.



 

Discursos dados por Sai Baba

27. 02/12/61 Academia Espiritual del hombre

ACADEMIA ESPIRITUAL DEL HOMBRE

ACADEMIA ESPIRITUAL DEL HOMBRE

2 de Diciembre de 1961

Repalle

Instalación de una estatua de Sri Sai Baba en el mandir

***************************************************

EL ESTUDIAR libros sagrados y el escuchar discursos religiosos tienen -como fin- el desarrollo del autocontrol y la paz; pero por la confusión que parecen disfrutar aquí me doy cuenta de que su estudiar y su escuchar han sido sólo pérdida de tiempo. No pueden pretextar la inmensidad de esta reunión, porque si cada cual cesa de hablar o de clamar o de quejarse podrá hacerse el silencio en un segundo. Tampoco pueden decir que han estado esperando desde temprano y por ello se han puesto inquietos. Bueno, ¡qué puede alegarse de la seriedad que se desvanece precisamente cuando comienza el acto que han estado esperando tanto tiempo! Si cada quien se quedara callado, aunque haya miles de personas aquí, parecería que no hubiera ninguna. Traten, pues, de callarse.

Recuerden por qué han venido y por qué han esperado, a quién han venido a escuchar.

Ahora está mejor. Así está bien. Por eso siempre digo que la naturaleza verdadera del hombre es la paz; que si tan sólo lo intentara, él podría redescubrir su naturaleza en un momento.

Nada más tiene que tomar conciencia de sí mismo para tener presente que su origen es Brahman, que su identidad es el inmutable Atma. El hombre puede formar una barahúnda o estar en perfecta quietud, como ahora. Su propio entusiasmo ha causado esta demora, pues el camino hacia el mandir se encuentra, dicen los organizadores, lleno de gente y aun allí, en el mandir, no hay ni un centímetro cuadrado de espacio. Así, se sugirió que la estatua fuera traída a este bungalow (1) para su consagración. Luego podrá ser llevada y colocada en el lugar que le corresponde en el mandir.

Recuerden, Sai no vive en estructuras de piedra ni de ladrillos ni de cemento. Él mora en blandos corazones, plenos de simpatía y fragantes de amor universal. Los templos y la adoración de imágenes tienen su valor para estimular los impulsos más elevados del hombre, para desviar sus instintos por canales socialmente más útiles. Por eso en la India no se perdía ninguna oportunidad de llevar al hombre hacia Dios. Todas las artes se utilizaban para este fin. Aun el borracho se mueve al son de un canto vagamente rememorado que proclama la gloria de Dios o la alegría de la autorrealización. Cada quien, no importa el estado de adelanto espiritual que haya alcanzado, es impulsado con suavidad hacia adelante. Esto ha hecho que la India se convierta en la academia espiritual de la humanidad. Ustedes son privilegiados de vivir esta existencia en el regazo de la India, en el seno del Vedanta mismo.

Acuérdense de esta herencia y vivan de manera tal que no la deshonren.

No envidien a los países que tratan de llegar a la Luna y a Marte y de explorar los confines del espacio. ¿De qué sirve ser amo de aquellas regiones si permanecen esclavos de cada racha de malicia o de temor? ¿De qué sirve viajar a diez mil millas por hora con una mente cargada de los oscuros impulsos de un salvaje pasado? Inquieran sobre la causa de la falta de paz que prevalece aun en las comunidades más adelantadas de Occidente y verán que la razón es el desaforado crecimiento del orgullo, de la codicia, del vicio y del pecado. Ponen significado y valor sólo en los símbolos externos de las riquezas y del poder; en el contenedor, no en la cosa contenida.

Por ejemplo, esta imagen de mármol es nada más un contenedor. El contenido es el Saitatva, o principio de Sai. Del mismo modo que una taza es el contenedor y la leche el contenido, ustedes vierten el Saitatva en esta fonna y la llaman Sai Baba; lo vierten en otro recipiente de configuración distinta y lo denominan Srinivasa, Shiva, Krishna o Rama.

Para aquellos que están en el jardín de niños del sadhana una estatua es tan necesaria como las imágenes en un silabario. Hasta que sean capaces de recordar instantáneamente la imagen de un caballo tan pronto como vean las letras c a b a l l o una detrás de la otra, deben tener ante los ojos la figura con las letras abajo.

Así también deben tener prominentemente ante ustedes una forma como la estatua llamada Sai, a fin de configurar su vaga concepción del principio divino. Una vez que al Saitatva lo puedan concebir independientemente, sin forma alguna, o como todas las formas y nombres, la estatua será innecesaria; podrán dejarla.

El instalar esta figura de mármol en el mandir no significa para ustedes el fin de sus esfuerzos. En efecto, es sólo el comienzo.

Por todo este país hay numerosos templos en minas; no nada más aquí: en otros países ocurre lo mismo. ¿Por qué hacer toda esta alharaca y construir otro templo para añadirlo a la lista? Se elevan templos nuevos y los viejos se desmoronan, se olvidan Esto sucede porque no se dan cuenta de que la sustancia es la misma, aunque presentada en formas diferentes y bajo nombres distintos.

Un capítulo de su trabajo o práctica de austeridad (tapas) ha terminado; han logrado hacer esta estatua y han organizado el acto que nos congrega; pero el capítulo siguiente debe ser el de depositar su devoción en esta imagen y hacer que tal devoción se mantenga incólume; llevar sus vidas de manera que puedan pararse ante Sai con las manos juntas. Únicamente los puros y los santos pueden ofrecerse con plenitud a Dios.

