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Discursos dados por Sai Baba

04. 08/03/86 Dios y la Devoción

Dios y la Devoción

Dios y la Devoción

8 de Marzo de 1986

Los Upanishads son el resultado de las exploraciones en la naturaleza de lo Divino hechas por los antiguos sabios. Declaran “Isha Vasyamidam Jagat”, o sea, el mundo (jagat) está impregnado de Ishvara (el Dios personal). El mundo es el lugar donde todos los seres nacen, crecen y desaparecen.

El aire sopla sin cesar sobre la tierra, en todas partes, pero no lo vemos. El tiempo pasa por una procesión de días y noches llenos de actividad y sueño. Continuamente, en alguna parte u otra, están ocurriendo nacimientos y muertes, alegrías y aflicciones, placer y dolor. Durante el año, se suceden distintas estaciones: terrible calor o frío intenso, fuertes lluvias o clima templado. No es fácil superar tales cambiantes fenómenos.

La necesidad primordial del hombre es el alimento. La producción de alimento exige el cultivo de la tierra para cosechar alimentos.

Sin la producción de granos, el hambre no podrá ser calmada con mantras o dinero. Por ello, la agricultura es la ocupación básica del hombre. Con las necesidades básicas de alimento, abrigo y ropa satisfechas y con fundar una familia, el hombre está contento.

Pero con el crecimiento del conocimiento y de las destrezas, las chozas se fueron convirtiendo en mansiones, las aldeas se volvieron villas y ciudades; la población creció y el hombre está orgulloso de lo que ha logrado, pero no está consciente de las cosas que están fuera de su alcance y de su capacidad.

Aunque los nacimientos y muertes han estado ocurriendo desde el comienzo del tiempo, los hombres no han sido capaces de comprender las razones de estos sucesos ni su significación interna.

Las indagaciones de los antiguos en la búsqueda de Dios Al reconocer que, a pesar de todos sus logros intelectuales muchas cosas quedaban fuera de su comprensión y control, los antiguos concluyeron que había algún poder superhumano detrás y más allá de los fenómenos. Sintieron que debían inquirir en la naturaleza del poder sin el cual el hombre no puede existir, ninguna planta puede crecer y ningún ser humano puede sobrevivir.

Estas indagaciones no estaban basadas en la fe ciega ni eran productos de una imaginación desbordante. Trataron de encontrar la verdad por medio de austeras penalidades. Lo consideraban como una búsqueda de Dios.

El primer hallazgo de los buscadores fue que el Sol era el factor más importante para determinar la vida diaria del hombre y proveer los requerimientos básicos de la vida. Sin el Sol, la vida sería imposible para el hombre, así como para cualquier bestia, pájaro o planta. El Sol fue considerado como la fuente de toda energía y responsable por el nacimiento, crecimiento y destrucción de todas las cosas en la creación. Por esta razón, el sabio Vishvamitra glorificó al Dios Sol, Savitri, en el Gayatri Mantra.

Los sabios creían que el principio divino estaba presente dentro y fuera de cada cosa, y que podía ser experimentado tanto directa como indirectamente. Se dedicaron a sus sacrificios aun más, para beneficio de la humanidad. Se dieron cuenta de la verdad de que la Divina y Refulgente Persona estaba más allá de la oscuridad externa y, al experimentar esta Realidad, llamaron a todos a que la buscaran y la experimentaran. Este Refulgente Purusha es totalmente sin egoísmo, lleno de luz, la personificación de todas las cualidades auspiciosas y libre de atributos. Fue descripto como “Shiva”, lo que significa “uno que está más allá de las tres modalidades (las gunas: sattva, rajas y tamas, o sea, lo bueno, equilibrado, la actividad y la inercia)”, y por ende, absolutamente puro y sin mácula. Fue considerado como eterno, omnipotente, omnipenetrante y el poseedor de todo lo que es grande y glorioso, o sea, los seis indicadores de lo Divino: riqueza, rectitud, fama, sacrificio, sabiduría y reputación. Y por esta razón, se le dio otra denominación; se le llamó Ishvara. Ishvara es “aquel que está provisto de todas las clases de bienes concebibles”.

