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Discursos dados por Sai Baba

13. 20/05/84 Hagan que la adopción sea significativa para los del pueblo

Hagan que la adopción sea significativa para los del pueblo

Hagan que la adopción sea significativa para los del pueblo

20 de Mayo de 1984

No importa lo cuidadosamente que un hombre pueda vivir, está propenso a cometer, sin querer, cinco tipos de ofensas (doshas). La primera de ésta es relativa al uso de las palabras. La segunda, a acciones como el barrer y limpiar. La tercera, con el caminar. La cuarta, con el uso del fuego para diferentes propósitos. La quinta, concierne al uso del agua.

Las palabras que uno usa pueden causar dolor a otros o hacerles daño de una forma u otra. Además, en el acto de hablar, varios gérmenes pueden morir. Su muerte nos afecta aunque no estemos conscientes de ella. Cuanto barremos o limpiamos la casa, pueden quedar destruidos innumerables hormigas y otros insectos. Asimismo, cuando caminamos, muchas diminutas criaturas pueden quedar aplastadas bajo nuestros pies sin que nos demos cuenta. Cuando se enciende un fuego para un fin u otro, algunos seres vivientes pueden quedar quemados. Cuando se usa agua para lavar y otros fines, varios microbios y otros organismos pueden morir. Estos cinco tipos de ofensas, aunque cometidas inconscientemente, tienen sus efectos sobre la vida del hombre y pueden causar sufrimiento y aflicción. ¿Cómo pueden prevenirse las consecuencias de tales ofensas? El Vedanta, la esencia conclusiva de las antiguas escrituras reveladas, establece cinco clases de actos sacrificatorios (yajñas) para expiar tales ofensas. Éstos son: el Deva yajña, el pitru yajña, el daiva yajña, el bhûta yajña y el athithi yajña. Estas cinco clases de sacrificios ayudan a mitigar las consecuencias de los cinco tipos de ofensas.

Los yajñas para propiciar a la divinidad y a los padres

La propiciación de lo Divino o Deva yajña comprende varias formas de adoración para reparar las ofensas cometidas por medio del habla. Son: el escuchar cosas divinas (shravanam), el cantar alabanzas a Dios (kîrtanam), la contemplación de Dios (Vishnu smaranam), la prostración (vandanam), el servicio (dâsyam) y la autoentrega (âtma nivedanam). Los cantos devocionales (bhajans) y los cantos espirituales itinerantes en las calles (nagara-sankîrtan) por los devotos, pueden considerarse como una forma de Deva yajña.

El pitru yajña es el servicio que uno hace a los padres en señal de gratitud por el don de la vida y la crianza recibida de ellos. El complacer a los padres con las acciones de uno, el velar por ellos en su vejez y protegerlos de toda manera posible, todos estos actos constituyen el pitru yajña. Tales actos sirven para reparar algunos tipos de malas acciones. Cuando los Upanishads establecieron que la madre y el padre deben reverenciarse como a Dios, revelaron el valor espiritual del respeto por los padres.

El Daiva yajña comprende actos como el estudio de los Vedas, el leer libros sagrados como el Gita, los Upanishad y las epopeyas. Esto tiene un efecto expiatorio para algunas clases de ofensas inconscientes.

Medios para propiciar a los seres inferiores en la creación

El bhûta yajña incluye varias clases de acciones para la protección y el bienestar de los animales, insectos y otros seres vivientes. En tiempos remotos, se establecían varios deberes para que la gente regularan sus vidas correctamente. Por ejemplo, en las ocasiones festivas, el lugar delante de cada casa se decoraba con polvo de arroz colocado artísticamente, lo cual era una clase de ofrenda a los pájaros, hormigas y otros insectos. Por este medio se propiciaba a los seres inferiores en la creación. Desgraciadamente, esta ennoblecedora costumbre se ha perdido o está sobreviviendo como un ritual carente de significancia por el uso de polvo blanco en lugar de harina de arroz.

