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Discursos dados por Sai Baba

20. 24/09/87 Base espiritual de la educación en Valores

Base espiritual de la educación en Valores

Base espiritual de la educación en Valores

24 de Setiembre de 1987

La vida humana es algo muy sagrado y precioso. Debe usarse de manera digna. El cuerpo, la mente y el Atma forman la entidad humana. Las acciones las realizan el cuerpo y la cognición, la mente.

El Atma es lo que permanece, es el Espíritu Divino presente en el corazón humano. Acción, Conciencia y Ser son los tres aspectos de la vida humana que deben comprenderse correctamente. Aunque parecen distintos, es la unión entre Acción, Conciencia y Ser la que otorga plenitud a la vida humana.

La mente, por estar ocupada con pensamientos diversos y motivar distintos deseos y acciones, se describe como el instrumento interno (antahkarana), el cual se conoce como mente (manas) cuando está ocupada con buenos y malos pensamientos; como intelecto (buddhi), cuando ejerce el poder de discriminación; como intención (chitta), cuando expresa la voluntad; y como manifestación de lo Divino en el individuo, se le da el nombre de ego o el yo (aham). Antahkarana es el nombre colectivo de los cuatro: mente (manas), intelecto o inteligencia (buddhi), voluntad (chitta) y sentido del ego o egoísmo (ahamkara).

Prajña es “conciencia integrada constante” El principio fundamental de todos ellos es prajña, que ha sido descripto como discernimiento (viveka), inteligencia, comprensión, y similares. Esto no es del todo correcto. En realidad, prajña se refiere a Brahmán dentro del hombre. Los Vedas han declarado que Prajñanam es Brahmán. Prajña es el principio que está presente por igual en el cuerpo, el antahkarana y el Atma. Por eso, puede considerarse “conciencia integrada constante”. Esta conciencia integrada constante es la fuente de todos los valores en el hombre.

Este prajña está impregnado de amor.

La verdad es el eco que hace resonar el prajña lleno de amor.

Todas las acciones que surgen de este prajña lleno de amor son reacciones, y constituyen el dharma. La paz (shanti) es un reflejo de esta verdad y del dharma. Así, la verdad, la conducta correcta y la paz emanan del prajña que está cargado de amor, como el resonar, la reacción y la reflexión. Si se entiende correctamente la fuente y naturaleza de la verdad, la acción correcta, la paz y el amor, no se puede pensar en causar daño a nadie (ahimsa). Por eso, el hombre debe emprender todas sus actividades a partir de prajña.

La verdad no equivale a la mera declaración de los hechos tal como uno los ve o según lo que escucha acerca de ellos. La verdad en el verdadero sentido trasciende las limitaciones de tiempo, espacio y circunstancia. Es difícil practicar esta verdad trascendental en la vida cotidiana. El Vedanta (la esencia de los Vedas) la describe como principio de integridad (rita). Es la base de la existencia humana, a partir de la cual deben entenderse de forma correcta todos los hechos del mundo fenoménico. No se debe actuar por un impulso inmediatamente después que surge un pensamiento. Hay que analizar lo correcto y lo incorrecto de una idea, y actuar sólo cuando el corazón lo apruebe. Este es el proceso para cultivar valores. Lo que la mente (cabeza) piensa debe ser estudiado de manera crítica por el corazón, y la decisión correcta será ejecutada por la mano. Este debería ser el producto principal del proceso educativo.

Creatividad y ciencia Estamos hablando sobre la educación en Valores Humanos.

Parece que no es necesaria la EVH, sino las tres “H”: Heart, Head y Hand *. La mano debe llevar a cabo lo que el corazón ha aprobado a partir de las ideas que surgen de la cabeza. Este proceso trino ha sido descripto en el Vedanta como Trikaranasuddhi, es decir, pureza y armonía de pensamiento, palabra y acción.

Las actividades que derivan del proceso trino se manifiestan de dos maneras: por la creatividad artística y por la exploración científica.

La primera es sumamente importante. El sentimiento estético está basado en la imaginación creativa. Un escultor que desea tallar algo en un pedazo de roca debe tener la figura en su imaginación. Esa imaginación encuentra la expresión creativa en la escultura. Si falta la imaginación creativa, no saldrá ninguna escultura de la roca.