La Voluntad y Gracia de Shiva no tienen límite Los sabios encontraron que Shiva también es el protector de aquellos que se refugian en Él. De allí que fue llamado Shankara o “aquel que confiere protección y gracia”. Su Voluntad Divina (samkalpa) y Gracia no tienen límites y no dependen de ninguna persona, condición o calificación. Por eso fue descripto como Svayambhu o autocreado. Los sabios lo concibieron como uno que podía encarnar a voluntad para la protección y salvación del hombre y la salvaguarda del dharma. En vista de este poder trascendental, Él fue descripto como Shambhavah o “aquel que encarna siempre que el dharma, el reino de la rectitud, está en peligro y los buenos necesitan protección”.

El reflejo del Sol se ve en innumerables objetos. Los sabios consideraban el cuerpo humano como un vehículo sobre el agua (el lago de la mente) en la cual se refleja la refulgencia del Sol. De la misma forma, reconociendo que lo divino está presente en todos los seres vivientes, le dieron el nombre de Aditya.

Conociendo la naturaleza de la entidad omnipotente Se dieron cuenta de que no es posible conocer esta entidad omnipenetrante, omnisciente y omnipotente. Existen tres bases para conocer cualquier cosa: la percepción directa, la inferencia y el testimonio védico. Lo Divino sobrepasa la percepción directa (pratyaksha) porque no tiene forma. Lo Divino puede aparecer en la forma que uno contempla, pero ésa no es la realidad. La prueba por inferencia puede no ser válida en el caso de lo Absoluto. Se sabe que una semilla tiene el potencial de volverse un árbol, pero no se puede saber en qué clase de árbol se transformará en realidad.

De allí que hay obvias limitaciones al tratar de conocer la naturaleza de lo Divino por medio de la percepción directa o por la inferencia.

Tenemos, entonces, el testimonio (shabda) de los Vedas. Los Vedas sólo pueden describir lo Absoluto, pero no lo pueden demostrar.

Por tanto, se ha declarado: “Ni por rituales, riqueza o progenie pueden alcanzar lo Eterno. Sólo por medio del sacrificio es posible realizar lo inmortal”. El Vedanta explora el proceso por eliminación —“esto no, esto no”— para llegar a lo Absoluto. Habiendo encontrado que lo Divino no puede ser conocido por ninguno de los tres métodos de conocimiento, los sabios le dieron el nombre de Aprameyah (lo Indescriptible, lo Inconmensurable).

Los sabios también encontraron que la Suprema Persona era no sólo el creador y el protector, sino también el destructor y que combinaba en sí mismo todos los poderes requeridos para estas tres funciones. De hecho, Él era todos éstos y más: podía conferir alegría o aflicción, afluencia o privación; nada había fuera de Su poder. Querían escoger un nombre que lo abarcara todo y que fuera atractivo para todos y así le dieron el nombre de Bhagavan, un nombre que expresa todas las glorias y poderes de la Suprema Persona.

El control de los sentidos debe practicarse regularmente La significación de Shivaratri es que es un tiempo durante el cual uno puede acercarse más a Bhagavan, porque la Luna, que representa la mente, ha descartado ya quince de sus aspectos (kalas) y está a punto de descartar el último, el decimosexto aspecto.

Los antiguos sabios, que exploraron la conexión entre los números y lo Divino, encontraron que las letras en el nombre de Shivaratri sumaban un total de once, que era el número de las fuerzas oscuras llamadas Rudras (aquellas que hacen llorar a la gente). Los Rudras penetran en a los intelectos de la gente e inclinan sus deseos hacia cosas mundanas, dando así lugar a apegos y odios y a la persecución de placeres sensorios. Puesto que alejan de Dios las mentes de la gente y las vuelven hacia el mal, se los llamó Rudras. Los sabios declararon que quienquiera que sea capaz de mantener los Rudras a raya en el sagrado día de Shivaratri será capaz de experimentar la Divinidad. Esto significa que el control de los sentidos es el primer requisito para realizar lo Divino y alcanzar la liberación.

