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Discursos dados por Sai Baba

11. ??/05/87 Desarrollen la visión interna

Desarrollen la visión interna

Desarrollen la visión interna

Mayo de 1987

Así estemos trabajando activamente en el mundo o nos hayamos retirado de él, lo más importante no es el trabajo que hacemos o no hacemos, sino cuán efectivamente hemos podido arrancar y destruir las tendencias (vasanas) profundamente arraigadas que están ocultas en nuestro corazón. La remoción de esta impurezas, que se han incrustado muy adentro, es el principal objetivo de toda práctica espiritual (sadhana). También es la meta de todo yoga limpiarse de cualquier rastro de apego (raga) y odio (dvesha), estos males gemelos que hemos albergado dentro de nosotros.

El Gita ha demostrado que, si podemos arrancar las tendencias que se aferran a nuestro corazón, seremos libres de realizar cualquier acción sin preocuparnos por los resultados. A partir de este momento, no estaremos atados por ningún karma al que nos dediquemos.

En otras palabras, nos liberaremos completamente de los efectos de nuestras acciones. La gente que no entiende esta verdad y termina renunciando a todas las actividades externas, se va empantanando en la pereza y el ocio. Pero el Gita nos advierte repetidamente que no hay lugar en absoluto para el ocio en el mundo del Espíritu. Lo que el Gita enseña es el yoga del desinterés o de la acción impersonal (anashakti yoga), en el cual permanecemos totalmente indiferentes a cualquier interés personal en el trabajo que hacemos y en los resultados de este. Significa trabajar con plena concentración hasta los límites de nuestra capacidad de excelencia, pero dedicando todas nuestras acciones al servicio de Dios y permaneciendo en la Conciencia de Dios.

Nishkama karma y anashakti yoga El yoga desinteresado (anashakti yoga) va más allá de la práctica de nishkama karma o del karma sin deseo de los frutos, que ha sido enfatizado en el segundo capítulo del Gita. El karma sin deseo de los frutos es la etapa en la cual todas nuestras acciones se realizan sin desear o esperar ningún fruto por nuestras labores. Nadie alcanzará la etapa del karma sin deseo de los frutos mientras sus tendencias (vasanas) surgidas de acciones pasadas sean impedimentos para su progreso espiritual. Primero uno debe eliminar las malas cualidades, que están asociadas con las malas acciones, y reemplazarlas con buenas cualidades, que se asocian con las buenas acciones. Entonces, cuando esté firmemente establecido en la etapa del servicio desinteresado, en el cual realiza sólo buenas acciones, puede pasar a la etapa de las acciones libres de deseos, en la que renuncia a los frutos de todas sus acciones. A partir de allí podrá elevarse a la etapa del yoga desinteresado o anashakti yoga.

El Gita proclama que solo por medio de las buenas acciones (sat karma) pueden ser eliminadas las malas tendencias y purificados nuestros corazones. Y va más allá al afirmar que la verdadera pureza de corazón puede lograrse solo si dedicamos todas nuestras acciones al Señor. Por ejemplo, el alimento que comemos después de cocinarlo y prepararlo de maneras diferentes sigue siendo comida común, y estamos sometidos a los buenos o malos efectos de comer ese alimento. Sin embargo, si ofrecemos ese alimento a Dios antes de consumirlo, se vuelve un alimento bendecido (prasadam) y un don sagrado del Señor. De la misma manera, todas las actividades realizadas por nosotros durante el día entran en la categoría del karma ordinario. Pero cuando realizamos estas mismas acciones, aunque sean simples, con la intención de hacer de ellas una ofrenda a Dios, dedicando sus resultados no a nuestro propio placer, sino al del Señor, entonces se vuelve una comunión gracias a la acción desinteresada (karma yoga), así como un sacrificio sagrado.

Es solo por medio de ese karma yoga que podremos librarnos de las malas tendencias y purificar nuestros corazones.

Las ofrendas a Dios deben ser puras y sagradas ¿Qué cualidades deberían tener las acciones que ofrecemos a los Pies de Loto del Señor? Antes de ofrecer algo al Señor, debemos asegurarnos de que sea puro, adecuado y sagrado. Entonces sí será una ofrenda digna del Señor. Por ejemplo, si queremos ofrecerle una rosa, primero elegimos una flor bella y fragante. Después alejamos a los insectos de la flor. Luego le quitamos las espinas o las hojas imperfectas del tallo, y embellecemos la ofrenda tanto como sea posible. Cada acción que realicemos debe ser así.