Por ende, la imaginación y el impulso creativo deben compren* Traducción del inglés: corazón, cabeza y manos.

derse correctamente. Ambos están enraizados en prajña, la fuente Divina de toda actividad creativa. Por otro lado, tenemos el impulso de la indagación científica, que se ocupa de los objetos del mundo externo. La investigación experimental tiene la visión dirigida hacia afuera. Pero aun esta tiene su base en la visión interna.

La integración debe convertirse en una forma de vida La ciencia ha avanzado notablemente en las últimas décadas.

Sin duda, el mundo necesita los descubrimientos de la ciencia. Pero, si olvida lo básico y se preocupa sólo por la superestructura, surgirán los problemas y el desorden. Aparecerán toda clase de enfermedades.

La ciencia ha estado alejada de la espiritualidad y de la fe en lo Divino. Muchos creen que la ciencia puede crear un cielo sobre la tierra. ¿Pero cuál es la clase de cielo que imaginan?

¿Es el disfrute de placeres materiales y sensoriales? Esta actitud hedonista está socavando todos los valores humanos.

Las investigaciones siguen adelante sin pausa. La ciencia continuamente busca respuestas a varias cuestiones. ¿Pero cuántas de las respuestas son correctas y satisfactorias? Poco a poco, la ciencia va destruyendo el ambiente de paz. Si hay que asegurar la paz, la ciencia debe fomentarse por los carriles adecuados. Esto requiere la unión de las personas. El servicio a la sociedad debe convertirse en el objetivo fundamental.

Todos dicen que es necesario que el mundo se una. Pero la verdadera unidad debe comenzar dentro del individuo y la familia.

Del hogar, debe extenderse a la aldea, la nación y el mundo.

Se habla de la integración nacional cuando hay una ataque de afuera, de China o de Pakistán. Pero cuando la amenaza externa pasa, se olvidan. La integración debe constituir una parte esencial de nuestro ser, un modo de vida. Debe atesorarse como un valor importante. Es fundamental percibir la unidad que subyace tras la aparente diversidad. Los cuerpos son muchos, pero la vida es una. Los seres son muchos, pero la bienaventuranza es una. Las religiones son muchas, pero la verdad es una.

Esta es la clase de unidad que deben experimentar en lo profundo del corazón.

La sabiduría integral y más elevada (prajñana) abarca el conocimiento secular (vijñana) y también, el conocimiento correcto (sujñana).

Estos tres: prajñana, vijñana y sujñana juntos contribuyen a la plenitud del hombre.

El ABC de la vida: sean siempre cuidadosos La vida es un amo exigente. Por eso, sean cuidadosos en todo lo que hacen. Este es el ABC de la vida: “Sean siempre cuidadosos”*.

Deben recordar la santidad suprema de la vida humana. El hombre puede experimentar verdadera bienaventuranza sólo cuando reconoce la verdad, la paz y el amor que emanan de prajña, y moldea su vida sobre la base de ese conocimiento.

Los valores humanos no pueden practicarse estudiando libros o escuchando charlas. Deben cultivarse mediante el esfuerzo individual.

¡Estudiantes! La verdadera educación consiste en santificar todo lo que pronuncian, cada pensamiento y cada acción. La humildad es lo primero. Cultiven la humildad como el primer paso. Dobleguen el cuerpo. Corrijan los sentidos. Acaben con la mente. Esta es la clave para la inmortalidad.

Los valores humanos son esenciales no solo para los estudiantes.

Cada persona tiene que practicarlos para llegar a ser un verdadero ser humano. Cuando un ser humano afirma que es un hombre, se trata solo de una verdad a medias. Eliminar las cualidades animales y practicar los valores humanos harán de un hombre un ser plenamente humano.

Educación sin transformación El proceso educativo no será completo a menos que, junto con el estudio de materias específicas, uno adquiera conocimientos generales y desarrolle el sentido común. Muchos famosos eruditos que tenían a su favor importantes logros científicos carecían de conocimientos generales y del sentido común requeridos en la vida diaria.

