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Discursos dados por Sai Baba

21. 14/06/83 Guía para los maestros

Guía para los maestros

Guía para los maestros

14 de Junio de 1983

Adoración al Tiempo que todo lo consume, tal es la plegaria del ancestral poeta Bhartruhari. El tiempo se motiva a sí mismo y no se detiene para nadie. Podemos pronunciar la bendición “que vivas cien años”, pero podría no fructificar. La muerte puede llamar en cualquier momento. ¿Por qué? Todos se están acercando a la muerte a cada instante, nadie puede revocar el tiempo transcurrido. Siendo así, el hombre tiene que emplear los años que pasa en la tierra para alcanzar el objetivo de la vida, conciente de su gran responsabilidad y oportunidad.

El hombre está equipado con un instrumento prodigioso: el cuerpo, que le permite dedicarse a una actividad fructífera por un camino recto. La palabra manush en sánscrito (hombre), indica que el hombre es esencialmente manas (mente). La mente lo involucra en pensamientos, éstos lo conducen a la acción y la acción, a su vez, trae consigo el pesar y la alegría. Cuando una persona no es tan saludable como parece merecer, la causa tiene que buscarse en la naturaleza de sus actos y pensamientos. Si son sagrados, sublimes y santos, el individuo será sano de cuerpo y mente.

La mente se ocupa incansablemente con los pensamientos. Al detenerse siempre en algún asunto, fomenta la relación y el apego. De esta manera surge el deseo; cuando éste se ve frustrado, provoca un disgusto tal que en el extravío se pierde el discernimiento. Las palabras ásperas terminan en explosiones violentas. El hombre agranda la brecha entre “lo mío” y “lo de ellos” a cada momento. Este duelo no es propio de la naturaleza humana. En los primeros años de vida, el hombre pasa sus días en travesuras y juegos. Precisamente cuando de manera despreocupada se pierde en esas actividades, la juventud lo sorprende, provocando en él payasadas salvajes y exhibicionismo competitivo.

La triple actividad de la peregrinación humana

No tolera la oposición; es extremadamente posesivo y orgulloso. Construye castillos con base en los músculos y la pasión, el grupo y la emoción, mas no en la gracia divina ni en la vida recta. Mientras tanto, la edad lo consume y se vuelve viejo. En esa etapa se lamenta por la infancia y la juventud perdidas. Sin embargo, no importa cuánto se arrepienta y lo lamente, ya no puede recuperar esos momentos. El hombre muere como niño y vive como joven, muere como joven y vive como viejo. Así también, muere como Yelliah y nace con otro nombre y forma. Así es como funciona la naturaleza.

Durante la peregrinación de la vida la actividad del hombre es triple: akarma, sakarma y nishkama karma, es decir, los tipos de karma tamásico, rajásico y sátvico. Akarma se inicia con grandes expectativas y mucha fanfarria, pero en cuanto se presenta el más leve contratiempo se renuncia a toda actividad y la persona se encierra para siempre. Sakarma se lleva a cabo sin discriminación alguna; el individuo se mantiene ocupado con cualquier cosa que caiga en sus manos. Éste es el enfoque rajásico. El tercer tipo de karma es nishkama. Se lleva a cabo gustosamente, como un deber, como adoración y reverente homenaje, sin tener la mirada puesta en el beneficio que se pueda derivar.

El hombre tiene apremios físicos como el hambre y la sed y necesidades como el sueño y el ejercicio. Una persona puede ser erudita en varios campos del conocimiento o ser un personaje coronado con diversos poderes, pero aun así no puede escapar a esos apremios y necesidades. Sin embargo, el hombre también tiene apremios y necesidades espirituales. Mientras que las urgencias físicas son transitorias y temporales, las espirituales tienen fuentes más profundas y satisfacciones; más duraderas; además exigen pureza y unidad.