Nuestras acciones deben estar saturadas de la fragancia del amor y la santidad, y deben ser buenas y puras. Este es el verdadero yoga de la acción, tal como lo indica el Gita.

Es en el campo de la acción o karma donde se revela más claramente el carácter de un hombre y qué clase de persona es. Si queremos averiguar si una persona es de naturaleza predominantemente sátvica, rajásica o tamásica, solo necesitamos observar sus acciones; seguramente revelarán su naturaleza.

La acción sátvica es nishkama karma El Gita ha señalado el tipo de acciones que deben realizarse en la vida diaria. Declara que el secreto de la vida humana es reconocer y seguir el camino del dharma, lo cual significa dedicarse a las acciones desinteresadas y sagradas que promuevan el bienestar de nuestros semejantes. Solo entonces nuestras acciones pueden considerarse de naturaleza sátvica. Una vez que se han vuelto sátvicas, entonces pueden considerarse nishkama karma. Ninguna persona común será capaz de realizar acciones absolutamente sin deseo. Lo que debemos hacer es orientar nuestras acciones y nuestros deseos hacia el propósito de buscar y experimentar a Dios. Cuando esta orientación sagrada se vuelve la base de todas nuestras actividades, entonces ese karma pertenece al yoga de anashakti o la comunión por medio de la ecuanimidad. Este es el más alto nivel de acción y nos conduce por el camino directamente hacia nuestra meta. Aunque, involucrado en él, estará el encanto de la maya.

Dos poderosas energías (shaktis) componen la maya o ilusión:

una es el poder velador (avarana), y la otra es el poder de proyección (vikshepa). Estas dos energías no tienen ninguna forma particular.

Avarana se refiere a lo que vela o cubre. ¿Cómo es que cubre?

Si no tiene ninguna forma propia, ¿por qué medios cubre?

¿Cómo puede quitarse? Estas preguntas no son fáciles de responder.

La maya es misteriosa e inexplicable.

¿En qué circunstancias ejerce este engaño su influencia sobre nosotros? Es durante el crepúsculo o en la oscuridad cuando creemos ver una serpiente donde solo hay una cuerda. Es a través de la oscuridad como la ilusión viene y nos envuelve. En verdad, ninguna serpiente había reemplazado la cuerda, pero la ilusión nubla la mente del hombre y cubre su clara percepción. Esta ilusión es maya. Cuando encienden la linterna, descubren que no hay ningún reptil allí, solo una cuerda tirada. Así, con la luz, la ilusión desaparece y se ve el verdadero objeto. Aquello que existe, existirá siempre; nunca cesará de existir; permanecerá inmutable para siempre.

No puede haber la más mínima variación en su existencia. Es solo la ilusión que la cubre la que viene y se va. La forma que esta ilusión toma en la mente es vikshepa, la segunda y poderosa energía de maya. Vikshepa es la proyección que se superpone a la base inmutable.

En este caso, la proyección fue la serpiente. En otra oportunidad será otra cosa.

El humor, el dolor, el placer, todos vienen y se van. Son como los parientes, que nos visitan pero no se quedan permanentemente.

De la misma manera, esta maya viene y se va, como una ilusión para los seres humanos. La ilusión en nuestra mente, que cubre la cuerda y la esconde de la vista, es avarana o el poder velador. La ilusión que ha sido proyectada por nuestra mente sobre la cuerda es vikshepa. Con la ayuda de la luz, vemos la cuerda como una cuerda, y la serpiente desaparece. Así que estos aspectos de maya han surgido en la oscuridad y han desaparecido con la luz. Maya no tiene principio, pero puede terminar de manera permanente.

Cuando la luz de la sabiduría brilla sobre ella y maya desaparece al fin, entonces la Realidad Una Inmutable queda revelada. Al enseñarle esto a Arjuna, Krishna lo libró de la ilusión y lo hizo brillar con su propia refulgencia.

Ahora como entonces, estamos desarrollando solo una comprensión superficial y una visión externa. Pero es la visión interna la que importa; solo ella es verdadera y sagrada. Perdemos de vista la Realidad Una de nuestra propia Verdad, porque ponemos atención solamente en la impermanente visión externa y olvidamos por completo la visión interna permanente. Dios encarna como Avatar sólo para transmitir esta sagrada visión interna.

