.



 

Discursos dados por Sai Baba

15. 11/07/87 Dios y Tú son Uno

Dios y Tú son Uno

Dios y Tú son Uno

11 de Julio de 1987

El Upanishad dice: “Impregnando todo el cosmos por dentro y por fuera, Narayana permanece”. ¿Dónde pueden buscar al Uno que todo lo penetra? Si en el mundo todo está impregnado de lo Divino, es peligroso reclamar algo como “mío” o “tuyo”.

Es imposible realizar a Dios por medio de las prácticas espirituales, los sacrificios, las ofrendas, la meditación o las buenas acciones.

Son solo ayudas para lograr la pureza del corazón y de la mente. Esta verdad ha sido claramente enunciada por el Señor Krishna en el Capítulo 11 del Gita, en el versículo 53: “Ni por el estudio de los Vedas, ni por la austeridad, ni por dotes, ni por sacrificios, pueden llegar a verme en la forma en que tú, Arjuna, me has visto”. ¿Cuál es, entonces, el propósito de estas prácticas que realizan aspirantes serios e instruidos? Todas tienen el objetivo de ayudar al hombre a librarse del velo en el cual está envuelto por el apego (raga) y el odio (dvesha). El propósito interno de todas las disciplinas espirituales es hacer que el hombre descubra su verdadera naturaleza.

Aspectos de Sat-Chit-Ananda y su unidad El hombre es, inherentemente, la personificación de Sat-ChitAnanda, o sea, de la existencia-conciencia-bienaventuranza. Sat es aquello que es inmutable, que no resulta afectado por los procesos del tiempo (pasado, presente y futuro). Chit es la capacidad de estar consciente que nos permite conocer la verdad externa e interna de todo. Ananda es el estado de bienaventuranza pura y permanente.

Si Sat, Chit y Ananda aparecen como aspectos diferentes y distintivos, ¿de qué forma deben experimentarse como un todo? Aunque parecen distintos, su unidad puede ilustrarse con un ejemplo.

La llama de una lámpara tiene tres cualidades: calor, luz y el color rojo. Aunque estos tres aspectos son distintos, la llama es una sola.

¿Cómo debe experimentarse Sat-Chit-Ananda? ¿Es posible que el microcosmos experimente el macrocosmos? Esta duda surge debido a una sensación de debilidad. No hay que ceder a ella.

En la superficie del vasto océano, se mueve una interminable cantidad de olas producidas por la acción del viento sobre el agua. El agua del océano tiene las cualidades de frescura, transparencia y humedad. Cada ola que se levanta del océano posee estas tres cualidades. De la misma forma, cada ser individual que ha emergido del infinito Sat-Chit-Ananda tiene los tres aspectos de lo Divino.

No deben sucumbir al aparente contraste entre lo Infinito y el minúsculo finito. Todas las cosas están impregnadas de la divinidad que caracteriza a Sat-Chit-Ananda.

El término daiva (divinidad) equivale a totalidad e inmanencia.

La Divinidad es inmanente en la totalidad de la creación (prakriti), la cual no puede existir de otra forma. La energía que está presente en cada objeto de la Creación deriva de lo Divino (Sat-ChitAnanda).

La divinidad representa la unidad de Sat-Chit-Ananda y de prakriti. En el lenguaje moderno, esto se puede enunciar así:

Materia más Ser, igual a Dios.

Los cuatro obstáculos que deben superarse Reconocer esta unidad fundamental exige un esfuerzo serio y constante. En esta búsqueda esencial, hay que superar cuatro obstáculos:

Avidhya pratibandhakam, Prajña pratibandhakam, Kutharka prathibandhakam y Viparyaya Duragraha pratibandhakam.

Avidya pratibandhakam: este impedimento surge de la sensación de que uno es demasiado débil e indefenso para buscar lo Divino.

Mientras exista esta sensación de debilidad, el hombre no comprenderá el Omni-Ser.

Prajña pratibandhakam: este obstáculo es creado por el engreimiento.

