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Discursos dados por Sai Baba

36. 22/11/81 Dos reinos con un rey

Dos reinos con un rey

Dos reinos con un rey

22 de Noviembre de 1981

Buenas acciones producen buenos frutos; malas acciones dan frutos amargos, la búsqueda descabellada de títulos como su destino no les da el papel de servidores; que la gloria de su país sea su meta y dominen el arte del trabajo incesante.

El progreso del hombre depende de la fortaleza de su mente y la pureza de sus sentimientos, su condición mental y las acciones que se derivan de sus sentimientos determinan si estará atado o libre, feliz o miserable, en ascenso o declinando. La mente es la que moldea todas las intenciones y resoluciones del hombre, sus afirmaciones y negaciones. Esta voluntad impulsa a los sentidos y pone en marcha las actividades que revelan su verdadera naturaleza. Cuando un guijarro se arroja a un pozo, la agitación origina más agitación y toda la superficie es afectada; igualmente, cuando una idea surge en la mente, las olas que causa envuelven al cuerpo y originan mucha actividad.

Cuando la voluntad es pura, las actividades también lo son; cuando es impura, las actividades a través de las cuales ella se expresa, también son impuras. Por ello deben estar alertas; tan pronto como surja una idea en la mente, examínenla y averigüen si vale o no la pena hacerla realidad. Deben recurrir al intelecto para efectuar tal discernimiento.

Las ideas o propósitos que surgen en la mente son de una gran fuerza y vitalidad; aún después de la muerte, la persona puede determinar sucesos, producir el bien o causar mal. ¿Por qué? ¡Ellas ocasionan que la persona encarne de nuevo, que vaya más allá de otras vidas! De allí que deben cultivar y mantener decisiones beneficiosas. Éstas son como espadas, pueden cortar la maleza de los pensamientos perversos, malos hábitos y sentimientos para que los buenos pensamientos, proyectos y actos y buen comportamiento puedan crecer libremente.

Los estudiantes tienen que ser cuidadosos ante un hecho: cuando las decisiones toman un mal curso y se encuentran bajo su influencia, su condición empeora, y consecuentemente, viene el desastre. Cuando sus intenciones y decisiones son buenas y buscan la compañía de gente buena, entonces pueden progresar rápido. La compañía de gente buena es como la sombra del mediodía, es breve al principio pero se prolonga al caer la tarde. La compañía de gente mala es como la sombra de la mañana, es larga cuando llega el día, y breve a medida que llega el mediodía. La camaradería y la conversación con seres indeseables es dulce y firme al principio, pero produce sólo corrupción en la mente y corazón.

Shankaracharya señaló el valor de la compañía de las buenas personas en el sendero espiritual, porque conduce al hombre a la inmortalidad.

De la buena compañía a la no compañía,

de la no compañía al no deseo,

del no deseo a la verdad inamovible,

de la verdad inamovible a la eterna liberación.

La mala compañía se consigue rápidamente, la buena compañía requiere búsqueda y esfuerzo. Caer es muy fácil; escalar requiere de fuerza y voluntad, por eso el hombre está tentado a elegir el camino más fácil. El mundo objetivo es una imagen, un reflejo. Cuando ustedes toman una navaja de afeitar y se colocan frente a un espejo, no rasuran a la imagen, sino a la verdadera cara. Dios se refleja en el espejo (el mundo objetivo), ustedes pueden ver su imagen en el hombre, la bestia y el pájaro, en la planta, en el árbol y en la hierba, en cada célula y átomo; sin embargo, el hombre se enamora del espejo y de los reflejos debido a que no conoce el original, cuya imagen se refleja allí. ¿Cómo puede brillar Dios en un corazón que está.envuelto por malos pensamientos e intenciones perversas?

Vidya (sabiduría) debe enseñar al hombre a volverse a Dios y descubrir que la naturaleza también es Dios; vidya debe despertar la conciencia latente en el hombre y volverlo consciente del Alma en todos sus niveles. Vidya clama por el incremento de la sabiduría del hombre; ¿cuánto vale esa sabiduría? Si no hay carácter, es mejor arrojar ese conocimiento al fuego. Las personas educadas son ahora más viciosas, codiciosas y ladinas que las incultas, ese conocimiento les da valor para explotar y aniquilar a otros, corrompe y envenena; destruye la paz y la prosperidad del mundo. ¡Palabras! ¡Palabras! ¡Una plétora de palabras! Nada se practica; nadie actúa.

Ahora, la vida del estudiante está agitada por la confusión, y no sólo está confuso, sino demente; usan ropa blanca pero los corazones todavía están negros.

Las mentes están inundadas de malos pensamientos; los oídos alertas para escuchar escándalos; los ojos se deleitan en ver lo prohibido; las mentes anhelan perversas conspiraciones; la razón busca ideas para engañar. Cuando vidya percibe esto en el hombre, no se quedará ni un momento allí.