Del Karma y Bhakti Yoga al Jñana Yoga Krishna instó a Arjuna a librarse de los apegos y las ilusiones que lo estaban confundiendo. Le dijo: “¡Arjuna!, tú mismo debes purificar tu corazón y levantar el velo de la ignorancia que te está nublando. Toma el camino de la acción correcta, trabaja por el bienestar del mundo y dedica cada uno de tus actos a Mí, que soy tu mismo Ser que reside en tu corazón”. No hay ningún otro camino verdadero para la vida más que el karma yoga, o sea, el de la acción dedicada. Podremos llegar al yoga de la devoción (bhakti yoga) solo después de haber puesto una base firme por medio de las buenas acciones. Y solo después de haber purificado nuestros sentimientos y desarrollado nuestra devoción, seremos capaces de entrar en el área de la sabiduría y avanzar por el sendero más elevado del jñana yoga.

Usar nuestro intelecto para planificar una acción cuyos frutos beneficiarán a otro, como en el caso del anciano que siembra un árbol cuyos frutos serán disfrutados por las generaciones futuras, se puede llamar “comunión por medio del intelecto” (buddhi yoga). En el buddhi yoga, indagamos sobre las consecuencias de nuestras acciones, y así basamos nuestras acciones en el poder de razonamiento de nuestro intelecto. El intelecto funciona muy por encima de las consideraciones estrechas y egoístas de la mente y los sentidos inferiores. Pero aun allí hay todavía una pizca de egoísmo. Cuando nos liberemos por completo de todo egoísmo, cuando seamos totalmente indiferentes a los resultados y actuemos con eficacia y con total concentración, pero sin ningún apego o deseo, y ofrezcamos todas nuestras acciones a Dios, entonces estaremos practicando el anashakti yoga, que es muy superior al buddhi yoga.

La mejor manera de desarrollar la visión interna El anashakti yoga no es fácilmente accesible para la gente común.

Pero esto no significa que debamos abandonar el intento de alcanzarlo. Esforzándonos de todo corazón y con la gracia de Dios, podemos lograr cosas aparentemente imposibles. Si persistimos en nuestros esfuerzos, entonces, con la práctica, seremos capaces de alcanzar este alto nivel de anashakti yoga en todas nuestras actividades.

Para tener éxito, hay que desarrollar la visión interna. La mejor manera de desarrollar la visión interna, que nos llevará al anashakti yoga, es reflexionar constantemente sobre la Divinidad que está en todas partes. Pero la visión interna es muy rara entre los hombres; hasta los más grandes pandits y eruditos están profundamente sumergidos en la visión externa. He aquí una historia para ilustrar esto.

Historia de Ashtavakra* y los pandits Una vez, el rey Janaka convocó a una asamblea de grandes eruditos. Acudieron famosos pandits y sabios de todo el reino. La asamblea estaba tan atestada de estos grandes hombres que no había lugar para la gente común. Las reuniones diarias estaban presididas por el mismo rey Janaka, y del muy selecto grupo que recibía, solo los más destacados y versados tenían la oportunidad de hablar y presentar sus puntos de vista. A esta magnífica y augusta asamblea pidió ser admitido el joven Ashtavakra, carente de educación formal y con el cuerpo torcido. Pero ¿quién lo iba a dejar entrar? No tenía credenciales ni recomendaciones. La única ayuda que Ashtavakra tenía era su profunda fe en Dios.

Aquel que tenga mucha fe en Dios no sufrirá grandes dificultades.

Pueden surgir algunos obstáculos temporarios, pero al final seguro que tendrá éxito. Durante tres días, Ashtavakra esperó en la puerta del palacio del rey Janaka. Mientras esperaba, observaba a todos los famosos eruditos que llegaban para asistir a la asamblea. Ashtavakra no estaba dispuesto a abandonar su resolución de unirse a la asamblea y participar en sus deliberaciones. Esperó pacientemente en la puerta día tras día. Había un viejo sabio, observador y simpático, que notó a Ashtavakra parado en el portón cada vez que entraba y salía por él, mañana y noche. El bondadoso anciano informó al rey Janaka que había un muchacho afuera que estaba esperando desde hacía días para entrar a la asamblea, aunque no cumplía ninguno de los requisitos para ingresar.

El rey Janaka ordenó a sus asistentes que buscaran al joven y lo trajeran al salón de reuniones. El rey Janaka tomó asiento, y comenzó la reunión en un clima solemne y sagrado, apropiado para tan augusta asamblea. Entonces, Ashtavakra entró en el salón. En el momento en que vieron al muchacho, con ese cuerpo tan deformado, que venía a participar en la asamblea, la mayoría de los grandes eruditos reunidos allí empezaron a reírse.