Cuando uno piensa que lo sabe todo y que no está dispuesto a aprender de los mayores, no se encuentra capacitado para emprender la búsqueda espiritual.

Kutharka pratibandhakam: este obstáculo lo enfrentan aquellos que están atrapados en razonamientos ilógicos y argumentos falsos. Dan interpretaciones descabelladas a las sentencias de los sabios y se meten en controversias sin sentido.

Viparyaya Duragraha pratibandhakam: el cuarto obstáculo se debe a la ignorancia de la propia realidad interna y el rechazo a hacer el esfuerzo para comprenderla. Surge de un sentido de arrogancia, de que uno lo sabe todo y no tiene necesidad de aprender de otros. La causa de esta arrogancia es la ilusión (maya). Maya está presente cuando uno ve lo irreal como real y lo real como irreal.

Esta es la característica básica de la ignorancia. Esas personas ven el mundo (jagat) como un fenómeno físico. Pero para aquellos que han alcanzado la visión interna, el cosmos es la manifestación del Señor del Cosmos (Jagadishvara). El cosmos es la vestidura de lo Divino. Los científicos admiten que la materia está compuesta de energía. Sin energía nada puede existir en el cosmos. Prahlada e Hiranyakashipu representan los dos puntos de vista opuestos acerca del cosmos. Hiranyakashipu veía el pilar sólo como un pilar.

Prahlada veía en él la inmanencia de Narayana.

Dios no puede ser visto de una manera exclusiva Cada vez son más las personas que no tienen conciencia de la naturaleza de lo Divino. No llevan a cabo ninguna práctica espiritual especial. Tampoco todos los ritos religiosos se realizan por amor a Dios. Dios no puede ser visto de una manera exclusiva.

Cuando la persona descubre su propia naturaleza verdadera y se libra de impurezas como el apego y el odio, entonces brilla con su propio y verdadero Ser. Por eso, todas las prácticas espirituales tienen como único objetivo eliminar las impurezas de una persona.

En cada hombre se combina el principio ilusorio (mayatattva) con el principio de lo Divino (Brahmatattva). Sin el principio ilusorio, el principio de lo Divino no puede experimentarse. Sin el principio de lo Divino, el principio ilusorio no puede manifestarse. En la superficie del vasto océano, se ven incontables olas. Debe haber una fuerza que origine estas olas. Es el poder del viento sobre el agua del océano lo que las produce. Sin la fuerza del viento no puede haber olas. Maya puede compararse con este viento. El agua del océano puede compararse con la forma de Sat-Chit-Ananda. Los seres individuales (jivatattva) son las olas del océano.

Dieciséis aspectos indeseables para el hombre Para los seres individuales, Maya, la ilusión, es el factor primario.

Son meras imágenes reflejadas de lo Divino. Las imágenes permanecerán mientras esté el espejo (de Maya). Si se elimina el espejo, solo queda el Uno. Nuestro cuerpo es como un espejo. Mientras la conciencia del cuerpo esté allí, la noción de la individualidad separada persistirá como la imagen en un espejo. Al retirar el espejo de la conciencia del cuerpo, la imagen (la conciencia individual) también se irá. Solo quedará la entidad permanente, el Atma.

Reconocer el carácter ilusorio del mundo no significa abandonar todas las actividades y las relaciones con la familia. Las acciones deben hacerse con un espíritu de desapego. Las relaciones deben mantenerse sin un apego profundo. No se exige la renuncia a la acción, sino la renuncia en la acción. Esto significa que los deberes deben cumplirse de la manera apropiada. De esta forma la mente se va limpiando de las impurezas. Este es el propósito de las acciones realizadas con el espíritu apropiado.

Hoy es el día de Gurú Pournima –el día de luna llena–, dedicado a la adoración del gurú. Hoy la luna brilla con sus dieciséis aspectos (kalas). Por su parte, ustedes deben dejar de lado dieciséis rasgos que son indeseables para el hombre. Estos abarcan los siguientes ocho tipos de orgullo: el orgullo de la fuerza física, del nacimiento, de la erudición, de la riqueza, de las penurias, de la belleza, de la juventud y del poder; las seis clases de enemigos: el deseo, la ira, la codicia, la vanidad, la arrogancia y la envidia; y los rasgos de la pasión y la pereza (los gunas rajas y tamas). Solo si se eliminan estos dieciséis rasgos malignos, puede el hombre alcanzar la plenitud, pues esos rasgos le impiden reconocer su divinidad esencial.

