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Discursos dados por Sai Baba

44. 05/10/62 ¿Qué es el dharma, que no lo es?

5 de Octubre de 1962

Prashanthi Nilayam

Varanasi Subrahmanya Sastri habló muy bien acerca del dharma, especialmente sobre el problema de lo bueno y lo malo tal como se desprende de los episodios del Mahabharatha. Naturalmente, como él dijo, lo bueno y lo malo deben ser determinados en cada caso por el análisis del contexto particular, con referencia a algunos principios fundamentales, principios que han sido concebidos por los sabios y establecidos en los Vedas. Por ello los Vedas son considerados la base del dharma. Ganapathi Sastri resaltó en su charla este punto fundamental de los Vedas. Ambos les han estado sirviendo un exquisito banquete de sabiduría. Son las 6:25 de la tarde, y Ghantasala, que va a dar un recital de música, ha estado ocupando la atención de la mayoría de ustedes. Él Me dice que necesita todavía una media llora para empezar: de modo que, al parecer, ¡quiéralo o no!, Yo tengo que entretenerles hasta que esté listo.

Naturalmente, siempre hablo del dharma, pues he venido para restablecerlo. No tengo ningún otro trabajo aquí. Doy lo que es dulce bebida para el ignorante y néctar para el iluminado. Del hecho de que todos los avatares que ustedes conocen hayan nacido en la India no pueden inferir que el dharma está declinando sólo aquí. El avatar debe tomar forma en el Migar donde se originó el dharma y donde todavía éste se estudia y valora. El resto del mundo no son sino las ramas de este árbol. Para Mí no hay país nativo ni país extraño. Toda la humanidad debe ser reconducida por el camino del dharma. Los Vedas no son atribuibles a la destreza humana, ningún ser humano los compuso. El Veda personificado (Vedapurusha) no es atribuible a país alguno en particular. Los Vedas emanan de cualquier lugar donde se anhele por ellos. Todas las religiones y todos los dharmas sólo son proliferaciones de verdades védicas.

La naturaleza humana tiene que ser disciplinada, controlada y guiada por ciertos cauces; de otro modo, al igual que el Ganges en crecida, traerá desastres a millones de seres que permanecen tranquilos por considerarla inofensiva. El ansia por obtener ganancia inmediata debe ser curada; la ganancia a largo plazo puede ser más duradera y más sana. Los beneficios para el individuo han de ser abandonados en favor del provecho para el grupo, el pueblo, la comunidad, el país o toda la humanidad. Las ideas, principios, leyes, costumbres, códigos, hábitos, acciones; todo ha de ser juzgado de acuerdo a los puntos gemelos de la intención y la consecuencia. ¿Es pura la intención? ¿Nace del amor? ¿Está basada en la verdad? ¿Da paz como resultado? Si las respuestas son afirmativas, el dharma estará envuelto en esa acción o ley, costumbre o conducta. La intención y la consecuencia son los dos bordos que guían con seguridad las avenidas del río Godavari hacia el mar, que puede captar cualquier cantidad de agua de río.

En realidad son las reglas y las restricciones las que dan encanto al juego de la vida. Si en el fútbol cualquier jugador pudiera hacer lo que quisiera con la pelota y no hubiera regla de golpe sucio, fuera, posición adelantada ni gol, ni tiro ni sanción, sería sólo un juego sin significado, insuficiente para producir algún placer.

Bien, ¿cómo determinar en cualquier caso particular qué es dhármico y qué no lo es? Les daré algunos principios de los que se pueden valer en tales ocasiones. Lo que no inflige dolor ni a ustedes ni a los demás es bueno, es dhármico. Por eso actúen de tal manera que ustedes obtengan alegría y que otros también la logren. O bien sigan otra norma para sus acciones: hagan que la mente, la palabra y el cuerpo estén en armonía. Esto es, actúen de acuerdo con lo que dicen, hablen conforme a lo que sienten, no traicionen a su conciencia, no cubran sus pensamientos con un velo de falsedad, no repriman a su conciencia avasallándola y emprendiendo acciones que ella reprueba. Ese es el modo dhármico de vivir. El hacer más y más frecuentemente lo correcto lo vuelve más y más fácil y el hábito se convierte en conciencia. Una vez establecidos en la conducta recta, seguirán de modo automático por la vía recta. Lo que hacen depende de lo que son, lo que son depende de lo que hacen. Una cosa y otra son interdependientes en gran medida.

El siguiente es otro principio. El deber los adiestra en ser tranquilos, sensatos, seguros, ecuánimes. En tal caso conocen la naturaleza transitoria del éxito y del fracaso, de la riqueza y de la pobreza, de la alegría y del dolor, de la satisfacción y de la decepción. No se entusiasman ni se desaniman. Están serenos, impasibles. Todo lo que les ayuda a mantener esta estabilidad inconmovible es dharma.

En pocas palabras, la vida sensual es adharma; la vida espiritual, dharma. Éste es lo que sostiene, salva y santifica. El hombre nace y recibe un cierto lapso de vida para que pueda adquirir el conocimiento de su identidad con lo infinito.

Hay diferencias entre los miembros del cuerpo, pero todos pertenecen a él; es tonto imaginar que no están vinculados con el cuerpo. El Sol envía un millón de rayos pero todos le pertenecen; o más bien, el Sol se refleja en un millón de vasijas de agua, mas aunque todas son pequeñísimas imágenes del Sol, éste es la verdad y los reflejos todos son relativamente irreales.

Una definición común del dharma dice que es la fidelidad a la regla de: "Haz a los demás lo que quieras que te hagan, y no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan". No actúen con doblez. Traten a todos como a ustedes mismos. Esto quiere decir que deben tener fe en ustedes y sólo entonces podrán tenerla en los demás. Han de respetarse a ustedes mismos y respetar a sus prójimos. El egoísmo es la medida del altruismo. La humanidad es una sola comunidad; se hacen daño a ustedes y perjudican a todos. Si ayudan a un hombre a pararse derecho este acto los hace pararse derecho también. El tratamiento que deseen que los otros les den es la medida de su actitud para con ellos.

Los Vedas y los Upanishads que forman las secciones del conocimiento y de la adoración del sanathana dharma o deber eterno son los guías mejores en el sendero del dharma; para la humanidad, para todas las clases, para la familia, para la sociedad, para el grupo profesional y para el individuo. Así como Delhi es la capital de la India, ésta es la capital espiritual de todo el mundo. Es responsabilidad de los indios el demostrar en sus vidas que el dharma les confiere paz y felicidad, a fin de que el resto de la humanidad pueda inspirarse a seguir el mismo sendero.