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Discursos dados por Sai Baba

04. 09/02/84 La devoción sin disciplina carece de valor

La devoción sin disciplina carece de valor

La devoción sin disciplina carece de valor

9 de Febrero de 1984

El mundo atrae al hombre de un sinnúmero de maneras. Bien sea por especulación o por exploración, el hombre no puede ir más allá del universo. Sea cual sea el conocimiento que adquiera, no importa lo mucho que desarrolle sus poderes de comprensión, su conocimiento está confinado a las cosas de este mundo y no va más allá de él. Él puede saber acerca de los objetos en la creación, pero no puede comprender el Principio Supremo que está en la base de toda la creación.

La física se ocupa de las propiedades físicas de los objetos materiales. La química enseña la composición y las cualidades de las cosas creadas. La botánica trata de las plantas y árboles que se encuentran en la naturaleza. La zoología se ocupa del estudio de los seres vivientes. Todo lo que el hombre aprende acerca de estas cosas tiene que ver con las ciencias naturales. No es conocimiento relativo al Supremo. El hombre, inmerso en el placer temporal derivado de su conocimiento acerca de los cinco elementos básicos que constituyen el universo físico, no sabe cuál es su propio futuro, qué es lo que le está reservado en el momento siguiente. Se comporta como un ratón que es atraído a la cebolla en una trampa para ratones. Atrapado en los conocimientos y las destrezas que ha adquirido y satisfecho con los beneficios que deriva de ellos, el hombre no trata de averiguar la verdad acerca de su futuro y de su verdadero destino.

El hombre que carece de gratitud píerde la Gracia de Dios

El maestro debería servir como el poste de señales para la comunidad. El estudiante determina el futuro de la nación. Juntos, ayudan a promover la grandeza y el bienestar de la nación. Maestro y estudiantes deben tomar conciencia de que su bienestar está atado al bienestar de la sociedad como un todo. Los individuos han sido preparados para dedicarse a varias actividades para su propia comodidad personal y para la adquisición de riqueza y posición y para asegurar el bienestar de sus parientes. Pero pocos de ellos están dispuestos a hacer algún esfuerzo o sacrificio para el bien general de la sociedad. No se dan cuenta de que todos los placeres y comodidades disfrutados por ellos se derivan en realidad de la sociedad y no han sido obtenidos únicamente por sus propios medios. El hombre no muestra ninguna gratitud por la sociedad que le ha permitido disfrutar de su salud, posición y poder. Un hombre carente de gratitud es peor que un animal. Pierde la gracia de Dios.

Para obtener la gracia de Dios uno debe adherirse a la conducta correcta y observar pureza de pensamiento, palabra y acción. La bondad y la compasión son la marca de un verdadero ser humano. Los hombres jóvenes de hoy están listos para escuchar miles de mentiras, pero no tienen la paciencia de poner atención a una sola verdad. Un hombre honesto que habla con amor es mejor que cien aduladores.

Los jóvenes no tienen conciencia del valor de la salud y la fuerza de que disfrutan durante sus años de juventud. Deben aprender a llevar vidas con propósitos y desinteresadas cuando todavía tienen los beneficios de la juventud y la salud, en vez de disipar todas sus energías y talentos en la persecución de objetos sensorios y deseos malvados. Una persona mal pensada en un pueblo es más dañina para la comunidad que un estanque contaminado.

Los jóvenes hacen grandes esfuerzos por adquirir grados para asegurarse buenos trabajos. Pero apenas se molestan en desarrollar su carácter y personalidad. La buena conducta y el buen carácter son los requisitos más esenciales para un hombre. Son la base de la vida espiritual. Si el aspecto espiritual es descuidado, el hombre se vuelve un ser artificial, mecánico sin ninguna cualidad genuinamente humana en él. Los jóvenes de hoy no entienden lo que se quiere decir por espiritualidad. Es el conocimiento de la Divinidad que es el centro, la esencia de la verdadera naturaleza del hombre. La espiritualidad revela el principio básico que está inmanente en todo y que sostiene todo el cosmos.

El conocimiento (vijñâna) sin discernimiento (viveka) destruirá a millones

Los jóvenes de hoy carecen de una visión universal y amplia que les permita llevar vidas ejemplares. Están demasiados centrados en sí mismos y, como los sapos en un pozo, preocupados sólo por sus estrechos intereses egoístas. Es esencial que amplíen su visión y desarrollen una mayor amplitud de corazón.

Las personas no educadas en el mundo pueden parecer no ser grandes patriotas, pero no hacen daño a su país. El mundo está siendo destruido por los altamente educados que pretenden ser patriotas. Por ejemplo, hay grandes científicos en los Estados Unidos de América y en la Unión Soviética. Por estrechas consideraciones de interés nacional, están ocupados en producir monstruosas bombas que destruirán millones. No se dan cuenta de que su país es sólo una parte de este mundo. Están en perpetuo temor del poder destructivo de las armas que han creado. ¿Cuál es la razón de todo esto? Es un hecho que mientras la ciencia (vijñâna) ha progresado, no ha habido ningún crecimiento en sabiduría (viveka). Es sólo cuando la sabiduría y la ciencia marchen juntas que se evidenciará el verdadero carácter de la ciencia.