El control de los sentidos no es fácil. Hasta una persona evolucionada como Arjuna le confesó a Sri Krishna que el control de los sentidos era extremadamente difícil. Los sabios sabían esto muy bien por su propia experiencia. De allí que sugirieron que aunque el control de los sentidos no era posible todo el tiempo, debe ser practicado por lo menos en días sagrados como Shivaratri. Si uno no tiene nada que hacer, la mente divaga en todas las direcciones. De allí que los sabios prescribieron una continua absorción en pensamientos de Dios, en la noche de Shivaratri. La repetición del Nombre de Dios y la meditación en Sus glorias mantendrán la mente alejada de otras trivialidades y promoverán el control de los sentidos.

La manera adecuada de observar Shivaratri Los intelectuales sofisticados de hoy miran a Shivaratri sólo como una noche en la cual deben tratar de mantenerse despiertos.

No ven la necesidad de observarla como un día puro y sagrado que debe dedicarse a pensamientos de Dios. Puesto que el mantenerse despiertos toda la noche es su sola idea de Shivaratri, tratan de pasarla viendo tres tandas de películas o jugando a las cartas con sus amigos o a los dados con sus parientes. Luego de mantenerse despiertos de esta manera, por la mañana llegan a la casa en la mañana, a comerse un buen desayuno. ¿Es ésta la manera de observar el Shivaratri? No, en absoluto. Es una caricatura de lo que debe ser una ocasión sagrada para la contemplación de Dios.

¿Qué clase de vigilia es ésta en la que no hay pureza de mente y ninguna meditación sobre Dios? No puede considerarse que la cigüeña que está parada en una pata esperando atrapar a un pez está haciendo penitencia. El borrachín que se olvida del mundo no puede ser igualado con el que está absorto en lo Divino. El hombre que deja de comer después de una pelea con su esposa, no puede ser descripto como alguien que está cumpliendo un ayuno.

El valor único de la cultura de la India La vigilia en la noche de Shivaratri significa concentrar los propios pensamientos en la forma sagrada, pura, hermosa y gloriosa de lo Divino. Los antiguos sabios experimentaron el valor único de la cultura de la India y la legaron al mundo como una herencia preciosa.

Hoy en día, muchos no están conscientes de lo que es la cultura india. ¿Qué es nuestra cultura, cuáles son nuestras tradiciones y qué es el Sanatana Dharma? El que no esté consciente de estos tres no puede llamarse un hijo de Bharat. La cultura bharatiya es una cultura que carece de edad. Ha resistido a las vicisitudes del tiempo. El alma de esta cultura es el Sanatana Dharma.

Es el abundante néctar que ha emergido de los esfuerzos dedicados y de las severas penalidades de los rishis. Aquellos sabios no se embarcaron en estos ejercicios por fe ciega o ignorancia y falta de conocimiento. Eran profundos visionarios, libres de apegos y autointerés.

Después de descubrir la verdad básica por medio de la indagación desinteresada y la experiencia personal, se la dieron al mundo.

En el mundo de ahora, los conocimientos y destrezas han crecido enormemente, pero no se han desarrollado cualidades humanas.

Cada tema está plagado de controversia. El proceso de razonamiento es invocado, sin comprender lo que es exactamente la razón. Debe ser claramente comprendido que lo Divino no puede ser conocido por la percepción ordinaria ni por las reglas de la lógica y del razonamiento.

El poder de la fe: un incidente verídico La fe es sólo una. No existe la fe ciega. Para la fe no hay razón ni estación. La fe y la espiritualidad están más allá de la razón. Es tonto indagar en las bases de la fe.

Cerca de Anantapur hay un centro sagrado de peregrinaje. En un pequeño pueblo adyacente, una viuda estaba tratando de darle, con gran dificultad, enseñanza a su hijo, Ramanna. El festival de Shivaratri se estaba acercando. En las áreas de Rayalaseema, era costumbre invitar a la casa, para la ocasión, al yerno y a la hija. Ramanna oyó de sus amigos que estaban esperando a sus hermanas y cuñados para Shivaratri. Le preguntó a su madre si él tenía alguna hermana y cuñado, dónde estaban viviendo y si vendrían para Shivaratri. Su madre había tenido una hija antes de él, pero había muerto en la infancia.

La memoria de la muerte de esa hija trajo lágrimas a la madre.