La verdad alcanza la raíz, la falsedad se difunde

La purificación de la mente se logra por medio de humildad, honestidad y sentido de justicia. El proceso educativo prevaleciente en la actualidad cultiva solamente el intelecto del hombre sin desarrollar ni limpiar la mente. Una mente expansiva es más digna de alabanza que un cerebro experto. Una persona que derrama amor es más agradable que la compañía de cien corazones endurecidos. Vale la pena esforzarse por la reputación de ser una persona afectuosa y encantadora. Tal reputación tiene su origen en los pequeños actos de amor y en los pequeños brotes de compasión. Cuando se expande y fluye sobre vastos campos, se torna divina. La verdad también se establece en el corazón a partir de diminutos inicios que progresan con firmeza hasta purificar todas las ocupaciones.

La falsedad crece rápida y desenfrenada. Cuando la verdad apenas se está poniendo los zapatos, la falsedad ya fue y volvió alrededor del globo terráqueo. La falsedad se difunde con rapidez; la verdad va a la raíz lentamente. Nadie puede acelerar el proceso. Se puede seguir y atrapar a un león fiero y enorgullecerse por ello, pero no se puede con el propio heroísmo forzar a un brote de tallo a convertirse en árbol. Toma su tiempo que crezcan ramas, hojas y flores, que se llenen las flores de fragancia y que ésta se esparza a los cuatro vientos. Esta fragancia de la naturaleza divina fundamental del hombre es su verdadera señal de grandeza.

Los maestros son el sol que alienta al capullo del loto a florecer y esparcir su fragancia. Su conducta y consejo son los rayos que revelan las virtudes y talentos latentes en los corazones de los líderes de mañana. Los maestros tienen que llenar sus corazones con buenos pensamientos, ideales nobles, anhelo de buenas acciones y devoción a Dios. Cuando sus corazones son depósitos de estas cualidades, al abrir ofrecen su flujo lo a los inocentes que apagan su sed con ellas y se inspiran para emularlos. Los estudiantes necesitan estudiar durante algunos años, pero el maestro tiene que seguir estudiando por años y años a fin de ser un gurú eficiente. Cuando una lámpara tiene una flama estable y brillante, muchas otras se pueden encender con ella.

Buscar la ciencia del espíritu es esencial

No se condenen llamándose insignificantes vendedores ambulantes de conocimiento. Ustedes son los forjadores del futuro de la humanidad, lo pueden hacer brillante y alegre o estropearlo volviéndolo lúgubre y espantoso. Pueden debilitar o fortalecer los cimientos de la vida, son los diseñadores e ingenieros que trazan el camino real de la paz y la prosperidad. Ustedes son el rayo de esperanza que ilumina la noche lúgubre que envuelve a todas las naciones, son los reveladores del poder divino que anima a todo ser viviente y lo inspira al sacrificio y al conocimiento de sí mismo. Ustedes señalan y ponen los escalones adecuados para el ascenso del hombre hacia Dios. Dirigen los ojos de los discípulos hacia la Realidad de su interior y los invitan a disfrutar esa luz. Ustedes apresuran el sagrado proceso de ignorar y olvidar lo superficial y de hacer avanzar la conciencia divina, que es la realidad del hombre.

Gu (ignorancia), ru (destructor); la palabra les recuerda el papel que han asumido. El maestro es conocido por medio de sus discípulos, quienes proclaman su sinceridad y excelencia. Ellos atestiguan su erudición y resistencia. En una ocasión el rey Bhoja organizó un certamen entre dos renombrados pandits. Debido a que ninguno de ellos se imponía sobre el otro, invitó a sus respectivos discípulos a que continuaran el debate, pero éstos se enfrascaron en una disputa interminable de argumentos y contraargumentos de igual validez, de tal forma que el rey los honró como réplicas de sus maestros. Actualmente, los maestros se han degradado a tal punto que sus propios alumnos se atreven a corregirles sus hábitos y prácticas.

Los maestros deben ser ejemplo de amor y luz

Actualmente, en todos los países se requieren maestros urgentemente imbuidos de entendimiento y amor divino. Son de un valor incalculable en todo momento y en todo lugar por tener una poderosa fe en su misión y en sus ideales que impide que negocien o se coludan de manera alguna. Este curso lo tenemos para capacitar a tales gurús en todo el mundo. Los maestros deben ser ejemplos vivientes de amor y luz. Tienen que limpiar la maldad de sus mentes, siendo la peor hablar mal de los otros. Esto sólo se puede lograr cultivando el amor desinteresado.