Antiguamente, la gente solía tomar harina de arroz o azúcar y esparcirlo encima de los hormigueros u otros lugares para que fueran consumidos por los insectos. Lo que fue una obligación sagrada a otros seres vivientes en la creación es ahora tratado como una superstición. No se tiene conciencia de que por medio de este tipo de sacrificio a la naturaleza (bhûta yajña) se ganaba considerable mérito y se prevenían muchas malas consecuencias de las propias acciones.

El quinto yajña es el servicio que se rinde a los huéspedes, el âthithi yajña. El satisfacer a una persona que viene a su casa ofreciéndole alimento de acuerdo a sus medios o, por lo menos, ofreciéndole suero o agua, es un deber sagrado. Es una forma importante de práctica espiritual para el aspirante.

Al hacer el servicio desinteresado (seva), los miembros del Área de Servicio Sai no deben pensar que sus servicios deben estar confinados a los pobres y los desasistidos. No hay ninguna necesidad de hacer una distinción artificial entre el rico y el pobre en la esfera del servicio. Lo que importa es el servicio hecho a una persona que lo necesita. Puede haber muchos sirvientes que atienden a las necesidades de los ricos. Pero cuando ustedes van a rendir un servicio, su preocupación debe ser sólo por qué clase de servicio se requiere, cuándo y dónde, y no la posición de la persona en cuestión. El primer requisito es un genuino espíritu de amor y simpatía. Si no hay ningún sentimiento de bondad y compasión, el servicio que se haga se vuelve un ejercicio artificial, hecho para obtener publicidad o reconocimiento. Los voluntarios Sai no necesitan nombre o posición. La ostentación al rendir el servicio está totalmente fuera de lugar. Sólo inflará el ego. Deben rendir servicio hasta el límite de su capacidad, ni más ni menos.

El poder de lo Divino se revela de numerosas maneras

La primera cualidad que cada miembro de la Organización Sathya Sai de Servicio debe tener es fe firme en Dios. Esta fe debe estar basada en la conciencia de que Dios es omnipresente. Lo Divino permea todo en el universo. Esto quizás no lo entiendan todos. Algunos pueden estar de acuerdo con que lo Divino es omnipresente. Pero lo acepten o no, la verdad es evidencia de la presencia de Dios en todas partes donde uno se voltea.

¿Es posible que esta ilimitada creación haya sido creada por el hombre sin que haya habido un Principio Divino detrás de ella? Por ejemplo, el fuego está latente en las ramas de un árbol y en el árbol mismo. Si las ramas se rozan las unas con las otras, pueden generar un fuego que podría quemar todo el árbol. ¿Cuál es el poder que llena las ramas del latente fuego y asegura, al mismo tiempo, que no se destruyen a sí mismas liberando ese fuego? ¿Es el hombre responsable por esto? Tomen de nuevo, el ejemplo del proceso con el cual el alimento que tomamos es convertido en sangre. ¿Es esto la invención de hombre alguno?

Es el inmanente y todopenetrante poder de lo Divino que se nos revela de numerosas maneras. Vemos flores de todas clases. Los hombre hacen flores de plástico de las mismas clases. Pero, ¿se puede llenar las flores plásticas de la fragancia nativa que se obtiene de las flores naturales? Sólo lo Divino puede hacer esto. Hay agua dulce en un coco tierno. ¿Quién vertió el agua dentro del coco? ¿Fue obra de algún hombre? No. Sólo lo Divino puede hacer tales cosas.

Sirvan para llenar las necesidades esenciales de los aldeanos

Ejemplos como éstos deben servir para confirmar su fe en lo Divino. Nadie puede sondear el misterio del poder de lo Divino o captar su infinita magnitud. Si los miembros de la organización Sathya Sai no tienen fe en lo Divino, no tiene objeto que se queden en la Organización. Tales personas no deben unirse a la Organización ni continuar en ella. Es con fe que uno debe emprender el servicio social. La sociedad es nuestra preocupación primordial. Lo Divino está manifiesto en la sociedad.

Venugopal, el Presidente del Comité Sai de Andhra Pradesh, afirmó que el Comité Estatal había adoptado doscientas aldeas. Dio una lista de los nombres de estos pueblos. Pero, ¿es la mera selección de pueblos para su adopción suficiente? ¿Se calmará el hambre de uno con sólo poner el plato de hojas para servir delante de él? El hambre se calmará sólo si se le sirve alimento y éste es consumido.