Suprimiendo su aflicción, sin embargo, ella le dijo a su hijo: “Cariño, tienes una hermana”. El hijo imploró a su madre que le dijera dónde se encontraba para que pudiera traerla a ella y a su esposo para Shivaratri. Finalmente, cediendo a sus requerimientos, la madre buscó satisfacerlo diciendo: “En Srisailam tienes a una hermana llamada Bhramaramba y el nombre de su esposo es Mallikarjuna”.

El niño, entonces, dijo: “Madre, vamos ambos a Srisailam y traigamos a mi hermana y cuñado y celebremos Shivaratri”. Él tenía completa fe en las palabras de su madre; estaba decidido a traer a su hermana y cuñado de alguna forma a su casa. La madre estaba en un aprieto. Usó varios argumentos para evitar el viaje, y finalmente dijo que tendría que quedarse en la casa para hacer los arreglos para su hija y cuñado. El muchacho respondió que él iría solo y traería a su hermana y cuñado.

Para complacer al hijo, la madre lo envió a Srisailam con algunos aldeanos que iban para allá. Llegaron a Srisailam. La madre les había dado instrucciones a los aldeanos para que en Srisailam llevaran al muchacho a los santuarios de Mallikarjuna y Bhramaramba y lo trajeran de vuelta. Los aldeanos lo llevaron al templo de Mallikarjuna. Le mostraron el templo y dijeron que Mallikarjuna estaba dentro.

El muchacho gritó: “Bhava, Bhava” (cuñado), y entró corriendo al templo. Al entrar él, los sacerdotes lo detuvieron. El muchacho gritó: “¡Bhava! Por favor, háblame”. El “cuñado” estaba silencioso. El muchacho pensó que ya que su cuñado no lo había visto, él no podía reconocerlo ahora. Mientras tanto, los sacerdotes pensaron que el muchacho había perdido la cabeza y lo echaron del templo.

Ramanna estaba seguro de que su “hermana” lo reconocería. Fue al santuario de Bhramaramba y gritó fuerte: “Akka, Akka” (hermana).

Se retorcía en el suelo y gritaba llorando: “Hermana, háblame”. Los sacerdotes de ese templo también pensaron que el muchacho era demente y lo echaron. Ramanna estaba sumido en el dolor, al pensar que regresaría a casa sin su hermana y cuñado. Los aldeanos que lo habían escoltado a Srisailam permanecían dentro del templo, dedicados a sus rituales. Ramanna estaba solo fuera del templo.

Vio una gran roca. Trepando por ella, gritó: “Mi madre no me perdonará si voy sin mi hermana y cuñado. Hasta mis amigos se reirán de mí. No regresaré. Si mi hermana y cuñado no vienen conmigo, terminaré mi vida aquí mismo”. Tan firme era su fe en las palabras de su madre. La fe de esta clase nunca falla. Gritando “Akka, Akka”, él saltó de la enorme roca.

En este momento, una voz dijo: “Maridi Ramanna, Maridi Ramanna” (joven cuñado, Ramanna). Desde otra dirección se oyó una amorosa voz femenina: “Thammudu, Thammudu” (hermano menor). Cuando el muchacho saltó, quedó sostenido por ambos lados por el Dios Mallikarjuna y la Diosa Bhramaramba. Este espectáculo fue presenciado por todos los peregrinos presentes allí.

Mallikarjuna y Bhramaramba apareciendo en forma humana, llevaron al muchacho a su casa en su pueblo natal, compartieron todos los deliciosos platos preparados por la madre y luego desaparecieron.

La fe puede lograr cualquier cosa Observen cómo lo Divino respondió a la fe sencilla de un muchacho inocente. La fe puede lograr cualquier cosa. ¿Quién tiene derecho a hacer una distinción entre una fe “genuina” y una fe “ciega”? Algunos podrán considerar al muchacho Ramanna como un niño cándido e ingenuo, que podía creer cualquier cosa en su inocencia. La fe del muchacho era una fe firme, inquebrantable, que emanaba de un corazón puro. Se ha erigido un gran santuario sobre el punto donde la pareja Divina rescató a Ramanna. Es conocido como el templo de “Maridi Ramanna” (más tarde llamado el templo de “Mythili Ramanna”). Es erróneo pensar que tales milagros no suceden en este Kali Yuga. La manifestación de la Divinidad trasciende los límites de tiempo, espacio y circunstancia.