El hombre permite que la mente lo domine El ser humano también tiene que luchar contra los efectos de cinco aflicciones (kleshas). Estas son: adivya, abhinivesha, asmita, raga y dvesha.

Avidya: Es la falta de conocimiento auténtico y vuelve al hombre débil e imbécil, incapaz de reconocer su naturaleza divina inherente.

Abhinivesha: Es lo que hace que el hombre se aferre a los asuntos mundanos y olvide su verdadero destino. El ser humano permite que la mente lo domine, y por eso está sujeto a la aflicción y la depresión.

Asmita: Es el egoísmo que surge debido al ego y la excesiva codicia. Cuando los deseos no se cumplen, hay zozobra. Cuando se cumplen, aumenta el egoísmo (ahamkara). En este proceso, las cualidades genuinamente humanas se van arruinando.

Raga: Es la aflicción causada por el insaciable deseo de bienes, riqueza, etcétera.

Dvesha: Es el sentimiento de amargura que surge cuando alguien no logra lo que quiere obtener de otros. Con el tiempo, se vuelve una criatura mezquina y miserable.

Las escrituras han declarado que, entre los pájaros, el cuervo es el más ruin; entre los animales, el burro es el más miserable; y, entre los hombres, el que se dedica a la calumnia es el más despreciable.

El cuervo es ruin porque no le gusta el alimento bueno y prefiere lo que está podrido. El burro lleva sólo ropa sucia y está siempre sucio*. El calumniador tiene una lengua inmunda y es el más despreciable de los seres humanos.

El peor pecado del hombre El peor pecado que comete el hombre es olvidar su divinidad y no reconocer su verdadera naturaleza. Se considera un individuo distinto y llena su mente de deseos y odio. No debemos ver la existencia humana como algo lastimoso, débil o impotente. El hombre es la encarnación de lo Divino, el Ser-Conciencia-Bienaventuranza (Sat-Chit-Ananda). Lo Divino en él está siempre irradiando luz y bienaventuranza. Pero, debido a la barrera de los malos pensamientos, es incapaz de experimentar esta bienaventuranza.

Lo Divino no es algo diferente o separado de uno. Aunque uno es idéntico a lo Divino, las oscuras capas de apego (raga) y odio (dvesha) recubren su esencia divina y le impiden tomar conciencia de su Realidad interna. La única verdad que el hombre debe descubrir es la verdad acerca de sí mismo. Todas las prácticas espirituales buscan correr el velo que oculta esta Realidad en el hombre.

Pero todos los ejercicios espirituales o indagaciones que puedan llevarse a cabo durante cualquier período de tiempo no servirán de nada si la mente no es pura.

Las palabras de Sai y el camino de Sai Todas las escrituras que estudien a conciencia revelarán que el camino de Sai es la verdad.

Al explorar el propósito de todos los Vedas, descubrirán el camino verdadero en las palabras de Sai.

* En la India los lavanderos usan el burro para cargar los bultos de ropa sucia y llevarlos al río. (N. de la T.) Toda la ciencia y todas las escrituras atestiguarán la verdad de las palabras de Sai.

Cantar el Gayatri en voz muy alta probará la verdad del mensaje de Sai.

¿De qué sirve todo el esfuerzo si la mente sigue estando contaminada?

Solo si se limpia la mente puede desarrollarse la visión apropiada.

En nuestras oraciones diarias, decimos: “Tú eres la madre, tú eres el padre, tú eres el gurú, y tú eres el amigo”. ¿Quién es ese “tú”? En vez de decir: “Tú eres madre, padre, gurú y amigo”, es suficiente si dicen “Tú eres yo”. Deben llegar a la etapa en la que puedan decir: “Tú (Dios) eres yo”. Esta es la esencia de todas las verdades. Es la raíz de todo. Es la meta proclamada por todas las escrituras.