No me gusta ver a la gente perder los preciosos momentos de sus limitados años de vida en conversaciones ociosas o propósitos fútiles. Ni me gusta la cobarde vacilación. Actúen, actúen con toda su fuerza y con toda su mente; hagan pleno uso de la destreza, de la capacidad, del valor y de la confianza de que están provistos. En tal caso Dios los bendecirá. Todos habrán oído de aquel devoto de Rama que, sentado al lado de su carreta volteada, lloraba por su mala suerte y llamaba a Rama para que enderezara el vehículo. Rama no apareció para levantar la carreta ni arreglar la rueda. Entonces el devoto empezó a mofarse de su fe y a dudar de la experiencia de los sabios que describen a Rama como un océano de misericordia. En ese momento Rama se le presentó, pero sólo para decirle: "Tonto, te he provisto de un poco de inteligencia y fuerza. Úsalas. Pon manos a la obra ahora. Cuando hayas hecho todo lo que puedas y no sea bastante, llámaMe; siempre estoy listo para redoblar tus esfuerzos con Mi gracia". Los devotos de Rama, que llevaban Su nombre en los labios y Su forma ante los ojos, levantaron montañas y cruzaron el océano.

Ustedes que se llaman Atinabhakthas o devotos del Atina son demasiado débiles aun para llevar sus propios cuerpos, y eso sin hablar de la carga de sus parientes.

Habiendo instalado a Sai en su pueblo deben crecer en el amor, pues Sai es la forma del amor (premaswarupa). Sa significa Sarvashakthi, el testigo en todos; aayi quiere decir madre; Baba significa padre. El amor de Sai es el característico del padre y de la madre; mas no de los terrenales, sino del padre y la madre que son los testigos de cada pensamiento, palabra y acción en cada ser. Respeten al padre y a la madre concretos y transfieran tal respeto al padre o madre o guardián abstracto: Dios. Aprendan a instalar al Señor invisible en su corazón al colocar la imagen visible en el inandir. Vayan de lo denso (sthula) a lo sutil (sukshina).

Al igual que los pacientes que necesitan un doctor, los devotos requieren algún nombre y cierta forma a los cuales recurrir a fin de obtener consolación, ánimo y consejo. De manera que por su bien, como un gran paso en su sadhana) en su progreso hacia la paz y la armonía internas, hago ahora la instalación de esta estatua. "Dondequiera que se cante Mi nombre, allí Me instalaré", se ha dicho.

Ustedes ignoran la divinidad que es el centro de su ser; sin embargo, la buscan en otros. Esa es la tragedia. Se injurian al sentirse indefensos, débiles e inferiores. La cobardía y la autocondena son indignas de una chispa de la llama divina. Su gran verdad pueden descubrirla con un pequeño ejercicio de discernimiento. Nacido en el engaño, respirando en el engaño, arrastrándose en el engaño, el hombre no está consciente de su herencia y se siente incapaz de alcanzarla. Se halla desesperado, no ve medio alguno de escapar; cada esfuerzo que realiza con objeto de lograr la paz lo enreda más y más en los lazos de la intranquilidad (ashanthi). Como flores de variados colores, cada una perfumada, los hombres son básicamente del mismo género que Brahma. La fragancia viene de la esencia divina que es la razón verdadera de la existencia; por eso cada quien tiene que realizar esa esencia a fin de terminar con la sucesión de nacimientos y muertes. Como un estudiante que se va de la universidad cuando ha recibido su grado, en el momento en que el hombre haya realizado la verdad estará liberado. Podrá dejar la universidad, sus estudios y toda esta preocupación.

Pero primero deben graduarse. ¿ Por qué se oponen a llevar a cabo las tareas necesarias para hacerlo? En lugar de esto corren detrás de tal maestro o de otro. Lo exaltan hasta las nubes y se 'llaman sus seguidores. ¿De qué les sirve a ustedes la victoria que él haya alcanzado? Él lo ha logrado, está bien; ¿pero qué pasa con ustedes? El triunfo del maestro es registrado como su depósito en el banco y él puede girar cheques contra esa cuenta. ¿ Pero ustedes pueden firmar cheques con cargo a esa cuenta?

Todavía existen grandes sabios en los Himalayas, lo sé; ellos son testigos de todo y su amor abarca a la humanidad entera; mas esto no les ayuda a ustedes; tienen que andar solos por el camino y confiar en sus recursos particulares. Esos sabios sólo pueden proporcionarles los mapas y darles ánimos. Ustedes tuvieron que venir hoy a Repalle desde cientos de pueblos distantes y saben que han de regresar a los lugares de donde salieron. Así también es inevitable que retornen al sitio del cual empezó este viaje a través de la vida y la muerte. Ese sitio se llama Brahma.

Hay un solo Sol, pero es reflejado en millones de estanques, pozos y vasijas. El Paramatma es Uno y Sus reflejos son los jivis o individuos, cada uno con el Atma presente en él. Ahora aquí se han congregado decenas de millares de personas y Swami está brillando en el corazón de cada una. Esa es la verdadera bienaventuranza del alma (Atmanandam). Manténganla fresca por siempre y cuídenla con esmero. Ese es el secreto de la paz.

(1) En India, choza con galerías.