Un corazón amoroso es el único medio para la Gracia Divina

¿Quién tiene derecho a ejercer la autoridad? ¿La persona que tiene altas calificaciones educativas y se siente orgullosa de sus conocimientos? No. O ¿es la persona que pretende que tiene todos los recursos materiales y los puede usar como le place? No. Nadie que esté lleno de orgullo y engreimiento es apropiado para ejercer el poder. Sólo la persona que está imbuida de humildad y que no parece muy conocedora, es la mejor para ejercer la autoridad. Hanuman es un ejemplo de una persona tal. Aunque él estaba provisto de enorme proeza, parecía ser una persona sencilla. Esta humildad le permitió saltar por el océano. Sócrates, quien fue aclamado como el hombre más sabio entre los griegos, siempre profesaba que no sabía nada.

El conocimiento que es ostentado es como una semilla sembrada en una roca para que todos la vean. No brotará ni producirá frutos. Sólo la semilla sembrada en la tierra crecerá en árbol y dará frutos. El escolástico que es humilde y respetuoso hacia todos es el verdaderamente grande hombre. El que carece de estas cualidades, no importa cuánto conocimiento tenga, es sólo una encarnación de orgullo egoísta. La persona verdaderamente educada no debería tener la más mínima traza de ego. Pueden alcanzar gran distinción en los deportes o en sus exámenes o en cualquier campo particular de estudio, pero si desarrollan orgullo o arrogancia como resultado de ellos, esto traerá su caída.

Deben darse cuenta de que la gracia de lo Divino no puede obtenerse por hablar dulcemente o cantar canciones. Si sus corazones son puros, lo Divino morará en ellos. A la Divinidad no le agradan las ofrendas ostentosas o las costosas parafernalias. Un corazón amoroso es el único medio para obtener la gracia divina. Todo el estudio de las escrituras no servirá de nada para realizar lo Divino.

Cinco tipos de deberes han sido establecidos para el hombre

Cinco tipos de deberes (dharma) han sido establecidos para el hombre. Los primeros son los correspondientes a su grupo ocupacional (kula dharma). El segundo es el deber para con la nación (desha dharma). Tercero, vienen los deberes correspondientes a su religión (mata dharma). En cuarto lugar están los deberes relacionados con la sociedad (gana dharma). El quinto es el deber que tiene cuando se enfrenta a un peligro (âpath dharma).

Estos cinco tipos de deberes están relacionados con la vida de uno en el mundo fenoménico y no tienen nada que ver con la Realidad Suprema. Todos estos deberes tienen penalidades en caso de violación. Sin estas penalidades la vida organizada es imposible. Tales castigos no deben ser considerados como imposiciones injustificadas. Por el contrario, deben considerarse como medidas correctivas esenciales conducentes al bien de uno. Sólo la persona que ha sido sometida a tales controles puede lograr algo grande en la vida. La disciplina es como las riendas que regulan los movimientos de un caballo. Es como el aguijón que controla el elefante. Sin disciplina - y el castigo que pueda ser infligido si se viola - el hombre no es capaz de corregir sus errores.

Viendo el cambio que los devotos Sai en el Estado de Tamil Nâdu están logrando en las vidas de la gente a su alrededor, mientras transforman sus propias vidas por sus prácticas espirituales, los devotos en otras partes deberían preguntarse si están haciendo todo lo que pueden para elevar sus propias vidas y contribuir al mejoramiento de los demás. Muchos son los que han venido a Bhagavan por muchos años. Deben examinar en qué forma han mejorado su carácter y conducta. ¿En qué medida han desechado sus cualidades indeseables? ¿Qué buenos hábitos han cultivado? ¿En qué medida están viviendo de acuerdo a las enseñanzas de Bhagavan? ¿En qué medida se adhieren a las disciplinas del Ashram? Estas disciplinas son para beneficio de los devotos mismos. Los devotos que vienen del exterior han estado cumpliendo con las instrucciones que les han sido dadas.

La vida debe ser vivida para un propósito, un ideal

Esperaba que, por lo menos, los estudiantes observarían una estricta disciplina y dieran el ejemplo a los demás. Es desafortunado que esto no siempre fue éste el caso. Los estudiantes eran pocos y debe ser fácil desarrollar unidad entre ellos y verdadero compañerismo. ¿Cómo pueden esperar servir bien al país si no han aprendido a cooperar entre sí mientras están en el Colegio?

¡Estudiantes! La educación debe servir para enseñarles dos cosas: Qué es la vida y cómo deben vivirla. La vida no es mera existencia. Debe ser vivida para un fin, un ideal. Una vida sin ideales carece totalmente de valor. Sólo el carácter y la humildad pueden darle significado a la vida. Los estudiantes deben esforzarse por desarrollar estas cualidades. El ganar dinero no puede ser el único propósito de la educación. Si el dinero fuera todo lo que importa, podría obtenerse por otros medios que la educación, mendigándo o robándolo. La educación debe ayudar a adquirir buenas cualidades.

Las instituciones educativas Sai han sido establecidas no para permitirles a los estudiantes ganarse la vida, sino para que adquieran buenas cualidades y lleven vidas ideales. Yo deseo que a partir de ahora se concentren no sólo en sus estudios sino también en el desarrollo de su carácter para que puedan servir de ejemplo a los demás y promover los ideales Sai en todas partes por sus acciones.

Prashanti Nilayam, 9 febrero 1984

El destino del país dependerá del carácter de su gente y el carácter es elevado y purificado por la práctica espiritual, la dura vía para la regulación del comportamiento y el control de los deseos. Dios es el guardián, y como guardián, tiene que advertir y castigar para alejar a la gente de los malos hábitos. Si es necesario, el guardián recurrirá también hasta a infligir dolor, como tratamiento curativo y correctivo.

Shri Sathya Sai