propósito útil sólo si tratan de practicar al menos algunas de las enseñanzas. Ustedes han tenido la gran oportunidad de escucharlos. Aprovéchenla y dirijan sus vidas por la senda correcta.

Discurso pronunciado en el Auditorio Purnachandra, el 8 de enero de 1988.