Ashtavakra llama zapateros remendones a los pandits * Ashtavakra: De ashta, ocho, y vakra, curvas. Nació así debido a una maldición de su padre; por eso le dieron ese nombre. (N. de la T.) El rey Janaka, que había observado atentamente a Ashtavakra cuando entró, no se rió. Ashtavakra miró cuidadosamente a su alrededor y entonces, sin explicación, empezó a reírse más fuerte que los eruditos sentados allí. Esta explosión de risa por parte de Ashtavakra era totalmente inadmisible y sorprendió a los eruditos, que se preguntaron: “¿Por qué este grosero joven se ríe de nosotros? Hay razones suficientes para que él nos cause gracia, pero no hay nada extraño en nosotros; entonces, ¿qué razón puede tener él para toda esta risa?”. Estaban muy extrañados e irritados por lo que consideraban una impertinencia de parte del muchacho.

Los sabios estaban ansiosos por saber por qué se reía tanto.

Uno de ellos se atrevió a hablar a Ashtavakra y le preguntó:

—¡Oh, extraño!, ¿quién eres? No te conocemos. Cuando te vimos entrar, tu deformidad nos hizo reír. En respuesta a nuestra risa, tú te ríes aún más alto. ¿Cuál es la razón? ¿Qué es lo que te parece tan divertido acerca de todos los renombrados sabios sentados aquí, que ni siquiera por un momento has dejado de reírte?

—Bien, Señor —respondió Ashtavakra—, entré a esta reunión pensando que era una asamblea sagrada convocada por el famoso emperador Janaka para discutir las escrituras santas. Si solo hubiera sabido qué clase de personas asisten a esta asamblea, ni siquiera me hubiera molestado en venir. Esperé pacientemente durante muchos días y entré pensando que los más grandes sabios estarían reunidos aquí. Tenía interés en estar en la compañía de tan sagradas almas. Pero, desgraciadamente, no encuentro otra cosa que zapateros remendones, solo zapateros (charmakaras) que cosen sandalias y trabajan con cuero.

Cuando oyeron esto, todos los sabios se pusieron furiosos, sintiéndose gravemente ofendidos por Ashtavakra por usar una palabra tan insultante.

Los pandits deberían mirarse hacia adentro Pero Ashtavakra continuó hablando en los mismos términos:

—Charmakara es la palabra apropiada para describirlos. Solo zapateros, solo personas que trabajan con cueros y pieles piensan en el valor de una piel en particular; otros no se molestarían en absoluto.

Todos ustedes se están riendo de mi piel y obviamente han decidido que no vale mucho, pero ni siquiera uno de ustedes se esforzó por conocer mi erudición. Los pandits deberían tener la capacidad de mirar hacia adentro, pero ustedes solo parecen preocuparse por la apariencia. Si no han desarrollado su visión interna y solo les interesa la visión externa superficial, no pueden considerarse eruditos en absoluto. Por eso ustedes son solo charmakaras, zapateros remendones.

Eso dijo Ashtavakra. Los eruditos inclinaron la cabeza, avergonzados.

El rey Janaka, que comprendió muy bien lo que Ashtavakra había dicho, lo invitó a tomar asiento en la asamblea y después le concedió numerosos honores.

Y eso sucede ahora en todo el mundo. No importa cuán importantes seamos, hemos desarrollado solo la visión externa. No nos molestamos en cultivar la visión interna. Cuando observamos a una persona, ponemos atención solo en los rasgos físicos, su riqueza, su posición, su educación, sus títulos. Por el contrario, cuando Dios mira a una persona, se fija en la pureza de su corazón.

Pone atención en la paz que está dentro de ella. Es esa visión interna la que debemos desarrollar.

No importan las circunstancias que debamos afrontar; nunca debemos alterarnos. Permitamos que los sentimientos más nobles surjan de nosotros y se manifiesten. Si practicamos la paciencia y la tolerancia, seremos capaces de adquirir todas las demás cualidades espirituales importantes, tales como el control de la mente, la renunciación, la resistencia y la concentración. Esto traerá un estado de pureza interna y paz duradera. La pureza interna es mucho más importante que la pureza externa. El Señor está siempre presente tanto adentro como afuera. Por consiguiente, lo interno y lo externo, todos los lugares donde se encuentra al Señor, deben ser purificados y santificados. Entonces el Dios que mora dentro de ustedes los protegerá dondequiera que estén.

Discurso sobre el Gita, pronunciado en el Mandir de Prashanti.