Se ha avanzado extraordinariamente en varias áreas del conocimiento:

matemáticas, física, química, biociencias. Sin embargo, no se ha intentado siquiera el estudio de lo espiritual. Todos nuestros conocimientos se limitan al estudio de la materia, las plantas y las criaturas vivientes. Pero la educación debe ir más allá para llegar a comprender lo Divino. Esa es la verdadera educación. La tarea de educar implica convertir al hombre en una persona ejemplar.

Se han hecho notables descubrimientos en estos años, y han sur* En inglés, Always Be Careful, “ABC”.

gido grandes científicos. Pero ¿hasta dónde se han fomentado los valores humanos y cómo se ha transformado la humanidad? No hay respuesta para estas preguntas.

Fomentar los valores humanos debe volverse una parte integral del proceso educativo. Dado que los estudiantes no han adquirido valores humanos, hoy en día se portan como demonios.

Educar en valores Para este simposio nacional, se han reunido aquí hoy destacados rectores y educadores. Si se dedican a educar en valores, se harán grandes progresos en este ámbito crucial. Para restaurar la supremacía de los valores humanos en todas las áreas de la vida nacional, se debe organizar una asociación que agrupe a educadores y especialistas del país. Esta asociación no debería tener ninguna conexión con el gobierno. Solo si es autónoma y completamente independiente podrá alcanzar sus objetivos. Hay eminentes educadores en las universidades. Pueden tener muy buenas ideas, pero carecen de libertad para implementarlas. Debe dárseles la oportunidad de exponer sus ideas. La autoridad debe ser proporcional a las obligaciones.

Los rectores podrán entonces fomentar los valores humanos entre maestros y estudiantes. Si todas las instituciones educativas se esfuerzan por infundir valores humanos en los estudiantes, Bharat se convertirá en una nación ideal y un ejemplo para el mundo.

Hoy en día las instituciones educativas crecen en número, pero no se ve ningún crecimiento en la amplitud de miras de los estudiantes.

La educación debe servir para expandir la visión y ampliar el punto de vista de la gente. Cada uno debe llegar a sentir que su bienestar está ligado al bienestar de la nación.

La ciencia y la espiritualidad deben ir juntas Todos deberían enorgullecerse de la antigua cultura y herencia espiritual de la India. El conocimiento espiritual y el conocimiento científico deberían ir juntos. No tendría que haber dicotomía. La verdadera bienaventuranza puede experimentarse únicamente cuando ambos saberes se combinan. El desarrollo de la ciencia y la tecnología por sí solo no ayudará a las personas a librarse de malos pensamientos, malos deseos y malas acciones, porque la ciencia en sí no es capaz de sublimar la vida. Únicamente la espiritualidad puede fomentar los valores éticos, el espíritu de tolerancia y de ecuanimidad.

La ciencia del espíritu es esencial para desarrollar valores humanos.

La devoción a Dios es la primera etapa del viaje espiritual.

En vez de cultivar la devoción, los hombres están inmersos en el “profundo océano” de la vida mundana. Cuando se batió el Océano de Leche, lo primero que emergió fue el humeante veneno Halahala.

El néctar de la inmortalidad, Amrita, vino después. Cuando se bate el océano de la existencia mundana, primero emerge la renunciación (vairagya) al apego a lo físico y lo material.

Los estudiantes deben comenzar por cultivar el espíritu de respeto mutuo y armonía. Esto llevará al buen comportamiento. Si los estudiantes de una institución educativa crecen de esta manera, pueden servir de ejemplo para el resto del mundo. Dejen de lado sus cerradas lealtades pueblerinas y prepárense para servir a la sociedad y al mundo. Ustedes, los estudiantes, deben convertirse en “Mensajeros” de las conclusiones a las que lleguen los educadores y rectores reunidos aquí, para difundirlas al mundo.

Discurso pronunciado en el Simposio Nacional sobre Orientación a los Valores, en el Auditorio del Instituto Sri Sathya Sai, el 24 de septiembre de 1987.

No importa cuán alto pueda elevarse un pájaro, más temprano que tarde deberá posarse sobre un árbol para disfrutar la quietud.

De la misma manera, llegará el día en que el más voluntarioso, el más incrédulo,el más altanero y hasta aquellos que afirman que no hay gozo ni paz en la contemplación del más alto Ser, tendrán que rogar: “¡Oh, Dios!, otórgame paz y consuelo, fuerza y felicidad”.

– Baba