Reconozcan que Dios y ustedes son uno. Ya no habrá necesidad de describir a Dios como padre, madre, gurú, etcétera, y confundirse.

Debemos esforzarnos por reducir las ataduras creadas por relaciones tales como padre o madre. Apuntemos a la realización de aquella Unidad fundamental que subyace y sostiene todo.

Ese es el significado de la afirmación: “Él es el único morador interno en todos los seres” (“Eko vasi sarvabhuta antarAtma”).

¿Qué quieren decir expresiones como “mi pueblo” y “tu pueblo”?

¿Cuánto tiempo pueden durar estas relaciones? Son todas momentáneas. La única relación que dura para siempre y no cambia es la asociación con el Atma. En vez de buscar esta asociación permanente, el hombre ansía relaciones basadas en el cuerpo impermanente debido al poder de Maya. A pesar de todos sus conocimientos y estudios, la gente anda trastabillando en esta oscura cámara de Maya. Mientras no salgan de esta oscuridad y busquen la luz, estarán envueltos en aflicción.

Son un fragmento de lo Divino “Lo eterno reside en cada ser del mundo como un fragmento de mí mismo” (“Mamaivamso Jivaloke Jiva-bhuthah Sanatanah”), dice el Señor en el Gita. Debemos desarrollar la fe en que es el mismo Señor el que mora en todos los seres como una chispa de lo Divino.

No son el cuerpo. No son siquiera un espíritu separado. Son un fragmento de lo Divino. Esta es la gran verdad que cada uno debe comprender totalmente. Si no se convencen de ello, de nada sirve llevar a cabo durante años todas las prácticas espirituales o la adoración.

Una vez que se tiene esta convicción, automáticamente se experimenta la visión de lo Divino.

Hoy la nación necesita desarrollar el sentido de unidad. El fanatismo lingüístico, el provincialismo, las castas y el sectarismo han crecido en tal medida que han ahuyentado totalmente la devoción a lo Divino. Esta es la devoción que debe cultivarse, puesto que es la base de la verdadera unidad que surge de reconocer que lo Divino está en cada uno.

¡Encarnaciones de Sat-Chit-Ananda! Han escuchado mis discursos durante años. Si se conforman con escuchar, es una pérdida de tiempo. Deben reflexionar sobre lo que han oído y tratar de poner en práctica las enseñanzas. Escuchar (shravanam), reflexionar (mananam) y poner en práctica lo que se ha aprendido (nidhidyasanam) son las tres etapas del viaje espiritual. Repetir como loros lo que digo no tiene ni siquiera el mérito del disfrute de las dulces palabras.

Aparentando ser devotos y caminando por ahí como si lo fueran, pocos se preocupan por averiguar lo que es la verdadera devoción.

Los cantos devocionales (bhajans) y la repetición del nombre (japa), y los sacrificios (yagas) y rituales (yajñas) no son las verdaderas señales de la devoción. Son meros ejercicios de lavado de las propias impurezas. Las nueve clases de adoración fueron creadas para lograr pureza de mente y de corazón. Pero la pureza debe expresarse en la práctica, así como la ropa que ha sido lavada debe usarse. Sin pureza en la acción, la verdadera naturaleza del Ser no puede ser reconocida.

Vuélvanse verdaderamente humanos Aunque han sido dotados de forma humana, los hombres no se hacen realmente humanos. La evolución de animal a ser humano ha llevado milenios. El mundo está poblado de miles de millones de seres humanos. ¿Pero cuántos de ellos muestran cualidades humanas genuinas? El hombre sigue pasando por los dolores de parto de verdadera humanidad. Solo cuando manifieste cualidades humanas podrá llamarse verdaderamente humano. En esas cualidades está la Divinidad. Llevará el manto de la verdad. Será la personificación de la rectitud (dharma), el amor (prema) y la paz (shanti).

Solo cuando el hombre muestre estas cualidades, podrá ser considerado humano. Si el género humano pudiera alcanzar al menos este nivel de humanidad, sería suficiente.

