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Discursos dados por Sai Baba

05. 23/03/75 Guías para la juventud

Guías para la juventud

Guías para la juventud

23 de Marzo de 1975

Brindavan

Día de la Universidad

AMIGOS DE W JUVENTUD, instructores de la juventud, jóvenes del colegio: Cuando ahonden en la historia y la práctica de las instituciones educativas modernas y las comparen con lo que sabemos de la teoría y práctica de las antiguas instituciones educativas de la India, se sorprenderán de la gran diferencia en los dos sistemas. Las antiguas escuelas tenían como fin, primero, el conocimiento de sí mismo, y, como consecuencia natural, el conocimiento del mundo objetivo. Ése es, en verdad, el signo del hombre: tener conciencia de su realidad. ¿Cómo puede una persona considerarse educada si no es capaz de distinguir entre lo absolutamente real y lo relativamente real en sí misma, así como en el mundo exterior?

Entre la gente culta no encontramos indicios de autoconocimiento ni vemos alguna otra cualidad vital que se supone todo ser humano debe poseer: la virtud de la misericordia, de la amabilidad o compasión. Los "no educados" tienen esta cualidad más que los "educados"; parece que la educación endurece, los corazones y reprime los sentimientos de piedad y reverencia. Muchas especies de animales son suaves y tiernas en sus hábitos y en su naturaleza. El venado, el elefante, la vaca, el caballo; viven de comida sátvica y se comportan de una manera pura, así que son adorados y hasta venerados por el hombre. Los tigres, osos, leones y otros animales salvajes son temidos por el hombre, quien los ahuyenta hacia los lugares oscuros y apartados de los bosques. Pero lo sorprendente es que el salvajismo, la crueldad y los atributos temibles de estas bestias han sido desarrollados y manifestados por el hombre mismo. El hombre se enorgullece de ser la obra máxima de la creación, declara que tiene dentro de sí la chispa de la Divinidad, pero la ignora ola reprime y se deleita exhibiendo las cualidades de las fieras de la selva.

Imagínense la suerte de las vacas cuando un tigre entra en el pesebre. ¿Pueden sobrevivir a la invasión? De igual manera, las vacas de la verdad, la justicia, la paz y el amor no pueden sobrevivir en el corazón humano cuando los tigres de la codicia, la ira y el orgullo entran y hacen estragos. Hoy en día el corazón humano, y en especial el corazón del hombre educado, se ha vuelto una guarida de salvajes deseos y crueles hábitos.

Un ciego no puede ver los esfuerzos de los demás; ni tampoco un sordo puede ser conmovido por los quejidos de un hombre que tiene dolor. Un cuadro de sufrimiento ablanda el corazón, las historias de infortunios impulsan al rescate, pero la educación, según como se imparte ahora, vuelve al hombre indiferente al sufrimiento, lo vuelve ajeno en realidad, sordo y ciego; y, lo que es peor aún, las personas educadas y las que reciben educación en los colegios y escuelas causan daño y dolor, pérdida y perjuicio y se deleitan en la violencia. Al observar este comportamiento, uno duda si éstos son hombres o bestias con piel humana.

Encarnaciones del Alma Divina: De ustedes es la responsabilidad de cuidar y desarrollar la antigua cultura de esta tierra. La India es la tierra del amor, del yoga, de la búsqueda espiritual y del gozoso sacrificio del ser inferior en aras de los intereses del ser superior. Pero actualmente la India está atribulada por la pobreza de todas estas preciosas cualidades. La codicia, la ira, el odio y otros rasgos malignos han desplazado al amor, la hermandad y la compasión. También en el campo educativo ha crecido el mal. Las instituciones educativas son los viveros de la tradición, la lealtad a la cultura y los ideales de servicio a la sociedad. Capacitan a la juventud para que se beneficie de la experiencia de generaciones pasadas y pueda así marchar hacia la victoria en la campaña por el dominio de este mundo y el siguiente.