Van a un pueblo adoptado, conducen cantos devocionales públicos en las calles (nagara sankîrtan) y emprenden la renovación de un templo destartalado. ¿Pueden estas actividades llenar los propósitos de adoptar el pueblo? Sólo simbolizan las preparaciones para servir el alimento. Sólo aguzan el apetito de los aldeanos. Lo que deben hacer es averiguar cuáles son las necesidades esenciales de los aldeanos. ¿Sufren de escasez de agua potable? Podrían ver que necesitan dinero para cavar un pozo, pero si todos los miembros de la Rama de Servicio trabajan con todo el corazón, se pueden excavar dos pozos en un solo día. Deben rendir servicios que surjan de un impulso espontáneo desde adentro, con un corazón lleno de amor.

El servicio debe ser una experiencia espiritual

¿Cómo se hace el servicio en la actualidad? Sin duda que hay personas que hacen servicio con amor. ¿Pero para el bien de quiénes lo están haciendo? Es para su propio bien, no para el bien de otros. No puede ser hecho para lograr nombre o para ganar algo. Es hecho por el placer que se deriva de ello. El dedicarse a actividades de servicio con placer y considerar un día dedicado al servicio como un día festivo no es suficiente. El placer que se deriva del servicio debe ser una experiencia espiritual. El servicio debe ser considerado como un acto sacrifical ritual, un yajña, para cualquier tipo de falta que uno pudiera haber cometido.

El utilizar la propia riqueza, los propios talentos y recursos para el servicio de la gente y ayudar a todos los seres vivientes debe considerarse como una ofrenda a lo Divino y una forma de adoración. Sólo entonces puede el servicio desinteresado volverse un verdadero servicio. El aparecerse una vez a la semana o al mes en nombre del servicio no debe considerarse suficiente. Cada miembro de la Rama de Servicio debe preguntarse si está rindiendo un servicio real al máximo de su capacidad.

Todos han venido hoy a esta conferencia como delegados llevando las insignias de delegados de la Rama de Servicio. Deben preguntarse si ustedes están realmente calificados para llevar esta insignia. Cada uno debe preguntarse: ¿He hecho un servicio genuino? ¿O me he unido al grupo sólo en la expectativa de tener la oportunidad de acercarme a Swami? Examínense con una mente pura.

Todos saben cuán grande es el área de Andhra Pradesh. Si el número de delegados es tan pequeño, ustedes decidirán si no es una vergüenza. La mayor pérdida sufrida por el país en años recientes es la pérdida de un sentido de decencia y autorrespeto. Por ejemplo, si las ropas que llevamos se ensucian, sentimos vergüenza de que nos vean nuestros amigos. Tratamos de vestirnos bien antes de salir, porque deseamos ser respetados. De la misma forma, tratamos de mantener nuestras casas limpias porque no queremos sentir vergüenza cuando los visitantes vean el sucio estado de la casa.

Los motivos de las acciones deben ser puros y desinteresados

Aunque nos sentimos tan preocupados por el estado de nuestra casa o de nuestra ropa, nuestro corazón en el cual reside lo Divino está totalmente contaminado. Está lleno de pensamientos sucios y de fantasías impuras. Cuántos son los que van por el mundo con tales impurezas en sus mentes sin ningún sentido de vergüenza. Si hicieran un examen honesto del estado impuro de sus mentes y de la clase de doble vida que están llevando, serían capaces de librarse de sus malos pensamientos en un instante. Lo que están haciendo es esconder sus pensamientos, pero externamente están bien vestidos y se mueven por allí como personas impecables. ¿De qué sirve tal conducta? Damos importancia a la apariencia externa del cuerpo y valoramos el respeto que se le muestra, pero, el que sólo se ocupa del cuerpo e ignora el estado de su mente es sólo un animal en dos patas.