Hoy celebramos Gurú Pournima, el Día del Gurú. Suele dedicarse a la adoración del gurú, preceptor, religioso u otro. Hay ocho tipos diferentes de gurús, que imparten enseñanzas espirituales de distintas clases. Entre estos, el gurú realmente importante es el vihita gurú, el preceptor que elimina las dudas de la mente de los discípulos y les revela el proceso del autodescubrimiento y la autorrealización.

El gurú debe destruir la oscuridad de la ignorancia acerca de la propia Realidad e iluminar la mente del discípulo. La iluminación debe dar como resultado la percepción de la Realidad Una, que está más allá de nombre, forma y atributos.

Vibhuti significa no dualismo Swami a menudo les da a los devotos ceniza sagrada, vibhuti o bhasma. Muchas personas se pasan esta ceniza por la frente.

¿Qué significado interno tiene esta ceniza? Cuando un objeto que posee un nombre y una forma se quema completamente, queda reducido a cenizas. El nombre y la forma se han ido. Todas las cosas son lo mismo en este estado final de la ceniza. Cuando da vibhuti, Swami quiere que el receptor entienda esta unicidad básica (advaitam).

El devoto debe deshacerse del egoísmo (ahamkara) que surge del sentimiento de separatividad y del sentido de “lo mío” y “lo tuyo” (mamakara). Ambos están basados en el nombre y la forma, y, cuando son destruidos, se puede reconocer la unidad subyacente de lo Divino.

La gente habla constantemente de no dualismo (advaita), pero es raro que lo practique. Se debe practicar lo que se predica o profesa.

Hoy no hay muchos gurús que vivan de acuerdo con sus creencias o enseñanzas. Sus acciones niegan sus palabras. No sirve ir en busca de gurús. Hay un gurú dentro de cada uno de nosotros.

Es el principio del Atma. Es el Eterno Testigo que funciona como la conciencia en cada uno. Realicen todas sus acciones con esta conciencia como guía.

El significado interno de los tres Yugas Hay tres clases de mayas que impulsan al hombre a la acción:

svechcha, parechcha y ayichcha.

Svechcha: Es la clase de impulso que lleva al hombre a decidirse por un curso de acción particular. Está preparado para las consecuencias, buenas o malas.

Parechcha: En esta situación, la persona es alentada o impulsada por otros a emprender acciones cuyas consecuencias deberá soportar.

Ayichcha: Es el estado en el cual cada acción es considerada la voluntad de lo Divino, y todas las consecuencias, de ganancia o pérdida, placer o dolor, son vistas como dones de Dios.

La verdadera libertad reside en someterse a la voluntad de lo Divino y no actuar por un capricho o antojo propio. ¿Cuál es la libertad que la gente desea? ¿Es la de comportarse como perros, sin ningún autocontrol? ¿Es descender al nivel de la especie subhumana?

¿Es huir de la propia naturaleza divina y dedicarse a actos demoníacos? ¿Qué clase de libertad es esta?

En este contexto, voy a contarles hoy el significado interno de los diferentes yugas o eras: Treta Yuga, Dvapara Yuga y el presente Kali Yuga.

En el Treta Yuga, los elementos divinos estaban de un lado y los demoníacos, del otro. En la época del Avatar Rama, los elementos divinos estaban en Ayodhya y Kishkindha, y las fuerzas demoníacas, en la selva de Dhandakaranya. Los dos elementos estaban en regiones separadas. Rama libró una guerra contra los rakshasas en Dhandakaranya y protegió a los rishis. Este es el significado interno del Avatar Rama en el Treta Yuga.

En el Dvapara Yuga, los elementos divinos y los demoníacos –los Pandava y los Kaurava– estaban en el mismo reino. En esa situación, Krishna les dio su ejército a los Kaurava y, sin empuñar ningún arma él mismo, dio Su apoyo a los Pandava en la gran batalla de Kurukshetra. Usó a otros como sus instrumentos.