Por lo tanto, es mi deseo que la juventud de esta tierra haga el mejor uso de estos preciosos años de estancia en el Colegio y aprendan y practiquen la cultura de este gran país. No deben desperdiciar este periodo crucial en sus vidas, recreándose en aventuras salvajes y estériles que sólo causan pérdida y dolor a los demás. Los estudiantes de hoy son los maestros del mañana, tienen que formar el destino de esta tierra a través del precepto y el ejemplo. No seguirán siendo jóvenes por mucho tiempo. Cada día se acercan más y más a la edad en que tendrán que tomar la responsabilidad de manejar un hogar y este país. Si a ustedes ahora les gusta causar pérdidas y daño, sufrimiento y dolor, seguramente después no podrán quejarse cuando tengan que encontrar esos mismos males en la futura juventud.

La sabiduría brilla como un rayo entre las nubes del cielo interno; uno tiene que vivificar el destello y preservar la luz. Ése es el verdadero signo de la persona educada. No crean que el dominio de muchas lecturas los hace sabios. La sabiduría sólo crece donde prevalece la humildad. Florece cuando el hombre le teme al vicio y al pecado y se apega a la Divinidad, en sí mismo y en todo lo que lo rodea. La crisis de carácter, raíz de todos los problemas por doquier, ha sido ocasionada por el descuido de este aspecto de la educación.

Ilustraré esto con un pequeño ejemplo: las universidades establecen la regla de que un estudiante se hace acreedor a un titulo cuando obtiene una calificación de treinta puntos del total de cien prescrito para un examen. Esto significa que ustedes pueden obtener la distinción de ser una persona educada aunque come tan setenta errores. Cuando el que obtiene el diploma llega a conseguir un trabajo tras haber cometido setenta errores, por la fuerza de las circunstancias fácilmente cae en cien errores de cada cien tareas que tiene que hacer. Naturalmente, el país sufre y la gente deplora el sistema educativo. La educación hoy en día avanza vacilando, sin ánimos y con frecuencia está inmersa en huelgas, disturbios y otras interrupciones, y por ello los estudiantes pocas veces pueden realizar plenamente su deber principal que es estudiar. Más adelante, cuando se convierten en funcionarios responsables, tienden fácilmente a descuidar la función primordial que desempeñan en ese momento.

Mientras sean estudiantes, ustedes deben sentir que el estudio es su principal y único deber. Sean testigos de lo que está sucediendo fuera de la clase; no se apresuren a salir y a distraerse; traten de identificar al Uno en los muchos; sean fuertes física, mental y espiritualmente; sumérjanse tanto como sea posible en la sabiduría acumulada por generaciones pasadas; cultiven las habilidades mediante las cuales puedan servir a la sociedad. Un corazón pleno de compasión es verdaderamente el altar de Dios.

Si olvidan estos ideales y permiten que la codicia, el engreimiento y el odio se aniden en sus corazones, se están rebajando al nivel de la bestia. Como un primer paso en el programa educativo, ustedes deben venerar a sus padres y mostrar gratitud y amor hacia ellos, pues a través de ellos ustedes tienen esta maravillosa oportunidad de vivir sobre la Tierra. Ellos son los custodios de la cultura, los primeros maestros que inculcaron virtud en ustedes. En esa universidad, los antiguos ideales de verdad, rectitud, ecuanimidad y amor son inculcados en ustedes todo el tiempo. Estoy seguro de que se han embebido de ellos y los bendigo para que mediante el ejemplo de ustedes, se puedan propagar por dondequiera que estén. Tengan compasión en sus corazones para sus desafortunados hermanos y hermanas que son ignorantes y están enfermos o sufriendo. Den lo mejor de ustedes para abrirles los ojos, curar sus males y hacerlos olvidar su dolor. Ése es el mensaje que hoy quiero darles.

Brindavan, Día de la Universidad

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