Cuando impera tal condición, ¿cómo es posible que alguien obtenga sabiduría? Por supuesto, la presente situación del hombre y su condición, han sido determinadas por sus actos y pensamientos en el pasado. El perro tiene que lamer el agua con su lengua, aun si trata de apagar su sed en un caudaloso río; no puede beber con grandes bocanadas. El hombre tiene que formular sus ideas, respetando los límites que se ha impuesto; si está en un sitio santo o en un lugar profano, si en un complejo urbano o en una casa rural, su actitud y conducta sólo deben estar de acuerdo con las inclinaciones que la mente ha desarrollado. Las ranas brincan sobre el loto, pero no aspiran la fragancia ni liban el néctar; sin embargo, la abeja llega desde lejos y se absorbe en ambos. Así, el alcanzar a Dios depende de la conformación que nuestra mente haya recibido. El hombre puede modificar su actitud mediante una constante práctica de acciones rectas. Cuando somos buenos, nuestro alrededor también tiende a ser bueno; cuando sostenemos una rosa en la mano, el grupo que nos rodea también aspira la fragancia.

Estudiantes: Siempre estén activos y alertas en el camino bueno, benéfico y feliz. No permitan que entre en sus tiernas y brillantes mentes la más mínima mancha, que ningún mal los prive de la sagrada oportunidad de consagrar sus vidas. Sus padres están mirando el futuro con la gran esperanza de que ustedes se vuelvan hombres de conocimiento, que desempeñen importantes cargos, que ganen fama y que sean nobles; no los decepcionen. En el pasado, cuando el año escolar concluía y el alumno volvía a casa, el gurú le aconsejaba que reverenciara a su madre, a su padre, al maestro y al huésped como a Dios mismo. En la actualidad, la ceremonia de graduación se ha vuelto un tumulto. ¡Los estudiantes no proporcionan alegría a sus padres! ¡Qué gran calamidad! Los estudiantes de nuestras universidades deben cultivar virtudes encomiables, transformarse en mujeres y hombres ideales, motivar la felicidad de sus padres y ser ejemplo para otros mediante pensamientos y acciones santos.

Los estudiantes egresados de la universidad no deben olvidar el lugar que los vio nacer, y ejercer las profesiones acordes con sus habilidades y aptitudes; su tarea es, dondequiera que estén, practicar la disciplina implantada en su colegio. El llamarse miembros del "Reino de Sathya Sai" por el solo hecho de ser ex alumnos y actuar de modo contrario a los ideales y normas del colegio sólo trae mala reputación a su alma mater. No cedan a las tentaciones que el mundo exterior coloca frente a ustedes. Mantengan incólume el carácter y la conducta que han apreciado. Los ex alumnos que ahora son miembros del personal del colegio en Puttaparti y Brindavan (Bangalore), orgábizaron un campamento para el combate a la polio, así como una jornada de operación de ojos en Puttaparti, el mes pasado. Ustedes desempeñaron el trabajo más pesado en estas actividades, y las organizaron con mucho éxito. Éste es un aspecto importante del servicio desinteresado que los ex alumnos pueden brindar a la población rural. A los aldeanos se les dificulta trasladarse a las ciudades para su tratamiento médico, pues no tienen dinero para el alto costo del viaje. Al saber este problema, los miembros del "Reino de Sathya Sai" invitaron a los médicos que practicaron las operaciones, brindaron alojamiento en el colegio, los cuidaron hasta que se recuperaron, brindaron alimento a los pacientes, así como a sus parientes que vinieron a atenderlos, e hicieron que el personal médico se mostrara agradecido por la oportunidad de dar servicio.

Las ex alumnas de la Universidad de Mujeres de Anantapur cuentan con una asociación que trabaja en forma similar. La han nombrado el "Reino de la Madre Sai". También brindan servicios de salud en cada aldea. Las muchachas construyen muros y colocan techos de paja en las casas para proveer abrigo a los que no lo tienen. La gente de los pueblos está asombrada y admirada por la habilidad y el entusiasmo que demuestran las estudiantes. Ellas visitan las barriadas y, con la cooperación de quienes viven ahí, limpian las áreas; se trasladan a los mercados y exhortan a la gente a compartir con ellas la alegría de limpiar los andenes y desagües. Están tratando de dotar de luz eléctrica a las aldeas que carecen de ella. Mediante este servicio, están otorgando una gran felicidad a Swami, y así él puede darles más felicidad.

Estas actividades no pueden realizarse sólo por un espíritu de servicio, también requieren fondos; y los encuentran, utilizando una parte del salario que obtienen como maestras. Reconociendo esto, este día el Fideicomiso Central le está asignando a cada asociación del "Reino de Sathya Sai" y del "Reino de la Madre Sai", la cantidad de cien mil rupias; ellos brindarán, estoy seguro, excelente servicio a la población de los pueblos alrededor de los colegios, porque el servicio es el más urgente y efectivo sadhana.

Sin embargo, lo que encontramos en nuestro país hoy en día es algo diferente. Apenas terminan sus estudios, los estudiantes pugnan por marcharse a otro país como Irán o Irak, clamando por dinero. ¡El dios de la riqueza los posee y arruina sus vidas! Nuestros estudiantes no permiten ser esclavizados de esa manera; ellos saben que siempre que estén empeñados en buenas acciones de servicio, no serán abandonados; el dharma protegerá a aquéllos que observan el dharma.

Auditorio Purnachandra

22 XI 81