No es suficiente el parecer estar haciendo acciones correctas. Sus motivos e impulsos también deben ser puros y desinteresados. Es sólo cuando sus motivos son puros que lo Divino extenderá Su gracia. No importa cuál sea el servicio que rindan, debe estar impoluto. El motivo es de suma importancia. La forma de la acción no importa. Sin impulsos puros, las acciones estarán manchadas en la fuente. Si es un buen hombre, sus acciones necesariamente serán buenas.

Los Servidores Sai deben promover una actitud cooperativa

Hay un proverbio telugú que dice: “Si todo el pueblo se une, se podrá cosechar toda la granja”. Con unidad se puede lograr cualquier trabajo. Deben esforzarse por promover unidad. Deben fraternizar con los aldeanos y demostrar su conciencia de lo Divino que está presente en cada uno. No deben enredarse en la política local. Las diferencias políticas han entrado a los pueblos y arruinado la vida comunitaria en las áreas rurales. Deben decirles a los aldeanos que: “Cada individuo puede tener su propio punto de vista político, pero esto no debe afectar el bienestar del pueblo en general”.

En asuntos acerca del progreso y del bienestar del pueblo, todos los aldeanos deben actuar unidos sin importar las diferencias partidistas. Pueden apoyar a cualquier partido de su escogencia, pero esto no debe afectar su actitud en cuanto a asuntos relativos al desarrollo del pueblo. Todos ustedes deben actuar de manera unida. Los voluntarios Sai deben promover tal actitud de cooperación.

Las condiciones insalubres son responsables por la mayoría de las enfermedades en las áreas rurales. Deben proveer facilidades sanitarias para los aldeanos tales como pipotes para basura, drenajes, letrinas, etc. En todo este trabajo, deben asegurarse que los aldeanos se involucren para que puedan aprender a desarrollar autosuficiencia. Deben tratar de alejar de la bebida a los adictos, cosa que ha arruinado muchos hogares. Debe emprenderse la provisión de carreteras, pozos, luces y similares dondequiera que se requieran. El servicio que hagan debe corresponder a las necesitades de los aldeanos y darles satisfacción.

Una enfermedad que se nota en la Organización

La adopción de un pueblo puede volverse significativa sólo cuando les den amor y se ganen el amor de los aldeanos. Nada debe hacerse en un espíritu de condescendencia. Sé que hay muchos buenos trabajadores en el Área de Servicio. No sólo en Andhra Pradesh, sino en todos los Estados. Sin embargo, hay una enfermedad que se ha notado en la Organización. Si los líderes se comportan bien, los trabajadores pueden rendir un excelente servicio. El requisito primordial es ver que sean las personas correctas las que se elijan como líderes. Deben ser personas dinámicas. Deben estar llenos del espíritu de servicio a la sociedad y de dedicación. Deben sentir que le deben todo a la sociedad y que sus vidas valdrán la pena sólo cuando hayan cumplido con sus obligaciones para con la sociedad. Deben considerar el servicio social como su meta primordial en la vida. Sólo cuando dediquen todos sus recursos físicos, mentales y otros al servicio de la comunidad estarán haciendo un verdadero sâdhana.

El esfuerzo espiritual (sâdhana) no significa hacer japa (repetición del nombre) en un lugar apartado. No hay mayor práctica espiritual que el servicio a los semejantes hecho con un espíritu desinteresado. Si se dedican a la meditación u otra actividad devocional ignorando los sufrimientos de otros, éstas carecerán de todo valor espiritual. Es sólo una forma de egoísmo. Por medio de un genuino servicio desinteresado se puede lograr no sólo paz mental, sino que se puede progresar en la autorrealización y alcanzar la meta final de la vida.

Como miembros de la Organización Sathya Sai de Servicio, deben ser ejemplos para los demás. En cualquier servicio que hagan, es la calidad la que cuenta, no la cantidad. Ningún acto de servicio debe considerarse trivial o degradante. Ni debe haber rivalidades insanas al rendir el servicio. Si un Estado ha “adoptado” doscientos pueblos, no deben pensar los otros que deben adoptar un número igual o mayor para producir una mejor impresión. Los meros alardes numéricos carecen de significado. Es mejor rendir un servicio apropiado en dos pueblos que un servicio nominal a doscientos. No es la presentación de listas de pueblos adoptados lo que importa.