De allí que el primer requisito es el cultivo de la fe. El que no tiene fe no puede lograr nada. Con fe, lo puede lograr todo. La fe es el fundamento para la realización de Dios. A menudo he dicho:

Donde hay confianza, hay amor; donde hay amor, hay paz; donde hay paz, hay verdad; donde hay verdad, hay bienaventuranza; donde hay bienaventuranza, está Dios.

Realicen a Dios por medio del amor Si desean realizar a Dios, deben estar inmersos en bienaventuranza.

Para experimentar bienaventuranza, deben practicar la verdad.

Con este fin, deben instalar la paz en sus corazones. Para lograr la paz, deben cultivar el amor. Es la confianza que produce el amor.

Hoy en día, la fe va como un vaivén hacia arriba y hacia abajo.

Es un continuo proceso de nacimiento y muerte, fe en un momento, que se vuelve incredulidad en el siguiente, y así sucesivamente.

Con una fe que va y viene, no podrán descubrir la realidad inmutable y eterna.

El Atma brilla eternamente Sin nacimiento ni muerte, Sin comienzo, medio o fin, Quedando siempre el testigo que todo lo ve.

Pueden darle a Dios cualquier nombre o forma. Lo Divino ha recibido varios nombres. Hasta los rishis han llamado a Dios de muchas formas (Shiva, Shankara, Aditya, Shambhava y Bhagavan). Estos nombres le fueron dados a Él; Él no se dio ningún nombre a sí mismo. De modo que todo lo que ven puede llamarse Dios. La naturaleza es Dios. La energía es Dios. La nada es Dios. Pero, es realmente una nada; lo es todo. En lo que llaman todo, no hay nada. Lo que llaman nada lo tiene todo. Todo es nada y nada es todo. Algunos dicen “No existe Dios”, pero todo está en Dios. El ateo niega la existencia de lo que ES. Al decir “No existe Dios”, “existe” viene primero. Esto significa que está negando lo que ES. Está ciego ( Esto se explica mejor en la frase en inglés, pues se dice: “There is no God” diciendo ‘there is’ que significa ‘hay’ o ‘existe’, para luego negar ‘no’ o ‘ningún’, Dios. (N. de la T.)) La Divinidad es omnipenetrante La verdad es que la Divinidad es omnipenetrante. Después de una profunda indagación, los rishis descubrieron que Dios es la fuente de todo en la creación. Los rishis compararon el cosmos (jagat) a una semilla. Cada semilla está cubierta por una cáscara.

Sólo cuando el grano y la cáscara están juntas puede germinar la semilla. Del mismo modo, en el cosmos, el grano interno es Dios, la cáscara externa es la naturaleza (prakriti). El cosmos demuestra la unidad de Dios y la naturaleza. La naturaleza depende de Dios y Dios es la base de la naturaleza. Del mismo modo, cuando buscamos refugio en Dios, Él provee la cubierta protectora para nosotros. La dependencia del devoto (dasatvam) y la protección de Dios (daivatvam) juntas constituyen la Divinidad obrando.

También se describe como la unión de Shiva y Shakti (Shiva- Shakti-Atmaka-Svarupam).

El cosmos, así, no está separado de Dios. Es uno con Dios. Los científicos están diciendo lo mismo en su propio lenguaje cuando explican que la materia es energía y la energía, materia. La relación entre la materia y la energía indica la relación entre la naturaleza y Dios o Prakriti-Paramatma. La energía, de hecho, es uno de los nombres de Dios. Prakriti es otro.

No es posible describir la grandeza o las cualidades de Dios.

Las Escrituras han declarado que “Él está más allá del alcance de la mente y del habla”. “De allí de donde regresa el habla, junto con la mente, incapaces de captarlo”, dice el Upanishad. Dedíquense a la contemplación de las glorias de Dios en esta sagrada noche y santifiquen sus vidas, alejando sus pensamientos de las preocupaciones mundanas.

Discurso el día de Shivaratri, el 8-3-1986.

El verdadero conocimiento consiste en comprender la unidad que subyace en el cosmos. Todos los sufrimientos y problemas en la vida surgen del sentido de dualidad.

Una vez que el sentimiento del “yo” y “lo mío” se han desechado, la conciencia de la Divinidad omnipenetrante podrá realizarse.

—BABA