El constante recuerdo o recitación del mantra individual es un método útil para limpiar la mente, de acuerdo con lo que creen muchos, pero el mismo mantra no es de igual utilidad para todos. ¿Acaso les queda bien a todos una misma talla de camisa? Aquellos que se identifican con el complejo cuerpo mente necesitan fijarse en un Dios personalizado, una imagen o fotografía y una palabra de cinco u ocho letras como nombre. Dhasoham (“yo soy tu siervo”) será la actitud espiritual de tal persona. El mantra la purificará y fortalecerá, destruyendo los sentimientos egoístas. El constante pensamiento de dependencia destruirá el orgullo de poder, erudición o autoridad sobre sus semejantes o de riquezas. Actualmente, noventa y nueve de cada cien personas sufre de egoísmo y requiere el mantra curativo “Dhasoham”.

El mantra Soham y el Pranava

Las personas que han adquirido una posición más elevada creen que son jivis (individuos separados). Para ellas, el mantra puede ser Soham (yo soy Él), de tal forma que puedan eliminar el sentimiento de separación. En realidad, aun este mantra tiene un aspecto de distinción, ya que propone un “yo” y un “él”. ¿Cómo puede conducir este mantra a la conciencia del Uno? La siguiente etapa más alta es la átmica. Cuando el hombre alcanza este nivel de conciencia, desaparece la idea de “yo” como diferente de “Él”. Es decir, So (Él) y Aham (yo) se desvanecen y Soham se eleva a Om. El mantra de las personas concientes del Atma en ellas es Om, o Pranava.

Hoy en día la juventud se encuentra enredada en el complejo cuerpo mente. En consecuencia, están ocupados en actos impulsados por el orgullo, la envidia y la ignorancia. “Hijo, tú no eres el cuerpo, el cuerpo es sólo tu vestido. Ese vestido te ha sido dado para que puedas llevar una vida hermosa y benéfica. No debes contaminar tus años de vida por ignorancia de tu realidad. Desecha esa contaminación adquiriendo la verdadera sabiduría”. Así deben aconsejar a los jóvenes de modo que puedan ellos alcanzar la conciencia de su Divinidad innata. Hoy en día nadie tiene fe en las demás personas: la sospecha predomina incluso en las relaciones entre padres e hijos, esposo y esposa. Entre más educada es una persona, mayor es la suspicacia. Esto se debe a que la educación atiborra el cerebro en vez de modelar el carácter.

La educación tiene que desarrollar el discernimiento junto con las habilidades. Ustedes han venido a Prashanti Nilayam provenientes de más de treinta países, gastando enormes cantidades de dinero, empleando preciosos días de viaje y estancia. Hagan esa estancia supremamente útil. Comprendan la importancia de la libertad disciplinada en la educación. Los estudiantes podrían pedir: “Concédenos la libertad que las aves tienen en el cielo o la que disfrutan los peces en el mar”. Sin embargo, las aves se comportan como aves y los peces como peces. En cambio, el hombre clama por la libertad para comportarse como bestia. Cuando el bruto que hay en él domina la parte humana, Dios encarna como hombre para prevenir y guiar a la humanidad por el sendero de los valores humanos genuinos.

Niños y niñas deben crecer confiando en estos valores humanos. La confianza promueve el amor, el amor alienta la paz; la paz nutre a la verdad; la verdad confiere bienaventuranza y ésta es Dios. Cuando traten con niños no se dejen influir por su credo o raza, su pobreza o su riqueza. Consideren su tarea como un sadhana, una forma de adoración, de hecho, la más alta. En la Organización Sai no se debe tolerar o fomentar ningún tipo de conflicto o menosprecio, ni de engreimiento o humillación. Durante estos cinco días, concéntrense en aprender de los expositores, de cada uno de ustedes y de la atmósfera de Prashanti Nilayam las lecciones de humildad, tolerancia y servicio, para que el mundo pueda tener paz, prosperidad y gozo.

Inauguración de los cursos para maestros de Educación Espiritual Sai, Prashanti Nilayam, 4-6-83 (14/6/83 en SSS02).