Sean sus propios jueces del servicio que rindan

¿Cuál es el verdadero trabajo que se ha hecho en los doscientos pueblos adoptados? Que aquellos que han trabajado en estos pueblos hablen. ¿Para la satisfacción de quiénes están alegando servir a los aldeanos? Deben ser sus propios jueces del trabajo que están haciendo. Consulten su conciencia y vean si están haciendo el servicio apropiado. No quiero que se haga nada por Svami. Mi único objeto es la promoción y el bienestar de la humanidad. Cuando hacen servicio en los pueblos, están redimiendo sus vidas.

Los sabios de antaño adquirían varias clases de poderes por sus penalidades. Con estos poderes eran capaces de cumplir cualquier cosa que prometieran. Usaban sus poderes con moderación. No hay nada malo en adquirir hasta una fuerza titánica. Pero debe ser usada de una manera humana. No debe ser esgrimida para oprimir a otros. Shakespeare, el famoso dramaturgo inglés, observó: “Es glorioso tener una fuerza de gigante, pero es tiránico usarla como un gigante”. Cada quien debe hacer caso a esta advertencia.

Hay toda clase de organizaciones en el mundo hoy en día, incluyendo organizaciones espirituales y organizaciones de servicio. ¿Qué están haciendo estas organizaciones? ¿Cuán útiles son para la gente? No hay respuesta apropiada. ¿De qué sirve tener estas organizaciones? Si las organizaciones Sai también funcionan de esta manera, ¿cuál es el objeto de iniciarlas? Deben todos estar llenos con el celo de rendir servicio en cualquier momento, en cualquier lugar, siempre que surja la necesidad. Deben tratar de atraer a los jóvenes a la organización de servicio.

Si usan mal el presente, el futuro será peor

Con más jóvenes en la Rama de Servicio, pueden llevar a cabo muchas actividades de servicio en los años venideros. El presente es un producto del pasado, pero es también la semilla del futuro. Si hacen buen uso del presente, pueden asegurar un mejor futuro. Si usan mal el presente, el futuro será peor. Por ende, todos los miembros de la Organización Sai de Servicio deben dedicarse a algunas actividades merecedores y lograr plenitud en el servicio que rindan.

Cada pueblo está hoy expuesto a muchas enfermedades. No necesitamos culpar a nadie por esta situación. Debemos preocuparnos sólo acerca de los recursos en hombres y materiales a nuestra disposición y usarlos con devoción para llevar a cabo nuestros servicios de asistencia. Debemos hacer este trabajo con fe. La gente despliega devoción y seriedad en la presencia de Swami, pero actúa de manera contraria cuando están alejados de Swami. Esta no es una señal de verdadera devoción. Devoción significa amor sincero por Bhagavan. Un amor tal puede domar hasta animales salvajes. Sólo cuando sus corazones estén llenos de tal amor que pueden alegar ser devotos. Deben mostrar ese amor a cualquiera que vean o con quien hablen y en cada una de sus acciones.

La gracia de Dios es como un seguro

Cada acto debe ser considerado como una ofrenda a lo Divino. Puede no ser fácil desarrollar tal actitud, pero si el esfuerzo es hecho sinceramente, puede logarse. No exige que deben abandonar su hogar o renunciar a su riqueza y posición. Lo que les pido es dedicarse por lo menos media hora en un día de veinticuatro horas al servicio. ¿Está esto más allá de su capacidad? Si pueden servir al gobierno o a algún otro durante ocho horas al día por el dinero que ganan de ello, experimentando en el proceso muchas pruebas y dificultades, ¿no pueden dedicar algún tiempo para ganarse la gracia de Dios, de la cual el beneficio es incomensurable? Lo que se ganan por medio de la gracia de Dios les conferirá beneficios duraderos mayores que la riqueza que ganan por cualquier otro medio. La gracia de Dios es como un seguro. Les ayudará en su momento de necesidad sin ningún límite. La riqueza material confiere disfrute que lleva a la enfermedad, pero el servicio desinteresado es un yoga que asegura la gracia divina.

“Shivam”, Hyderabad, 20 mayo 1984