El aspecto único del Kali Yuga Pero hoy estas fuerzas divinas y demoníacas están luchando en cada ser humano. Esta es la marca de la Edad de Kali. En el Treta Yuga, Rama libró la batalla en persona. En el Dvapara Yuga, Krishna desempeño el papel de un testigo, usando a otros como Sus instrumentos.

No participó en la batalla él mismo. Como los dos factores opuestos están en cada individuo, en el Kali Yuga el Señor cumple el papel de testigo y de conciencia. El hombre debe usar el poder de discernimiento que le fue dado para luchar contra las fuerzas del mal dentro de sí. Tiene que estimular los elementos divinos que se hallan en él con su propio esfuerzo y escuchar la voz de la conciencia. Con este fin se le ha otorgado al hombre la libertad de elegir. Esta libertad debe ser usada para distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo, y para fomentar las cualidades divinas. Este es el aspecto único de la Era de Kali. En esta era, cada individuo debe luchar por sí mismo contra las fuerzas demoníacas y vencerlas. Una vez logrado esto, la naturaleza divina inherente en él se manifestará por sí sola.

¡Encarnaciones del Amor! Tomen conciencia de que no necesitan ninguna práctica espiritual especial para experimentar lo Divino dentro de ustedes. Deben librarse de pensamientos y acciones impuros.

Santifiquen cada acción y hagan de ella una práctica espiritual.

Lo Divino no es un objeto creado. Es autorrefulgente y está presente en todas las personas.

Los muchos que vinieron del Uno De esta forma ilustraré la relación que existe entre lo Divino y el individuo: en una colina hay una gran roca. Un escultor se sienta en la roca y esculpe en ella una estatua de Krishna. Los pedazos que se desprenden se desechan. Después, la estatua de Krishna se coloca en un templo para la adoración. Nadie se preocupa por los pedazos de piedra que quedaron en la colina, aunque, calladamente, ellos proclaman la verdad: “Nosotros somos lo mismo que la estatua que adoran en el templo” (“Tat Tvam Asi”).

La estatua de piedra de Krishna y los pedazos rotos en la colina han provenido de la misma roca. Eran uno en el comienzo. Luego, una parte se convirtió en estatua, y las otras se usarán para construir algo o para otros fines. ¡Pero todos son de la misma roca! Hay que comprender esta verdad fundamental. Así la adoren en una forma o caminen sobre ella en otra forma o la usen para construir una casa, todas las piedras provienen de la misma sustancia.

De igual manera, todo es básicamente divino. Todo tiene los tres elementos divinos que derivaron de Sat-Chit-Ananda, las cualidades de existencia (asti), luminosidad (bhati) y utilidad (priyam).

Estos tres son comunes a todos los objetos de la creación. Cuando se les da forma y nombre a cada uno, adquieren cinco cualidades.

El Universo, que se llama Prapancha, tiene estas características quíntuples. Si se quita el nombre y la forma, solo queda la divinidad.

No podemos cambiar la apariencia del universo. Pero, si cambiamos nuestra visión, podemos reconocer su divinidad.

Vayan del Dualismo al No Dualismo Dirijan sus mentes hacia lo Divino, hacia el eterno, inmutable, refulgente y puro Sat-Chit-Ananda. Vean lo Divino en todo. Tomen conciencia de que hay una sola Divinidad inmanente en todas las cosas. No malgasten la vida inmersos en el dualismo. ¿Qué les ha quedado de todos los pujas que han hecho y de los discursos que han escuchado? Si no han salido del estado de dualidad, no han ganado nada con las experiencias. Por lo menos, a partir de ahora, traten de dirigirse a una conciencia más elevada. Vayan del dualismo (dvaita) a la dualidad condicionada o parcial (visishtadvaita) y alcancen la etapa de conciencia no dual (advaita). No se queden en la etapa en que son como un mojón en la carretera. Han realizado prácticas espirituales, estudiado las escrituras, encontrado hombres santos y escuchado los discursos; deben obtener los frutos de su experiencia espiritual.

Discurso pronunciado en el Auditorio Purnachandra, el 11 de julio de 1987.